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Lost Word parte 7

La ventisca que envolvía las afueras de la base de Eggman en Frozen Factory era implacable. El frío extremo había transformado la fábrica en una fortaleza de hielo, pero dentro, los ecos de maquinaria en funcionamiento y las luces intermitentes revelaban que, a pesar de la adversidad, la tecnología de Eggman seguía operativa.

Sonic, Eggman, Metal Sonic, Tails, Orbot y la cabeza de Cubot estaban reunidos en una de las salas principales de la base. El lugar estaba repleto de gigantescos tanques metálicos, sistemas de defensa y un sinfín de herramientas que el doctor había acumulado a lo largo de los años. Tails, como siempre, estaba ocupado trabajando en algo. En este caso, era el modulador de voz de la cabeza de Cubot, que había quedado dañado en su último enfrentamiento.

Tails ajustaba los cables y chips con destreza, mientras Orbot sostenía la cabeza de Cubot y observaba pacientemente. Sonic, por otro lado, estaba recostado en una de las consolas, observando con su típica actitud relajada. Sin embargo, no pudo evitar lanzar una broma que rompió el silencio.

Sonic: (con una sonrisa) Eggman, ¿no crees que exageras un poco? ¿De verdad necesitas tanta maquinaria militar?

Eggman, que estaba ocupado revisando los planos de una nueva arma en su tableta, alzó la mirada con una mezcla de molestia y desprecio.

Eggman: (molesto) ¡No necesitaría tanta si tú no te pasaras la vida destruyéndola, erizo fastidioso!

Sonic se rió, sabiendo que había tocado un punto sensible. Sin embargo, a unos metros de distancia, Metal Sonic, que estaba observando la situación en silencio, no pudo evitar pensar que, en este caso, Eggman tenía un buen punto.

Metal Sonic: (en sus pensamientos) Eso es cierto. Sonic siempre está destruyendo las creaciones del doctor.

Tails, concentrado en su trabajo, finalmente dio los últimos ajustes al modulador de voz de Cubot. Con un pequeño destello, el chip volvió a funcionar, y Cubot, agradecido, recuperó su capacidad de hablar.

Cubot: (emocionado) ¡Gracias por arreglarme, Tails! Ahora puedo volver a hablar normalmente.

Tails: (modesto) No fue nada.

Sin embargo, tras un breve vistazo al chip de voz de Cubot, Tails no pudo evitar hacer un comentario sarcástico dirigido hacia Eggman.

Tails: Aunque debo decir que este chip de voz parece haber sido diseñado por un infante. (mirando a Eggman) ¿De verdad esto es lo mejor que pudiste hacer?

Eggman, sin siquiera voltear a verlo, respondió con una indiferencia que solo hizo que Tails se irritara más.

Eggman: (despectivo) Me divierto más intentando destruirlos que arreglando a mis inútiles ayudantes.

El comentario de Eggman encendió algo en Tails, quien ya había estado molesto desde antes. Su paciencia se había agotado, y ahora, con una chispa de enojo, decidió devolverle el golpe.

Tails: (molesto) Lo mismo puedo decir de ti, viejo.

Sonic, viendo que la situación estaba escalando rápidamente, se puso en medio de ambos, intentando calmar las tensiones.

Sonic: (interviniendo) Vamos, chicos, no es momento de pelear. Antes de que quieran golpearse, recuerden por qué estamos trabajando juntos los cuatro.

Tails, sin embargo, no estaba dispuesto a dejar pasar el asunto. Miró a Sonic con una mezcla de frustración y resentimiento, como si las palabras de Sonic solo hubieran aumentado su enfado.

Tails: (con sarcasmo) ¡Por favor, Sonic! Recuérdamelo, porque parece que se me ha olvidado.

Sonic, sorprendido por la reacción de Tails, intentó explicarse, pero Tails no le dio oportunidad de continuar.

Sonic: (confundido) Tails, solo necesitamos a Eggman para apagar la máquina. Es lo más seguro...

Tails: (interrumpiendo) ¡No mientas! Sabes perfectamente que prefieres que lo haga Eggman. ¿No confías en que yo pueda hacerlo?

Sonic quedó desconcertado por la dureza en la voz de Tails. No esperaba que su amigo reaccionara así.

Sonic: (tratando de calmarlo) No es eso, Tails. Solo que...

