Capítulo 21.5.
[Advertencia: este capítulo contiene actos irresponsables de adolescentes idiotas y temas que pueden herir la sensibilidad de algunos lectores. Se recomienda discreción y se hace énfasis en que no imiten las acciones aquí presentadas.]
— ¿En serio te suspendieron? —preguntó Logan, mirándola con incredulidad.
Aylin se encogió de hombros, mirando con desinterés el patio de la familia Clifford— Sólo me arrepiento de no tirarle los dientes.
Tal parece que el dentista logró salvarle los dientes a Matthew, lo cual fue una lamentable noticia, le hubiera gustado poder arruinar esa maldita sonrisa suya, pero obviamente a la autora no le convenía que su protagonista hubiera perdido un par de paletas, eso se vería mal.
Eso fue una verdadera lástima, pero al menos el dentista del pueblo era bueno en lo que hacía.
— Hey, Aylin, mira lo que tengo.
Por un momento ella realmente se asustó al ver que en las manos de Troy había una pistola— ¿Por qué tienes eso? —sin embargo, logró camuflar todo eso con curiosidad. Logan parecía tranquilo, así que, ¿Estaba bien, quizás?
— Mi papá colecciona estas cosas —rió el chico, viendo que el seguro del arma estaba puesto— ¿Quieres practicar?
Sí, por un momento olvidó que vendían armas en el Walmart...
— Claro...
Con esta interacción, Aylin supo que esos dos no estaban interesados en ella, al menos no románticamente. ¿Quién invitaría a alguien que le gustara a jugar con armas el primer día que iba a su casa? Pero estaba bien con que fuera de esa manera. Ellos no le atraían y, por sobre todo, ya había tenido suficientes líos de faldas para toda una vida.
«¡Has adquirido la habilidad "armas de fuego"!»
«¡Has adquirido la habilidad "tiro con pistola"!»
‹ ¿Por qué siento que acabo de cometer un error? › se preguntó, quitándose los audífonos de las orejas y guardándoselos en el bolsillo mientras Troy le enseñaba lo básico de la pistola que le dio: cómo quitar el seguro, cómo disparar, cómo recargar...
Esta época ciertamente era muy conveniente, las armas de mecha eran muy complicadas de usar, ni hablar del cañón de mano, esa mierda ni tenía gatillo; aquí el sistema era mucho más simple y esa era la razón por la que ahora estaban jugando a quien le daba a más latas en el patio.
‹Creo que el padre de estos dos es un alcohólico...› concluyó, viendo la cantidad de latas de cerveza que había en el patio y esos dos eligieron como blancos. Era obvio que esta no era la primera vez que tomaban las armas de su padre, y la verdad es que no le sorprendía, había estado aquí ya un par de horas y el padre ni se había asomado al patio a mirar qué hacían ni a pesar de todo el ruido que estaban haciendo.
— ¡Justo en el blanco! —rió Troy, viendo como le dio al logo de la lata de cerveza.
— Mi turno —dijo Logan, tomando el arma para disparar, pero no le dio a la lata, le dio al árbol detrás— Mierda.
Entonces fue el turno de Aylin.
«¡El nivel de la habilidad "tiro con pistola" ha aumentado!»
Su primer tiro no estuvo ni cerca de la lata, lo cual la frustró un poco.
‹Vamos, pude darle a alguien con un maldito cañón de mano› pensó, algo molesta al ver que su puntería con el arma no era buena, o al menos no tan buena como ella quisiera. Calcular el blanco con la pistola era más fácil que con un arco, pero el retroceso ciertamente era una molestia, aunque no era tan brutal como el de la lanza de fuego.
«¡El nivel de la habilidad "tiro con pistola" ha aumentado!»
— ¡Woah, le diste en el centro! —exclamó Troy, viendo la lata que logró tirar al piso. Le había dado en un costado.
Al menos su segundo tiro le dio a la lata...
