Capítulo 12
—Entiendo —murmuró en respuesta masajeando su cabeza—, cualquier cosa por favor, avísame.
—Sí, cuida la casa y no hagas cosas raras que al final me enteraré —avisó desde el otro lado de la línea.
—Sí... No te preocupes —respondió intentando sonar segura.
Cuando la llamada por fin llegó a su terminó, suspiró profundamente dejando salir todo el aire de sus pulmones.
—Todo se hace cada vez más difícil —susurró mirando al suelo sintiendo nuevamente el intenso dolor de cabeza—, Tito deja mi cabello —se quejó sin ganas.
Alzó la vista y observó al pato que estiraba con su pico estiraba el cabello castaño de la joven. Llevó una de sus manos a su pequeña cabeza y la acarició logrando que la suelte. Sonrió a lo bajo cuando el pequeño se acercó más para que siga siendo acariciado.
—Oye fea ¿qué sucedió? —preguntó desde la puerta con una escoba en las manos— ¡¿piensas quedarte ahí como una vaga?! ¡mueve el culo y ven a limpiar!
—No pasa nada —respondió al principio y cuando, éste comenzó a gritarle, ella respondió de la misma manera— ¡claro que no! Estaba hablando por teléfono, ¡ya voy!
Se levantó de mala gana siendo seguida por Tito y subió hasta entrar en la casa.
—Ese bicho se queda afuera —ordenó queriendo espantar al pato con su escoba.
—Déjalo, no hará nada malo.
—Si caga te lo haré limpiar con la lengua —amenazó molesto entrando a la cocina para seguir con la limpieza.
Ella se quedó pensativa unos segundos y decidió que era mejor idea sacarlo para de esa forma evitar problema, mas cuando quiso hacer algo, escuchó el típico sonido que caracterizaba a Tito cuando éste cagaba. Se dio vuelta lentamente y vio al tranquilo ovíparo pasear por la habitación luego de dejar su regalo.
—Tengo que arreglar esto antes de que se de cuenta —murmuró nerviosa.
—Deberías —escuchó una voz detrás de ella.
Sintió un escalofrío recorrer su cuerpo cuando giró a ver que el rubio estaba detrás y luego al pensar en que Tito había dejado su “regalo” en la cama que Katsuki utilizaba para dormir.
Intentó forzar la mejor sonrisa que pudo, pero en Katsuki eso no funcionaba.
Estaban saliendo de clases cuando llegó la hora del primer ensayo para el desfile del colegio. Luego de unos días hablándolo, Katsuki aceptó participar tocando el bombo y ella fue elegida para llevar la bandera de la institución por lo tanto estarían cerca el uno del otro.
Esperando a que se haga la formación, estaba recostada en la pared del muro que rodeaba el colegio observando a los que practicaban alejados y los que como ella se mantenían vagando.
Ya pasaron varios días desde que se anunció la llegada de los exámenes, dieron los horarios y notó que ni siquiera tendrían días con descanso. A excepción del Martes, aunque esos días tenían que ir a la fundación y los sábados y domingos. Sumándole los trabajos prácticos como también las tareas, a veces pensaba que los maestros no tenían consideración alguna con sus alumnos. Pero no le quedaba otra que aceptarlo y estudiar como siempre.
Vio como Anabel comenzaba a dirigirse hacia ella y una pequeña maldición se escapó de sus labios, es cierto que hace unos días que no ha hablado con ella, pero estaba con mucho estrés últimamente.
—Hola Ange —saludó casual.
—Hola —respondió sin dirigirle la mirada—, ¿qué sucede?
—Hum... Bueno, no hemos hablando estos días y me preguntaba si me estabas evitando.
—Yo... —se quedó en silencio unos segundos y sin pensarlo mucho respondió— también tengo mis problemas.
—Oh bueno.
Esa fue su única respuesta y a continuación se dio vuelta para alejarse. No sabía cómo tomárselo, si ofenderse o qué. Siempre que ella estaba mal acudía a la castaña y ésta debía de ayudarla aunque a veces estuviera mal también. Tal vez esperaba al menos una frase de preocupación hacia ella. Podría ser que de verdad necesitaba alejarse de todo eso, aunque eso haría ahora, debía centrarse en sus estudios.
