Capítulo 1
El trasero me dolía y me sentía un poco mareado, leer en un segundo piso y encerrarte en tu mundo teniendo una hermana tan imperativa como Mabel no es tan buena idea.
―Dipper, lo siento ¿estás bien? ―Preguntó Mabel mientras corría a mi lado, ayudándome a incorporarme, me había dado un buen golpe al caer del segundo piso aunque bueno más que caer me había deslizado por un costado de la terraza que estaba afuera de nuestra habitación, el mismo espacio donde hace unos veranos habíamos cantado "Reinas de la medianoche" con nuestro tío Stan, y termine cayendo al piso de la cabaña.
―Sí, solo que la próxima vez ten en cuenta que es peligroso gritarle a alguien de esa manera cuando está en el borde de una terraza de ¡un segundo piso! Ya que lo puedes asustar y hacer caer ―dije medio en broma y medio serio, al mismo tiempo levantaba mi gorra del piso, la volví a colocar en mi cabeza―. Entonces Mabel, ¿qué es lo que te trajo tan emocionada?
―Mamá y papá, Dipper ―comenzó a caminar hacia la cabaña―, llamaron hace unos minutos y dijeron que ya estaban a punto de llegar, el tío Stan y el tío Ford dicen que si nos apuramos podemos alcanzarlos en la entrada del bosque para guiarlos a la cabaña.
―Oh, perfecto voy en un segundo, solo necesito sentarme un momento, la caída me dolió un poco ―entramos a la cabaña y me senté en la cocina mientras Mabel revisaba que no tuviera una herida grave, al final solo fueron algunos raspones y algún que otro moretón.
Salimos de la cabaña y nos subimos al carrito de Golf, los Stan ya estaban ahí, no tardó mucho el recorrido hasta llegar a la entrada del bosque, donde se supone que nuestros padres estarían. Pero ya había pasado más de una hora y no había señales de ellos, lo cual era bastante extraño ya que cuando habían llamado a Mabel dijeron que estaban a poco tiempo de llegar, ya estábamos en el lugar de encuentro y no estaban por ningún lado, ya me estaba empezando a inquietar.
―Tal vez hay mucho tráfico ―dijo Mabel tratando de animarnos a todos, ya que tanto Ford, como Stan y yo teníamos una cara de preocupación bastante evidente.
―Niña, nunca hay tráfico en Gravity Falls solo hay como 40 pobladores en este pueblo ―dijo el tío Stan, rascándose la nuca―, tal vez deberíamos intentar llamarlos otra vez.
―Ya lo intenté unas 12 veces en los últimos 2 minutos y manda directo a buzón, eso no es normal usualmente ambos están al tanto de su teléfono y aun así... algo no se siente bien ―dije quitando el teléfono de mi oído tras escuchar otra vez a la contestadora.
―Mmm, probablemente deberíamos ir a su nueva casa, tal vez tuvieron algún problema con la mudanza y están ahí, eso explicaría porque no contestan ya que posiblemente se quedaron sin pila y sabes bien que ahí aún no han activado el servicio eléctrico ―Ford habló por primera vez desde hace un buen rato, parecía la mejor opción, aunque cualquier otra alternativa era mejor que quedarnos ahí a esperar otra hora o quien sabe cuánto más.
Aún tenía ese sentimiento de que algo no andaba bien, es decir, era comprensible que se le descargará el móvil a uno, ¿pero a ambos? Algo no encajaba, pero sin tener una mejor solución al problema, nos encaminamos a la casa nueva. Aún no podía creer que finalmente nuestros padres habían decido mudarnos a Gravity Falls, después de varios años al fin se habían dado cuenta que los veranos no eran suficiente para nosotros, siempre estábamos extrañando el lugar, los misterios, las personas, nuestros tíos... así que decidieron que empezaríamos a vivir aquí. Al llegar me sentí decepcionado puesto que a pesar de que me encantaba la nueva casa, no había rastros ni del camión de mudanza ni de mis padres, realmente ya me estaba empezando a alterar, ni siquiera mis tíos estaban seguros de que hacer, la angustia y preocupación de todos era palpable en el ambiente hasta que Mabel lanzó el último rayo de esperanza, o al menos el intento de este, antes de que comenzáramos a alterarnos en serio.
―Deberíamos volver a la cabaña, tal vez llegaron por otro camino, y por eso no los vimos pasar e incluso sino están, al menos ahí podemos pensar en algo ―dijo poniendo una sonrisa forzada, incluso para ella era difícil mantener una buena actitud en esta situación, aún así nos dirigimos a la cabaña, todos angustiados y con los nervios en punta, llegamos y nos bajamos todos del carrito, las esperanzas de que hayan encontrado otro camino para llegar murieron al ver que la única alma ahí era Wendy.
―¿Por qué tantas caras largas? ―la pelirroja soltó al vernos entrar, los años le habían favorecido mucho a Wendy, se veía igual o hasta incluso más bonita que antes, solo que ahora no me provocaba nervios o sonrojos, después de todo solo era una chica y ya había pasado la etapa de mi obsesión por ella.
―No aparecen, los Pines no aparecen, teníamos la esperanza de que estén aquí pero no están ―dijo Ford―, voy a esperar un rato más por sí llegan y sino pues tendremos que llamar a las autoridades.
―No nos queda de otra ―murmuró Mabel entrando a la cabaña―, estaré en mi habitación, avísenme si saben algo.
Mabel se encerró en nuestra habitación provisional, habíamos llegado un par de días antes y estábamos con nuestros tíos, todo apuntaba a ir bien.
Pasaron unas horas más, tantas que ya había oscurecido hacía un buen rato y a pesar de ello no habían ni señales de ellos o su ubicación, la policía se había retirado hace unos cuantos minutos, Mabel no había salido de su habitación en todo este tiempo, mis tíos estaban en la cocina discutiendo lo que podrían hacer, ambos estaban evidentemente consternados, ¿y yo? Yo era un manojo de nervios, quería salir y hacer algo, pero todo me parecía inútil.
Al final simplemente salí a tomar aire fresco, el silencio del bosque podría intentar aclarar mis escandalosos pensamientos, no había señas de mis padres y con la reputación del pueblo, era normal que pensará solo en lo peor, ¿qué tal si algún monstruo los había interceptado en el camino y ahora estaban en un terrible peligro? ¿Cómo alguien podría estar tranquilo con algo así? Me senté frustrado en un tronco en medio del bosque, no demasiado lejos, aún podía ver la luz de la Cabaña a lo lejos, frustrado miré al cielo tratando de pensar en una solución... hasta que una voz me saco de mis pensamientos.
―Pero, ¿qué tenemos aquí? ―dijo una voz que reconocería en donde fuera y cuando fuera, ya que era la protagonista de la mayoría de mis pesadillas―, Pine tree.
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