Las cosas habían mejorado.
No, mentira, solo creía que había mejorado.

Fyodor bajaba día por medio a visitarlo, quizás intercambiar algunas palabras y llevarle algo de comer de paso.
Pero estos últimos días, bajaba varias veces al día, él le llevaba cada comida, y se esforzaba por entablar una conversación más amena. Nikolai se negaba, no, mentira, solo creía que se negaba...

Bueno, pero que me hable de ésta forma ¿no es algo bueno?
Pensaba Nikolai.

Su cabeza era un drama, no sabía que estaba sucediendo.
¿Lo tenían secuestrado? No parecía un secuestro.

Un día, Gogol por fin se animó a preguntar sobre ello.

-¿Cuánto tiempo más planeas tenerme secuestrado?- cuestionó sin mover más músculos que los de su boca, y con una expresión, irónicamente, inexpresiva.

- Ésto ya no es un secuestro- dijo simple y sereno como siempre- te estoy salvando la vida. ¿ aún no te das cuenta? - Nikolai movió su ceja en señal de queja- yo no haría ésto por cualquier persona, ¿O es que ves a alguien más aquí?- alzó ambos brazos, y miró para los costados donde,  obviamente, no había nadie- claro que no.

- Me dijiste que me amas, ¿Verdad?- se sentó de la forma correcta nuevamente. Las cadenas hicieron eco.

- me has descubierto.

- Entonces ¿ Por qué no me sueltas? - se arrodilló, y puso una cara ansiosa- te juro que sí lo haces todo seguirá igual, ¡No se lo diré a nadie! ¡Siquiera a Sigma! - el acero arrastrado por el suelo en movimiento suplicante acompañó sus ruegos.

- Ah... No me dejas otra opción, ¿Eh?