Capítulo 8.
— Oh, así que tú eres la amiga que Samantha trajo hoy —sonrió de manera amable aquella mujer que compartía un obvio parentesco con Samantha, estrechando su mano con de la chica— Es un gusto conocerte, mi nombre es Melissa y soy la madre de Samantha.
¿Su primera impresión de esta chica?
‹Esta chica luce como una delincuente juvenil› pero, su hija no se juntaba con ese tipo de gente, así que ¿Quizás sus padres sólo eran muy permisivos...? Además, había algo en ella que se le hacía familiar, no sabía que era pero esta chica le recordaba a alguien...
En ese momento Melissa no lo notó porque cerró los ojos al sonreír, pero Aylin elevó una ceja mientras le dedicaba una mirada llena de escepticismo a su hija, quien estaba detrás de ella. "¿Somos amigas?" parecía preguntarle con la mirada de la manera más mezquina posible.
‹Esta idiota...› pensó, muy molesta y algo ofendida por la mirada que Aylin le acababa de dar. Lo peor es que después de darle esa mirada ella siguió actuando frente a su madre como si no hubiera hecho nada.
Sonrió— El gusto es mío. Mi nombre es Aylin, Aylin Vogel.
— Oh...
Samantha miró con curiosidad la reacción de su madre ante la presentación de Aylin ¿Acaso la conocía...?
— Bueno, ya es hora de la cena, así que ve a sentarte —dijo Melissa, casi empujando a Aylin a la mesa donde los demás miembros de la familia estaban ya sentados.
En esta ocasión Aylin resaltaba como un dedo adolorido en la mesa. Los Becker estaban todos bien vestidos, desde la abuela hasta los hijos, debido a la fiesta que habían tenido hace sólo una hora, mientras tanto, Aylin estaba vestida con un desaliñado pantalón negro, una bandana roja, una camisa blanca y una chaqueta negra, ropa que no sólo era informal sino que también se veía descuidada y tenía restos de tierra porque se había tropezado con sus cordones desatados en el patio de la escuela hace unas horas.
— Hace tiempo que Samy no traía a nadie a casa —sonrió Melissa, notando la muy bien disimulada incomodidad de la chica al estar en una cena familiar a la cual no se suponía debía asistir.
— ¿En serio? —sonrió Aylin, tratando de ocultar que estaba un tanto aterrada al estar conviviendo en un ambiente tan... familiar, ella simplemente no estaba acostumbrada a esto. La última vez que interactuó con los padres de alguien a quien conocía la situación terminó con estos amenazándola para que se callara y no se volviera a acercar a su hija. ‹Ah~, que horrible recuerdo...› pensó, manteniendo una sonrisa profesional mientras picaba la comida con el tenedor.
Melissa respondió a esta pregunta, sin ser consciente de lo que pasaba por la cabeza de Aylin— Si, normalmente ella sólo trae a Matt o a alguna de sus amigas —comentó, dando un suspiro lleno de cansancio— No es como si mi nuera o su amiga me desagradaran, pero me gustaría que tuviera más amigos...
Christina era la novia de Joshua, el hermano menor de Samantha, quien era un año menor que ambas pero era bastante alto para su edad, así que era normal que ella viniera de vez en cuando con Samantha o por su propia cuenta.
Por su parte, Samantha estaba muy avergonzada de que su madre estuviera, básicamente, a punto de ir a buscar su álbum de fotos de la infancia para mostrarle a Aylin las fotos de cuando era niña y así avergonzarla. Además, ella sí tenía más amigos aparte de Christina y Karen.
— Escuché de mi esposa que tu apellido es Vogel —se involucró en la conversación el padre de Samantha, Steven, mientras enrollaba en el tenedor su porción de espagueti— ¿Estás relacionada con el matrimonio Vogel?
Steven había notado que, a pesar de que la apariencia de esta chica podía hacer pensar que en realidad era una especie de rebelde o algo por el estilo, ella resultó tener muy buenos modales en la mesa, mejores incluso que los de Tyler, su hijo mayor, modales que rara vez se enseñaban en escuelas públicas o fuera del núcleo familiar. Esta chica no venía de una familia cualquiera.
— ¿Ustedes también los conocen por eso...? —preguntó Aylin con aire de resignación al escucharlo preguntar por "el matrimonio Vogel".
