Especial 1000 ☆.
[Aclaración: Este es un especial Gender Bender, o sea, Samantha, Aylin y demás personajes de su generación aquí han sido cambiados de sexo.]
— ¿Vas a visitar a Rachel, Sam? —Le preguntó su madre al verlo alistarse después de llegar del viaje.
— Sí, llegamos un poco temprano. Quiero sorprenderla. —Sonrió el chico, terminando de acomodarse la ropa para ir a verla.
Sin embargo, ese día Samuel fue quien se llevó una sorpresa cuando fue a la casa de Rachel, pues la persona que le abrió la puerta no fue su hermosa novia, sino un chico de piel blanca, cabello negro y ojos azules que, para rematar, no traía camisa.
La mente del rubio se quedó en blanco al ver esto, sin entender la presencia de este chico delante de él. ‹ ¿Por qué hay un chico semi desnudo aquí? › Fue lo único que le vino a la mente, porque su mente se quedó completamente en blanco mientras imaginaba miles de escenarios. ‹ ¡¿Y tiene piercings en los pezones?! ›
—...
El chico en la puerta se le quedó mirando un minuto, sin saber cómo sentirse al ver su expresión y el silencio incómodo.
— ¿Vienes a ver a Rachel? —Le preguntó mientras se limpiaba el sudor con una toalla en su mano.
— Sí, pero... ¿Quién eres? —Le preguntó, intentando evitar su torso desnudo, eso era demasiado incómodo. No quería sonar celoso, pero es que esto era muy extraño.
Al escuchar eso, el chico asintió y se dio la vuelta.— ¡Rachel, hay un chico rubio aquí que quiere verte...! —La llamó desde la puerta.
Ese nivel de confianza... ¿Acaso era primo de su novia o algo?
‹Pero su madre es hija única...›
— ¡Mi amor! —Al escuchar el llamado del chico, su novia vino de prisa y lo abrazó con fuerza en la entrada.— No sabía que vendrías. —Sonrió.
— Sí, quería darte una sorpresa...
Aunque el sorprendido fue él...
— Rachel... ¿Quién es este chico? —Le preguntó, muy confundido mientras veía al chico ahí.
— Ah... Mamá salió de viaje de negocios. —Le respondió, un tanto nerviosa.— Y ella no quería dejarme sola y entonces unos amigos le dijeron que necesitaban un lugar para dejar a sus hijos y... Él es Ilkay, mi niñero.
— ¿Niñero...? —Repitió, incrédulo.
Los tres tenían dieciséis años, ¿Por qué un chico de dieciséis años iba a cuidar a una chica de su misma edad en su casa? ¿Qué clase de broma de su suegra era esta...?
— ¡Idiota, es mi turno de usar a Mario! —Fue un grito infantil que pudo escuchar venir desde la sala.
— ¡No, yo voy a usar a Mario!
Y entonces Samuel pudo ver y escuchar a dos niños de unos cuatro años peleando en la sala de su novia, uno muy parecido al chico, Ilkay, y el otro muy parecido igualmente pero con cabello blanco y ojos rojos, además de ser muy pálido.
‹ ¿Albino...? ›
De alguna forma, saber que no estaba sola con ese chico lo alivió.
— Ustedes dos, dejen de pelear. —Ordenó Ilkay, sentándose en el sofá con ellos.— Y tú, Thoma, no insultes a tu hermano. —Lo regañó.
— ¡Pero...!
— Y por pelearse, yo voy a jugar con Mario. —Tomó el otro mando de la consola.
— ¡Noooooo!
Resultó ser que este chico, Ilkay, ya llevaba unas semanas viviendo con Rachel y ella no se lo dijo porque "no quería que se pusiera celoso".
‹ ¿Acaso crees que haré algo tonto por celos...? ›
Cualquiera se sorprendería de ver a un chico desconocido viviendo de un día para otro con su novia. Acababa de llegar de sus vacaciones de verano en Londres y pasaba esto...
Suspiró. ‹Al menos tiene sentido, Rachel no sabe cocinar...›
Ellos iban a diferentes escuelas, pues la escuela a la que él asistía era una escuela de chicos, bastante cara y difícil de entrar y, por obvias razones, Rachel no podía asistir, por lo que iban a la otra escuela del pueblo, pero sus padres eran amigos y ellos se conocían desde niños, era normal que fueran novios en estas condiciones. Era un poco triste, pero al menos podía verla después de clases, ¿No?
