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No era capaz de hablar, pues su boca estaba llena de comida, y cuando no, agua.
-Enserio me gustaría que comprendas, lo que hiciste, no está bien, ¿Lo llevas? - hablo Dostoyevsky pasando una mano por la mandíbula del ucraniano.
- casi muero...- se detuvo un momento para poder hablar, y luego, volver a comer.
- Lo sé, pero yo jamás te dejaría morir, ésto solo fue para que aprendas la lección. Jamás te dejaría morir Kolya, yo te amo- afirmó tomándolo directamente del mentón para que dejase la clmdia y lo mirara a los ojos.
- Las personas que aman no hacen eso...- dijo contradiciendolo.
- te estoy adaptando. Todo lo que tú pidas, para mí son órdenes, pero todo tiene sus condiciones.
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