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Musa (dedicado a @richardleb)

Este capítulo quiero dedicarlo al ganador de la dinámica que realicé hace tiempo: richardleb. Gracias por tu participación y muchas felicidades ^^.

Iluminados por la luz de una fogata, dos personas se encontraban conversando en una cabaña en mitad de la nada.

—Admito que ni a mí se me hubiera ocurrido una idea tan magnífica.

—Te dije que podías confiar en mí, Charles.

—Eres brillante, ¿cómo se te ocurrió semejante idea?.

—Tu deseo de venganza es mi musa.

* * *

Una semana después de la cita medianamente desastrosa en Radley, Drake no había vuelto a ver a Mary. Él sabía que ella no tenía la culpa de que su último encuentro terminara así de mal, pues Caleb apareció por mera casualidad, y Mary no sabía que Drake era huérfano. En verdad Drake le agradaba Mary y no podía dejar que su corta relación finalizara así. 

Por si fuera poco, el concurso Harding estaba al caer y Drake seguía sin tener material que enviar a la convocatoria. Era como si la inspiración no hubiera llamado a su puerta. Fue entonces que en un momento de debilidad se echó sobre su cama y buscó en internet formas de inspirarse. Entró a una página aleatoriamente y comenzó a leer:

1) Ten contacto con elementos que te proporcionen paz: al estar en contacto con elementos que te proporcionen una estabilidad mental, verás la vida de una manera más positiva. De esta manera puedes volverte más receptivo hacia la inspiración.

Drake no le pareció mal consejo, a excepción por el hecho de que no podía pensar en algo que le transmitiera paz realmente. Probablemente la comida y la televisión no era exactamente a lo que se refería el artículo.

2) Escucha música clásica: este tipo de música puede ayudarte a adoptar una mentalidad más tranquila y podrías asimilar de mejor manera la información, por lo que podrás captar ideas que te inspiren.

Also Sprach Zarathustra, O Fortuna, Mozart, Beethoven... fue lo primero que se le vino a la cabeza relacionado con la música clásica. El problema de la música clásica es que la hasta escuchado, te llega a gustar pero no te sabes los malditos títulos porque están en idioma alíen.

Drake abrió YouTube y buscó Beethoven y entró a un vídeo titulado "Für Elise". La pieza resultó ser una canción tocada en piano, Drake ya la había escuchado pero no sabía el nombre, ni que era de Beethoven.

Cerrando los ojos, el chico imaginó a alguien vistiendo un esmoquin negro tocando el piano en una habitación en penumbras. La única luz era un reflector blanco cuya luz caía sobre el piano y el que lo tocaba. 

«¿Esto de qué me sirve?» pensó Drake algo desesperado.

De repente la imagen del pianista tomó forma en Drake. Entre la oscuridad apareció Mary con el cabello suelto con un vestido turquesa de brillos. Al estar bajo la luz del reflector, los brillos de su vestido tomaron la apariencia de miles de estrellas.

Drake miró a Mary con una sonrisa y sin interrumpir la canción, le hizo espacio en el banquillo en el que él se encontraba sentado. Mary se sentó en el espacio libre y apoyó su cabeza sobre el hombre de Drake.

«Un gran cambio» recapacitó el joven satisfecho.

Mary parecía ser la solución, tenía una belleza particular y natural, solo necesitaba el escenario correcto. 

La escena en su cabeza finalizó cuando el vídeo también lo hizo. Drake abrió los ojos y se levantó a mirar por su ventana el atardecer. Los colores anaranjados, amarillos, morados y rosados contrastaban muy bien. Entonces Daugherty se dio cuenta que la naturaleza tiene un bello encanto que podría contrastar con el de Mary.

Valle de Robles tiene una zona de casi cien hectáreas que es considerada como parque nacional. Drake no había tenido la oportunidad —o más bien la motivación suficiente— para ir, pero ahora tenía una buena razón para visitar el parque nacional, y no lo haría solo... bueno, eso esperaba él.

Un extraño y casi silencioso sonido invadió los oídos de Daugherty quien fijó su vista hacía donde escuchó el sonido. Era como si algo se deslizara por el suelo. Intrigado fue a ver y vio que se era otra nota como la que había recibido días atrás.

Drake tomó la nota para inspeccionarla. Esta nueva nota parecía haber sido escrita en el mismo cuaderno y con crayola roja, se podría decir que era igual a la anterior. El único cambio era el modo en el que fue arrancado el papel y el mensaje que contenía.

¿Eres feliz, J?

Daugherty arrugó la nota y la dejó caer, abrió la puerta de su departamento y se fijó que el elevador se estaba cerrando, no puedo distinguir bien los rasgos, pero por la silueta era un chico. No podía esperar a tomar el elevador porque se le escaparía el chico, talvez si corría bajando las escalera podría pillarlo.

El estudiante de fotografía comenzó a bajar las escaleras sintiendo su corazón latir más acelerado de lo normal, piso por piso fue bajando hasta llegar al primer piso. El chico misterioso ya había salido del elevador y se iba a dirigir a la salida, pero entonces Drake se abalanzó sobre el mensajero maldito.

—¡¿Adónde crees que vas?!.

—¡No me haga daño! —imploró el mensajero cerrando los ojos con fuerza.

El chico se veía bastante joven, alto de un metro y ochenta y cinco de estatura, rostro alargado, cabello corto marrón, ojos azules y largas pestañas, nariz delgada y puntiaguda, cuerpo atlético.

—¿Te parece muy gracioso mandar notas a extraños?.

—¡Lo lamento, juro que no lo hago a propósito, es que me pagan por hacerlo! —confesó el chico.