Sin embargo, poco sabía Samuel que la llegada de Ilkay iba poner su mundo de cabeza.
— Ahora, los nuevos deben presentarse. —Ordenó el maestro de matemáticas, logrando unos cuantos suspiros de fastidio.
En realidad, Samuel no estaba prestando mucha atención a las presentaciones de los nuevos hasta que escuchó una voz que se le hacía familiar.
— Mi nombre es Ilkay Vogel, tengo 16 años y...—Aunque se cubrió la boca, todos lo vieron bostezar.— Es muy temprano. —Se quejó, logrando conseguir unas cuantas risas de los demás.
Era muy temprano, de hecho, en esta escuela las clases empezaban a las 7:30, mientras que en la escuela de su novia las clases empezaban a las 8.
‹Tiene la camisa mal abotonada.› Notó Samuel, mirando que había puesto el primer botón en el segundo ojal.
Así que el niñero de su novia sería su compañero de clases este año...
‹Espero que no sea un idiota.› Bostezó también por culpa de Ilkay.
No es que Samuel fuera especialmente inteligente. Sus notas eran promedio, quizás un poco más altas pues le gustaba estudiar, es sólo que se había acostumbrado a que la escuela fuera tranquila.
— ¿Estás solo? —Escuchó la voz de Ilkay a su lado.
— Sí. —Respondió, sin mirarlo pues estaba mirando su celular.
— Pues ya no más. —Rió el chico, sentándose a su lado.
‹Qué ruidoso.›
No es que no tuviera amigos, es sólo que Christian y Johnny no habían venido el primer día de clases, y no los culpaba, las formalidades del primer día de escuela eran aburridas, pero le gustaba mantener su asistencia alta, así que fue a clases. Aun así, este chico se le pegó como un chicle al punto en que ni siquiera se dio cuenta cuando lo hizo darle un tour por la escuela.
‹ ¿Cómo diablos me convenció? › Se cuestionó, esperándolo fuera de la tienda de la escuela pues fue a comprar algo. No le tomó mucho tiempo, pero en ese par de minutos Samuel no pudo evitar preguntarse la razón por la que accedió a mostrarle la escuela.
— Gracias por enseñarme la escuela. —Ilkay le sonrió de manera tan brillante que lo desconcertó un poco, poniendo un pequeño dulce en su mano.
— De nada...
Este chico era raro, pero era agradable...
Quizá era su apariencia que se salía de lo común con sus piercings y su cabello con mechones azules y lila, quizás era su personalidad amistosa y juguetona, pero Ilkay se hizo popular muy rápido. En tiempo récord se había hecho amigo de casi todo el salón e inclusive hizo amistad con chicos de otros grados, como con Tomás, el hermano mayor de Johnny.
— Pensé que como era una escuela de chicos me iba a aburrir, pero en realidad es una escuela muy normal. —Comentó Ilkay, comiendo con Samuel, Christian y Johnny.
— Te dije que te ibas a adaptar rápido. —Se rió Johnny, quien había conectado de forma inmediata con Ilkay.
— Aunque, a la autora le gusta hacer unas cuantas ships raras...—Dijo Christian con el libro en manos.
Como se esperaba de una autora con gustos fujoshi, ella había hecho una especie de pseudo fanfic. Si bien ella estaba intentando que no se parecieran tanto a las personas reales, el parecido con ciertos chicos de una banda de k-pop surcoreana muy popular era obvia hasta en el nombre de los mismos protagonistas.
— No quiero saber qué hacen. —Declaró Samuel, un tanto disgustado con el contenido del libro.— La última vez estaba detallando cómo esos dos lo hacían en los baños de la escuela...
No le importaba que sus compañeros fueran gays, eso no era su problema, el detalle es que en el libro todo era tan detallado que llegaba a ser vulgar e incómodo y por culpa de aquello ya ahora no podía mirar de la misma forma el baño que estaba más alejado de los salones.
— Aunque, ¿No que la autora tenía otro libro de una chica muy parecida a rayita? —Preguntó Johnny.
