Capítulo 15.5.
El sábado era el día en que sus hermanos menores estaban más ocupados, Thoma no era bueno socializando y Yona... ese niño necesitaba descargar su energía, así que ambos iban a actividades extracurriculares. Aunque Thoma era bastante reservado, sabía que en el fondo le gustaba.
‹ ¿Qué hora será en China? › se preguntó mientras empezaba la partida en el último juego que había instalado, sintiendo que todo estaba muy tranquilo, demasiado tranquilo... ‹Espera, ¿Estaban en China o en Tailandia? › se cuestionó, sin recordar la última ubicación de sus padres, porque no le interesaba.
Estaba en la mitad de la partida cuando una notificación de una videollamada le saltó en la pantalla. Suspiró, preparándose mentalmente para lo que seguía.
‹ ¿Y si no contesto...? ›. Se preguntó por un momento, deteniendo su mano en seco mientras veía la notificación aún ahí. Siempre podía ignorarlos, ¿No...?
No funcionó.
Siguieron enviándole la invitación aun cuando les ignoró por diez minutos.
Rindiéndose ante la idea de poder ignorarlos, Aylin finalmente se colocó los audífonos en el cuello, sin estar dispuesta a escucharlos gritarle en los oídos, y aceptó la invitación por puro cansancio ya que la notificación estaba interponiéndose en su juego.
En ese momento dos pares de ojos del mismo azul se cruzaron, unos mostrando ira y los otros mostrando una absoluta indiferencia. Sin embargo, no fue Naim quien habló.
— ¡¿Qué se supone que es esta cuenta?! —le gritó Liv, mostrando un recibo con un monto considerable.
— La cuenta de la niñera —respondió, minimizando la videollamada y volviendo a su juego.
— ¡Esto es demasiado dinero...!
— Es normal, estuvieron medio día con la niñera —le bajó el volumen a los gritos que venían de la videollamada.
— ¡¿Cómo te atreves a responderme?! ¡Eres una maleducada!
— Me pregunto de dónde lo habré sacado...
— ¡No le hables así a tu madre! —intervino Naim.
Reprimió las ganas de suspirar— Ajá.
Por los siguientes minutos en la sala se escucharon gritos que venían de los audífonos en el cuello de Aylin, quien los ignoraba olímpicamente mientras seguía su juego, respondiendo ocasionales y vagos "ya veo", "ajá" u "okay".
— ¿Aylin? —se asomó Amber, escuchando un pequeño escándalo en la sala— ¿Otra vez estás jugando en multijugador? —cuestionó, acercándose a ella, sabiendo lo maleducada que podía ser la gente online.
— Sólo estoy discutiendo con unos idiotas —le restó importancia, apoyando su mejilla en su mano.
— ¡¿Qué dijiste, mocosa maleducada?!
Amber palideció un poco al caer en cuenta de que la persona con quien Aylin estaba hablando era su madre ¿Cómo lo supo? Bueno... eran idénticas— E-E-Estoy segura de que no se refiere a usted, señora Vogel.
— No, en realidad sí me refiero a ellos.
Ambas entonces comenzaron a escuchar una serie de palabras que Amber no entendió porque no entendía ningún lenguaje oriental, pero Aylin sí entendió: la estaban insultando en al menos cuatro idiomas diferentes.
‹ ¿En serio están insultando a una adolescente siendo ellos adultos...? › pensó, viendo de reojo como Amber parecía un poco aterrada ante la situación. Su expresión de pánico era graciosa.
— ¡Tú nunca has pasado hambre!
Eso era mentira, sí había pasado hambre. No sólo en vidas anteriores, en esta vida también.
— ¿Se supone que eso es un favor...? Que recuerde eso es un deber básico de los padres, ah, no, espera. Cierto que ustedes me emanciparon porque no les gusta ser padres —comentó con sorna.
— ¡Soy tu madre, yo te di la vida! ¿Sabes cuántas veces estuve internada en el hospital cuando estuve embarazada de ti?
¿En serio le estaba echando eso en cara...?
Ya molesta por toda esta discusión inútil, decidió terminar con esto— ¿Acaso yo les dije que tuvieran sexo sin protección siendo adolescentes? Si quieres echarle la culpa a alguien de eso échale la culpa a él —apuntó al hombre en la pantalla, quien parecía bastante ofendido ante sus acciones—. Después de todo, él era el adulto, así como ustedes fueron los adultos que decidieron darme la custodia de Thoma y Yona —les recordó.
— ¡Eso-!
La interrumpió— Al menos yo sí sé elegir niñeras, no como ustedes dos —les recordó, logrando que ambos se pusieran tensos ante sus palabras y finalmente guardaran silencio un momento—. Veo que no tienen nada más que decir, así que adiós —apagó la computadora antes de que pudieran volver a hablar. No iba a volver a encenderla en un tiempo, por si acaso.
—...—Amber, aún conmocionada por esa nada amigable conversación, miró a Aylin, quien dejó su laptop en la mesa de centro— ¿Está realmente bien que hables así con tus padres...?
Se estiró en su lugar— ¿A quién le importa? Ellos sólo me hablan para gritarme o para reprocharme algo.
Era un tanto irónico que Amber pareciera mucho más alterada que Aylin, pero esto era algo a lo que ya se había acostumbrado desde que salió del internado, aunque, no es que esperara que la protagonista amada por todos lo entendiera igualmente.
— Por cierto, quiero tomarme una siesta, pero estás en mi cama —bostezó, viéndola sentada en el otro extremo del sofá.
— Ah, lo siento...—se disculpó, levantándose de inmediato.
— No te preocupes —le restó importancia, recostándose en el sofá. ‹Agh, de seguro tendré pesadillas por culpa de esos dos› suspiró, cerrando los ojos.
...
Hora del mal meme del día (☞゚∀゚)☞
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