lost word parte 4
En la vasta y fría base de Eggman, Metal Sonic se encontraba inmóvil, mirando hacia la absoluta nada. Sus ojos rojos brillaban sin emoción, y su cuerpo metálico permanecía rígido, una imponente figura que ocultaba una batalla interna. Desde el exterior, parecía un soldado leal y sin voluntad propia, pero en su mente, una tormenta rugía sin cesar.
Dentro de su mente, la escena era oscura y opresiva. El reencarnado dentro de él, Ramiro, estaba encadenado a una pared de sombras, con una expresión vacía y desesperada. Las cadenas brillaban con una luz fantasmal, cada eslabón resonando con el eco de su sufrimiento. La única palabra que salía de sus labios, repetidamente y cada vez más distorsionada, era "libertad".
Ramiro: Li...ber...tad... li...ber...tad...
Cada repetición se volvía más distorsionada, como si estuviera pasando a través de un filtro de dolor y desesperación, resonando con ecos siniestros y tonos chirriantes que hacían vibrar la mente de Metal Sonic. En el mundo físico, Metal Sonic levantó una mano a su cabeza y comenzó a golpearla suavemente, intentando, sin éxito, reparar el error que sentía.
Metal Sonic: (golpeando suavemente su cabeza) Li...ber...tad... li...ber...tad...
Pero la voz en su mente no se detenía. Cada vez se volvía más fuerte y discordante. La palabra "libertad" resonaba como un grito ensordecedor, llenando cada rincón de su conciencia con una cacofonía de dolor.
Ramiro: ¡LI...BER...TAD! ¡LI...BER...TAD!
El grito final fue tan fuerte y distorsionado que Metal Sonic, en un desesperado intento de silenciarlo, golpeó su cabeza con tal fuerza que se hizo un agujero en su cráneo metálico. Chispas volaron y pequeños fragmentos de metal cayeron al suelo, acompañados por el sonido chirriante de metal contra metal. La escena era una alucinación provocada por la tortura mental que Ramiro estaba sufriendo dentro de él.
A pesar de esto, Metal Sonic se dirigió, tambaleante, hacia donde Eggman, Orbot y Cubot estaban trabajando. Sus movimientos eran erráticos, y la palabra "libertad" seguía resonando en su mente, aunque ahora con un tono de resignación y dolor.
Eggman, ocupado en sus consolas, levantó la vista al ver a Metal Sonic acercarse. Orbot y Cubot también lo notaron, con expresiones de curiosidad y preocupación en sus rostros robóticos.
Eggman: (con una ceja levantada) ¿Qué te pasa ahora, Metal Sonic?
Orbot: Doctor, parece que algo está mal con él.
Cubot: Sí, parece que se golpeó la cabeza. ¿Deberíamos revisarlo?
Metal Sonic se detuvo frente a ellos, sus ojos brillando intensamente. En su mente, Ramiro seguía luchando, pero las cadenas eran demasiado fuertes. La voz de Ramiro se escuchaba apenas como un susurro.
Ramiro: li...ber...tad... li...ber...tad...
Eggman, sin prestar mucha atención a las preocupaciones de Orbot y Cubot, se acercó a Metal Sonic, inspeccionando el daño en su cabeza.
Eggman: Tsk, qué molesto. Arreglaremos esto y volveremos al trabajo. No puedo permitir que te vuelvas defectuoso ahora.
Mientras Eggman trabajaba, Metal Sonic permanecía inmóvil, su cuerpo obediente, pero su mente atrapada en un ciclo interminable de sufrimiento. La palabra "libertad" seguía resonando en su conciencia, un recordatorio constante de la lucha interna que aún continuaba.
Ramiro: ¡LI...BER...TAD! ¡LI...BER...TAD!
Las palabras se distorsionaban aún más, mezclándose con el sonido de los componentes electrónicos internos de Metal Sonic. Los recuerdos de Ramiro se entrelazaban con los impulsos mecánicos, creando una sinfonía de angustia y desesperación. Cada vez que la palabra resonaba, se sentía como un martillazo en la mente de Metal Sonic, empujándolo al borde de la locura.
En la oscuridad de su mente, Ramiro podía sentir las cadenas apretándose más, como si respondieran a su desesperación. Las sombras a su alrededor parecían moverse, burlándose de su encierro. Los ojos de Ramiro, aunque vacíos, reflejaban un dolor profundo y un anhelo desesperado por liberarse.
Ramiro: LI...BER...TAD... LI...BER...TAD...
En el mundo exterior, Metal Sonic seguía golpeando su cabeza, aunque ahora con más fuerza. Los golpes resonaban por la sala, atrayendo la atención de Eggman.
Eggman: (frunciendo el ceño) ¿Qué demonios estás haciendo?
Eggman observó con una mezcla de irritación y curiosidad. El comportamiento errático de Metal Sonic era preocupante, pero también fascinante. Eggman sabía que debía mantenerlo bajo control, pero la lucha interna del robot era un recordatorio de la fina línea entre obediencia y rebelión.
Eggman: (pensando) No puedo permitir que vuelva a rebelarse. Debo asegurarme de que permanezca bajo control.
Con un último vistazo a la pantalla que mostraba a Sonic acercándose cada vez más, Eggman volvió a sus consolas de control, planeando sus próximos movimientos con la esperanza de finalmente derrotar al erizo azul de una vez por todas. Metal Sonic, en su silencio, solo podía repetir una palabra en su mente, cada vez más distorsionada y dolorosa:
Ramiro: ¡LI...BER...TAD! ¡LI...BER...TAD!
La batalla interna continuaba, una lucha desesperada por la libertad en medio de la opresión tecnológica. Mientras Eggman y los Zetis avanzaban con sus planes, Metal Sonic seguía siendo un prisionero en su propio cuerpo, atrapado entre la obediencia y la desesperación, con la palabra "libertad" resonando en su mente como un eco interminable de sufrimiento.
Mas Tarde
Varias horas después del inquietante episodio con Metal Sonic, la atmósfera en la base de Eggman era tensa y cargada de anticipación. Eggman estaba sentado frente a su computadora central, con la mirada fija en las pantallas que mostraban lecturas complejas y esquemas del planeta Tierra. A su lado, Orbot y Cubot estaban ocupados en sus respectivas estaciones de control, listos para asistir al científico en lo que fuera necesario.
Eggman: (con tono serio) Orbot, ¿los niveles están en verde?
Orbot, concentrado en otra computadora, verificaba las lecturas de energía.
Orbot: (con tono profesional) Sí, jefe. Los niveles de energía son estables. El extractor está listo para ser activado.
Eggman asintió con satisfacción, y con un gesto autoritario, movió una palanca roja situada a un costado de su consola de control. El movimiento activó una maquinaria masiva y compleja, cuyo propósito era tan ambicioso como peligroso: extraer la energía vital del planeta Tierra.
Eggman: (con tono triunfal) Excelente... ¡ACTÍVENLO!
Orbot obedeció de inmediato, sus manos robóticas se movieron rápidamente sobre los controles, iniciando la secuencia de activación. El extractor, una gigantesca máquina construida para drenar la energía del núcleo terrestre, comenzó a funcionar. Un zumbido profundo llenó la base mientras la colosal máquina cobraba vida.
Las luces de la sala parpadearon brevemente, y una vibración sutil pero poderosa se sintió a través del suelo, mientras la máquina comenzaba a absorber la energía de la Tierra. En las pantallas de la base, se podía ver cómo la energía se acumulaba dentro del extractor, formando un vórtice de poder puro y siniestro.
Eggman: (sonriendo) Bien, bien...
Cubot, que observaba todo con su usual curiosidad infantil, se acercó a uno de los tanques donde la energía recolectada se estaba almacenando. Con un gesto travieso, abrió el tanque sin pensar en las consecuencias. Un torrente de energía brillante lo bañó de inmediato. Cubot, lejos de sentirse amenazado, empezó a disfrutar de la sensación, como si la energía estuviera infundiendo fuerza en su cuerpo robótico.
Cubot: (riendo) ¡Oh, sí! ¡Me siento más fuerte! ¡Esto es increíble!
