Especial 500 ☆.
[Aclaración: Aquí ni Samantha ni Aylin saben que son personajes de un libro, pues el mundo las tomó como principales o, en su defecto, secundarios importantes.]
— ¡Wah...!
Caerse en las prácticas de básquetbol no es raro, de hecho era bastante común que más de alguno hiciera algún mal movimiento y se cayera de cara, sobre todo si tenían malos zapatos. Por eso nadie se sorprendió, mucho, cuando Aylin se cayó en medio de la práctica, pero... pasados unos segundos, todos se preocuparon cuando notaron que no se levantó de inmediato.
— ¿Estás bien? —le preguntó Troy, quien estaba más cerca.
— No...—gimoteó— Creo que me hice un esguince en el tobillo...
Ante esto, se formó un pequeño alboroto en la práctica del equipo y el entrenador mandó a Troy y a Logan a llevarla a la enfermería.
— ¡Eso fue una buena atrapada! —la animó Logan, recordando que se cayó por dar un pase, un pase que terminó en una anotación.
— Sí, pero me caí...
— Te recuperaras —le restó importancia Troy, apoyando su brazo en su hombro mientras su hermano hacía lo mismo del otro lado, porque ahora mismo parecía ser que Aylin no podía apoyarse en su pie.
— Que amable de tu parte —soltó con sarcasmo la chica, poniéndose de malas por culpa del dolor, estaba segura que fue un esguince serio. En serio le dolía.
Y cuando los tres caminaban por los pasillos vacíos de la escuela, pues ya era hora de irse, pudieron escuchar algo raro...
— ¡Ah...!
‹ ¿Eso fue un gemido...? ›
En ese momento, los tres se congelaron y, como si estuvieran sincronizados, giraron sus cabezas a donde creían haber escuchado eso, viendo una aula "vacía" donde pudieron ver a...
‹ ¿Esa es Amber? › se preguntaron los hermanos Clifford, reconociendo a la novia de su amiga.
De pronto, la situación que sólo era llevar a su amiga a la enfermería se complicó pues... vieron a su novia cogiendo con quien, parecía ser, Matthew Scott, alguien a quien Aylin odiaba por ser un idiota.
Sin tener ni idea de que hacer, ambos miraron a la chica, quien, sin ningún respeto, tomó el celular del bolsillo de Logan, pues él estuvo en la banca en este entrenamiento, y sacó una foto y luego un video de unos segundos.
— Vámonos.
— ¿Estás segura de...?
— Vámonos —lo cortó Aylin, sintiéndose asqueada por lo que estaba pasando ahí. Sus amigos sólo asintieron, llevándola a la enfermería como tenían planeado desde el inicio.
Una vez Aylin recuperó su teléfono en la clase, de inmediato se envió la evidencia a su propio celular. Sabía que si le decía que la vio, ella diría que lo malinterpretó, pero no podía negar lo que hizo con esto.
— Espera, ¿Esa no es...? —preguntó uno de sus compañeros, viendo a esa chica con Matthew.
— Sí, lo es —respondió Aylin, sin mirarlo.
Aylin pudo decirles que no dispersaran la información y que se guardaran el video, o que lo eliminaran, pero no lo hizo, porque no le importaba. Sólo fingió demencia y esperó a que Amber apareciera porque "la estaba esperando" para ir juntas a casa.
‹Sí, claro, "esperando"› pensó con veneno, acercándose a ella para tomarla del brazo y apartarla del resto de sus compañeros de equipo, quienes, de manera tácita, decidieron que "no vieron nada" y se alejaron de la escena.
— Aylin, ¿Qué pasa? —preguntó Amber, un poco confundida por el comportamiento de su novia, pero cuando está volteó a verla ella la acorraló contra la pared, haciéndola retroceder ante su mirada, pero no pudo ir más lejos pues su espalda chocó contra la pared.
A los ojos de cualquiera, Aylin lucía tranquila como de costumbre, pero... a sus ojos, ella lucía muy enojada.
— Amber...—susurró con una voz muy tranquila, poniéndose a su altura para mirarla a los ojos. Sintió su estómago retorcerse al oler un particular olor viniendo de ella, un olor similar al cloro. ‹Qué asco, ella huele a semen› pensó, aferrándose al muro para mantener la compostura— Si querías experimentar, sólo tenías que decirlo. No me hubiera molestado jugar contigo, pero si hay algo que no tolero es que me engañen —sentenció, mostrándole la foto que sacó de eso, una foto que dejaba en claro que estaba haciendo con ese chico, porque su ropa interior colgaba en su pie.
