Capítulo 10: I
Tengo mucho frío.
Me encojo instintivamente, intento abrazar o buscar algo que me pueda dar calor pero, a mi pesar, mi mano no consigue encontrar nada. Doy la vuelta y abro ligeramente uno de los ojos, todo está oscuro así que vuelvo a cerrarlo.
El frío aumenta.
¿Habrán dejado la ventana abierta? Si me hacen levantarme de mi dulce sueño no soy responsable de mis actos...
-¡Padre!- Grito con todas mis fuerzas, espero varios segundos y no obtengo respuesta.- ¡Thomas!
Silencio.
Suspiro exasperada y me tumbo bocarriba, al hacerlo la espalda me comienza a doler y es cuando noto que me encuentro sobre una superficie dura. Abro los ojos con esfuerzo, tengo mucho sueño y me pesan los párpados, adapto mi vista a la oscuridad y consigo distinguir algunas siluetas negras. No es mi habitación.
Me siento y observo alrededor, todo está demasiado oscuro. El dolor de la espalda aumenta al moverme, con cada movimiento un pequeño pinchazo aparece.
-Pensé que no despertarías.- Al escuchar su voz todos los recuerdos vuelven a mi mente de inmediato, miro a mi lado en el suelo y se encuentra ahí tumbado, apenas puedo ver su rostro.
-¿Dónde estamos?- Pregunto alejándome un poco de él, hago una mueca por el dolor.
-En una cueva.- Ante mi cara de confusión continúa.- Te encontré aquí, fui a buscarte a la salida del pueblo y no estabas, te busqué por las calles y nada. Me asusté y fui al bosque, después de varias horas encontré esta cueva y entré porque...- Se detiene abruptamente, niega ligeramente con la cabeza y suspira.- supongo que fue un impulso.
-A veces hasta parece que te preocupas por mí.- Digo con sorna, intento levantarme pero, a causa del dolor, decido que es mejor seguir sentada.
-Lo hago aún que no me creas.- Asiento en respuesta, es cierto que no creo nada.- ¿Qué pasó en el pueblo?
-Encontré un chico, era extraño y me daba miedo, así que salí corriendo.- Se sienta y se acomoda para escucharme mejor, por un instante parece que sus ojos brillan en medio de la oscuridad.- Después me caí porque me quedé sin fuerzas.
-¿Aquí?- Pregunta refiriéndose a la cueva, niego con la cabeza y suelto una pequeña risa.
-No llegaría tan lejos, caí a continuación del puente
-¿El chico ese te siguió?- Niego y se queda en silencio pensando, veo la sombra de su mano acercarse a mi pierna y rápidamente la aparto.
-¿Qué haces?- Pregunto y él me manda callar. Estira el brazo y su mano se posa en mi muslo, siento su peso y el frío que desprende, me quedo paralizada porque de verdad me está tocando. Estoy confundida.
-Según te encontré tuve la sorpresa de que no te atravesaba, llegué a pensar que sería porque estabas inconsciente pero mira ahora.- Para recalcar sus palabras, las cuales pronuncia con esperanza, mueve la mano por mi pierna mandándome escalofríos, incómoda le aparto la mano de un golpe y me levanto.
Entre la oscuridad comienzo a caminar para buscar la salida, cuando veo la luz empiezo a correr hacía ella. Una vez fuera de la cueva y bajo los rayos del sol me permito descansar, gruño por el dolor de espalda.
-¿A dónde vas?- Grita y al segundo una brisa helada me pasa por el lado, el peliblanco observa confundido sus manos.- Ahora no puedo.- Susurra y me mira pensativo, de repente se lanza contra mí asustandome, suelto un pequeño grito y me atraviesa, respiro aliviada.
-¿Qué te crees que haces?- Escupo dándome la vuelta, me sobresalto al verle tan cerca, apenas unos centímetros nos separan. Me quedo muda al ver sus ojos que transmiten tristeza y confusión, un sentimiento de culpa me invade.
-No lo entiendo.- Susurra con frustración, el sentimiento de culpa aumenta.- No sé que está pasando.- Se lleva la mano al pelo y lo revuelve, se ven pequeños destellos por los rayos del sol.
-Lo siento, yo también estoy muy confundida.- Suelto una risa amarga.- Ni siquiera sé distinguir lo que es real y lo que no.- Suspiro dando un paso atrás, su cercanía me incómoda y me confunde. Me observa con preocupación y me siento una niña pequeña, me siento inútil y pérdida.
-Quiero ayudarte, debemos trabajar juntos.- Frunce las cejas y entrecierra sus ojos azules.- No puedo hacer nada si no me quieres aquí.