—¿Quién?.

El chico no contestaba, lucía bastante asustado.

—¡Contesta! —insistió Daugherty más rudo aún.

—¡No lo sé, todo es anónimo!.

Drake decidió soltar al chico quitándose encima de él.

—¿Cómo te llamas, niño?.

—The-Theo Reed —contestó el mensajero más calmado levantándose del piso.

—Muy bien, Theo. La próxima vez llamaré a la policía —amenazó Drake severamente—, ¿entendiste?.

—S-sí, no volverá a pasar —juró [insertar nombre que dicte el lector] antes de abandonar el edificio.

* * *

Drake, algo nervioso, llamó a la puerta de la enfermería. Una voz dulce le indicó que podía pasar. Entonces, la expresión de Mary cambió radicalmente al ver a Drake entrar.

—Hola, Drake —saludó Mary apenada.

—Hola, Mary —contestó Drake esperanzado—. Escucha, sé que la cena en Radley no terminó tan bien, pero eso no importa y quisiera intentarlo de nuevo, por eso te quiero invitar al parque nacional Strode este viernes.

—¿Sabes qué?, tienes razón, debemos darnos otra oportunidad —asintió Mary dibujando una sonrisa en su rostro de ángel—. ¿A las cuatro?.

—A las cuatro es perfecto.

Y tal y como acordaron, el viernes a las cuatro en punto, Mary estacionaba su Volkswagen azul en la zona permitida. Vestía un pantalón deportivo rosa y una blusa blanca sin mangas, salió de su auto y esperó unos siete minutos hasta que Drake apareciera.

—¡Mary! —llamó Drake—, lamento la tardanza, el autobús tardó más de lo esperado.

Drake vestía un pantalón deportivo que le llegaba a la altura de las rodillas y una camiseta de tirantes que le quedaba algo grande, parecía un jugador de basquetbol. Cargaba consigo la bandolera que usa para la escuela. 

—Supongo que estamos a mano, ¿no? —bromeó la mujer haciendo alusión a que hizo esperar a Drake en el restaurante. Abrió la puerta de los asientos de atrás y sacó una mochila que parecía estar repleta de cosas—. Ahora sí, vamos.

Los dos se adentraron en el parque Strode por el sendero marcado en la tierra. El parque Strode además de tener lavandas por doquier, también tiene pinos tan grandes que parecen casi irreales.

Mientras caminaban empezaron a charlar con más naturalidad que nunca, la fase de timidez ya había quedado atrás. Sin darse cuenta caminaban más juntos, casi podría decirse que eran novios.

Pintaba que llovería, pues todo el día había estado nublado pero eso hacía que el parque tuviera un ambiente más tranquilo. Se toparon con un río que nacía de una cascada abundante, Mary comenzó a subirse a las rocas que sobresalían del río para cruzarlo.

—¿Estás segura que es una buena idea?.

—Claro, no es tan difícil.

Mary cruzó el río y miro a Drake indeciso desde el otro lado.

—¡Vamos, cruza! —retó Mary.

—¡No!.

—¡¿Tienes miedo?!.

—¡No!.

—¡¿Entonces por qué no cruzas?!

Drake estaba comprometido a cruzar, de lo contario quedaría como un cobarde frente a la mujer que le gustaba. Comenzó a trepar por las rocas mientras que Mary le daba ánimos. En la última roca, Drake perdió el equilibrio y cayó.

Al principio solo sentía su ropa mojada, pero luego sintió un ligero ardor cerca del tobillo, tenía una cortada y le estaba brotando algo se sangre. Mary se adentró en el río para auxiliar a su acompañante. Lo ayudó a levantarse y lo recostó en la orilla del río.

Como buena enfermera, inspeccionó la herida y determinó que no era muy profunda pero debía parar la hemorragia. Sacó de la mochila una toalla blanca que uso para ejercer presión sobre la cortada.

Drake hizo un mueca de dolor y se aguantó las ganas de gritar y quejarse del dolor. Tenía que mostrarse fuerte y resistir el dolor, como aprendió hacer durante su infancia.

Mary sacó de su mochila un frasco que decía "ungüento antibacteriano". Retiró la toalla de la herido y precedió a cubrir la herida con el ungüento. Drake ya no sabía que le dolió más, si la presión o el contacto del ungüento con la herida.

Para finalizar, Mary usó una vendas para cubrir la herida y se aseguró de que estuvieran ligeramente ajustadas.

—Listo, Drake, espera a que deje de arderte la herida para que podamos seguir.

—Muchas gracias, Mary. En serio no era mi intención que terminaras mojada.

—Solo fueron una gotas, Drake —dijo Mary restándole importancia al asunto, pues en realidad, estaba bastante mojada.

Cuando Drake sintió que el ardor desaparecía, le hizo saber a la enfermera que ya podían seguir. Tuvieron que subir una colina y Daugherty se ofreció a cargar la mochila de Mary, a lo que ella accedió. La colina los llevó a un mirador natural donde se podía ver gran parte del parque Strode.

Drake estaba hiperventilando por el esfuerzo que hizo al subir esa colina, mientras que Mary estaba como si nada. La mujer se burló del menor por su falta de condición física y decidió darle su espacio acercándose al borde de la cumbre de la colina.

Drake observó a Mary de espaldas y de repente las nubes empezaron a disiparse dejando paso a los rayos del sol resaltando la figura femenina de Mary. Daugherty no podía desaprovechar la oportunidad así que sacó su cámara y tomó una foto de Mary siendo iluminada por un sol envuelto en nubes grises.

Drake no se había equivocado, Mary era su musa y la inspiración había comenzado.


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