Tails volvió a interrumpirlo, sin darle la oportunidad de explicarse.

Tails: (molesto) ¡No mientas, Sonic! ¡Prefieres que lo haga Eggman! ¿Sabes lo que duele eso?

El ambiente en la sala se volvió tenso. La confrontación entre Sonic y Tails había tomado un giro personal, y aunque ambos sabían que estaban bajo presión por la amenaza de los Zetis y la máquina extractora, el estrés los estaba llevando a enfrentarse entre sí. Sonic, con una expresión de preocupación, trató de encontrar las palabras adecuadas, pero no sabía cómo calmar a su amigo.

En ese momento, Eggman, quien había estado observando la discusión con una expresión de aburrimiento, decidió intervenir con su habitual arrogancia.

Eggman: (con tono burlón) Francamente, no hay nada peor que escuchar su patética pelea de amigos.

El comentario de Eggman fue la gota que colmó el vaso. Tanto Sonic como Tails, sincronizados por el mismo sentimiento, se giraron hacia él y le gritaron al unísono.

Sonic y Tails: ¡Cierra la boca, Eggman!

La situación estaba al borde de estallar, y aunque Sonic intentaba mediar, Tails no parecía dispuesto a ceder. Fue entonces cuando Metal Sonic, que había estado observando todo en silencio, decidió intervenir. Se puso en medio de los tres, su mirada fría y calculada recorrió a cada uno de ellos, como si estuviera evaluando la situación.

Metal Sonic: (con tono firme) Esto es francamente estúpido.

Sonic, Tails y Eggman lo miraron, sorprendidos de que Metal Sonic hubiera roto su silencio para opinar. Metal Sonic, en su habitual tono impersonal, continuó hablando, dirigiéndose primero a Tails.

Metal Sonic: (mirando a Tails) Tails, una de las razones por las que se tiene confianza en Eggman es porque esta máquina es su propia tecnología. Él la creó. Y en el peor de los casos, si cometemos un error, podríamos hacer algo mucho peor.

Tails, aunque aún molesto, no pudo evitar notar que lo que Metal Sonic decía tenía sentido. Era lógico confiar en Eggman para desactivar una de sus propias creaciones.

Metal Sonic luego se volvió hacia Eggman, con una mirada que dejaba claro que no iba a tolerar más interrupciones infantiles.

Metal Sonic: (mirando a Eggman con respeto) Doctor, aunque te considero una mente brillante y reconozco Sus habilidades, tu actitud es la de un niño frustrado. Este no es el momento para demostrar quién es mejor, sino para trabajar juntos y solucionar esta crisis. Todos ustedes son un verdadero dolor en mis circuitos.

Sonic, Tails y Eggman se quedaron en silencio, mirando a Metal Sonic con una mezcla de sorpresa y vergüenza. Cada uno, en su propio camino, había perdido de vista lo que realmente importaba. Metal Sonic, la creación que alguna vez había sido un antagonista implacable, ahora era la voz de la razón.

Metal Sonic: (finalizando) A partir de ahora, todos se comportarán como personas responsables. Estamos aquí para salvar este planeta, no para discutir quién es más capaz.

El silencio que siguió fue palpable. Sonic miró al suelo, sintiéndose un poco avergonzado por no haber manejado la situación mejor. Tails cruzó los brazos, respirando profundamente, intentando calmar su enojo. Eggman, aunque aún con su habitual arrogancia, no pudo evitar mirar a otro lado, reconociendo que había sido parte del problema.

Durante unos momentos, ninguno dijo una palabra. La gravedad de la situación finalmente había calado en todos ellos. La pelea entre Sonic y Tails, las burlas de Eggman y el estrés acumulado casi los había llevado al borde de una ruptura total. Pero gracias a la intervención de Metal Sonic, habían logrado detenerse antes de que las cosas fueran demasiado lejos.

Finalmente, Sonic fue el primero en romper el silencio.

Sonic: (con una sonrisa débil) Tienes razón, Metal. Esto ha sido estúpido.

Tails, aún cruzado de brazos, asintió con la cabeza, aunque aún parecía un poco dolido por la discusión.

Tails: (resignado) Sí... supongo que me dejé llevar.

Eggman, incapaz de evitar ser él mismo, soltó una pequeña risa arrogante.

