SINGULARITY
Tae Hyung se movió inquieto en la sala de ensayo, realizó una caminata en círculos porque, las ideas no llegaron a él. De fondo se escuchaba su canción «Singularity». Quedó estático, pues quiso bailar frente al espejo. Formaba una figura inconclusa e ilógica, volvía a empezar tras negarse a ese sentimiento alegre que palpitaba furioso en su pecho.
Avanzaba y retrocedía.
Avanzaba y retrocedía.
No era lo que planeó hacer, sentía que era un pésimo bailarín a comparación de sus compañeros.
Además, lo que intentaba no tenía relación con la letra que Nam Joon-ah compuso para que él sea quien la cantara. Necesitaba que fuera especial, diferente, sobretodo que fuera de un aire sensual y no infantil. Su energía se concentraba en esa faceta traviesa sin darse cuenta.
Se tumbó en el suelo liso y llano, movió sus caderas, impulsó su pelvis de arriba abajo como si fuera un fuckboy.
La canción era ideal para hacer el amor.
No, ¡cochino!
Y comenzó a arrastrarse igual a un gusano por el recinto, al detenerse, estudió sus manos venosas y blancas, sus falanges, huesos y músculos.
Sus manos eran arte, pensó.
Tocó sus labios con esas manos...
Ar-te.
AAAaarteeeEEEE.
Miguel Ángel sentiría deseos de esculpirlo.
El David sentiría celos de él.
Asomó sus pies descalzos,los juntó.
ARTE al cuadrado, multiplicado por infinito. Una ecuación matemática sin respuesta.
¿El Arte cómo él, tiene respuestas? No, porque su belleza era subjetiva.
No era un creído, él era perfecto por si no quedó claro.
¿Cómo no gustarse a sí mismo?
Amaba cada parte suya, incluso sus pequeños lunares, pintados de forma estratégica, ellos agrandaban su belleza. Su sonrisa, su mirada adorable pero a la vez, llena de una seducción masculina que manifestaba con facilidad. Tenía mil caras aunque, era el eterno Peter Pan, jamás deseará crecer. Era díficil madurar y aceptar que su cuerpo había crecido. Uno dotado de lindos rollitos.
También debía culpar a Jin de contagiarle pero, no por nada salió número uno como el rostro más bello en representación de Corea.
¿Cómo les quedó el ojo, eh?
E imaginó que sucedería si Jin hubiese ganado ese título, ¡porque su hyung se lo merecía! Claro que no existe ninguna relación con su problema de danza. Su extrema juventud le permitía soñar despierto...
¡Se fué de las ramas!
—¿Qué tenía qué hacer? —pensó en voz alta, era un niño perdido.
¡Ah, verdad!
Golpeó su frente: Tenía que encontrar la fórmula perfecta para su regreso, siempre a lo grande como cada comback de BTS. La siguiente canción le obligó a pararse. Estaba decidido a pedirle ayuda a sus hyungs.
Rió sin saber a quién preguntarle primero. Apenas se fuera de la sala de práctica, tendrá que encontrar disponible a alguien de la Dance Line.
Antes, sacó de su bolsillo su teléfono, se tomó una fotografía desde un ángulo elevado, abrió sus labios rosados y feroces. Hizo una perfecta selfie de entrenamiento que no subiría, ya que era una motivación para recordarle que no lo hacía sólo por él, también por las fanáticas de todo el mundo que aguardaban ansiosas por este nuevo álbum.
Las amaba, eran sus amigas.
Amigas, no tanto, según Jin: Esposas, princesas y reinas.
Maldijo a Jin por olvidar incluir a los armys masculinos.
NOTAS DE AUTORA:
—Miguel Ángel fue un pintor y escultor italiano, fue quién hizo El David, el cual se mencionó también.
—No sé cuanto es arhte al cuadrado, multiplicado por infinito. Lo inventé. (?)
—¿Has notado cómo escribí la palabra art? Trivia, sin trampas: ¿Cuántas veces fueron?
A) 4
B) 7
C) 5
—Se hizo una sútil referencia a otra parte de «Esto no es»... ¿Cuál fue?
A) Esto no es un Yoonmin.
B) Esto no es un Namjin.
C) No sé.
¡Se revelará la respuesta en el próximo capítulo!
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