— Quítate, lo intentaré otra vez —ordenó, pasando bala.
«¡El nivel de la habilidad "tiro con pistola" ha aumentado!»
Sin embargo... Una vez llegó al nivel cuatro, sin importar cuánto disparó o qué tan preciso fue el tiro, la habilidad no aumentó.
— ¡Vaya, realmente eres buena!
— No es justo...—se quejó Logan, decepcionado de que su puntería fuera tan mala. Era un tanto injusto que Aylin pudiera lograr darle a las latas a pesar de ser su primera vez pero él a duras penas pudiera darle al árbol de detrás.
Sin embargo, a Aylin los halagos de sus amigos no la contentaron. Su codicia estaba exigiendo que subiera el nivel de esta nueva habilidad.
‹ ¿Y si le disparo a algo vivo? ›
Sí, eso podría funcionar...
‹Inspeccionar›
[ Gato – Nivel ? ]
Había un gato negro en el techo de la casa, tal parece estaba interesado en qué hacían ¿Sería de algún vecino?
[ Gorrión – Nivel ? ]
Había unos cuantos gorriones en los árboles, parecían ocupados preparándose para el invierno.
[ ??? – Nivel ? ]
También pudo ver a otros tipos de aves en el bosque cuyo nombre no conocía por lo que sólo se llamaban "???", tal vez debería estudiar un poco las aves de la zona. Aun así, ninguno de estos objetivos la contentó, la idea de dispararle a un ave o a un gato que no había hecho nada no le gustaba, ¿Quizás debería contentarse con el nivel cuatro...?
Entonces, lo vio.
[ Rata – Nivel ? ]
[ Rata – Nivel ? ]
[ Rata – Nivel ? ]
Tal parece la familia Clifford tenía una plaga escondida en su patio trasero...
— ¡Dios, perdónanos!
— ¡Mamá...!
— ¡Esto es un castigo divino! ¡Arrepentíos para la salvación!
Un recuerdo vivo llegó a su mente. Como si fuera transportada a otra época, el olor a muerte y a cadáver en descomposición vino a su mente, descolocándola por completo.
— Padre... Por favor, resista... No nos deje...
Ya era tarde, la peste ya le había infectado.
— ¿Cómo lo haremos? Las ratas se han comido el grano...
— No te preocupes, cariño —susurró su padre, abrazando a su madre. Él lucía devastado— Dios proveerá...
Nada estuvo bien, ese invierno fue demasiado...
— ¿Aylin...?
Notando a su amiga inusualmente callada, Logan colocó su mano en su hombro. ¿Acaso se había perdido en sus pensamientos?
Aylin abrió la boca, mientras su mente sólo estaba llena de una sola cosa: En cómo odiaba a esas malditas bestias infernales— ¿Me prestan otro cargador? —pidió con una sonrisa mientras ocultaba el sentimiento oscuro que se apoderaba de su corazón, logrando descolocar a ambos por su petición.
—...—Logan miró a Troy, quien pareció igual de confundido que él— Claro...
Aún confundidos por un pedido, el mayor entregó un cargador nuevo a la chica, aunque podía estar seguro que acababan de recargar esa arma ¿Qué estaba planeando...?
— Vaya, las ratas realmente están asustadas de usted, Lady Ethel —dijo, mirando con curiosidad el cómo la rata que tenía agarrada por la cola intentaba de manera desesperada huir lejos de la mujer delante de ella.
— Las ratas tienen un instinto de supervivencia muy fuerte —comentó la mujer, mirando con impavidez al animal delante de ella— Mucho más fuerte que el de cierta chica que estoy viendo ahora...—agregó, notando como la rata estaba atacando su mano en un intento de huir pero ella no la soltaba.
Es cierto, las ratas tienen un gran sentido de supervivencia, no por nada habían llegado tan lejos...
