Cuando Samantha terminó de alistarse vio que Aylin prácticamente no se había movido de su lugar, seguía en la misma posición en que la vio antes de ir a bañarse y vestirse en su vestidor.

‹ ¿Por qué usa sus brazos si puede usar una almohada...? › se preguntó con cierta molestia al notar que Aylin estaba usando sus propios brazos como almohada.

Antes de darse cuenta de sus propias acciones, Samantha se acercó un poco a ella, notando que estaba babeando un poco. Al notar esto a duras penas contuvo una risa. No recordaba ver a nadie babeando al dormir, excepto a su hermano menor, Joshua, cuando era niño y una vez a Matt después de un partido de fútbol y un examen importante.

‹Al menos ella se quita los zapatos al subirse a la cama› suspiró al recordar ese mal hábito de Matt, viendo de reojo los calcetines que ella estaba usando. Como se esperaba de Aylin, era un diseño infantil con dinosaurios. ‹ ¿Cómo puedes dormir tan profundamente en la cama de alguien más? ›

De todas formas, no parecía que hubiera nada por lo que debiera preocuparse así que Samantha salió de su cuarto y se dirigió al salón donde su madre la esperaba.

— ¿Y tú compañera? —le preguntó su madre al notar que estaba sola, mirando de reojo su reloj. Pronto iban a llegar los invitados.

— Se quedó dormida y no quiero despertarla...—admitió con cierta resignación.

— Mmmm... ¿Entonces se va a quedar a dormir...?

—...

Ahora que lo pensaba, era bastante tarde y la casa de la protagonista estaba algo alejada...

‹Diablos›