Eggman: (con una sonrisa arrogante) ¡Claro que te dejaste llevar! Pero al menos ahora todos reconocen que soy indispensable.

Sonic y Tails lo miraron con desdén, pero antes de que pudieran replicar, Metal Sonic intervino una vez más.

Metal Sonic: (con tono serio) Doctor, no empeores la situación. Todavía tenemos trabajo que hacer.

Con una mezcla de alivio y resignación, Sonic se volvió hacia Tails, intentando enmendar las cosas.

Sonic: (con una sonrisa sincera) Tails, confío en ti más que en nadie. Pero en este caso, realmente necesitamos la ayuda de Eggman. No porque no puedas hacerlo, sino porque es su tecnología.

Tails lo miró durante unos segundos, evaluando las palabras de Sonic. Finalmente, con un suspiro, asintió.

Tails: (más calmado) Está bien, Sonic. Entiendo. Solo... no me gusta depender de él.

Sonic le dio una palmada en el hombro.

Sonic: (con una sonrisa) A nadie le gusta, Tails. Pero a veces, hay que hacer lo necesario.

Mientras la tensión se disipaba, Eggman volvió a centrarse en su tableta, ajustando los planos y preparando el siguiente paso. Orbot y Cubot, que habían estado observando desde el fondo, se acercaron con la cabeza de Cubot aún en manos de Orbot.

Orbot: (con tono tranquilo) Bueno, me alegra ver que todos se han calmado.

Cubot: (emocionado) ¡Y mi voz funciona perfectamente! ¡Gracias otra vez, Tails!

Tails esbozó una pequeña sonrisa, sabiendo que aún quedaba mucho por hacer, pero al menos ahora podían centrarse en lo importante: detener la máquina extractora y salvar el mundo.

Con la atmósfera más tranquila, el grupo volvió a concentrarse en su misión. El frío de Frozen Factory seguía implacable afuera, pero dentro, por primera vez desde que llegaron, habían encontrado algo de unidad. Sabían que la verdadera batalla estaba por comenzar, y que necesitarían estar más unidos que nunca si querían tener alguna esperanza de éxito.

Metal Sonic observaba en silencio, satisfecho de que su intervención hubiera sido efectiva. Aunque su mente robótica no albergaba emociones humanas, sabía que la lógica de la situación era clara: solo juntos tendrían una oportunidad de detener la catástrofe que se avecinaba.

En la Base de Eggman, Tomada por los Zetis

La oscuridad se cernía sobre la base de Eggman, ahora en manos de los Mortíferos Seis. Las sombras de las enormes máquinas, una vez creadas para cumplir los caprichos de Eggman, ahora estaban bajo el control de los Zetis. La energía del planeta era succionada lentamente por la máquina extractora, haciendo que la base emitiera un zumbido constante y amenazante.

En medio de todo, Zavok, el imponente líder de los Mortíferos Seis, caminaba con paso firme por los pasillos de la base. A su alrededor, las luces parpadeaban debido a la sobrecarga de energía que atravesaba la instalación, pero Zavok estaba calmado. Con cada paso que daba, su imponente figura irradiaba poder y autoridad.

Mientras se acercaba a una de las cámaras principales de la base, Zavok notó a una figura familiar sentada en una de las esquinas, aparentemente despreocupada. Era Zeena, la única miembro femenina de los Mortíferos Seis. Su piel de un color verde vibrante contrastaba con el entorno sombrío de la base. En lugar de estar alerta o en guardia como los demás Zetis, Zeena estaba ocupada limándose las uñas con total tranquilidad.

Zavok, observando la escena, no pudo evitar sentir una mezcla de irritación y curiosidad. Zeena siempre había sido diferente a los otros Zetis: fría, calculadora y con un aire de indiferencia que a menudo desconcertaba a los demás. Aun así, Zavok sabía que, aunque no lo mostrara, Zeena era letal y, cuando quería, podía ser implacable.

Zavok: (con voz firme) Zeena... ¿Qué haces aquí todavía?

Zeena ni siquiera levantó la vista. Continuó limándose las uñas con precisión, como si las palabras de Zavok no tuvieran la menor importancia para ella.

Zeena: (despreocupada) Me estoy preparando.

