Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 21: II

― Te estaba esperando. ¿Por qué tardaste tanto? ― Cupido mantiene los brazos cruzados, reposa sobre una pared al lado de unas estanterías con materiales que no conozco.

― No me siento cómoda con este traje. ― Abro los brazos a mis costados.

― Eso es imposible. ― Suelta una carcajada y se separa de la pared.

― No me gusta, no me genera confianza.

― ¿Por lo de antes? ― Asiento. ― Ya te expliqué, fue culpa tuya.

― La ropa no te come normalmente. ― Me quejo, frunzo el ceño cuando suelta otra carcajada. A mí no me hace gracia.

― Debes olvidarte de lo que consideras normal. ― Llega hasta mi posición y pasa un brazo alrededor de mi cuello. ― Tú y yo no somos normales, nada de aquí es normal. ― Se inclina para estar susurrar en mi oído. ― Y todavía no has visto nada.

Inmediatamente le empujo, haciendo que retroceda varios pasos.

― Usa esa fuerza en el entrenamiento, no la malgastes. ― Me guiña un ojo. ― Vamos a calentar.

― Calienta si quieres, yo esperaré aquí. ― Me cruzo de brazos y apoyo el peso sobre una de mis piernas, dejando la otra relajada.

― Lo necesitas más que yo. ― Me observa con una sonrisa pícara en sus labios.

― Déjame en paz. ― Bufo y comienzo a caminar para sentarme en una especie de colchoneta.

― Tú lo has querido.

Es tarde para cuando me doy cuenta. Me golpeo contra el suelo, al menos he sido capaz de poner las manos para no estamparme de cara. Un peso me aplasta y aprisiona contra el suelo. Agarran mi pelo bruscamente, tiran de él haciendo que levante la cabeza y deje el cuello expuesto.

― No eres capaz de defenderte de nada. ― Habla en un tono serio que no había escuchado en él. ― Te volviste torpe e inútil. Demasiado débil para hacer nada. ¿Quieres seguir así?

― Suéltame, Cupido. ― Hago una pausa cuando algo frío roza mi cuello. ― No tiene gracia.

― No estoy de broma. ― Se inclina y tira más de mi pelo. Suelto un quejido. ― ¿Vas a seguir siendo tan patética?

― Llamaré a Jack. ― Aprieto los dientes ante el dolor de mi cuero cabelludo.

― Nunca te encontrará. ― Acerca sus labios a mi oído. ― ¿No te vas a defender?

Hago el intento de moverme, pero me sujeta con más fuerza. Cierro los ojos sin saber que hacer, no puedo soltarme. Pasan varios segundos en los que ninguno de los dos se mueve, escucho su respiración calmada.

― Decepcionante. ― Dice rompiendo el silencio, me suelta haciendo que me golpee contra el suelo.

Me deja totalmente libre levantándose. Apoyo las palmas y me impulso para quedarme arrodillada.

― ¿De qué vas? ― Escupo mirando en su dirección. Me observa con el rostro impasible, tiene una especie de cuchillo extraño dando vueltas en su mano.

― ¿De qué vas tú? ― Levanta una ceja y me mira con decepción clara en sus ojos. ― Es patético lo débil que eres.

― Perdona por no ser como tú. ― Digo con sarcasmo, levanto las manos y las dejo caer de nuevo.

― Deberías ser mejor que yo.

― Eso es imposible. ― Suelto varias carcajadas. Él mantiene el rostro serio. ― ¿No decías que ningún espíritu te superaba?

― Pero eres mucho más que eso.

― ¿Y qué soy? ― Me pongo de pie. ― ¿Un espíritu, un humano o una desquiciada?

Nos quedamos mirando fijamente a los ojos por varios segundos, no soy capaz de distinguir ninguna emoción por su parte. Se da la vuelta dándome la espalda y camina hasta la estantería, agarra otra arma y deja el cuchillo.

― Corre o te disparo. ― Amenaza. Me cruzo de brazos, retándole.

Comienza una cuenta atrás desde diez, según se acerca al final sube el tono de voz. Me quedo quieta, no creo que sea capaz de hacerme daño, si el peliblando me dejó con él fue por algo. Termina y me apunta, un destello de tristeza cruza sus ojos.

Una luz blanca sale del arma. No soy capaz de reaccionar, una especie de masa negra me rodea y siento que me falta el aire. Muevo los brazos e intento quitármelo de encima, cada vez se pega más y me asfixia.