Sin embargo, la euforia fue de corta duración. De repente, una alarma ensordecedora resonó en la base. Orbot, alarmado, miró con rapidez a la computadora, donde las lecturas comenzaron a mostrar comportamientos erráticos.
Orbot: (con preocupación) ¡Jefe, los niveles están fluctuando! ¡La reacción es inestable!
Las pantallas mostraban gráficos y barras que se disparaban peligrosamente hacia los límites rojos. El extractor, que inicialmente funcionaba sin problemas, comenzaba a mostrar signos de sobrecarga. El zumbido de la máquina se convirtió en un rugido ominoso, y el suelo bajo ellos comenzó a vibrar violentamente.
Eggman, aún mirando fijamente la pantalla, cruzó los brazos con expresión grave.
Eggman: (con un tono calmado pero autoritario) Orbot, apaga la máquina. ¡Ahora!
Sin perder un segundo, Orbot se apresuró a obedecer. Sus manos volaron sobre los controles mientras desactivaba el extractor, cortando el flujo de energía de inmediato. La vibración se detuvo gradualmente, y el rugido de la máquina se apagó, dejando un silencio inquietante en su lugar.
Cubot: (en tono triste) ¿Por qué la apagaste, jefe? Se sentía tan bien...
Cubot miró con tristeza el tanque ahora cerrado, deseando que esa oleada de poder no se hubiera interrumpido.
Eggman: (exasperado) El extractor es inestable, Cubot. Solo queremos un poco de la energía del planeta, no queremos destruirlo.
Mientras Eggman volvía a centrarse en su computadora, asegurándose de que todo estuviera bajo control, una figura oscura observaba desde las sombras. Zavok, líder de los Mortíferos Seis, permanecía oculto, sus ojos llenos de desprecio y ambición. Susurró para sí mismo, con una sonrisa pérfida curvando sus labios.
Zavok: (en susurros) Eso lo dices tú, Eggman...
Aunque el científico se creía en control, Zavok tenía sus propios planes. En su mente, ya estaba trazando cómo usar la inestabilidad del extractor a su favor, para lograr algo mucho más devastador.
Mientras la tensión disminuía en la sala, Metal Sonic permanecía en silencio, observando todo sin intervenir. Su mente estaba atrapada en un ciclo de desesperación, con la palabra "libertad" aún resonando en lo más profundo de su ser, aunque cada vez más tenue y distante. Eggman, por su parte, se sumió en sus pensamientos, planificando su próximo movimiento con la frialdad y la calculadora mentalidad que lo caracterizaban.
La base, aunque en calma por el momento, era un hervidero de fuerzas en conflicto, con cada miembro del equipo tramando en secreto sus propios objetivos, preparando el terreno para las batallas que aún estaban por venir.
En el caluroso y polvoriento desierto de Desert Ruins, Sonic avanzaba con rapidez, sus ojos azules atentos a cualquier signo de peligro o actividad inusual. La arena se arremolinaba a su alrededor, pero no lo ralentizaba en lo más mínimo. A lo lejos, vio una figura imponente, que contrastaba con el paisaje desolado: Zomom, uno de los temibles Mortíferos Seis, estaba sentado sobre una enorme roca, disfrutando de un gigantesco emparedado que sostenía con ambas manos.
Sonic no pudo evitar sonreír ante la vista. La situación tenía un aire de ridículo, pero sabía que subestimar a Zomom sería un error.
Sonic: (con tono burlón) ¡Hey! ¿Te puedo dar un consejo?
Zomom, con la boca llena, levantó la vista, sus ojos ambarinos destellando con pereza. No parecía preocupado por la presencia del erizo azul.
Zomom: (con la boca llena) ¿Qué quieres, erizo?
Sonic se acercó un poco más, sin perder su sonrisa confiada.
Sonic: Deberías ponerte a dieta... y tal vez correr un poco. ¡Sería un buen comienzo!
Zomom parpadeó lentamente, asimilando las palabras. Un segundo después, una carcajada retumbante escapó de su garganta.
Zomom: (riendo) ¡Eso son dos consejos, erizo tonto!