Un escalofrío invadió la espalda de los hermanos Clifford cuando Aylin, con una expresión muy tranquila, caminó hacia la mitad del patio y daba un pisotón en la tierra. Ni siquiera sabían la razón del escalofrío, no hacía tanto frío y ellos estaban bien abrigados, pero un momento después ambos hermanos pudieron ver como unas diez ratas salían de la tierra y corrían hacia el bosque.
— ¡Waaaaah! —un grito muy poco masculino escapó de la boca de Troy, grito que fue acallado por el sonido de varios disparos.
«¡El nivel de la habilidad "tiro con pistola" ha aumentado!»
«¡El nivel de la habilidad "tiro con pistola" ha aumentado!»
«¡El nivel de la habilidad "tiro con pistola" ha aumentado!»
Como era de esperar, pudo superar ese muro del crecimiento disparándole a algo vivo, y tal parece su plan salió muy bien pues cuando terminó de disparar ese cartel apareció en su cabeza, indicándole que subió tres niveles de golpe. Había logrado matar a varios objetivos pequeños y rápidos, era normal que hubiera conseguido subir de nivel.
‹Todavía me quedan dos balas...›. Pensó, comprobando que ninguna de esas ratas se movían. Tal parece que no tendría que rematarlas.
Fue entonces que Aylin volteó a ver a sus amigos, encontrándose con la imagen de aquellos dos hermanos muy altos abrazándose entre sí mientras veían con horror las ratas, totalmente pálidos.
— ¿Están bien...?
— R-R-R-R-Rata...—fue todo lo que pronunció Troy, quien resultó tenerle una fuerte fobia a las ratas.
— ¿C-Cómo supiste que había ratas ahí...? —preguntó Logan, temblando de miedo mientras su hermano mayor se aferraba a su abrigo ¿O quizás era él quien se aferraba al abrigo de Troy?
— Las vi —fue su escueta respuesta mientras ponía de nuevo el seguro en la pistola.
Su teoría sobre el padre de estos dos parecía ser cierta, pues a pesar del escándalo que acababa de formarse en el patio el hombre no salió de la casa, aunque sí lo hicieron los vecinos. Aunque, para su fortuna, Aylin había dejado la pistola en el porche de la casa, así que no la vieron como alguien peligroso ni llamaron a la policía.
— ¿Pasó algo...? —preguntó la anciana de la casa de al frente, viendo que sus jóvenes vecinos parecían estar en shock.
— H-Había ratas en el patio...—explicó Logan, a punto de echarse a llorar mientras su hermano estaba sentado en el porche de la casa, aún conmocionado por lo que había visto. Eran muchas ratas...
La mujer suspiró— Les dijimos que se unieran a nosotros para llamar a un exterminador para fumigar la cuadra —dijo la mujer, viendo de reojo la masacre que había en el patio. De seguro los perros y gatos pronto se llevarían los cuerpos de las ratas, de hecho ese gato negro que rondaba la cuadra desde hace unos días ya estaba comiéndose uno.
Al final, Troy y Logan fueron llevados por su vecina a su casa para tomar el té y tranquilizarse mientras que, por su parte, Aylin se despidió de sus amigos para irse a la casa de Amber. El padre de ambos podía ser un descuidado, pero la madre no lo era y no quería estar ahí cuando los regañaran por jugar con la pistola.
‹Esos dos están asustados por las razones incorrectas...›. Pensó Aylin, comiendo un pastelito que hizo la vecina y les compartió para que se tranquilizaran un poco. Troy y Logan deberían estar asustados de ella, no de las ratas. ‹Al menos su vecina resultó ser muy amable, aunque... quizás me pasé un poquito...›.
A ella no se le había pasado por la cabeza que ellos se asustarían así por las ratas, quizás sí se había pasado un poco, pero, al menos sus amigos no estarían solos después de entrar en pánico por las ratas, eso la dejaba un poco más tranquila.
‹Bueno, por lo menos esas ratas ya no molestarán más›.
Ella realmente odiaba las ratas.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro