Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 5: III

Jack Frost

Estoy preocupado por ella, aunque no debería. Un sentimiento de dolor emocional se apoderó de mí, como si el hecho de que ella estuviera mal provocara que yo también, supongo que a eso se le llama empatía.

No puedo sacarme de la cabeza la imagen. Tengo que recordarme una y otra vez que no sucede nada grave.

Un poco después del suceso, me reuní con Norte. Mientras hablábamos de otros temas sin importancia le pregunté por _____, quería saber cómo había estado estos días. Extrañado me preguntó por qué quería saber, en ese momento por mi cabeza pasó la idea de no decir nada y fingir que solo era curiosidad, pero Norte es de fiar y después de todo este tiempo siendo guardián confío en él.

Le conté con lujo de detalles lo que había pasado, quizás omití nuestra conversación pues prefiero dejarlo entre nosotros. Tenía la esperanza de que resolviera mis dudas sobre ella, pero lamentablemente no fue así. Se mostró preocupado aunque intentó disimularlo, lo cual solo aumentó mi preocupación y, en vez de decirme lo que sucedía, me echó de la sala del mundo con la excusa de que tenía que atender unos asuntos.

Desde entonces me encuentro fuera en la nieve, pensando mientras paseo sin rumbo. Todo es igual, blanco y más blanco. Este soy yo, un ser en blanco ya que no soy capaz de recordar nada de mi pasado, solamente puedo ver mis recuerdos por los dientes que me pertenecieron cuando era humano. De todos modos, siento como si fueran ajenos a mí, pero no tengo nada más a lo que aferrarme.

Norte me dijo en su momento que era normal, que juraría que nadie recordaba su anterior vida ya que solo ese poder lo tenía el Hombre de la Luna. Él sabe todo y nunca ha respondido a ninguna de mis preguntas, he aprendido a vivir con ello, pero desde que ha aparecido _____, vuelven a surgir muchas preguntas en mi cabeza. Más preguntas que nadie está dispuesto a responder.

Es impresionante como su vida a cambiado en unas escasas horas, era una humada normal o al menos eso pensábamos todos. ¿También fue así conmigo?

Recuerdo cómo me sentía al principio, no saber quién eres, no saber dónde estás, no saber absolutamente nada seguramente sea uno de los peores sentimientos del mundo. Estás perdido y nadie puede ayudarte, porque ni siquiera sabes a quién tienes que pedir ayuda. Creo que _____ me recuerda a mí y a lo que sentía, ese debe ser el motivo por el que estoy tan preocupado por ella.

Me detengo en seco. Acabo de recordar que la dije que iría a por ella y ya es tarde, me he distraído en mis propios pensamientos.

Vuelvo al taller lo más rápido que puedo, quiero ver cómo se encuentra. Voy por los pasillos cuando Norte me llama, giro en su dirección y le saludo sintiéndome ligeramente irritado por su interrupción.

―¿Dónde estabas? ―pregunta agitado, parece preocupado o nervioso. Frunzo el ceño dejando la irritación de lado y centrándome en él.

―Paseando. ¿Ha pasado algo?

Asiente. Duda un momento antes de hablar.

―No quiero preocuparte, he notado que tienes cierto cariño hacía ____ ―antes de que siga hablando le interrumpo.

―No es cariño, es empatía ―corrijo. Mueve la mano con desdén restándole importancia.

―Da igual. ¿Te acuerdas lo que me contaste? ―asiento impaciente―. Ha ido a peor o eso creo, fui hace un par de horas a ver como estaba y la encontré en un estado... ―queda en silencio buscando las palabras para describirlo.

Una alarma salta en mi interior y oprime ligeramente mi pecho.

―¿Dónde está? ―pregunto preocupado, más de lo que pretendía demostrar.

No recibo respuesta por lo que salgo corriendo hacía su habitación y Norte me sigue, en la puerta veo a varios duendes y yetis.

―Apártense ―me abro paso entre ellos casi a empujones.

_____ se encuentra en la cama tumbada, a simple vista parece que no hay ningún problema. Cuando me acerco consigo contemplarla mejor.

Su pelo que había cambiado de color a rojo ahora es blanco, un blanco sin vida casi gris. Sus ojos se encuentran cerrados, pero están rodeados de pequeñas venas negras, la piel de su cara es extremadamente blanquecina como la de un fantasma. Bajo la mirada por sus brazos, ambos se encuentran con marcas entre verdosas y negras. No puedo ver nada más porque está tapada por la manta, pero con eso basta para hacerme entrar en pánico.