Suspiro cansada, el dolor me está agotando. Puede que él tenga razón, igualmente no pierdo nada en confiar, antes me ha tocado y, aún que piense que ha sido producto de mi imaginación, ahora no estoy muy segura de si todo fue real o no.
-Supongo que no pierdo nada.- Susurro abatida, me observa con una pequeña sonrisa en sus labios y me produce ternura, es como un niño.
-¿Sigues teniendo hambre?- Pregunta y caigo en cuenta de que todavía no comí nada pero, extrañamente, no tengo hambre ni me siento sin fuerzas.
-No, conseguí comer algo.- Miento para no preocuparle, creo que ahora mismo no necesito comida. Sonríe enseñando sus dientes perfectos y me hace un gesto para que le siga, coge su cayado en una mano y empieza a caminar.
Después de cinco pasos me detengo, el dolor de espalda es cada vez mayor según muevo cualquier músculo. Se gira en mi dirección y me observa extrañado.
-No puedo, me duele mucho.- Jadeo cuando otro pinchazo aparece, se acerca e intenta sujetarme pero me atraviesa, cierra las manos en puños frustrado por no poder hacer nada.
-Vayamos dentro de la cueva.- Asiento y camino lentamente hasta allí, el peliblanco no se separa de mi lado.
Una vez dentro me detengo, todavía se ve claramente ya que estamos justo en la entrada. Su brazo me rodea por la cintura y me sobresalto, el frío me da la bienvenida y observo sus ojos confundida, me devuelve la mirada y sonríe con los labios cerrado.
-Parece ser que aquí dentro si puedo tocarte, vamos a sentarnos.- Susurra y me ayuda a caminar, su brazo se afianza en mi cintura y paso el mio por sus hombros, el movimiento provoca que suelte un pequeño gruñido de dolor.- Tranquila, tengo una idea.
Me lleva hasta una de las paredes de la cueva, une la otra mano con la mía y me ayuda poco a poco a sentarme recostada, se arrodilla a mi lado y me observa en silencio.
-¿Qué pasa?- Pregunto rompiendo el silencio, se rasca la nuca y desvía la mirada.
-Dicen que el frío ayuda a que él dolor disminuya.- Dice con inseguridad.- Al menos eso veo hacer a los niños cuando se dan un golpe, se ponen hielo.- Susurra la última parte y conecta sus ojos con los míos avergonzado, me río ante la imagen que aparece en mi mente.
-¿Vas a ser mi hielo personal?- Suelto una carcajada y él enseña una diminuta sonrisa, después de pensarlo unos segundos se ríe conmigo.
-Si lo dices así suena raro.- Asiento dándole la razón, cuando nuestras risas se detienen vislumbro el brillo de diversión en sus ojos, es precioso.
-Estoy de acuerdo con que seas mi hielo personal, no creo que haya persona más indicada para eso que tú.- Bromeo con ironía, me dedica una gran sonrisa e inclina la cabeza en forma de reverencia.
-A sus servicios.- Dice con voz más grave.- Siempre deseé ser su hielo, señorita.- Agarra mi mano con delicadeza y el frío sube por mi brazo, en verdad sería un cubo de hielo perfecto.
-No me decepciones.- Digo en broma pero parece recordarle algo, desvía la mirada al suelo y su sonrisa se borra, nos mantenemos en silencio por unos segundos hasta que decide hablar.
-Lo siento por dejarte sola en el pueblo.- Mumura y apenas soy capaz de oírle.- Estaba molesto y soy demasiado orgulloso.- Ante su voz de culpa mi corazón se derrite, yo también debería pedirle perdón por mi trato hacía él.
-Jack, no pasa nada.- Levanta la mirada al escuchar su nombre y un brillo extraño aparece en sus ojos.
-Es la primera vez que me llamas por mi nombre.- Dice casi embobado, ruedo los ojos y le resto importancia con la mano.
-Algún día tendría que hacerlo, a demás ahora somos compañeros.- Digo con alegría y él frunce el ceño ante la palabra 'compañeros'.- Ya sabes, estamos juntos en esto.
Sonríe y mira nuestras manos unidas, parece perderse por unos segundos en sus pensamientos y empieza a mover su pulgar en pequeñas caricias.- Estamos juntos en esto.- Susurra para si mismo, levanta la mirada y me dedica la sonrisa más bonita que he visto en mi vida, cualquier chica se habría desmayado.
Pero yo no soy ninguna de ellas.
