lost word parte 3
La lucha había sido intensa, pero finalmente, Sonic y Metal Sonic lograron derrotar a Zazz, uno de los temidos Mortíferos Seis. A medida que el polvo se asentaba, Sonic miró a su alrededor, notando la presencia ominosa del Dr. Eggman. Con una mezcla de burla y desdén, Sonic se dirigió a su antiguo enemigo.
Sonic: ¿Qué pasa, Eggman? ¿Te has hecho amigos ahora?
Eggman observó la escena, sus ojos brillando con una mezcla de malicia y sorpresa. Vio a Metal Sonic, la versión que se había rebelado contra él hacía unos días, ahora de pie junto a Sonic. Con una sonrisa sardónica, Eggman respondió.
Eggman: ¿Amigos? Estos no tienen amigos. Son los Mortíferos Seis y serán tu peor pesadilla.
En ese momento, Eggman dirigió su mirada a Zavok, el líder de los Mortíferos Seis, y con un tono desafiante, le ordenó.
Eggman: Zavok, demuéstrales de lo que eres capaz.
Metal Sonic, anticipando lo que estaba por venir, calculó rápidamente sus posibilidades. Todo se resumía a un 50/50 de posibilidad de éxito o fracaso. Zavok comenzó a usar su habilidad de manipular campos magnéticos, lo que provocó un dolor agudo en Metal Sonic, obligándolo a arrodillarse. Sonic, preocupado, se acercó a su lado.
Sonic: ¿Estás bien, Metal?
Metal Sonic: No, el cabronazo de rojo cornudo está intentando entrar en mi inteligencia. Si me vuelvo en tu contra, que sepas que no es voluntario.
Eggman, impaciente, gritó hacia Zavok.
Eggman: ¿Por qué tardas tanto, Zavok?
Zavok, concentrado en su tarea, respondió con una sonrisa perversa.
Zavok: Su resistencia es alta, tan alta como la de un ser vivo. Pero no podrá superar mi habilidad.
A medida que Zavok intensificaba su manipulación, Metal Sonic luchaba por mantener el control. Sentía cómo las fuerzas magnéticas intentaban reconfigurar sus circuitos, invadiendo su sistema y subyugando su voluntad. Cada segundo que pasaba era una batalla interna, su conciencia luchando contra la fuerza implacable de Zavok.
Zavok: (con una risa siniestra) Pronto, serás nuestro, Metal Sonic.
Metal Sonic no pudo resistir más. Su sistema se vio abrumado y, en un momento de silencio inquietante, sus ojos se apagaron brevemente antes de volver a iluminarse con un resplandor rojo controlado. Sonic, alarmado, se acercó más.
Sonic: ¡Metal! ¿Estás bien?
Metal Sonic se levantó lentamente, sus movimientos ahora rígidos y mecánicos.
Metal Sonic: Cumpliré las órdenes de los Zetis y las de Eggman.
Eggman, con una sonrisa de triunfo, dio un paso adelante.
Eggman: Bienvenido de nuevo, Metal Sonic.
Sonic observó, atónito, cómo Metal Sonic se alineaba junto a Eggman. No podía creer lo que veía.
Eggman: (mirando a Zazz) Zazz.
Zazz: (mirando a Eggman) ¿Sí?
Eggman: Enséñale al erizo azul cómo son las cosas aquí.
Zazz aceptó con una sonrisa sádica.
Zazz: Será todo un placer. Nada como una buena pelea para despertar a alguien.
Sonic, siempre listo para una pelea, no pudo evitar burlarse.
Sonic: ¡Tu olor es lo único que me despierta!
Eggman, disfrutando del intercambio, se despidió.
Eggman: Me encantaría quedarme a ver esto, pero tengo asuntos que atender.
Eggman se retiró junto con el controlado Metal Sonic y los Zetis, dejando a Sonic y Zazz enfrentándose en el campo de batalla.
Zazz: (riendo) ¡Vamos! Te voy a hacer pedazos.
Sonic se preparó, sabiendo que tendría que derrotar a Zazz rápidamente si quería ayudar a Metal Sonic. Con cada paso, su mente estaba dividida entre la batalla presente y la preocupación por su amigo robótico.