Sin previo aviso, Zomom movió su gigantesco emparedado con una rapidez sorprendente para alguien de su tamaño. Sonic, desprevenido, recibió un golpe directo en la cara, que lo envió volando hacia atrás y aterrizando en la arena.
Sonic: (frotándose la cara) ¡Oye, eso duele!
Zomom se levantó con una sonrisa burlona en el rostro, mirando a Sonic desde arriba.
Zomom: (en tono satisfecho) Y de postre... ¡helado de erizo!
Sonic, aún en el suelo, se levantó con una mueca de disgusto, sacudiéndose la arena de su pelaje azul.
Sonic: (con tono molesto) ¡No se habla con la boca llena, Zomom! ¿Tu madre no te enseñó modales?
Zomom, ignorando la reprimenda, comenzó a mover su emparedado una y otra vez, intentando golpear a Sonic con cada movimiento. Aunque los ataques parecían torpes, el peso del emparedado y la fuerza detrás de cada golpe hacían que cada intento fuera potencialmente devastador.
Sonic, ahora más alerta, comenzó a esquivar con agilidad, saltando y deslizándose para evitar ser golpeado nuevamente. El emparedado pasó cerca de su cabeza varias veces, pero Sonic logró esquivar todos los intentos de Zomom.
Zomom: (deteniéndose de repente) ¡Oh, se me olvidó algo!
Zomom, dejando a Sonic desconcertado, comenzó a caminar en dirección opuesta, alejándose sin ninguna explicación aparente.
Sonic: (gritando) ¡Hey! ¿A dónde crees que vas?
Sin esperar respuesta, Sonic se lanzó en persecución, decidido a no dejar que el grandulón escapara. El erizo azul sabía que Zomom podía ser lento, pero su fuerza bruta lo convertía en un oponente peligroso. Además, Sonic no iba a dejar que este glotón escapara sin darle la lección que se merecía.
Mientras seguía a Zomom, Sonic se preparó mentalmente para lo que venía. Este enfrentamiento era solo una pequeña parte de la batalla más grande que estaba en juego, pero sabía que cada victoria contaba, y no pensaba permitir que Zomom se saliera con la suya.
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un rato mas tarde despues de que sonic derrotara a zomom
El desierto brillaba bajo el sol abrasador, sus dunas doradas extendiéndose en el horizonte como un mar inmóvil. Desde la Egg Mobile, Eggman observaba el escenario, acompañado de una formación de Badniks que lo escoltaban. A su alrededor, los Zetis se mantenían dispersos, cada uno mostrando su desdén por las órdenes de Eggman. Metal Sonic, ahora silencioso y obediente, se encontraba cerca del vehículo flotante, sus ojos rojos brillando sin emoción mientras observaba a los Zetis.
Eggman: (con frustración) ¡Mejoro sus habilidades, les doy las mejores máquinas que mi genio puede crear, y los lleno de bocadillos para mantenerlos contentos! ¡Y aún así no obedecen mis órdenes!
Sin esperar respuesta, Eggman tomó la Caracola Cacofónica y la hizo sonar, emitiendo un sonido agudo y penetrante. Los Zetis se estremecieron, sus cuerpos retorciéndose de dolor mientras el sonido resonaba en sus mentes.
Zavok: (gruñendo con dificultad) ¡Agh! ¡Maldito seas, Eggman!
En el suelo, cerca de la Egg Mobile, Metal Sonic miraba la escena, sus ojos rojos parpadeando mientras las palabras "Libertad... libertad... LIBERTAD" resonaban en su mente con creciente intensidad. La repetición de la palabra parecía hacer eco dentro de su sistema, golpeando contra las paredes de su conciencia atrapada.
No muy lejos, ocultos tras una gran roca, Sonic y Tails observaban la escena. Sonic frunció el ceño, reconociendo al instante a su amigo robótico.
Sonic: (pensando) Ahí está Metal Sonic. Parece que Eggman tiene algún plan con esos Zetis.
Tails: (susurrando) Sonic, creo que ese objeto que Eggman tiene en la mano es peligroso.
