Evitando una Tragedia
Un mes después.
Narra Milo.
Había pasado un mes de todo lo acontecido, Camus seguía sin hablarme, las pocas veces que lo había visto me ignoraba y siempre estaba acompañado de Shura quien lo jalaba cada vez que nos veíamos y sentía que me diría algo. Las cosas con los demás caballeros dorados tampoco habían mejorado todos me veían e incluso hablaban de mí de forma horrible además que... Mi único apoyo se había ido a China por petición del patriarca y Mu. Él tenía prohibido acercarse a hablarme. Cada vez me sentía más cansado de todo, lo único que me mantenía con suficiente fuerza para continuar era mí regalo que tenía para Camus él cuál no tardará mucho en notarse.
Milo: necesito encontrar una oportunidad para arreglar todo - susurro mientras ponía una de sus manos en su pancita. Sé encontraba sentado en él sillón de su habitación últimamente no había salido de su cuarto, Tiempo después llegó Saga.
Saga: te vine a dejar esto - dijo fríamente mientras le dejaba un plato de comida.
Milo: no gracias, no tengo hambre - le dijo mientras se ponía de pie y se alejaba de él.
Saga: Milo desde que Dohko se fue hace tres días no haz comido nada de lo que te traigo, no seas infantil y come que si algo llega a pasarte Dohko me mata a mí - le reprochó molesto.
Milo: deja de actuar Saga. Se que tú al igual que los otros me ven como la peor basura que puede haber en esta tierra así que te voy a pedir que sigas con tú vida y me dejes a mi en paz - le dijo mientras él otro respondió.
Saga: si eso es lo que quieres lo haré - dijo mientras se iba
Al verme sólo rápidamente fui hacia él jardín de mí templo, dónde cómo todos los días una manzana roja me esperaba sonriendo tristemente me acerque para tomarla.
Milo: muchas gracias señorita Athena - fue lo que susurré mientras me sentaba a los pies del árbol para comerla.
Desde que se enteraron de lo de mí "pecado" ni Shura, Afrodita o él patriarca me dejaban hablar con Athena, Aioros se había ido a una misión que él mismo le pidió a Athena así que no e visto, sin embargó Athena no me había dejado sólo cómo muchos pensaban y es que ella hacia crecer una jugosa manzana roja en él árbol que estaba en él jardín de mí templo, esa manzana era suficiente para dejarme satisfecho y sin necesidad de comer nada más en lo que restaba del día, además que la manzana parecía contener todos los nutrientes que necesitaba para que mí bebé creciera bien. Suspiré por décima vez de lo iba en la mañana estaba decidido, nosotros no podíamos seguir en él Santuario así que lo abandonariamos al caer media noche, previamente había escrito dos cartas una iría para Camus y la otra para disculparme con Saga ya que últimamente lo había notado mucho más distante conmigo así que ya entendía un poco por dónde iba él asunto.
Templo del patriarca.
Segundos después.
Narración normal.
Cómo ya le era costumbre Camus subía una vez más hasta el templo del patriarca, Athena sabía que era para "ayudarle" a Shion o cómo ella lo veía, para olvidar todos esos sentimientos que le atormentaban, la diosa suspiró cansada, aún no sabía cómo poder ayudar a esos dos a arreglar su problema, había tratado de buscar cabos sueltos pero no los encontraba y todo ese problema ya le había provocado un ligero dolor de cabeza. Lo que provocó que se llevará una mano hasta ahí entonces algo pasó...
Había pasado un mes, un bendito mes de todo lo ocurrido y él parecía ser él malo de la historia ya no podía ver a nadie a la cara sin que esté lo viera mal o lo tratara de cualquiera. ¿Que había hecho?, ¿De que hablaban todos?, Saga tampoco había sido digno de darle la cara es más. También estaba molesto con él y ni siquiera le había dado él tiempo de hablar o tan siquiera de enterarse ¿Porque el alboroto? Y para empeorar las cosas él regalo que le tenía a Camus aquel regalo que su diosa le entrego para mantenerlos más unidos empezaría a notarse dentro de un par de semanas, así que tomó la decisión de abandonar él santuario esa misma noche sin decirle a nadie, quisiera comentárselo por lo menos a Athena, pero gracias a su "pecado" ni Shura, Afrodita o él patriarca le dejaba hablar con ella. Dohko parecía ser él único que no dudaba de su inocencia y el que seguía creyendo en él sin dudarlo por lo cuál siempre lo defendía de los comentarios groseros de los demás, pero recientemente él había viajado a China por petición de Shion así que estaba sólo.
