Capítulo 16.
— ¡Vogel, la clase no es para dormir!
Al escuchar ese grito la chica se sobresaltó en su asiento, un tanto desorientada al salir de golpe de su inemuri sólo para encontrarse con que el profesor de filosofía parecía molesto con ella.
—...—Apoyó su mejilla en su mano, dándole una mirada perezosa al profesor, sin poder importarle menos el ser el centro de atención— Profesor, ¿Le han dicho que su voz es muy relajante...?
—...—frunció el ceño— Vogel, lee dónde nos quedamos —exigió, claramente molesto.
‹Aunque es verdad...› pensó, tomando el libro de filosofía y levantándose de su asiento mientras todos la estaban mirando— El filósofo Friedrich Nietzsche dijo "He who fights with monsters should be careful lest he thereby become a monster. And if thou gaze long into an abyss, the abyss will also gaze into thee" —leyó la parte donde se habían quedado en un perfecto inglés— La traducción de esta frase sería "Aquel que lucha contra monstruos debe tener cuidado para no convertirse él mismo un monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti.".
Habilidad Abismo:
[Te están mirando.]
↖ ↑ ↗
← x →
↙ ↓ ↘
Decidió ignorar la advertencia y seguir con la lectura, notando que el profesor lucía un tanto sorprendido y un poco ¿molesto?
—...Puedes sentarte —cedió el profesor, un tanto molesto de que ella sí estuviera poniéndole atención a su clase.
Aylin se volvió a sentar, sin mucho interés en la clase. Filosofía no era su clase favorita, pero tenía que prestar atención si quería aprobar, pero la voz del profesor de filosofía era muy suave y relajante, perfecta para un cuentacuentos, pero terrible para un maestro de una clase tan compleja...
Suspiró. No podía sacar su teléfono porque el profesor ya la tenía en la mira y de seguro lo notaría, pero tampoco tenía algo mejor que hacer...
‹Estado›.
Como si se tratara de un videojuego delante de ella apareció una pantalla de estado, el sistema de su primera vida, un sistema de un mundo completamente diferente a este, un mundo que destruyó con sus propias manos. Nombre, raza, edad, títulos, eso era lo básico, pero también salía su maná, el cual era 0 porque no tenía magia, sus habilidades activas y sus habilidades pasivas.
Un suspiro lleno de cansancio salió de su boca, bajando por la pantalla de estado, revisando que la mayoría de las habilidades que había conseguido a través del tiempo seguían bloqueadas o degradadas por su raza o porque ella no tenía maná porque este mundo no tenía magia... o al menos no que ella supiera.
‹Aunque aún hay algunas habilidades que puedo utilizar...› pensó, viendo con parsimonia que habilidades tales como arquería y esgrima estaban habilitadas para ser usadas, pero ¿Para qué iba a usarlas? Fuera del club de arquería y del dojo no había ninguna razón para que usara un arco o una espada, una pistola siempre sería más eficiente y más fácil de utilizar.
Mientras a la autora no se le ocurriera hacer una historia de fantasía urbana en este mundo todo iría bien, no quería meterse en líos extraños con seres sobrenaturales, pero, la verdad es que la autora no le inspiraba confianza. Las primeras palabras de este libro empezaban describiendo a este pueblo como un lugar "apartado y lleno de misterios" con un gran bosque que lo rodeaba, además de lo que ella escribió sobre su abuela...
‹Aunque ese sería el problema de Amber› pensó sin mucho interés. No había razón para meterla a ella en esa situación, no era la protagonista ni mucho menos su interés romántico ¿Por qué ella iba a ser involucrada en eso? Si eso pasaba de seguro Amber sería la elegida de alguna profecía extraña y vaga o "la única capaz de derrotar a x villano".
Mientras Aylin pensaba en las posibilidades de que a la autora se le ocurriera hacer repentinamente una fantasía urbana, notó que la clase de filosofía acababa y que ya era hora del receso de 10 minutos. Eso no era muy importante, su hilo de pensamientos secundarios estaba siendo bastante entretenido y usar su receso en divagar le parecía un buen panorama, pero pudo ver de reojo como el profesor le decía a Samantha que limpiara la pizarrón. Todo normal hasta ahí... si ignorabas que el profesor de filosofía medía fácilmente 1,80 y que por ello las anotaciones en el pizarrón estaban muy arriba y que los chicos de la primera fila estaban intentando con demasiadas ganas ver lo que había bajo la falda de Samantha mientras esta intentaba alcanzar la parte de arriba con el borrador.
‹Qué molesto›. Pensó, levantándose de su pupitre con su libro de apuntes en la mano— Estoy bastante segura de que esto es demasiado alto para ti —comentó, sin mucho interés, parándose a su lado mientras les cubría la vista a esos tipos con su libro. Se veían decepcionados.
Samantha frunció el ceño al verla ahí— No necesito tu ayuda.
Pero antes de que pudiera intentar borrar el pizarrón otra vez, Aylin tomó el borrador de sus manos y estiró el brazo hacia arriba, alejándolo de ella— ¿En serio? —su sonrisa sólo aumentó al ver que ella notaba que no podía quitarle el borrador— Sólo acepta mi ayuda. Esto es demasiado alto para ti —sentenció, comenzando a borrar la parte más alta del pizarrón sin esperar una respuesta de su parte.
— ¡Tú eres demasiado alta...! —le reprochó Samantha, claramente enojada por sus acciones.
— Pero, yo soy más baja que Matthew...—comentó vagamente, terminando con la parte alta del pizarrón. Apoyó su libro en su mentón— ¿Acaso tu novio es demasiado alto? —cuestionó con una sonrisa inocente mientras le ofrecía el borrador de vuelta.
— ¡Eres horrible! —le gritó, quitándole el borrador de las manos de manera brusca, comenzando a borrar el resto del pizarrón con enojo.
— Eso ya me lo has dicho —se rió, sosteniendo su libro tras su espalda. Molestar a Samantha era tan divertido como siempre.
Habilidad Abismo:
[Alguien te está mirando.]
↓
Le dio una mirada de reojo a esos tipos de la primera fila, quienes miraban con incredulidad sus interacciones con Samantha, quien rara vez se enojaba y era bastante amable con los demás a pesar de ser la capitana del equipo de porristas y, en general, una chica popular. Esos dos parecían ser demasiado independientes para ser extras, ¿Acaso eran personajes de fondo...?
‹Como si eso me importara›. Pensó, regalándoles una sonrisa que les puso todos los pelos de punta.
Al ver como esos dos entraban en pánico y de inmediato apartaban la mirada su sonrisa aumentó un poco más.
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