Mis pulmones necesitaban oxígeno, así que me separé de él totalmente sonrojado, ¿qué diablos acababa de pasar? Él simplemente me hizo a un lado y se levantó, yo me quedé en el piso sin sentir la fuerza suficiente en mis piernas para levantarme.

—Eso fue interesante —murmuro—, no será necesario que me lleves a mi casa esta noche, puedo ir a pie —y simplemente se marchó, dejándome sentado en el piso, desorientado sin tener idea de que acababa de pasar.

Mi cabeza daba vueltas pero tampoco podía quedarme en el bosque solo, así que me encaminé a la cabaña totalmente confundido realmente no lo entendía, ¿me besaba y al minuto siguiente se iba cómo si nada? Dejándome solo y... ¡basta Dipper! Concéntrate, sólo fue un beso, ya paso aparte no es como si no hubieras besado a un hombre antes, mi subconsciente me odiaba y me dio un escalofrió al recordar lo de Mermando, ¡no había sido un beso! Estaba tratando de salvarlo, aparte no es relevante, ¡Cállate subconsciente! No podía dejar de pensar en eso, incluso cuando llegué a la cabaña y todos estaban dormidos, bueno al menos algo estaba a mi favor, nadie me regañaría por la hora, genial. Subí a mi cuarto y, sin tener ganas de cambiarme me recosté en la cama tratando de dormir, los pensamientos en mi cabeza gritando constantemente el nombre de Bill no contribuían a mi pequeño problema de insomnio, pero al final logré callarlas y poder dormir un poco.

La luz del mediodía se colaba por la ventana, no había nadie en mi habitación y al notar lo que traía puesto mis mejillas ardieron, todavía tenía la ropa de Bill puesta y recordé lo que había pasado, ¡Bill me había besado! ¡Y yo no había hecho nada para detenerlo! ¡Al contrario le seguí el beso! ¿Qué clase de heterosexual hace eso? Ninguno, exacto. Tal vez esa era la razón por la que nunca me iba bien con las chicas, tal vez me fijaba en chicas imposibles porque sabía que no las iba a tener y no tendría que enfrentarme a eso. Un grito me saco de mis pensamientos, Mabel estaba afuera de mi habitación no podía dejar que me vea con eso, comenzaría a molestarme y eso era lo último que necesitaba ahora.

—Ya voy —me cambie rápidamente la camisa y me quede con el pantalón, abrí la puerta, Mabel acababa de regresar de una pijamada con Grenda, Candy y Pacífica (porque sí ahora era parte de su círculo de amigas)—, ¿qué vamos a desayunar?

—¿Desayunar? Querrás decir cena Dip-Dop —dijo a modo de broma—, no sé a que hora habrás llegado ayer pero son casi las 3 de la tarde, estábamos a punto de almorzar cuando Ford me dijo que te llame piensa que estas encerrado trabajando y que te desvelas por su proyecto, cuando ambos sabemos que eso no es cierto —me miró juguetonamente—, estuviste con Bill anoche, ¿verdad?

—¡Mabel! —dije rojo, adiós a mi autocontrol de "rubor"—, tuve qué, necesitaba de "mis servicios" —Mabel lo interpreto era obvio por la sonrisa burlona en su rostro—, ¡no en ese sentido sucia! Sólo fuimos al lago, el tenía ganas de bañarse y no me quedo otra opción que llevarlo —desvié la mirada—. Anda vamos a comer.

Bajamos y la comida estaba lista, nos sentamos a comer los cuatro, Ford me preguntó por mi tarea a lo que simplemente dije que no lo había descifrado, cuando en realidad ni siquiera lo había intentado; la comida paso entre risas y bromas, cuando acabamos le prometí a Ford que me esforzaría más y bajó de nuevo al sótano, creo que estaba trabajando en algo grande evidentemente relacionado con lo de mis padres. Stan fue a estafar más turistas y como era el día libre de Mabel de sus tareas con Stan, ella decidió ir a terminar el ultimo suéter de "Family Pines" que le faltaba. Así que me senté en el sillón que estaba en la terraza, pensando en ese rubio y ahora que lo pensaba no me había dicho cuando era mi próxima tarea, supongo que tal vez quiera estar lejos de mí por un tiempo.

—No se te ocurra pensar eso otra vez, Pino —dijo Bill saliendo de la cabaña.

—¿Bill? —dije confundido, realmente no me esperaba encontrarlo hoy, ¿que hacía en la cabaña?

—El mismo de tus sueños —pesadillas querrás decir pensé, luego se acerco y se sentó junto a mí en el sillón—. ¡Escuche eso! A veces te odio...

—H-hola —dije nervioso y totalmente ruborizado—, no creí verte hoy, ya sabes como ayer no me dijiste a que hora pasar por ti.

—Emm... sí, sobre eso —me miró—, no quería que tardarás más en llegar a tu casa.

—Oh, pues gracias, supongo ¿qué haces aquí? —dije tratando de evitar el tema del beso.

—Pues te estaba buscando para continuar lo que dejamos pendiente ayer —se acerco demasiado a mi rostro y me levante automáticamente.

—Bill... —dije serio—, basta de bromas por hoy.

—No es broma —me acorralo contra una pared, no entendía como habíamos terminado en esa posición—, un beso más, un beso menos, ¿cual es la diferencia? Aparte estoy casi seguro que tú igual lo disfrutaste —intento besar mi cuello.

—¡Bill! —lo empujé muerto de la vergüenza, antes de que tocará mi piel y me escabullí de su encierro contra la pared—, no hablemos de ello aquí, nadie de mi familia lo sabe y no estoy de humor para tus cosas.

—Le quitas lo divertido a todo, Pino—rodó los ojos—, en serio.

—Cállate, tú eres el que tiene problemas de personalidad, aparte no me has dicho que haré hoy.

—Nada, solo quería pasar a verte —se alejo y me guiño un ojo—, nos vemos mañana a las 2 de la tarde Pino, disfruta tus horas libres y recuerda no llegues tarde.

—Adiós —dije y sin más se fue, realmente no entendía a ese chico/demonio.

Tuve el resto de mi tarde libre, así que dedique todo mi esfuerzo, tiempo y concentración a la esfera, aunque lo de concentrarme era dificil con cierto chico rubio apareciendo en mis pensamientos a cada rato aparte con todo el asunto de mis padres tampoco era muy fácil centrarme incluso aunque Bill dijera que se estaba encargando y que no me preocupará, y diablos Bill ese chico seguía confundiéndome terriblemente acerca de lo que yo quería, de lo que sentía, ¿acaso era sólo curiosidad por probar algo nuevo o era algo totalmente diferente? Necesitaba hablar con Mabel y aclarar mis dudas, ella me conocía de toda la vida y tal vez, sólo tal vez, necesitaba oír de alguien más lo que muy dentro de mí ya sabía. Ignoré mis pensamientos de eso y seguí unas horas más con la esfera, sin llegar a nada, esa esfera estaba frustrándome casi tanto como Bill, así que la dejé y después de mucho intentar finalmente pude dormir, realmente detestaba esta etapa de insomnio, no quería interrumpir a Mabel con el suéter que tejía, mañana habría tiempo de relatarle todo lo que pasaba con Bill.

La mañana llego y sorpresivamente me había levantado relativamente temprano cómo a eso de las 10 para estar listo a las 2, Mabel desayuno conmigo y me dispuse a contarle todo lo que había pasado, después de todo, no podía ocultárselo a ella, y sólo no se lo había contado ayer porque necesitaba un poco más de tiempo para asimilarlo por mi cuenta, la saqué de la cabaña no quería que mis tíos se enterarán de nada.

—¿De qué quieres hablar hermanito? —dijo Mabel.

—Podría ser que —dije nervioso—, Bill y yo nos besáramos...