Capítulo 14

Una semana después Claudia estaba en su oficina, con las manos sujetando su cabeza por el estrés que había agarrado, es que nada mas llegar hoy a su trabajo como cualquier otro dia los paparazzi le cayeron como avispas.

Fue terrible para ella, por un momento se asustó, pensó que la iban a secuestrar hasta que vio algunos hombres con camaras y mujeres con sus micrófonos haciendo un sin fin de preguntas que solo podía escuchar pocas palabras como «relación» y «Bruce Black» y no iba a negar que sintió un pánico terrible ¿Y si le había pasado algo? No, ya se hubiera enterado.

Tuvo que haber dejado que Bruce la llevará al trabajo como lo llevaba haciendo en los últimos días.

Pero no ella se había empeñado en querer ir sola, cami ar y despejarse un poco porque le hacía bien. Una completa mierda por qué lo que tiene ahora es un terrible dolor de cabeza.

Nada más recordar como esa cuerda le locos se empujaban para conseguir la exclusiva de que era la novia de Bruce Black le daba más dolor de cabeza.

Así no podía trabajar eso era seguro.

Tomo su teléfono y le quitó el modo avión, ya que no quería saber de nadie en ese momento. justo estaba llamando a Bruce cuando la puerta de su oficina se abrió y entró él.

-no sabes como lo siento -fue lo primero que dijo el al verla.

Claudia no pudo evitarlo.

Se levantó y fue directamente a la seguridad de sus brazos, y enterró la cara en su pecho.

-Es una completa locura.

Él le acarició la espalda.

-no sabía que iban es estar enterado de todo tan rápido, de haber sabido te hubiera traído y mandado a la misma mierda a todos esos salvajes.-¿Estás bien? Habla conmigo

Ella negó con la cabeza.

-Creo que no estar preparada para todo esto

Agarrándole los brazos con firmeza, la llevó hasta su silla y se sentó enfrente de ella.

-Se sincera conmigo de cómo te sientes, por favor.

-Estoy bien. Solo que... Odio ser el centro de atención. -Mientras él esperaba en silencio a que ella dijera algo más, su necesidad de hablar y de hacerle una confesión aumentó-. Es que... Tu no me conoces realmente

-bueno, pues aquí estoy quiero conocerte Claudia, en serio que quiero.

Ella lo miró, recordando al hombre guapo que había visto hacía solo unas semanas. Había sido tan inalcanzable, tan irreal, y ahora él estaba aquí y le estaba agarrando la mano como si no quisiera soltarla nunca.

Y, lo más importante, era el padre del bebé que estaba esperando.

Ella había aprendido que las cosas buenas jamás, jamás le pasaban a ella. Y ahí estaba el, tan lindo y tierno con ella, dispuesto en todo momento para ayudarla y apoyarla, y aún así estaba esperando cualquier desliz de su parte para tomarlo como excusa y dejar de confiar en él.

-He pasado toda mi vida manteniéndome alejada del foco de atención, sin querer ser el centro de todo. Ya sabes... estudié publicidad porque me encantaba actuar y ser modelo, pero no soportaba estar en pantalla así que pensé que dirigir me acercaría al arte, pero no a estar en el centro.

Él frunció el ceño mientras la escuchaba.

-¿Tienes miedo de meter la pata?

Ella sonrió de forma titubeante.

-Solo tengo miedo de meterme en problemas.

-No te estoy entendiendo nena.

Ella tragó.

-Siempre he estado sola, era yo contra el mundo y si era en centro de atención o estaba en problemas no iba a tener quien me apoyara o ayudara

Él apretó los labios y frunció el ceño.

-¿Y tu familia?

-mi familia no es buena. Ellos andan metidos en vicios y peleas, esas cosas jamás me gustaron y si quería estar alejada de todo eso era mejor no ser vista ni por ellos ni por nadie, hasta que decidí valerme por misma, Pero aún así prefiero no ser el centro de atención.