Ante estas palabras pudo jurar que todo el color de Amber se fue de su rostro, ¿Ella...?
— Si querías engañarme al menos pudiste intentar encontrar a alguien mejor, ¿Sabes? —dijo, alejándose de ella un poco, sin quitar su mano de la pared— Cuando ese idiota de Scott te destruya, ni siquiera pienses en intentar volver. Esto se terminó —fue todo lo que dijo, apartándose de ella y dejándola sola en esa pared del patio de la escuela.
En realidad, Aylin estaba muy enojada, mucho, sentía como si la sangre burbujeara en sus venas, pero se contuvo, no iba a hacer una estupidez como gritarle o algo así, aunque ahora mismo quería gritar, no quería darle la satisfacción de saber cuánto le alteró al ver eso. Iba a ser directa y terminar con esto de manera civilizada, aunque no quería ser mejor que ella, pero, desgraciadamente, vivía con ella.
Debió seguir sus instintos y no salir con alguien a quién literalmente tendría que verle la cara todos los días por culpa de sus estúpidos padres. ¿Por qué diablos aceptó? Amber ni siquiera era tan bonita, o muy inteligente.
‹Agh, no debí dejarme llevar› maldijo para sus adentros mientras bebía su caja de jugo de camino a casa. Tendría que verle la cara a esa tipa por lo menos hasta que acabará el año escolar, quizás más, a menos que consiguiera que sus padres le permitieran salir de ahí, porque si se iba sin más les decía los veía capaces de decir que no sabían dónde estaban Thoma y Yona y denunciarla por secuestro pese a que ella era la tutora legal de ambos.
Su único consuelo es que, al menos, no les dijo a esos dos que tenía algo con Amber, aunque parecía ser que Thoma sospechaba...
‹Denme un descanso› pensó, saludando a una de sus vecinas, la señora Úrsula. Era una mujer mayor, muy simpática, que a esta hora siempre estaba tejiendo en su porche, y saludarla la hizo sentir mejor de alguna forma.
Estaba agotada, tanto física como mentalmente. Quería ir a casa, pero a la vez no porque ahí estaría Amber, su ahora ex quién la engañó con ese idiota de Matthew, quien tenía novia si mal no recordaba.
¿Lo peor? Como no dijo nada, sus compañeros hicieron que las fotos, el video y los rumores se esparcieron como la pólvora, haciendo que en sólo unos días todos supieran lo ocurrido y la comenzaran a mirar con lástima, algo que la hacía sentir enferma. Su única satisfacción de esto es que ahora todos veían a esos dos como un par de infieles...
‹Si le pido ayuda a Joel quizás me ayude a acelerar esto...› suspiró, viendo al equipo de béisbol practicar. Julien le prohibió practicar por su esguince, pero no había forma en el infierno que se fuera temprano, prefería quedarse ahí, distraerse con sus amigos y fingir que Amber no existía, al menos unas horas, antes de que tuviera que buscar a sus hermanos.
— Hola.
Al escuchar la voz de una chica a su lado, una chica que claramente no era parte del equipo de béisbol, Aylin sintió ganas de poner los ojos en blanco. No reconocía esa voz y la verdad no tenía ganas de socializar ahora mismo, pero ser grosera no era algo que fuera a permitirse.
Maldiciéndose a sí misma por no ser capaz de mandar a volar a quien fuera quien vino a hablarle, probablemente para preguntarle por lo de Amber, Aylin giró la cabeza hacía donde escuchó la voz y, entonces, se congeló.
‹ ¿Qué demonios...? ›
A Aylin casi se le cayó la cajita de leche que estaba bebiendo cuando vio a la persona que le habló. Esta chica... ¡Era demasiado hermosa! ¡¿Cómo es que no la había visto antes...?!
— H-Hola...—por un instante Aylin quedó tan encandilada con la chica a su lado que perdió la calma y no pudo evitar tartamudear. Sin embargo, ¿Qué hacía una chica aquí? Casi no había chicas que les gustara el béisbol en esta escuela— ¿Qué te trae por aquí? —le preguntó con una sonrisa, intentando mantener la calma, ¿Quizá había venido a ver a alguno de sus compañeros?— ¿Acaso buscas a alguien?