―¿Qué le ha pasado? ―pregunto con desesperación ante el silencio, nadie responde―. Norte, ¿qué ha pasado? ―giro la cabeza para mirarle, él me observa fijamente.

―Tengo varias sospechas de qué puede ser y ninguna es buena ―Se acerca y roza una de las marcas que tiene en los brazos, ante el roce se expande un poco más―. Tengo que hablar con el Hombre de la Luna, él nos dirá que hacer.

***

No me he separado de ella desde que la he visto, sinceramente me está afectando más de lo que quisiera y debería.

Nadie ha intentado hablar conmigo desde que he entrado, lo cual agradezco. No quiero hablar con nadie ahora, sólo quiero saber lo que sucede.

―_____ está en un estado muy grave ―Norte comienza a hablar llamando la atención de todos―. Si continúa así podría llegar a morir y desaparecer, ya que no está ni en el mundo de los espíritus ni en el de los humanos.

Cada palabra simula cuchillos cortando la bolsa que mantiene mi preocupación para que no se descontrole. Respiro hondo.

―¿Y qué podemos hacer nosotros? ―Hada habla con un ligero tono de preocupación en su voz.

Norte suspira y me observa, le devuelvo la mirada intentando mantener mi rostro impasible.

―El Hombre de la Luna y yo hemos estado discutiendo el tema bastante ―hace una pausa pensando―. Al final, solo hay dos soluciones. Quitar el collar junto con sus poderes y que vuelva a ser una humana para siempre, o que intentemos mantener su estado con la alta posibilidad de que desaparezca.

―Eso no es una solución ―niego rotundamente. ¿Cómo puede considerar eso una solución?

―¿Si vuelve a ser humana, recordará todo esto? ―Conejo internviene por primera vez de forma despreocupada, me molesta su actitud. Le observo con el ceño fruncido e ignora mi mirada.

―Me temo que no, pero es la mejor opción que tenemos. Fue un error traerla aquí, no estaba preparada. ―explica Norte y todos asienten dándole la razón. Yo no entiendo a qué se refiere.

―¿Preparada para qué? ―pregunto y todos me miran, me siento aislado por ser el único que no entiende. Noto la cara de confusión de Hada, parece extrañada de que no lo sepa.

―Eso es insignificante ahora, no tenemos mucho tiempo. Después, cuando todo haya pasado, te explicaré todo lo que quieras saber ―Norte camina hasta mí, se detiene a mi lado y pone su mano en mi hombro―. Debes quitarle tú el collar, eres el que más confianza tenía con ella en tan poco tiempo.

―¿Por qué? ―pregunto desconcertado.

―Si lo hacemos nosotros tal vez intentaría defenderse, ya viste lo que pasó el primer día ―Palmea mi hombro y me mira a los ojos―. Es la única opción para que salga viva.

Puede que sea egoísta, pero no quiero alejarme de ella tan pronto. Recién empezábamos a hablar, quiero saber qué es lo que me llama tanto la atención y quiero tener una amiga, sé que los guardianes son como mi familia, pero nunca he tenido un amigo aparte de los niños.

Suspiro. No puedo permitir que muera por mi egoísmo, es su vida lo que está en juego.

―De acuerdo ―Miro a la nieve por la ventana, alejándome de la situación por unos segundos.

―A ninguno nos gusta esta situación, Jack ―Hada vuela hasta mí y se sienta a mi lado―. Estoy segura que habríamos sido buenas amigas, pero es más importante su bienestar

―Lo sé.

***

―Es hora, Jack ―Norte abre la puerta y espera.

Estoy sentado en la cama junto a ____. Cada vez tiene peor aspecto y por mucho que he intentado hablar con ella, no ha dado ni una señal de que me estuviera escuchando.

―Recuerda que es por su bien ―llama mi atención al ver que no me muevo.

Suspiro cansado, he estado debatiendo mil cosas en mi mente.

―¿Cómo la ha podido pasar esto? ―pregunto mientras acaricio su frente, las venas de sus ojos se han expandido por casi toda su cara.

Me duele muchísimo verla en este estado, nadie debería pasar por algo así. No estoy seguro de si siente mucho dolor, pues no hace ningún movimiento, pero no puedo evitar imaginarme lo que debe estar sufriendo en silencio.

―Después hablaremos, es importante que lo hagas ―Norte se acerca por el otro lado de la cama, observa a ____ y después a mí―. La queda poco tiempo.