-bueno ya está, si esos periodistas vuelven a acercarse a ti los voy a demandar, puedo hacer que se pudran en la carcel

-no seas exagerado solo están trabajando, ganándose el pan de cada día.

-No me importa lo que estén haciendo o por qué lo hacen. Tienes mi apoyo.

Ella lo miró a los ojos.

- ¿Por qué haces esto?- es que ella había leído tantas cosas de él en la prensa

-claudia , por favor no quiero que creas nada de esas cosas que seguramente has leído de mi en la prensa el ochenta porciento son mentiras y el otro veinte porciento exageraciones

-esta bien - a decir verdad ella nunca lo había pensado así, de que por ser una figura pudiente pudieran difamarlo de mil maneras. Pero no podía olvidar que las mujeres babeaban por el no solo por su belleza tan inmensa sino por su enorme fortuna.

-Soy un hombre como cualquier otro, con la diferencia de que se como ganar dinero y amasar mi fortuna, y realmente lo único que quiero es vivir lo más normal posible, tener una familia.

-Entonces ¿Si te preocupas por el bebé?

Él sonrió cálidamente al escucharla decir eso

-Por supuesto que me preocupo por el bebé. Por nuestro bebe. Me muero de ganas por verlo. No te voy a negar que me impresione al saber que estabas embarazada, porque siempre use protección jamás pensé que podía ocurrir algo así.

-¿Que tu súper esperma era como ácido que rompió la protección?

Él se rio entre dientes.

-pues si. . Te podrá parecer que tome una decisión apresurada y pensarás que estoy contigo para no dejarte pero no. En serio quien estar contigo y con el bebé, lo he pensado desde ese día que me dijiste que estabas embarazada y ya he empezado a cambiar muchas cosas para que esto pueda funcionar

Ella suspiró.

-no pensaba que te pudieras quedar y hacerte responsable.

Él asintió, pensativo.

-Si no me lo hubieras dicho, nunca habría creído que intentas mantenerte lejos del centro de atención.

Ella se rio.

-Hago lo que puedo para ocultar mis defectos.

Él le soltó la mano y le cogió la cara entre las dos palmas.

-No tienes defectos. Eres totalmente perfecta e inmejorable, eres única. Y eres muy fuerte y estoy loco por ti.

Ella se inclino y le dió un suave beso.

Todos los miedos que la habían invadido desde el momento en que los periodistas la habían asaltado se desvanecieron, y no existía nadie más que ese hombre.

-Tengo que confesarte que estoy muy asustada por todo esto.

-¿El bebé?

-Eso también. Pero eso es inevitable, ¿sabes? El bebé está en camino y no puedo librarme de ello. Va a pasar. Pero tú... -Tragó, pensando en cómo formar la frase para hacer que lo entendiera, pero las palabras parecían esquivarla-. Tú eres una decisión. Quiero decir... He elegido confiar en ti y eso da mucho miedo, porque me estoy haciendo vulnerable deliberadamente y no estoy segura de que sea una idea fantástica.

El dolor le llenó los ojos, pero fue rápidamente sustituido por la determinación.

-Sé que es arriesgado. Sé que solo me conoces desde hace unas semanas, pero piénsalo de esta manera. Es un gran riesgo, sin duda. ¿Pero te puedes imaginar las recompensas que trae el invertir en mí?

Ella se rio entre dientes.

-¿Ahora hablas de finanzas? Porque soy un inversor. Asumo riesgos y te estoy enseñando la profesión. Son conocimientos muy valiosos los que estoy impartiendo aquí.

-Así que, cuanto mayor sea el riesgo, mayor es la recompensa. Si resulto ser una inversión fantástica, que lo seré, tendrás un cómplice, alguien que te apoye y alguien con quien podrás contar. ¿Crees que estás dispuesta a asumir el riesgo?

-Creo que consideraré hacer esta inversión.

Él sonrió y le dio un beso firme en la mejilla.

-Le doy las gracias a Dios por eso.