— Sí, aunque ese libro lo tiene Jasmine. —Comentó Christian, recordando que ese libro lo tenía su novia ya que ella iba a esa escuela.
‹ ¿Otro libro? › Ilkay miró con curiosidad a esos dos hablar mientras Samuel estaba comiendo su almuerzo.— ¿Tú lo has leído? —Le preguntó a Christian.
— Sí, la protagonista se llama Rachel y terminó viviendo con un chico para que fuera su niñero, aunque no ha pasado mucho y sólo hay momentos tiernos con sus hermanos menores. Ella también está teniendo unos cuantos acercamientos con el bad boy de su escuela.
Al escuchar esto, Samuel casi se ahoga con su almuerzo. ‹ ¿Qué diablos...? ›
¡¿Acaso Rachel, su novia, era la protagonista de ese libro...?!
‹Una chico guapo sirviendo de niñero...›
El novio de la protagonista, personajes planos e insípidos, sin personalidad y sin chispa. Son irrelevantes y, por ende, sólo son una opción más de ella, una que no es tan atractiva como el futuro interés amoroso.
‹No, eso no va a pasar.› Negó Samuel con la cabeza. ‹Es mi novia.› Ellos se amaban, ella no iba a irse con ese chico peligroso, ¿No?
Pero, aun así, Samuel no pudo evitar preguntarse si ellos dos tenían algo, o lo tendrían. Sólo necesitaba confirmarlo.
‹Él luce como un protagonista masculino...› Pensó, un tanto intimidado al notar que Ilkay parecía un protagonista de este libro. ¿Acaso la autora...?— ¿Has tenido algún acercamiento con mi novia? —Le preguntó directamente a Ilkay, quién estaba comiendo spaghetti de su caja de almuerzo.
Esta pregunta no sorprendió a Ilkay, sino a sus amigos también.
‹ ¡Espera, ¿Es la misma Rachel?! › Se preguntó Christian, sintiendo que acababa de hacer algo mal.
Ilkay, con toda la calma del mundo, tragó su porción de fideos y se limpió la boca con una servilleta.— No, tu novia no es mi tipo. —Declaró antes de meterse un trozo de pollo a la boca.
— ¿En serio...?
— Sí. —Asintió, sin indicios de mentir.— Además, ella me hace dormir en el sillón porque no quiere que duerma en la cama de su madre, incluso cuando ella dijo que estaba bien. —Se quejó.— Es un tanto incómodo tener que elegir entre el sofá y dormir con mis dos hermanos menores...
Ilkay no tenía interés en Rachel, le parecía una chica aburrida y sin mucha gracia, tampoco le gustaba su forma de ser. Por momentos parecía tener un complejo de inseguridad por su baja autoestima mezclado con un complejo de superioridad porque ella "no era como las demás chicas", algo que le ponía de los nervios, además, tenía novio y él no tenía interés en poner en riesgo el lugar donde él y sus hermanos dormían sólo por liarse con la hija de la amiga de sus padres. Él sólo tenía que hacer comida para todos y evitar que Rachel hiciera algo tonto, nada más; ella estaba grande y sólo necesitaba alguien que cocinara y limpiara porque ella no sabía hacerlo.
Sin embargo, Samuel no se creyó mucho esto.
‹No debí confiar en él.› Pensó, leyendo las interacciones de su novia con su niñero. La autora estaba intentando bastante fuerte emparejarlos, no sólo eso, también eran preocupantes las tantas interacciones de ella con el bad boy ¿Acaso quería evangelizarlo...?
Al día siguiente, el sábado en la mañana, Samuel decidió visitar otra vez a su novia. No había dormido bien después de leer el libro ayer.
Pese a saber su irrelevante rol en la trama, al punto que sólo fue mencionado un par de veces en lo que iban del libro, Samuel se negaba a desaparecer de la trama y dejar sola a su novia, con quien salía desde hace años. ¿Por qué lo haría?
— Oh, buen día, Samuel. —Sonrió Ilkay, abriendo la puerta sin preocupaciones.— Acabo de hacer el desayuno, ¿Quieres un poco?