La batalla entre Sonic y Zazz comenzó, con Sonic esquivando y lanzando ataques rápidos, mientras Zazz respondía con ferocidad. La pelea era intensa, pero Sonic sabía que cada segundo contaba. Mientras tanto, Eggman y los Zetis se alejaban, llevando consigo al ahora controlado Metal Sonic, cuya conciencia estaba atrapada bajo la dominación de Zetis.
Sonic: (pensando) Metal, aguanta. Te sacaremos de esta.
Después de una feroz batalla, Sonic finalmente logró derrotar a Zazz. Exhausto pero determinado, se dirigió rápidamente hacia la ubicación donde sabía que Tails estaría trabajando en su avión. Sabía que el tiempo era esencial y no podía permitirse perder ni un segundo.
Al llegar, encontró a Tails haciendo los últimos ajustes en el avión. Las alas del Tornado brillaban con un nuevo revestimiento metálico y los motores rugían con energía renovada. Sonic se acercó con una mezcla de urgencia y preocupación en su rostro.
Sonic: Tails, ¿estamos listos?
Tails levantó la vista, sus ojos brillando con determinación.
Tails: Sí, estamos listos. El Tornado está mejor que nunca. Pero... ¿dónde está Metal Sonic?
La pregunta de Tails hizo que el corazón de Sonic se hundiera un poco. Con un suspiro, comenzó a explicar.
Sonic: Eggman y un nuevo aliado suyo, un tal Zavok, lo capturaron y le lavaron el cerebro. Ahora está bajo su control.
Tails se quedó en silencio por un momento, procesando la información. Sus ojos se llenaron de preocupación y tristeza.
Tails: No puedo creerlo... Metal Sonic...
Con un último ajuste, Tails movió las alas del avión, demostrando que estaba completamente funcional y listo para despegar. Sonic miró el avión y luego a Tails, con determinación en sus ojos.
Sonic: No podemos perder tiempo, Tails. Tenemos que ir al desierto de Héxagon, Desert Ruins. Eggman y los Zetis deben estar allí.
Tails asintió, subiendo rápidamente al avión y encendiendo los motores. Sonic se subió a su lado, su mente ocupada con pensamientos sobre Metal Sonic. La imagen de su amigo robótico bajo el control de Eggman y Zavok no dejaba de rondarle la cabeza.
Sonic: (pensando) Aguanta, Metal. Vamos a rescatarte.
El Tornado despegó con un rugido, elevándose hacia el cielo y dirigiéndose al desierto de Héxagon. La arena y el calor serían un desafío, pero Sonic y Tails estaban preparados para enfrentarse a cualquier obstáculo en su camino. Mientras volaban, Sonic miró a Tails, agradecido por tener a su amigo a su lado en esta difícil misión.
Tails: (volando) Vamos a traerlo de vuelta, Sonic. No importa lo que Eggman y esos Zetis intenten, lo recuperaremos.
Sonic asintió, su confianza renovada por las palabras de Tails. El camino hacia el desierto de Héxagon sería peligroso, pero estaban decididos a salvar a Metal Sonic y detener los planes de Eggman una vez más. Con el horizonte extendiéndose ante ellos, el dúo se preparó para la batalla que les esperaba.
MIentras tanto
En la imponente base de Eggman, la atmósfera estaba cargada de tensión. Eggman caminaba de un lado a otro, visiblemente molesto, observando a los animales capturados que se encontraban en jaulas. Eran criaturas pequeñas y débiles, incapaces de proporcionar la energía que necesitaba para sus planes.
Eggman: (gruñendo) ¡Estos animales son inútiles! No tienen la energía necesaria para mis experimentos.
Metal Sonic estaba en silencio e inmóvil en una esquina de la sala, sus ojos rojos brillando en la penumbra. Aunque su cuerpo estaba controlado, su mente seguía luchando contra la dominación impuesta por Zavok.
Zavok, también visiblemente irritado, se acercó a Eggman con una mirada desafiante.
Zavok: No nos interesa para nada tu decepción, Eggman. Estamos aquí para resultados, no para quejas.
Eggman, sin perder la calma, sacó un pequeño dispositivo de su bolsillo: la Caracola Cacofónica. Sosteniéndola en alto, miró a los Zetis con una sonrisa maliciosa.