***
-¡Mira lo que he traído!- Grita provocando que abra los ojos, se acerca caminando con una manta sobre la cabeza que le tapa casi entero.- Me he asegurado de que sea calentita.- Dice mientras se la quita y la extiende sobre mí, enseguida me siento más cómoda y caliente.
Murmuro un agradecimiento y él levanta la mano para que me calle, espero con tranquilidad mientras camina a la salida, antes de desaparecer me dedica una mirada de reojo y una sonrisa de lado. Reitero, cualquier chica se habría desmayado.
-También tengo un regalo para ti.- Dice entrando de nuevo, lleva las dos manos escondidas a la espalda. Levanto una ceja en forma de pregunta, suelta una pequeña risa y sonríe de lado.- Te va a encantar.- Levanta el mentón orgulloso y se detiene frente a mí.
-¿Qué es?- Pregunto impaciente, hace mucho que nadie me regala nada. Se pone serio y se agacha a mi altura, sus ojos me observan con intensidad.
-Me ha costado mucho hacerlo.- Susurra con seriedad.- No lo pierdas.- Asiento dándole a entender que lo cuidaré, sonríe de lado satisfecho y se pone recto. Desvía la mirada al pequeño muñeco de nieve que ha dejado a mi lado, con un movimiento de cabeza le señala.- ¿Te ha cuidado bien, verdad?
Suelto una carcajada y ruedo los ojos.- Perfectamente.- Saco los brazos de la manta y recojo el pequeño muñeco, es tan grande como mi mano. El peliblanco lo dejó aquí porque decía que así no me sentiría sola, en verdad lo estuve observando casi todo el tiempo que él se fue. En el fondo es adorable.
-Es adorable.- Susurro contemplando el gracioso muñeco, el peliblanco tose de forma fingida y levanto la mirada.
-Lo soy, gracias.- Dice con orgullo y egocentrismo, pongo los ojos en blanco pero no le arruino su ego, si quiere pensar que iba por él no le voy a romper esa ilusión pero, en verdad, iba por el muñeco.
-¿Y mi regalo?- Pregunto dejando el muñeco a mi lado izquierdo, el que da a la salida.
-Cierra los ojos.- Ordena y me observa a la espera, bufo y los cierro a mala gana.
Siento el característico frío cuando se aproxima a mí, sus dedos rozan mis mejillas y pienso en alejarme, antes de que pueda hacerlo mete sus manos por debajo de mi pelo y rodea mi cuello hasta mi nuca, se detiene ahí unos segundos y aleja las manos volviéndome a dar una pequeña caricia, casi inexistente, en mis mejillas. Siento algo frío sobre mi piel.
-Ya puedes abrirlos.- Abro los ojos y miro a mi pecho, un copo de nieve azul se encuentra apoyado sobre mi camiseta, por un momento ese azul me recuerda al de sus ojos.
-¿Un collar?- Pregunto en un susurro, lo toco con suavidad y siento su textura, es hielo.
-Pensé que sería una buena forma para hacer nuestra alianza más real, así recordarás que estamos juntos en esto.- Hace una pausa y agarra el copo entre sus dedos, ambos lo contemplamos.- Lo hice yo, por lo tanto tiene parte de mí, y si lo llevas tú significa que estamos juntos.- Mumura y nuestros ojos se unen a la vez, sonríe de forma alegre y despreocupada, le devuelvo la sonrisa y desvio la mirada al sentir mi rostro calentarse.
-Gracias.- Susurro avergonzada, el peliblanco suelta el copo y cae sobre mi pecho, al sentirlo ahí me doy cuenta del ritmo acelerado de mi corazón.
-No debes dar las gracias, me vale con que me digas que soy genial.- Bromea quitándole importancia al asunto, suelto una carcajada y niego. Se hace el ofendido y se cruza de brazos, gira la cabeza a otro lado y aprieta la mandíbula. Observo su perfil, su pelo tan blanco me llama la atención al igual que sus ojos azules, su piel también me llama la atención y casi todo en él lo hace, es misterioso pero de una forma agradable, no da miedo ni provoca que te alejes, es cálido a su manera aún que eso sea una ironía de la vida.
-De acuerdo, eres genial.- Digo de repente y se sorprende, sus ojos se abren como dos platos y levanta las cejas, le falta abrir la boca hasta el suelo.- No lo volveré a repetir nunca más.- Suelto una carcajada, sonríe con alegría y el característico destello de diversión aparece en sus ojos.
-Con eso me sobra.- Susurra y me pierdo en sus ojos, es impresionante la manera en que consiguen atraparme.
***
Capítulo dedicado a anxiety_119
Espero que te guste y a los demás espero que también.
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