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Capitulo 7
Ella no era así de hecho Tenía dificultad para confiar en los hombres Pero con Bruce... Simplemente no sabía que rayos le había pasado.
Ella lo vio dormir a su lado muy plácido. la puso en trance.
Nunca. En su vida. Había tenido alguna relación, e incluso cuando había creído que estaba completamente loca por
esos hombres, se había contenido. No había sentido comodidad en sus
abrazos, nada como el refugio de calidez que había encontrado en los brazos de Bruce. Y eso la sorprendía.
Ella se volvió acostar para ver la cara de Bruce.
Él estaba acostado con la cabeza girada hacia ella era un hombre con los músculos bien trabajados. Ella se mordió el labio e intentó evitar una sonrisa. Un poder desatado lo rodeaba incluso cuando estaba totalmente desnudo bajo las sábanas, incluso cuando estaba dormido y las duras líneas de su cara se habían suavizado hasta hacerle parecer un estudiante en su primer año de universidad.
Claudia iba a disfrutar del momento tanto como le fuera posible Pero algo dentro de ella se estaba formando, ¿Cariño tal vez? no, eso no Po día ser. Ella no podía sentir nada por un hombre al que no conocía de nada. Si, había hecho el amor, porque eso un simple sexo no era, es que a ver. El la hizo suya como si su vida dependiera de ello, y las cosas que le decía, como se lo decía... No, no podía sentir nada por él, por favor, era hasta ridículo si lo pensaba bien.
Bruce abrió los ojos lentamente y pestañeó para luego sonreírle tiernamente. Caray ¿Por qué sonreía así?
¿En qué estaba pensando?... Es que si le sonreía así, era capaz de hacer cualquier cosa por él. ¿Eh? No. No. No. Eso estaba mal muy mal.
En serio ella jamás, jamás había estado así de estúpida por un hombre.
—eso es acoso—hablo con voz ronca, se puso de lado y acomodo su cara la su pecho.
Claudia cerró los ojos, sonriendo y preguntándose si él sabría lo que ella había encontrado en sus abrazos. Era muy improbable. Él nunca pensaría que
era tan inocente.
—Porque parecías un niño pequeño y me estaba preguntando si iría a la cárcel.
La risa le hizo sacudirse debajo de su cara y ella sonrió.
—Si fueras a la cárcel, te sacaría de ahí.
—Ah, ¿sí?
—claro, sin pensarlo dos veces.. Porque necesito que esa forma de contrato vaya excelente.
Claudia se apartó —¿Eso es todo? ¿Esa es la razón por la que me sacarías de la cárcel?
Él sonrió asintiendo y, a medio camino, cambió de dirección y negó con la cabeza.
Ella se rió y se acercó para besarle en la boca. Santino giró la cabeza hacia un lado haciendo que los labios de ella aterrizaron en su mejilla.
Idiota. Un sexi idiota.
Él se reía mientras Claudia intentaba liberarse de él, pero él muy… sexi idiots la sujetaba sin parar de reírse.
—Déjame —dijo ella riéndose, trataba de estar enfadada con él Pero realmente podía.
—¿Qué he hecho? —se rio él.
Ella estaba bastante segura de que el paraíso tendría ese sonido.
—¡Qué hombre tan vengativo!
Él se rio más alto ante su incapacidad de maldecir.
—Vale, vale. Lo siento. Aquí.... —el paro los labios para que ella lo besara nuevamente y ella apretó los
labios negándose a besarle.
—No, ya no quiero.
—Sí, sí que quieres. —Él se acercó más.
Ella se apartó, poniendo la cabeza sobre la almohada y empujándolo para mantenerlo apartado.
—No quiero tu compasión
—Sé que lo quieres. Tómalo.
—¡No! —chilló ella, y él la agarró de las muñecas sujetándolas por encima de su cabeza para darle un beso ardiente.
En solo unos instantes, ella le estaba agarrando el pelo, y abriendo las piernas para que él pudiera poner su miembro sobre su entrepierna.
Que fácil había caído nuevamente.
.
.
.
Claudia aterrizó sobre su cama, una cama conocida, cómoda y suave, y suspiró.
Se había alojado en el mejor hotel ese oais, pero nada era comparable a su propia cama, calentita y cómoda cama.
Cómo había extrañado su rica casa.
Mientras se quitaba la ropa que apestaba a viaje largo y comida de avión, se preguntaba si estaba completamente loca.
Otros estarían revitalizados y eufóricos por haber tenido un viaje como el que ella tuvo con todos los gastos pagados, pero ella… ella no.
Estaba cansada y ese cansancio lo sentía hasta en los huesos.
Antes de entrar en la ducha, se puso a mirar el móvil por enésima vez ese
día. La culpa la invadía, pero no había mucho que pudiera hacer. Bruce
había vuelto a Estados Unidos hacía tres días en su propio jet.
El hecho de que la llamara todos los días, aunque fuera solo durante cinco minutos cada vez, significaba mucho para Claudia.
Y, aunque resultaba aterrador que ya estuviera tan apegada a su voz, también era… emocionante.
Había pasado mucho tiempo desde que le había gustado un hombre por algo más que su apariencia. Y Bruce la hacía reír y pensar, y estaba interesado en absolutamente todo lo que ella hacía en su vida.
En apenas dos citas, él había conseguido enamorarla.
Estaba en medio de la ducha cuando oyó el teléfono sonar. Eufórica, se aclaró el champú y salió corriendo del baño con la seguridad de que todavía tenía jabón en el cuerpo.
Cogiendo el teléfono, comprobó la llamada perdida. De Bruce.
Se sentía ridículamente infantil Aún así devolvió la llamada y él contestó al segundo tono.
—Hola, nena, ¿Que tal tu vuelo?
—Emmm, bien. — dijo con esa sonrisits tonta de colegiala— hubiera estado mejor si la mujer que estaba al lado no hubiera sino una desquiciada roncando.
Bruce se rio.
—¿Estás libre para quedar esta noche?
—Hmm… —Ella fingió pensarlo. No tenía absolutamente ningún plan para esa noche. Miranda le había preguntado si quería salir pero, en este momento, sin duda era Bruce el que iba a pasar tiempo con ella—. Creo que sí.
—¿Te paso a buscar a las ocho?
A ver quiero saber que les parece la historia!
¿Que tal Bruce Black hasta ahora?
¿Y Claudia?
Si quieren actualización, reventemos el capitulo en comentarios.
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