La chica dejó salir un pesado suspiro ante esta pregunta.
— Sí, estoy buscando a alguien —admitió, logrando que Aylin se sintiera un poco decepcionada.
‹Vaya, es sorprendente que alguno de esos chicos consiguiera a alguien así› pensó, distrayendo su hilo de pensamientos.
— Mi nombre es Samantha Becker, y me gustaría hablar contigo, Aylin.
— ¿Eh...?
Esta chica hermosa, ¿Quería hablar con ella...?
‹Espera, ¿Samantha Becker? › repitió en su mente, reconociendo el nombre de los dueños del hospital, pero... "Samantha". ‹ ¿Ese no era el nombre de la novia de ese idiota de Matthew? ›
— Ya no soy su novia —respondió la rubia, notando su expresión de confusión— Terminé con él en cuando supe lo que ocurrió con Amber —admitió— Sé que nunca hemos hablado antes, pero...—por supuesto que nunca habían hablado, si lo hubieran hecho ella la recordaría— Yo... Me gustaría hablar contigo, en privado —se acomodó un rebelde mechón de cabello tras la oreja— Así que, si no es mucha molestia...
— Claro, no es ninguna molestia —se apresuró en responder, intentando no sonar desesperada.
— Gracias.
‹Vaya, es muy cortés› pensó Aylin, notando que esta chica era muy educada. Siendo sincera, por lo que había escuchado de Amber, pensó que sería una mocosa malcriada, pero, al menos hasta ahora, no parecía que eso fuera verdad.
Una vez se alejaron del campo de entrenamiento, Samantha volvió a hablar mientras miraba a algún punto perdido del pasto— Sé que eras la novia de Amber —aunque nunca lo dijeron abiertamente, el hecho es que todos sabían que Aylin y Amber tenían algo entre ellas, tampoco ayudaba que Aylin nunca negara nada a sus amigos— Y... me preguntaba si sabías desde cuándo esos dos tenían algo...
‹Con que quiere comparar versiones› pensó Aylin, peinándose el cabello con los dedos— Si lo hubiera sabido antes, hubiera terminado con ella de inmediato —dijo, mirando a un árbol que había junto a ellas. Estaba lleno de inscripciones de amor. ‹ ¿Por qué hay tantas personas trayendo navajas a la escuela? › se cuestionó por un momento— Realmente no quería dudar de ella, pero... ella estaba actuando extraño desde hace un tiempo —admitió, recordando que estaba algo esquiva, por decirlo de alguna forma.
— ¿Cuánto?
Rememoró un poco— ¿Unas dos semanas...? —dudó, intentando recordar. No le dio mucha importancia, porque por ese tiempo la estaban matando con un proyecto en parejas, así que no tenía tiempo para cuestionarse esto.
— Ya veo...—fue todo lo que dijo. Ese tiempo también concordaba con el tiempo que Matthew llevaba actuando raro, más raro de lo normal.
— Pero, estoy feliz
— ¿...?
Esta declaración confundió mucho a Samantha, y al notar su confusión la mirada de Aylin se suavizó.
— Estoy feliz de haberme enterado ahora y no después, mucho después, de que me estaban engañando —agregó, apoyando su espalda en el árbol— ¿No lo crees? —le sonrió.
Samantha por un momento se quedó sin habla, sin entender cómo esta chica podía sonreír de esa forma a pesar de descubrir que su novia la engañaba hace unos días, pero...
— Tienes razón...
Había bajado la guardia, pensando de manera ingenua que como Amber salía con alguien, una chica, no tenía nada de qué preocuparse, pero no fue así. Ni a Amber ni a Matthew les importaron ellas, de no ser por su descuido de seguro hubieran seguido con su engaño más tiempo...
A pesar de su apariencia rebelde, los rumores que escuchó sobre Aylin resultaron ser ciertos: realmente era una chica encantadora, inteligente y con una buena plática. Aunque se suponía que sólo iban a hablar un momento, antes de darse cuenta la práctica de béisbol ya había acabado.
— Lamento haberte quitado tanto tiempo —se disculpó, un tanto avergonzada por haberla distraído de su práctica.