Escribió dos cartas, una la dejaría en su habitación para Camus y la otra era para disculparse con Saga por cualquier cosa que hubiera hecho. Al llegar la media noche bajo rápidamente los templos que le restaban y llegó a géminis dónde se infiltró hasta la habitación del gemelo mayor para dejarle la carta y encima de ella una manzana cuando lo hizo subió rápidamente hacia escorpio para recoger sus cosas e irse del santuario aunque una idea cruzo por su mente y un ruido se escuchó en él baño.
A la mañana siguiente.
Siete de la mañana.
Aprovechando de que todos estaban entrenando en él coliseo y que Milo ese día no había bajado a entrar la diosa Athena bajaba con un canasto de manzanas rojas y unas bolsas que llevaban algo que había comprado para Milo, aún estaba triste por ese gran chisme que había en él santuario sabía que a Milo le afectaba pero con su visita estaba segura que podría ayudarle en algo. Llegó a escorpio y corrió a la puerta de la habitación del dueño del mismo.
Athena: Milo - llamo mientras tocaba la puerta - soy yo Saori, ¿Podrías dejarme pasar?, Tengo algo muy bonito que traje especialmente para t... - vio que la puerta estaba semi abierta.
Esto la confundió en sobre manera, Milo jamás dejaría la puerta así, dejo las cosas que tenía en las manos y las puso en él suelo e ingreso al lugar. Pero vio que la habitación principal estaba en orden, la cama no estaba desordenada sólo vio cómo una sábana estaba tendida en él suelo haciendo un camino con dirección al baño. Algo andaba mal y ella lo sabía así que procedió a entrar al baño y al llegar sé dió cuenta de una escena desastrosa que la hizo caer de espaldas al suelo.
Athena: ¿Milo?... - pregunto asombrada y sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas para después desesperadamente taparse los ojos y gritar a todo pulmón.
Dicho grito se escuchó en todo él Santuario, alertando a todos los caballeros dorados que empezaron a correr templos hacia arriba preocupados.
Dos horas más tardes.
Shion veía preocupado a Athena la cuál se había quedado muda, ante lo que había visto. No decía nada, no se movía, sólo estaba viendo él suelo buscando muy adentro de ella una respuesta, algún sentido para lo que había sucedido. Los demás caballeros dorados se encontraban de igual manera, sin saber que pensar. Todos angustiados por lo que había sucedido. Dentro de aquella habitación dónde permanecía su cuerpo cubierto por una sábana blanca se encontraba Shaka ayudándolo a buscar él descanso eterno. Sólo vieron cómo Athena se levantó del sillón de dónde estaba para después comenzar a caminar. Pero fue detenida por Shion.
P/Shion: ¿A dónde va señorita? - pregunto.
Athena: ¿Ya están felices? - pregunto en un Susurro.
P/Shion: ¿Qué? - pregunto confundido.
Athena: ¿Ya están felices Shion?, ¿Están satisfechos por sus actos?, Esto era lo que querían ¿Verdad?, Que Milo los dejara de molestar con su presencia ¿No es así?, Pues los felicito. Lo an logrado - dijo al borde del llanto para después irse del lugar.
Fin de la premonición.
Cuándo la diosa pudo regresar en si, sentía un ligero dolor en él pecho cosa que la hizo tomar en sus manos esa zona, su búho la veía confundido mientras ella preocupada dirigió su vista a Escorpio, así que se puso de pie y justamente en ese preciso momento Seiya iba entrando.
Seiya: hola Saori - saludo sonriendo con la mano.
Athena: Seiya - dijo preocupada mientras corría hasta él - tienes que ayúdarme - le dijo alertando al caballero de pegaso.
Seiya: ¿Qué sucede? - pregunto serío.
Athena: llama a Shun y a los otros para que vengan al santuario enseguida, yo iré a Escorpio - dijo mientras salía corriendo.
Seiya: ¿A Escorpio?, ¿Porque?, ¡Oye Saori creo que Milo ya está dormido! - le indico mientras la veía irse así que confundido hizo lo pedido por ella.
Athena por su parte hasta ese punto se dió cuenta de que ya era de noche así que corrió más rápido con miedo de lo que hubiera visto se hiciera real.
Athena: Vamos Milo por favor espérame un poco - susurro mientras corría escaleras abajo.
Continuará...
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