Suspiró, intentando tranquilizarse. Ilkay dijo que no tenía interés en su novia y que no quería arriesgar su lugar donde dormir y, honestamente, quería creer en él.
‹Por favor, no hagas nada con ella.› Pidió en su mente antes de aceptar la oferta.
— Samuel, no esperaba verte hoy...—Dijo Rachel, sorprendida al verlo hoy.
— Quería visitarte. —Sonrió.
Los libros de la autora eran clichés, el cliché decía que Rachel de seguro saldría hoy y se encontraría con ese chico, ¿Cuál era su nombre? ¿Travis...?
Quizás estaba pasando muy poco tiempo con su novia, así que decidió darse un tiempo el sábado y pasar el día con ella.
‹ ¿No que Rachel iba a salir hoy...? › Se guardó para sí mismo mientras los veía interactuar, acercando su mano a una de las galletas que hizo, sólo para soltarla inmediatamente porque estaba demasiado caliente pese a que la sacó de la bandeja hace un rato.
— ¿Cuándo puedo comer galletas? —Preguntó Yona.
— Todavía están demasiado calientes, así que esperen un poco más. —Indicó, viendo a sus hermanos menores poner cara de cachorrito bajo la lluvia. Nunca funcionaba, no sabía para qué insistían.
Hoy no tenía entrenamientos y aún no terminaba las inscripciones de sus hermanos en las escuelas electivas que había en el área. Era una lástima, Yona estaba entusiasmado por la idea de tocar guitarra y Thoma... Bueno, ese niño todavía no sabía, así que, sin nada mejor que hacer, esos dos se quedaron jugando videojuegos en la sala mientras él los veía jugar.
— Amor, me tengo que ir. Hoy mis amigas me invitaron a un concierto y no quiero ir tarde. —Escuchó a Rachel decir.
— Te acompaño.
— No, ellas me van a venir a buscar en unos minutos.
Ilkay desvió la mirada de la partida cuando vio a Rachel entrar a su cuarto y salir al poco tiempo con una ropa que... No le quedaba bien.
‹Es demasiado grande para ella.› Pensó, mordiendo una galleta. La ropa ancha no le quedaba a Rachel, había mucha gente que esa ropa las hacía ver pequeña y adorable, pero a ella le hacía ver aburrida y como que no sabía vestirse.
— Me voy. —Rachel le dio un beso en la mejilla a su novio y se fue cuando escuchó su celular sonar.
Al notar que Samuel se veía bastante triste ahora mismo, Ilkay intentó animarlo, aunque no sabía muy bien cómo.
— ¿Quieres? —Le extendió una de las galletas que habían sobrevivido a sus hermanos.
— Gracias...—Aceptó, tomando la galleta sin ánimos.
Su plan de pasar el día con Rachel estaba arruinado. Ella no le dijo nada de un concierto y él pensó que podría evitar el encuentro "casual" entre ese chico, Travis, y Rachel pasando tiempo de calidad con ella, pero ella se fue una hora después de que él llegó de visita.
‹Pudiste al menos decirme...› Pensó, comiendo la galleta sin ganas. No tenía hambre.
— Hermano, él se ve triste. —Susurró Yona mientras Thoma jugaba a matar zombis.
— Lo está...—Suspiró, dejando a Thoma jugar un turno él solo.— ¿Quieres hablar? —Le preguntó, sentándose junto al rubio en el sofá.
Él suspiró.— No...
— Entonces, hagamos la tarea de lenguaje. —Sonrió, decidido a animar a su amigo.
‹Cierto que había tarea...› Suspiró una vez más, aceptando esta idea.
— ¡Eres un tramposo! —Le reclamó Thoma a su mellizo.
— ¡El juego lo permite, no es trampa! —Respondió Yona, sin quitar su mirada de la pantalla.
—...—Samuel desvió su mirada a la discusión entre esos dos.— ¿Estás seguro de que está bien dejarlos así...? —Preguntó, viendo con cierto nerviosismo la pelea entre los niños.
— Sí, siempre se pelean. Es normal. —Le restó importancia Ilkay, sin quitar la mirada de su tarea.— Intervenir sólo hará que las cosas se pongan peores, así que los dejo resolver sus peleas por su cuenta. la mayoría de las veces. —Declaró, quitándose los audífonos y poniéndolos a un lado.