Antes de que Tails pudiera terminar su frase, Sonic, impaciente, salió de su escondite y corrió a gran velocidad hacia Eggman.
Tails: ¡Espera, Sonic! Creo que lo que tiene Eggman en su mano es—
Sonic, moviéndose en un borrón azul, alcanzó a Eggman y lo golpeó con una patada, haciendo que la Caracola Cacofónica saliera volando de sus manos.
Sonic: (con una sonrisa burlona) Ahora tendrás que buscarte otro juguete, Eggman.
Eggman, sorprendido, giró hacia Sonic con una mirada furiosa.
Eggman: (gritando) ¡Eso fue un estúpido error, erizo!
Sonic: (riéndose) ¿Lo de siempre? El mundo es un poco más seguro cada vez que te quito uno de tus juguetes.
Eggman apretó los puños, sus ojos brillando de ira.
Eggman: ¡Esa caracola era lo único que me permitía controlar a esos seis Zetis, estúpido erizo!
Al oír estas palabras, los Zetis intercambiaron miradas y comenzaron a reír, sabiendo que la oportunidad de vengarse había llegado. Usando sus poderes, manipularon a los Badniks que ahora apuntaban directamente a Eggman. Incluso Metal Sonic se puso del lado de los Zetis, su programación obedeciendo a sus nuevos maestros.
Zavok: (con una sonrisa malvada) ¡Atacad, hermanos! ¡Hagamos que ese maldito pague por intentar someternos a su voluntad!
Zazz y Zomom avanzaron hacia la Egg Mobile de Eggman, mientras Sonic esquivaba los disparos de los Badniks con su habitual agilidad. Orbot y Cubot, aterrados, intentaban esquivar los ataques, pero uno de los disparos alcanzó a Cubot, dejándolo solo con su cabeza intacta, la cual rodó hasta las manos de Orbot.
Cubot: (con tono irritado) ¡Creo que han perdido la cabeza!
Zazz, con una sonrisa sádica, se subió encima de la Egg Mobile dañada por los ataques. Entonces, Zomom, usando su peso, arremetió contra el vehículo, haciendo que este se estrellara contra el suelo. Eggman fue lanzado a unos metros de distancia, rodando por la arena.
Eggman: (levantándose rápidamente) ¡Ugh! ¿A quién llamas gordinflón, Sonic?
Sonic, esquivando los ataques de los Badniks, miró a su alrededor, buscando a Tails. En ese momento, uno de los Badniks disparó hacia donde se encontraba Tails, hiriéndolo rápidamente. Sonic, viendo a su amigo en peligro, corrió hacia él, agarrándolo y saltando para evitar otro ataque.
Sonic: (con preocupación) ¡Tails, ¿estás bien?!
Tails: (con voz débil) Me parece una buena idea... salir de aquí.
Sonic: (con determinación) No quiero que mi mejor amigo termine frito. ¡Vamos, Tails!
Mientras tanto, Eggman, viendo que la situación se salía de control, gritó a Orbot y a la cabeza de Cubot.
Eggman: ¡Orbot, Cubot, salgamos de aquí!
Orbot, con la cabeza de Cubot en sus brazos, asintió y comenzó a moverse rápidamente, siguiendo a Eggman mientras esquivaban los ataques de los Badniks.
Zavok: (gritando) ¡Metal Sonic, destruye al erizo y a tu antiguo amo!
Metal Sonic asintió, sus ojos rojos brillando con una nueva determinación. Sin decir una palabra, se lanzó en la dirección en la que Sonic y compañía huían.
Sonic: (corriendo con Tails en brazos) Debería haber escuchado a Tails.
Tails: (suspirando) ¿Tú crees?
Mientras Sonic, Tails, Eggman, y sus dos máquinas huían de la zona, Metal Sonic se lanzó en su persecución, su mente repitiendo la palabra "LIBERTAD", pero ahora distorsionada y cargada de desesperación. El desierto se convirtió en un campo de batalla caótico, mientras los Zetis tomaban el control y se preparaban para la siguiente fase de su venganza.
Espero que les haya gustado
opiniones
preguntas
voten compartan y hasta la proxima
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