Eggman: ¿Y qué tal ahora? ¿Les importa?
Con un movimiento rápido, activó la Caracola Cacofónica. Un sonido agudo y ensordecedor llenó la sala, causando un dolor de cabeza horrible a los Zetis. Zavok y los demás Zetis se retorcieron, llevándose las manos a la cabeza para intentar amortiguar el dolor.
Eggman: (con voz firme) Para la próxima, tráiganme mejores animales. No acepto más fracasos.
Los Zetis, aún recuperándose del dolor, asintieron con resentimiento y rabia en sus ojos. Mientras tanto, Metal Sonic observaba la escena, sus sistemas internos luchando contra el control magnético. En su mente, una palabra resonaba repetidamente, un eco de su deseo más profundo.
Metal Sonic: (pensando) Libertad... libertad... libertad... y libertad.
Aunque su cuerpo estaba bajo el yugo de Zavok, su espíritu seguía anhelando liberarse. La imagen de Sonic y Tails cruzó por su mente, una chispa de esperanza en medio de su tormento.
Eggman, satisfecho con su demostración de poder, guardó la Caracola Cacofónica y se dirigió hacia sus consolas de control.
Eggman: Bien, ahora a trabajar. Tenemos mucho que hacer y poco tiempo para hacerlo.
Mientras los Zetis se retiraban, todavía resentidos, Metal Sonic permaneció en su lugar. La lucha interna continuaba, pero su deseo de libertad no se extinguía. En algún lugar, sabía que Sonic y Tails no se rendirían con él.
Un rato después, en la vasta base de Eggman, el científico loco observaba con atención una gran pantalla. En ella se mostraba a Sonic atravesando las desoladas y peligrosas tierras de Desert Ruins. Eggman se palmeó la cabeza, frustrado por la constante interferencia del erizo azul.
Eggman: (gruñendo) ¡Ugh, ese maldito erizo nunca se rinde!
Desviando la vista de la pantalla, Eggman llamó a uno de los Zetis con un tono autoritario.
Eggman: ven aquí, gordinflón. Necesito que vayas a aplastar al molesto de Sonic.
Zomom, visiblemente molesto por el insulto, se acercó con una expresión enfadada.
Zomom: ¿A quién llamas gordo?
Eggman, sin inmutarse, señaló a Zomom con una mirada cansada agarrando un bocadillo.
Eggman: A ti, Zomom. Pero escucha, si acabas con Sonic, te daré un bocadillo aún más grande.
diria lanzandolo aire el bocadillo
La expresión de Zomom cambió instantáneamente al escuchar la palabra "bocadillo". Sus ojos se iluminaron de emoción y saltó con entusiasmo agarrando el bocadillo, causando un cráter en el suelo de la base debido a su peso.
Zomom: ¡Bocadillo! ¡Voy por él!
Eggman suspiró profundamente, tratando de mantener la paciencia mientras observaba el daño causado por el salto de Zomom. Su base ahora tenía un nuevo cráter que reparar.
Eggman: (resignado) Paciencia, paciencia...
Mientras tanto, Metal Sonic observaba la escena en silencio, sus ojos rojos fijos en Eggman. Desde que Zavok y Eggman habían tomado el control sobre él, había permanecido más callado y sumiso.
Eggman: (mirando a Metal Sonic) Desde que te controlamos, te has vuelto mucho más silencioso. No sé si eso es bueno o malo.
Eggman estudió su creación por un momento más, intentando discernir algún atisbo de rebelión en su expresión robótica. Sin embargo, Metal Sonic seguía inmóvil, sus sistemas internos aún luchando contra la manipulación magnética de Zavok.
Eggman: (pensando) No puedo permitir que vuelva a rebelarse por tercera vez Debo asegurarme de que permanezca bajo control.
Con un último vistazo a la pantalla que mostraba a Sonic acercándose cada vez más, Eggman volvió a sus consolas de control, planeando sus próximos movimientos con la esperanza de finalmente derrotar al erizo azul de una vez por todas. Metal Sonic, en su silencio, solo podía repetir una palabra en su mente:
Metal Sonic: (pensando) Libertad... libertad... libertad...
Espero que les haya gustado
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