—...—Samuel miró con incredulidad eso.— ¿Eres sordo? —Preguntó, reconociendo esos audífonos como audífonos de sordos. Eran del tipo que ocultaba en el canal auditivo.
— Sólo un poco. —Respondió, mirándolo con curiosidad, como preguntándose cuál sería su reacción.
— Ya veo...
Y tal y como dijo Ilkay, a los diez minutos Thoma y Yona habían solucionado sus problemas y se habían vuelto a amistar.
‹Vaya...›
Viendo su trabajo terminado, Samuel desvió su mirada y comenzó a mirar la sala. La zona cerca al televisor era un desastre lleno de juguetes, pero todo el resto estaba bien, de hecho se veía más limpio que cuando estaba su suegra.
— ¡Listo~! —Ilkay se estiró, terminando su composición con satisfacción.— ¿Quién quiere leche con chocolate? —Preguntó al aire.
— ¡Yo, yo, yo quiero! —Exclamaron ambos niños, logrando sacarle una risa al chico.
— En camino~.
Samuel, al verse solo en la mesa, tomó su mochila y comenzó a buscar el libro que Jasmine, su hermana menor; le prestó. Era un libro de la novela, se actualizaba en tiempo real y, como esperaba, las amigas de Rachel se distrajeron con unos chicos lindos y se separaron de ella, dejándola sola, y fue entonces cuando se encontró con Travis...
‹Sabía que iba a pasar eso...› Pensó, sintiendo sus manos temblar.
Escuchando el ruido en la cocina, Samuel se levantó y se acercó a la cocina. Necesitaba hablar con alguien.
— Ilkay...—Lo llamó, sintiendo ganas de llorar.
— Oh, ¿Quieres algo también? —Le preguntó con una sonrisa, caminando por la cocina como si fuera su ambiente natural.
—...—Apretó los labios, sin saber si debería hablar.— Tú... ¿En serio no te interesa Rachel? —Volvió a preguntar, un tanto cabizbajo.— Ella es la protagonista después de todo...
Lo normal en estos libros de romance cliché era que los chicos atractivos se interesaran en la protagonista y, aunque le costara admitirlo, Ilkay era bastante atractivo.
—...—Ilkay lo miró por un momento en silencio, sin su habitual sonrisa.— Esa lógica no funciona conmigo.
— ¿Cómo lo sabes? —Preguntó de manera un tanto brusca, sintiendo que sus emociones estaban a flor de piel. Él no estaba bajo la lupa de la autora, en el libro de su escuela sólo era un personaje secundario y en el libro de su novia él sólo aparecía en unas cuantas hojas, era claro que la autora quería emparejarla con alguien más.
— Porque yo soy un personaje de otro libro. —Sonrió, haciéndose un té mientras servía la leche para sus hermanos en sus tazas.
— ¿Qué...?
Un personaje... ¿De otro libro?
— A la autora le gustó mi forma de ser, así que quiso incluirme en este libro —Comentó.— Aunque, nunca pensé que me volvería un niñero. —Se rió, echándole azúcar a su té.
Ilkay tomó las tazas de sus hermanos y se dirigió a la sala, no sin antes decirle algo a Samuel.
— Así que no te preocupes, la lógica de esta historia no se aplica a mí. —Susurró cerca de su oído.
— ¿Q-Qué? —Samuel se alejó por reflejo al sentir el aliento de Ilkay cerca de su oído, algo que lo puso muy nervioso.
— Tus orejas están rojas. —Se rió al verlo así, alejándose de él para ir a la sala.
‹Este chico...› Pensó mientras se tocaba la oreja, sintiendo su corazón latir un poco rápido. ¿Este era el encanto de un protagonista masculino? ‹ ¿Qué clase de encanto demoníaco es este...? ›
Ese día que se suponía debía disfrutar con su novia, al final lo pasó con Ilkay y sus hermanos menores. No fue un mal día, pero...
‹No estuvo mal...›
Sólo... no se lo esperaba.
...
Cuando lleguemos a las 1500 estrellitas, tendrán la parte 2 de este especial.
PD: Lamento la tardanza, la universidad no me quiere dejar tiempo libre D:
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