Aylin rió, un poco nerviosa— No te preocupes por eso, no es como si pudiera practicar ahora mismo —comentó, consiguiendo una mirada de confusa de parte de la rubia— La razón por la que fui a la enfermería ese día y los encontré fue porque sufrí un esguince en el tobillo durante la práctica de baloncesto, así que no puedo practicar este mes.
— Oh...
— Por cierto, si quieres podemos seguir hablando mientras voy a buscar mis cosas —le sonrió.
Aunque había tenido una muy mala semana después de enterarse de las acciones de su novio, Samantha no pudo evitar devolverle la sonrisa— Estaría encantada.
‹Realmente es un/a idiota› pensaron ambas mientras hablaban animadamente hacia el campo de béisbol. ¿Cómo es que Matthew/Amber había siquiera considerado engañar a alguien así?
— ¿Sabes? Sería muy gracioso que tú y yo termináramos saliendo —comentó Aylin con una sonrisa.
Samantha no pudo evitar ponerse nerviosa ante una declaración tan directa— ¿Q-Qué? No bromees con eso.
— No estoy bromeando —antes de que pudiera entender que pasaba, Aylin había reducido la distancia entre ellas— Sam, ¿Puedo besarte?
— ¿E-Eh?
Al ver las mejillas de esta chica coloreándose de rojo, a decir verdad sintió muchas ganas de molestarla.
— Si te molesta, puedes apartarme o decirme que no —comentó, acercando un poco su rostro al suyo. La distancia entre sus labios era muy diferente a la que tenían con sus ex— No me enojare si me rechazas.
Es cierto, pudo negarse, pudo empujarla y decirle que no era como ella, pero...
Al ver que ella no parecía haberse enojado con ella ante la idea, Aylin terminó con la distancia y la besó... en la mejilla.
Al notar dónde ella la besó, Samantha se sintió muy molesta y un tanto decepcionada, pero jamás iba a admitirlo en voz alta.
— Nunca dije dónde sería el beso —se burló, alejándose de ella con una expresión triunfante que la molestó.
— Eres una idiota.
Al ver la expresión en su rostro Aylin no pudo evitar reír— No te preocupes, Sam, puedes venir a reclamar tu beso cuando quieras~ —dijo entre risas, apresurando el paso para evitar lidiar con las consecuencias de sus actos.
Este episodio fue el inicio de una amistad que nadie pensó que sucedería pues esas dos eran muy diferentes. Aylin era un chica descarada y rebelde mientras que Samantha era una chica educada y que seguía las reglas, sólo había tres cosas que compartían: la escuela, el ser popular y que sus ex pareja las habían engañado entre sí.
Llegó un punto Samantha ya se había acostumbrado tanto a que en cada receso Aylin viniera a molestarla, pues pese a que no compartían ninguna clase eso no parecía molestar a ninguna; que se sentía extraña los días en que esa chica faltaba a clases, en esos días se sentía sola...
Su amistad no se limitaba sólo a la escuela, pues incluso ambas habían conocido a la familia de la otra, o, bueno, Samantha conoció a los hermanos de Aylin: Thoma y Yona, e incluso ellos habían pasado unas cuantas noches en su casa.
— Me gusta más Samantha que Amber —fue lo que soltó Thoma un día, lo cual le valió una mirada confusa de Yona.
— ¿De qué hablas? —le preguntó su mellizo.
— No es nada —antes de que el niño pudiera responder, Aylin intervino, poniéndole las manos sobre los hombros a su hermanito— ¿Cierto, Thoma? —sonrió, dándole una advertencia clara: "si quieres mantener tu mando, cállate".
—...—el niño puso mala cara ante esto, pero asintió ya que no quería perder su mando ni su tiempo con la consola.
‹Ella realmente lo ocultó de ellos› pensó la rubia, viendo esa interacción entre esos tres cuando fue al McDonald con ellos un día, porque sí, porque tenía ganas. Los hermanos Vogel eran desmadrosos, pero era divertido pasar tiempo con ellos.
— Sam, ¿Te gusta esa chica?
Ella no se esperaba que Tyler, su hermano mayor, al volver de su pequeña reunión con Aylin y sus hermanos fuera y le preguntara eso de la nada, descolocándola por completo— ¿Qué? N-No, no me gusta —se apresuró a responder, poniéndose nerviosa ante esta pregunta.