Zavok arqueó una ceja, claramente irritado por su actitud, aunque sabía que no valía la pena presionarla demasiado. A pesar de su forma de ser, Zeena siempre cumplía con lo que se le pedía. Pero hoy, Zavok no estaba de humor para su habitual indiferencia.

Zavok: (con un tono sarcástico) Puedo notar que te gusta tomarte las cosas con calma.

Finalmente, Zeena levantó la mirada, pero solo lo justo para dirigir una rápida sonrisa cínica hacia Zavok.

Zeena: (con arrogancia) Y si me tomo mi tiempo, no es asunto tuyo, Zavok... ¿o sí?

Zavok, con una sonrisa que no llegaba a sus ojos, dio unos pasos más hacia ella, inclinándose ligeramente mientras la miraba con una expresión de calculada calma. No iba a permitir que Zeena se saliera con la suya esta vez.

Zavok: (en tono desafiante) ¿Y si te dijera que creo que eres la única lo suficientemente rápida para lo que necesitamos?

Zeena, que hasta ese momento había estado distraída, se detuvo en seco. Sus ojos verdes brillaron con una mezcla de curiosidad y sorpresa. La expresión de indiferencia en su rostro comenzó a desvanecerse, y por primera vez, mostró interés en lo que Zavok tenía que decir.

Zeena: (alzando una ceja) ¿Rápida, dices?

Zavok, viendo que había captado su atención, continuó con su estrategia, sabiendo bien cómo manipularla. Sabía que Zeena disfrutaba los halagos y, sobre todo, el reconocimiento de su habilidad y belleza.

Zavok: (en tono convincente) Inteligente, letal y... atractiva. Eres perfecta para detener al erizo azul... y a Metal Sonic.

Zeena dejó de limarse las uñas por completo. Se levantó lentamente de donde estaba sentada, su postura ahora más erguida, mostrando su figura elegante y poderosa. El interés en sus ojos creció al escuchar las palabras de Zavok.

Zeena: (sonriendo con malicia) Interesante... Parece que soy la chica que necesitas para el trabajo, ¿verdad?

Zavok asintió, satisfecho de haberla convencido con facilidad. Sabía que Zeena era una aliada peligrosa y, aunque sus métodos fueran más sutiles y calculados que los de los otros Zetis, su eficiencia no estaba en duda. Si alguien podía enfrentarse a Sonic y Metal Sonic, era ella.

Zeena se acercó a Zavok, pasando junto a él con gracia mientras caminaba hacia la salida de la cámara. Cada paso que daba resonaba en el suelo metálico de la base, y su silueta verde se desvaneció lentamente en las sombras del pasillo.

Zavok, ahora solo, se permitió una sonrisa ladeada. Convencer a Zeena había sido sorprendentemente fácil, casi demasiado fácil.

Zavok: (en sus pensamientos) Eso fue más sencillo de lo que esperaba. Casi me siento culpable...

Pero Zavok no era alguien que se dejara llevar por el remordimiento. Sabía que la frialdad y el egocentrismo de Zeena la hacían perfectamente adecuada para la misión. Mientras ella enfrentaba a Sonic y a Metal Sonic, Zavok y los otros Zetis podrían concentrarse en asegurar el control total de la base de Eggman y garantizar que la máquina extractora drenara toda la energía del planeta.

Zeena: Cazadora de Erizos

Mientras se alejaba de la cámara, Zeena caminaba con seguridad por los pasillos de la base, su mente ya formulando un plan. Aunque no lo había demostrado frente a Zavok, el desafío que él le había propuesto le intrigaba. Sonic, el molesto erizo azul, y Metal Sonic, la creación más implacable de Eggman, eran rivales formidables, pero Zeena confiaba plenamente en sus habilidades.

Zeena: (en sus pensamientos) Sonic y Metal Sonic... Menudo dúo. Pero ambos tienen debilidades. Y yo sabré aprovecharlas.

Zeena siempre había sido más calculadora que sus compañeros. A diferencia de Zazz, que disfrutaba de la destrucción caótica, o de Zomom, cuya única motivación era la comida, Zeena se deleitaba en la manipulación. Para ella, ganar no solo significaba derrotar físicamente a sus enemigos, sino también jugar con sus mentes.