— Sí, son una pareja realmente unida y su trabajo en los cuatro tigres asiáticos es bien conocido en los círculos empresariales —comentó el hombre con naturalidad.
— Aunque definitivamente lo que más llama la atención es que ellos siempre están uno al lado del otro. Es como si no pudieran dejar de pensar en el otro —sonrió Melissa, viendo de reojo a su inesperada invitada mientras le servía una copa de vino a Tyler.
—...—Aylin sólo se limitó a meterse una porción de comida a la boca. Ahora mismo estaba siendo analizada hasta el más mínimo detalle y eso la estaba poniendo más nerviosa.
— Lo que mi hija y mi yerno dicen es verdad —declaró la abuela, mirando con cierta simpatía a la chica— Pero, la verdad es que nunca había oído que esos dos tuvieran hijos, menos a una edad tan joven.
‹ ¿Acaso está dudando de mí...? › se preguntó Aylin, logrando aparentar una calma que simplemente no tenía— No es una sorpresa, he pasado la mayor parte de mi vida en un internado y mis hermanos menores son muy pequeños para viajar con ellos.
La expresión de los mayores no dijo nada, pero la expresión de Tyler y Joshua, quienes no sabían nada de la situación, dejaba en claro que pensaban ante eso. Para algunas familias ricas el dejar a sus hijos en internados de prestigio para desentenderse de ellos era una práctica tristemente común.
El matrimonio Vogel era conocido por estar conformado por un par de excelentes trabajadores, la mano derecha e izquierda de la cabeza de la familia Vogel quienes viajaban por todo el mundo cerrando tratos comerciales en nombre de su familia, además de ser inversionistas minoritarios de varias compañías importantes. Pero, la principal razón por la que esos dos eran conocidos era por ser una pareja joven extremadamente cariñosa en un ambiente dominado por hombres de mediana edad que iban por su cuenta a las reuniones o en compañía de algún asesor en su defecto.
Saber que esa pareja aparentemente perfecta en realidad tenía hijos y que de hecho jamás hablaban de ellos ni los traían a sus viajes ciertamente se sentía extraño...
A pesar de ser hija de una familia importante del mundo empresarial y de la tecnología no pudieron ver a la hija de una familia prestigiosa como los Vogel, en su lugar sólo pudieron ver a una chica con padres ausentes.
Entonces Tyler se levantó de la mesa en busca de algo, con su copa de vino en la mano cuando entonces...
— ¡Upps...! —Aylin abrió grande los ojos cuando Tyler, "sin querer" le tiró casi toda su copa de vino tinto encima, mojando toda la ropa que llevaba puesta— ¡Lo siento mucho! —se disculpó el chico, luciendo realmente arrepentido.
— No importa...—le restó importancia, aún en shock por la sorpresa.
— Tyler, prepara ropa para ella —ordenó su madre, acercándose a la chica y evaluando los daños del vino en su ropa.
— Pero...—Aylin intentó protestar, pero no la dejaron.
— Ven, te llevaré al baño —Melissa no la dejó terminar su queja y en su lugar la arrastró al baño principal de la casa.
Samantha suspiró, viendo toda la conmoción que se formó de un momento a otro. No, Tyler no había tropezado "accidentalmente", él claramente lo hizo a propósito y estaba segura de que su madre lo había consentido porque a su hermano ni siquiera le gustaba el vino tinto.
— ¿Qué ropa deberíamos prestarle? —preguntó su padre, bebiendo el resto de la copa de Tyler.
— Estoy segura que la ropa vieja de Tyler servirá —declaró su abuela— Aunque creo que le irían mejor los pantalones de Joshua.
No, claramente esto no había sido un accidente.
— ¿No deberían darle mi ropa? —preguntó Samantha, un tanto confundida por el plan que había hecho su familia.
—...
Su padre y abuela la miraron en silencio ante esto.
— No creo que tu ropa le quede bien...—dijo su abuela, mirándola con simpatía— Ella es más alta que tú.
— Además, tu ropa es demasiado colorida —agregó Joshua en son de molestarla, logrando que su hermana le diera un golpe no muy fuerte en el brazo que lo hizo reír.
...
Sin querer tiré el capítulo a borradores, sorry.
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