— Oh, en ese caso...—dijo Tyler, comiendo parte de los panqueques que su papá hizo— No te molestaría que Jun salga con ella, ¿Verdad?
— ¿Jun? —repitió, recordando vagamente al mejor amigo de su hermano— ¿Por qué ella saldría con Jun...? —cuestionó, poniéndose de mal humor ante la simple idea de esos dos saliendo. Ese tipo, Jun, era un completo mujeriego egocéntrico, no tenía ni idea cómo Tyler podía tolerarlo.
— Sí, hace unos días hubo una fiesta y ellos "conectaron" —dudó, sin encontrar una palabra para describirlo correctamente, logrando que la expresión de su hermana se descompusiera al imaginar que hicieron algo— Bueno, en realidad ellos sólo hablaron —admitió, logrando que la expresión de su hermana se relajara un poco— Pero Jun me pidió que le diera su número ya que ella se fue antes de poder pedírselo, y como eres su amiga me preguntaba si-...
— No.
— ¿No?
— Si él quiere su número puede pedírselo —sentenció, dejando su mochila en el sofá— A Aylin no le gusta darle su número a los demás y no quiero meterme en problemas con ella por darle su número a alguien más.
Eso no era mentira, Aylin realmente no compartía su número de teléfono, de hecho tampoco tenía redes sociales además de WhatsApp, Telegram y Line, así que la única forma de contactarla era por estos medios, usando su número. Sin embargo, la idea de darle su número al amigo de su hermano le molestó mucho, más de lo que alguna vez pudo imaginar.
Al escuchar eso, Tyler parecía un sorprendido— Bueno, se lo diré.
‹Sí, hazlo› pensó, subiendo las escaleras para ir a su habitación, pero, ella realmente no se esperó que al día siguiente Jun de verdad fuera a la escuela a la hora del almuerzo y hablara con Aylin— ¿Le diste tu número...? —preguntó, incrédula.
— No, él me dio su número —admitió, sin mucho interés, mostrándole un papel con un número escrito en este.
—...
¿Por qué estaba tan molesta...? Quizás...
Si Aylin conseguía un novio pasarían menos tiempo juntas, lo cual sería una lástima, su familia se había encariñado con ella y los mellizos, sería una lástima que los tres ya no vinieran a su casa. Sí, debía ser eso...
Pero, ese sentimiento desagradable en su pecho no desapareció, incluso cuando se dijo a sí misma que no era nada, y no hizo más que empeorar cuando vio que Aylin realmente agregó a Jun a contactos y estaba hablando con él en el receso. Si quería hablar con alguien podía hablar con ella.
— ¿Pasó algo? —le preguntó Christina, notándola de mal humor.
— No es nada —respondió, sin mirar a su cuñada y amiga.
— Jaja, debe ser que Aylin no está poniéndole atención —comentó Karen, logrando molestarla.
— ¡Eso no es cierto...! —se defendió.
— Entonces, ¿Por qué estás tan molesta? —le preguntó Christina, apoyando a Karen.
— Eso es porque... él es un mal chico.
— ¿No deberías estar ahí y aconsejarla que no salga con él entonces? —elevó una ceja Karen— Después de todo, él parece muy interesado en ella, incluso vino a buscarla ayer a sus entrenamientos.
— ¡¿Qué?!
— Es mentira —señaló Karen, sabiendo bien que ayer Aylin fue a casa caminando con Patrick y Tessa, su hermana— ¿Ves? Estás celosa.
— No estoy celosa —frunció el ceño.
— Pero, ni siquiera ponías esa cara cuando Matthew hablaba con otras chicas —agregó Christina, viendo que Aylin sólo estaba en la mesa de sus compañeros de equipo, jugando con el celular.
— No estoy celosa —repitió, muy ofendida.
Karen y Christina se miraron, compartiendo una mirada de "sí, claro" que la molestó más.
— Bueno, en ese caso deberías estar feliz por ella, ¿No? Jun es un chico guapo y es la primera vez que parece mostrar interés en alguien. Quizás él de verdad está interesado en ella —se apoyó en su hombro ociosamente— Si no te apresuras, te la van a quitar. Esa chica es muy popular.
— Te la van a quitar.
Esas palabras resonaron en su cabeza más de lo que hubiera querido, molestándola todo el día. Ella no estaba celosa, es sólo que, si Aylin tenía un novio ya no podrían pasar tanto tiempo juntas, porque de seguro ya no querría ir con ella, sino con él a casa, ya no podrían salir porque querría salir con él y tendrían citas, y ellos...
La sola idea de imaginarse a Aylin besando a Jun la hizo sentir enferma.
‹Quizás sí estoy celosa...›
Pero, ¿Estaba celosa como amiga, o como...?
— Aylin, ¿Puedo besarte?
—...—Aylin levantó la mirada de sus notas, viendo con sorpresa cierta el hecho de que Samantha le preguntara eso, pero rápidamente se recompuso— ¿En dónde? —preguntó con un aire juguetón. Después de todo, a veces Samantha le devolvía algunas burlas, ¿Acaso había decidido devolverle su broma del primer día en que hablaron?
— Aquí.
Y para la sorpresa de los alumnos que estaban en el patio, Samantha tomó a Aylin y la besó, en los labios.
Los testigos no eran los únicos sorprendidos, Aylin estaba tan sorprendida que se congeló y no respondió, pero la verdad es que la misma Samantha estaba sorprendida de sus acciones.
‹ ¿Por qué estoy haciendo esto? › se cuestionó, rompiendo con el beso que no debió durar ni tres segundos y alejándose un poco de ella, sin soltarla aún de su camisa. Su confusión por saber la razón por la que estaba celosa la había llevado a hacer esto, pero... quería hacerlo de nuevo. ‹Supongo que esto responde mi pregunta...› pensó con cierto pesar.
Sí, estaba celosa, le enfermaba la idea de tener que compartir a Aylin con un chico. No quería compartirla, quería tenerla para ella sola, porque le gustaba.
Fue entonces que el cerebro de Aylin terminó de procesar lo sucedido, y sólo pudo reír con nerviosismo, intentando ocultar su vergüenza con la manga— Me atrapaste —admitió, sin mirarla— No esperaba que-...
— ¿Puedo besarte otra vez? —la interrumpió, negándose a soltarla.
—...—Aylin abrió y cerró la boca, sin saber qué decir por primera vez en su vida— ¿No estás bromeando...? —preguntó con cautela.
— Dijiste que podía reclamar mi beso cuando quisiera —le recordó, viendo con cierta satisfacción que, por primera vez, había logrado dejarla sin palabras— ¿O es que ya lo has olvidado?
— Yo...
— Además, siempre bromeas con que tu cepillo de dientes estará al lado del mío —le recordó, acercándose un poco más a ella, empeorando su nerviosismo— ¿No recuerdas?
— Bueno, sí, pero-...
— Aylin, sal conmigo.
Esto fue suficiente para Aylin, quien cubrió su rostro con su capucha de su chaqueta, negándose a que los demás vieran su nerviosismo.
— ¿No podías pedirlo en otro lugar...? —preguntó en un susurro, sintiendo las miradas de sus compañeros en su espalda.
Samantha sonrió, sintiéndose un poco culpable de avergonzarla, pero a la vez se sentía bien devolverle al fin la jugada y ponerla nerviosa como ella siempre hacía con ella— Lo siento.
Por cierto, Aylin aceptó salir con ella y darle un otro beso.
¿Cómo reaccionaron los demás ante la noticia?
— Ya lo esperábamos —declararon sus amigos, sin estar ni un poco sorprendidos.
— ¿Ustedes no estaban saliendo ya...? —preguntó su madre, un poco confundida al enterarse que recién empezaron a salir.
— Ya se habían tardado —declaró Joshua, siendo apoyado por Tyler.
Realmente nadie se sorprendió...
— Debí preguntar antes, ¿No es así? —le preguntó a su ahora novia, quien estaba recostada a su lado en la cama, jugando en su celular.
— Sí, debiste —se quejó Aylin. La última vez ella que lo intentó Sam no le creyó y le dijo que dejara de jugar y que se pusiera a estudiar.
— Lamento la tardanza —rió, dándole un beso en la mejilla.
...
Y ahí tienen el especial de 500 estrellas, pero... ahora vamos por las 869 estrellitas (⊙_◎)
Cuando lleguemos a 1000, les doy otro (人*'∀`)。*゚+
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