Mientras se acercaba a la plataforma de salida, donde un vehículo de alta velocidad la esperaba para llevarla hacia su objetivo, Zeena comenzó a repasar su estrategia. Sabía que enfrentarse a Sonic en un combate directo no era la mejor opción; la velocidad de Sonic lo hacía un oponente peligroso en esos términos. En lugar de eso, buscaría formas de agotarlo, de obligarlo a tomar malas decisiones, de frustrarlo hasta que cometiera un error. Y en cuanto a Metal Sonic... bueno, con él sería diferente. Zeena había observado a Metal Sonic lo suficiente como para saber que no era solo una máquina sin emociones. Aunque Eggman lo había creado para ser eficiente y despiadado, había algo más en él, algo que podría explotar.

Zeena: (en sus pensamientos) Un robot con emociones. Qué patético. Será interesante ver qué lo hace perder el control.

Subió al vehículo, y las puertas se cerraron detrás de ella con un siseo. El motor comenzó a rugir mientras la nave se elevaba ligeramente, preparándose para salir. Antes de partir, Zeena echó un último vistazo a la base, donde Zavok y los otros Zetis seguían ejecutando sus propios planes.

Zeena: (sonriendo) Deja esto en mis manos, Zavok. Les haré pagar a esos dos por meterse en nuestros asuntos.

El vehículo se lanzó hacia el horizonte helado, cortando el viento a gran velocidad mientras se dirigía hacia la ubicación donde Sonic y Metal Sonic habían sido detectados. El paisaje de Frozen Factory pasaba a toda velocidad, pero Zeena no estaba interesada en el entorno. Su mente estaba centrada en el enfrentamiento que estaba por venir.

Mientras tanto, en otro punto de Frozen Factory...

Sonic y Metal Sonic estaban corriendo a través del helado paisaje, con Tails y Eggman siguiéndolos de cerca. Los cuatro sabían que el tiempo estaba en su contra. La máquina extractora continuaba succionando la energía vital de Mobius, y si no la detenían pronto, el planeta entero podría quedar reducido a un páramo sin vida.

Sonic: (resoplando) Nunca pensé que acabaría trabajando junto a Eggman para salvar el mundo... ¡Qué ironía!

Metal Sonic, que corría en silencio a su lado, no mostró ningún signo de reacción, aunque internamente estaba procesando la situación. Para él, esto era una simple cuestión de eficiencia: salvar el mundo significaba proteger su propia existencia, y eso era lo único que importaba.

Eggman: (desde atrás) ¡Dejen de charlar y sigan corriendo! ¡No tenemos tiempo que perder!

Tails, aunque centrado en sus propios pensamientos, notó algo en el horizonte. Una figura verde que se movía a gran velocidad, dirigiéndose directamente hacia ellos.

Tails: (alerta) ¡Sonic, tenemos compañía!

Sonic se detuvo por un momento y fijó la vista en la figura que se acercaba. No necesitaba más que una fracción de segundo para reconocer a su nuevo oponente.

Sonic: (con una sonrisa) ¡Ah, genial! ¡Zeena! Esto se va a poner interesante.

Metal Sonic también se detuvo, evaluando la situación. Sabía que Zeena no era alguien a quien subestimar, pero tampoco le preocupaba. Para él, esta era solo una interrupción temporal.

Zeena se acercó rápidamente, deteniéndose a unos metros de distancia de Sonic y Metal Sonic. Su mirada, llena de confianza y frialdad, recorrió a los dos antes de esbozar una sonrisa arrogante.

Zeena: (con una sonrisa) Así que aquí están, el famoso erizo azul y la marioneta de Eggman. ¿Listos para rendirse?

Sonic soltó una risa.

Sonic: (burlón) ¿Rendirnos? Claro que no. Pero te aseguro que vas a tener que esforzarte mucho si quieres ganarnos.

Metal Sonic, por su parte, permaneció en silencio, observando a Zeena con sus ojos rojos brillantes. Estaba analizando cada uno de sus movimientos, buscando cualquier señal que revelara sus intenciones.

Zeena: (mirando a Metal Sonic) Oh, Metal Sonic. Me pregunto qué pasaría si te hiciera perder el control...

Con esas palabras, Zeena hizo un gesto con su mano, y una serie de robots controlados por su poder magnético emergieron del suelo, rodeando a Sonic y a Metal Sonic. La batalla estaba a punto de comenzar.

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