Esas palabras retumban en mi cabeza.

―Lo haré ―Agarro la manta con manos temblorosas, intento tranquilizarme―. ¿Te quedarás aquí?

―Sí, no quiero que pase nada ―Norte se aleja dos pasos de la cama. Suspiro y me preparo mentalmente, reuniendo toda la calma que puedo.

Bajo la manta y su torso queda al descubierto, el collar está brillando en su pecho. Sin pensarlo más de lo necesario estiro la mano para cogerlo, pero cuando la yema de mis dedos roza el collar algo me aparta. La mano de _____ se encuentra en mi muñeca, apretando con fuerza y sus dedos adoptan un color negro, poco a poco mi muñeca también.

―_____, soy yo. Tranquila, por favor ―susurro con cautela. Siento como esa sustancia negra se impregna en mi piel y arde contra mi piel.

Abre los párpados y sus ojos son de un color totalmente blanco, ni siquiera se encuentra el color negro de la pupila. Asustado intento quitar mi muñeca de su agarre, pero su fuerza aumenta al punto de sentir casi mis huesos romperse. El dolor se transporta por todo mi brazo, aprieto los dientes para no gritar.

―Me estás haciendo daño ―gruño intentando alejarme. Sus ojos me observan, pero es como mirar a través de un muerto. Un escalofrío me recorre de pies a cabeza―. Soy Jack, ¡para! ―casi grito cuando el dolor aumenta, pero sorprendentemente la fuerza de su agarre empieza a disminuir.

―¿Jack? ―pronuncia mi nombre con lentitud, su voz sale totalmente distorsionada. Es irreconocible.

Por un momento, me quedo observando su vacía mirada olvidándome del alrededor.

―¡Ahora, Jack! ―Norte grita haciendo que reaccione.

No me había dado cuenta de que se encuentra flotando en el aire. Sus manos luchan con algo invisible que le agarra del cuello, jadea por aire y patalea. ¿Qué está pasando?

El pánico me invade, agarro el collar con fuerza y tiro provocando que la cadena se rompa, el collar deja de brillar en mi mano. _____ contempla el collar sin ninguna emoción en su rostro, después me mira a los ojos por segunda vez.

―¿Por qué? ―Arruga las cejas y una lágrima negra cae por su mejilla, no soy capaz de pronunciar nada.

Mi corazón se contrae y me hundo en menos de un segundo, su mano cada vez tiene menos fuerza y acaba deslizándose, cae sobre su pecho y la cierra en un puño. Solo siento dolor, como si me hubieran clavado un cuchillo en el corazón. Su mirada se desvía al techo, otra lágrima negra cae por su mejilla.

Una mano me agarra del hombro, no sé cuánto tiempo llevo observando a _____ en esa posición. Ya no se mueve, ya no parpadea y ya no cae ninguna lágrima, solo mira al techo con los ojos abiertos y la mano en un puño en su pecho.

―Jack, ha terminado. Ha sido más rápido de lo que pensé, lo has hecho bien ―dice Norte con orgullo, pero yo no me siento orgulloso en absoluto.

No estoy seguro de que acabo de hacer, siento como si la hubiera matado y eso me provoca ganas de vomitar, pero una parte de mí piensa que la he ayudado, que era lo que tenía que hacer.

Salgo de mi trance y paso mis manos por mi cara, me revuelvo el pelo sin saber que hacer.

―¿Está viva? ―susurro con preocupación por la respuesta.

―Sí, no te preocupes. Ahora me ocuparé yo de ella ―Volteo para mirarle, me sonríe con los labios cerrados y asiente en modo de apoyo―. Te explicare todo cuando te recuperes ―señala mi brazo. El color negro ya está desapareciendo en su mayoría, pero todavía queda la marca de su mano en mi muñeca.

Norte sale de la habitación tosiendo mientras se acaricia el cuello, cierra la puerta detrás de él y me deja a solas con _____. En cualquier otra situación me hubiera gustado quedarme a solas, pero esta no es una de esas. No ahora que parece un cadáver.

Me quedo arrodillado al lado de la cama sin saber con exactitud que ha pasado, mi cabeza se encuentra saturada, tengo demasiados pensamientos y todos están alborotados. Solo espero que realmente la haya salvado, sino no me lo perdonaría nunca.

Contrariado, sin saber que hacer, uno mi mano con la suya y me quedo ahí.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro