Felicidades
Yixing suele tener muchas cosas a realizar todos los días.
Era una suerte que la junta en el edificio de su agencia en Corea haya terminado y pudiera tomar el vuelo de regreso a China lo más pronto posible, pese a que hubiera querido estar con los chicos, se dijo a sí mismo que solo es un tiempo, unos meses más.
Con ese pensamiento en su cabeza encamina sus pasos por los pasillos del aeropuerto de Seúl esperando su vuelo.
— La NFL ha volteado a ver a la estrella del pop Kris Wu para construir una audiencia para el fútbol profesional en la nación más poblada del mundo al seleccionar a Wu como su embajador oficial de Super Bowl LII para China.
Ese sentimiento cálido en su pecho se instaura cuando sabe de quien se habla mientras los turistas se detienen a ver las pantallas en la sala de espera.
— ¿No es el chico que trabajó con Vin Diesel?
— ¿El dj que estaba en la camioneta?
— Sí, ese mismo, también lo vi en Valerian...
— ¡El capitán! Estaba guapísimo ahí.
Su sonrisa se ensancha aun más con esas pequeñas conversaciones que logra captar en inglés de turistas.
Y su pecho sigue alocado cuando su mano sin previo aviso toma su móvil y marca el número tan familiar para él.
Mira su teléfono marcando, una o dos vibraciones lo hacen reaccionar y sonrojarse demasiado.
— ¿Aló?
— ...
¿Para qué le llamó?
Habían pasado casi una semana desde su última llamada y se sentía torpe porque no tenía idea de qué decir cuando la llamada sigue en curso.
— Xing xing, ¿estás ahí?
— ¡ Fanfan !
Que manera más elocuente de responder.
— Oh, vaya. Que alegría oír esos gritos de nuevo.
Escucha la gruesa voz emitiendo una risa que logra erizar su piel. Dios, ese hombre un día de estos lo va a matar.
— Yo... Perdón.
— Lo decía en serio. ¿Sucede algo?
Niega como si el mayor pudiera verlo y suspira para luego apenarse. Eso de seguro lo escuchó el otro.
— Ah...no. Solo... Vi las noticias en el aeropuerto, y estaban hablando.
— ¿Hablando de qué?
Esa preocupación de Yifan lo hacía sonreír. El mayor estaba enterado de su viaje y destino, ese tono de preocupación demostraba cuánto añoraba a sus compañeros y amigos, aun si había negado mantener contacto con ellos, Yixing sabía que era para protegerlos de cualquier cosa molesta.
Ellos seguían siendo su preocupación.
— Yixing...
— Nada malo, todo lo contrario.
— Me alegra. ¿ Y me dirás cuál era el tema?
Muerde su labio inferior y vuelve a asentir para después tarse topes en la cabeza, y asegurarse de que nadie lo veía.
— ¿Y bien?
— El Super Bowl, estarás ahí.
— Ah... Eso.
Ladea su cabeza por la suavidad de su respuesta y el nerviosismo impreso.
— ¡ Es genial ! Pero... ¿Sucede algo?
— Nada malo. Pero es el evento mundial más importante en los medios. Me siento nervioso de fallar.
— No lo harás, la gente te ama. Eres increíble.
— ...
Silencio.
Yixing se regaña mentalmente por soltar su lengua de esa forma. Se suponía lo había superado. Yifan solo era su amigo y nada más.
Pero ahí seguía ese sentimiento. Esas ganas de poder decir cosas al mayor con todo el corazón. Yixing seguía amando a Yifan pese a las adversidades y distancia.
— A lo ...lo que me refiero, es que...lo harás bien.
— Eres tan dulce.
— Yifan... No...
— No me hagas negarlo. Yixing, te quiero.
Y esos momentos eran los que ponían de cabeza el mundo del chino, porque Yifan soltaba esas palabras con tanta facilidad y sentimiento que volvían a su corazón haciendo que latiera con brusquedad.
— Estoy orgulloso de ti.
— Eso es lo que me da fuerza para hacerlo mejor. Quiero hacerlo mejor para ti.
Silencio. El sonido de las bocinas llamando a los pasajero de su vuelo lo trajeron a la realidad.
— Tonto.
— ¿Tienes que ir a grabar en seguida?
Yixing traga en seco y vuelve a negar a la nada. Sus mejillas se ponían rojas tratando de articular palabras.
— N-no
— Genial. Estaré cerca, ¿estofado de pato?
— Mejor carne.
— Hahaha. Cariño, tendrás mucha carne en tu boca.
— ¿Eh?
Meditó un par de segundos las palabras del mayor para después reaccionar y ponerse de pie con un color rojizo quemando sus mejillas.
— ¡ Wu Yi Fan!
— Suerte en tu viaje, Xinxing, pasaré por ti pronto.
—No, espera...
Y los pitidos de la llamada finalizada llegaron a sus oídos.
Así era siempre.
Pequeños momentos que lo ponían feliz.
Eran pequeños y muy significativos que lo hacían amarlo más y maldita sea, Yixing estaba tan feliz, tan orgulloso de Yifan y sus triunfos como si fueran propios.
Y tal vez era algo tonto, pero Yixing sentía que podía compartir un poquito de ese sentimiento con Yifan, porque al final de cuentas, Yifan siempre sería su mayor orgullo y su otra mitad.
•••
Quería escribir esto porque me siento muy orgullosa de Yifan, es que es algo woooow 😍
Mi chino favorito se hace más y más famoso.
Mi orgullo chino 😍😍😍😍💚
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