Ya habían pasado 4 días desde que Nikolai asistía a Fyodor, era de admitir que le parecía sumamente extraño como él era su único invitado, más, si lo pensamos correctamente, no era lo que se lo podía considerar "invitado".

- Y... ¿Hay alguna razón en particular por la que me hayas llamado solo a mí?

-¿A qué te refieres?

-Fedya, ¡Me extraña! Si fuéramos tres los que limpiamos esto sería mucho más rápido y conciso, y si hablamos de probabilidades, sería más factible que yo juzgará esto antes que Sigma- más no paro  guardar y sacar cosas de cajas con cinta aisladora- Ah no ser... ¡¿ Podría ser que Dos-Kun quiera aprovecharse de mi amabilidad e inocencia?!- gritó con lo que pareciera ser, el afán de que lo escuchará toda la casa.

-¿Qué tonterías dices? Cómo si tuvieras tú alguna inocencia que perder en primer lugar.

-¿Dos-kun es el primer lector de mi diario íntimo? - canturreó aún burlesco haciendo que Dostoyevski sonriera de lado con diversión.

-Sigma está bien, pero tú eres el único en quién podría confiar ésto. Si el realmente viniera aquí luego terminaría acostumbrándose, y ya tengo suficiente contigo.

-Eres malo señor Dostoyesvki~

-Hablas demasiado para alguien que ha hecho tan poco. Ponte a trabajar.

-Va, va.