― Entrenaremos todos los días. ― Escucho su voz como si estuviera muy lejos. ― No puedes negarte.

Mis pulmones duelen pidiendo aire, abro la boca en desesperación. No puedo moverme y no veo nada. La masa entra en mi boca provocándome arcadas. Lágrimas caen por mis mejillas, me duele todo y la sensación de la viscosa masa entrando en mi cuerpo es demasiado, termino por perder el conocimiento.

***

Lo primero que siento es un terrible dolor de cabeza. Gruño y me muevo, intento seguir durmiendo, pero no puedo. Abro los ojos con esfuerzo, siento los párpados pesados.

La luz entra por la puerta del balcón, mantengo los ojos entrecerrados por la claridad. Giro la cabeza sobre la almohada, me sobresalto al encontrar al gato mirándome fijamente.

― ¿Qué? ― Murmuro somnolienta. Mueve la cola de un lado a otro con tranquilidad.

Está tumbado a mi lado, a la altura de mis hombros, pero a un poco de distancia. ¿Qué hace aquí?

Dudo en si quedarme quieta o moverme. El gato maúlla, llamando mi atención. Agacha la cabeza dejándola apoyada en la sabana, lo tomo como una señal para acariciarlo y eso hago.

En cuanto mi palma hace contacto con su suave pelaje, los recuerdos de lo sucedido vuelven a mi mente. Quito la mano con rapidez y me levanto. Tengo que salir de aquí. Cupido no es de fiar, fui tonta al pensar que podría confiar en él. El peliblanco me ha dejado con alguien que quiere hacerme daño, puede que no lo sepa y que también ha sido engañado como yo.

Abro la puerta del balcón y salgo al patio. Examino alrededor buscando alguna salida. Vuelvo a escuchar un maullido, miro detrás encontrando al gato sentado a unos pasos de mí.

― Vete. ― Meneo la mano intentando que me entienda. Se acerca sin hacerme caso. ― Fuera.

Llega a mis pies y se mueve entre mis piernas, acariciándose en el proceso. Me quedo quieta sin entender, al principio parecía que no le gustaba. Maúlla poniéndose de pie apoyando sus patas delanteras en mi pierna.

― No quiere que te vayas. ― Su voz me sobresalta, levanto la mirada encontrándolo delante de mí.

Doy varios pasos atrás, el gato me sigue. Cupido me observa con tranquilidad, incluso sonríe como si nada hubiera pasado.

― Lo siento por lo de ayer. ― Dice dando un paso en mi dirección. ― Era necesario.

― ¿Necesario para qué?

― Más adelante me lo agradecerás, pero de verdad necesitas entrenar.

― No tienes que hacerme daño. ― Gruño. Suspira dando más pasos.

― Fue un poco agresivo, pero no ibas a cambiar de opinión. ― Hace una pausa. ― Necesito que te actives.

― ¿Qué me active? ― Suelto una carcajada irónica. ― ¿Soy un robot o algo?

― Te explicaré varias cosas que sospecho después de la fiesta.

― ¿Por qué no ahora? ― Protesto frunciendo el ceño. Se detiene dejando distancia entre nosotros, el gato sigue a mis pies.

― No confías en mí. ― Afirma con un ligero tono de tristeza que me provoca risa.

― Me atacaste.

― Lo sé, quería comprobar una cosa. ― Se cruza de brazos, aún así su postura es relajada.

― ¿No me vas a decir qué es? ― Niega. ― ¿Y así pretendes qué te crea?

― Solo quiero ayudarte, ____.

― No puedo salir de aquí, ¿no? ― Pregunto, aunque en el fondo ya sé la respuesta.

― No. ― Responde, suspiro y me doy por vencida de momento. Ya imaginaba que no podría salir con la niebla. ― Vamos a comer, que ya es tarde.

― No te he perdonado. ― Le señalo. ― Ni lo he olvidado.

― Siempre tan desconfiada. ― Sonríe de forma ladeada mostrando sus dientes. Pongo los ojos en blanco y le rodeo, no quiero acercarme a él.

***

Pronto aparece Jack de nuevo. ¿Qué opináis de Cupido ahora? ¿Os sigue cayendo bien?

Muestren apoyo y así me animan a subir capítulo antes. Gracias a los que votan y comentan, nunca me cansare de daros las gracias, me hacen feliz de verdad.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro