Único.
Los que me conocen, saben que no soy fan de Verónica como personaje. Ni me llama la atención como a muchos personajes a decir verdad, pero la cantidad de inspiraciones religiosas valen la pena, no las iba a desaprovechar para esta fecha.
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Las malas miradas iban a su dirección con bastante frecuencia. Un evento que se concentró en él desde que alcanzó la pubertad, un rostro que naturalmente esperaban que se viera firmé, masculino y serio, término dotado de facciones femeninas y delicadas, era fácil verlo y pensar que era una mujer.
Con la cabeza en alto el rubio siempre se terminaba concentrando solo en sus deberes, aprovechando el tiempo que no invertía en pretendientes como se esperaba a su edad, usándolo para investigar. Saciar su curiosidad de lo tabú.
Lo que estaba prohibido si se le quiere llamar así. Ya qué no eran pocos los que se escandalizaron al verlo indagar entre los monasterios religiosos, bibliotecas e inclusive escritos traídos del extranjero. Cuestionandose la vida, con una ligera atracción hacía lo que era en realidad la muerte y él papel de dios en ambos estados. Una curiosidad difícil de saciar para cualquiera, una estrella con la que nació y en el momento justo sería reclamada.
Era un secreto que iba a tardar en ser revelado. El fuego quemaba los pecados, una hoguera fue hecha con su nombre en el momento que todo salió a la luz. Los tumores se hicieron más fuertes, y lo que pudo pasar por simple desconfianza se volvió un ataque a su privacidad, empezando a revelar lo que fue su secreto mayor guardado, sumado a su apariencia, fue tachado de brujo inmediatamente.
Primero azotado el dolor no lo encontró una tortura. Extrañamente. Fue como si aceptará o encontrará un punto de inflexión entre vida y muerte, lo que tanto busco. Nadie se dió cuenta de cómo todo se empezaba a rodear de moscas, una pequeña plaga.
Una vez su cuerpo fue colocado para ser quemado, lo que empezó como pequeño se volvió gigante.
<<Estrella celeste de la investigación. Despierta>>
Una estrella se formó en su frente, la figura de una armadura enteramente negra se alzó sobre su ser antes de desmantelarse para vestirlo en su nuevo yo.
El espectro río mientras a sus pies las llamas que se supone purificarian su alma en un castigo divino eran consumidas por su cosmos, manipuladas a su antojo para terminar desapareciendo luego de quemar el escenario. Levantando una lluvia de cenizas.
Una presentación perfecta, pensó él. Las moscas estaban revoloteando por todo el lugar. El sonido de los tacones en su armadura se hizo escuchar, cuándo bando el primer paso la muerte trajo consigo a esa aldea, sentía que había encontrado lo que buscada apenas uno a uno empezó a caer. Sentía su cosmos fluir por primera vez, sonriendo encantado.
- Un gusto conocerte. - Los pasos de un hombre se hicieron escuchar. No uno común, había algo en su presencia que notaba poderosa y le encantaba. Reconoció el verdadero olor a la muerte en ese instante.
>> Soy Thanatos, dios de la muerte. Un gusto verte. Estrella de Nassu. - Exclamó. Mostrando su verdadera alma en medio del cuerpo humano que portada, presentándose a su nuevo esbirro.
- Llámame Verónica. - Ese sería su nuevo nombre. Cómo la doncella que fue la encargada de atender a Jesús tras su crucificción.
Extendiendo la mano al dios como una doncella, el dios de la muerte la aceptó, besando su dorso por mera cortesía.
- Qué interesante escenario dejaste. Mi señor Hades estará complacido contigo una vez despierte.
- Eres un halagador. Me encanta ese buen gusto. - Orgulloso no evitó mirar a su alrededor. - Estaré feliz de haber nacido como su estrella y ciervo. Mi señor Thanatos. Solo que, permítame saciar mi curiosidad ahora que estoy a su servicio. - Seguido de esto se inclinó hacia él. Sonriendo ampliamente. El contrarió, tomó su mentón entre 2 dedos para levantarlo.
- Eso no lo tienes que preguntar. Estaré custodiando a nuestro señor, si me necesitas. - Complacido dejó el pueblo, desapareciendo a simple vista de cualquier espectador posible. Sin despegar el rabillo del ojo del espectro recién llegado. Una primera impresión impresionante, su apariencia débil y delicada ocultaba algo muy jugoso, le tendría el ojo encima a Verónica por un momento. Hasta senciorarse de sus sospechas.
Una vez solo, Verónica se deleitó por última vez de su nuevo papel. Recordando los sucesos de las últimas horas, recordó algo.
Tomando un labial de una de las ya muertas albeanas, se decoró los labios de un hermoso color. Ciertamente, sus facciones eran muy femeninas. Hermosas a su vista, haciendo que un ligero sentimiento de orgullo le llene el pecho. Una larga túnica de monja uso para pasar desapercibido, empezando a caminar.
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Dentro de la gran catedral dónde Thanatos e Hypnos se ocultaban, se escuchaba lentamente el sonido de la música que los dioses tocaban como un inicio del día, dejando de tocar Thanatos terminó tomando una taza de café mientras extendiendo su mano, mostró una ventana a los espectros a su lado.
- Un digno portador de la estrella del conocimiento. - Expresó. Desde el momento de despertar, Verónica había saciado con mucho prestigió ese deseo y curiosidad casi obscena en sus interesantes intereses.
- Veo que ya tienes tu favorito. - Hypnos se burló en su lugar, haciendo lo mismo que su hermano. - Cada vez más cerca, ¿No crees? Cada vez más espectros renacen en la tierra, nuestro ejército cada vez más completo. - Con calma lentamente le hizo saber a su gemelo. Un tema del que no tenían ni que hablar, prácticamente solo faltaba Hades, pero sus intenciones eran tener la atención de su gemelo.
- Solo falta la presencia de nuestro señor pará poder salir de las sombras. Y respecto a Verónica, no te puedo negar que me ha dejado enteramente complacido. - Sonriendo de medio lado expresó. De un momento a otro, recordó algo. Allá en la época del mito, relacionandolo con Verónica. Una belleza igual de singular y un poder interesante.
Ampliando su sonrisa lo mandó a llamar. Pidiendo no ser interrumpido una vez llegué su invitado con él, Hypnos parecía entender las intenciones de su hermano. Aunque no podía negar lo extraño que podía ser verlo tan confiado con un subordinado, no era de meterse mucho en eso tampoco. Ninguno de los 2 lo era a decir verdad. Por lo menos entre ellos, siempre han tenido sus momentos fuera de la formalidad.
Aprovechando que no sería raro para los cercanos ver a una monja acercarse, era lo más seguro que al ver a Verónica acercarse pasaría totalmente desapercibido. De todas maneras, no estaría nada tan alejado de la realidad, porque Thanatos tenía en mente planes muy especial con Verónica.
Un dios de la muerte junto a un humano que parece enamorado de la muerte, una combinación muy interesante. Quería ver el resultado.
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