El primer ensayo dio inicio. Katsuki estaba al frente de todo con el bombo que golpeaba sin problemas para seguir el ritmo del desfile. El único problema en todo ello era la habilidad de las chiroleras que acompañaban a la banda. Los palos caían al suelo, los movimientos descoordinados demostraban la falta de práctica, por lo que unas vueltas más a la manzana de marcha y todo tuvo que acabar.
—Al parecer eres bueno con los instrumentos —habló acercándose a él mientras caminaba hacia las escaleras— no seré un instrumento pero de seguro también eres bueno tocando mi cuerpecito. ¿Quieres probar?
En cambio él solo pasó de largo ignorándola.
—Angélica, no sabía que eras así de cochina —dijo sorprendida Támara llegando junto a Génesis—. No te dejes engañar por las apariencias ¿verdad?
Katsuki avanzó sin esperar a ninguno, para su suerte, ya que su rostro comenzó a ponerse rojo por la vergüenza. Si es cierto que Bakugou aún no entiende su segundo idioma, pero sus demás compañeros lo entendían a la perfección.
—¿Debería decirle? —se preguntó sonriente— parece ser que no entiende el guaraní.
—¡No por favor! —exclamó acercándose a ella para agarrarla de los hombros.
—Mi silencio cuesta —susurró.
—¿Qué quieres? —preguntó directa.
—Ya sabes... Los cuestionarios de los exámenes... Completos.
—Hecho —dijo sin dudarlo bastante aliviada al pensar de que solo sería eso.
—Hello —saludó una voz femenina—, chicos ya vamos al aula. Es tiempo del examen.
—Profesora, por favor danos un respiro —pedí suspirando.
—Vamos, el Inglés es muy fácil —respondió sonriente— y dime Teacher.
—Fácil para los que saben —murmuré a regañadientes.
Con los nervios en el pecho, fue subiendo junto a sus compañeras hasta su clase. Una de las materias que le preocupaba, a parte de matemáticas, era inglés. Nunca se le fue lidiar con los idiomas, a veces hasta pronunciaba mal las palabras en guaraní y eso que podría decirse que vivió con ello.
Todos se pusieron en los lugares correspondientes y debidamente separados para realizar el examen. Todo iba a salir bien, estudió y solo era poner los números en inglés como también los verbos to be.
Cuando la hoja le fue entrada, respiró y luego de una pequeña explicación básica miró las preguntas.
“¿De qué país es Beyoncé? ¿A que se dedica Jorge Rojas?”
—¡Esto no estaba en el cuestionario! —exclamó alterada.
—Silencio por favor, y completen el examen.
—Pero esto no estaba en el cuestionario que nos dio —se quejó mirando la hoja.
—Si pero todo el mundo sabe sobre Beyoncé y sobre Jorge Rojas, si es que no saben vivieron debajo de una roca.
—Pero yo no sé... —murmuró mareada viendo que la pregunta tenía el valor de tres puntos.
—Creo que me fue fatal —dijo afligida.
—Vamos, solo fueron tres puntos —comentó Génesis riendo—, de seguro lo demás lo hiciste bien nde perra.
—Pero no me sacaré un cinco —de quejó.
Las notas iban del uno al cinco.
—¡Te sacarás un cuatro! —exclamó Támara— y yo que me emociono por sacarme un dos.
—Yo tengo una media beca... Si no saco las buenas notas es posible que me retiren el beneficio.
—Oh, sí. He' uma ule —respondió Támara.
—Gracias por el consuelo.
Iban caminando nuevamente a casa, no sólo porque eran pobres sino también porque era una excusa para pasar más tiempo juntos.
Siempre solía aprovecharlo para hablar con él e intentar ser más cercana a su persona pero en esta ocasión estaba callada. Y bien sabía Katsuki que si ella cerraba por fin el hocico, era porque algo le sucedía.
No faltó decir nada ya que para cuando se dio cuenta, los ojos de la castaña eran cristalinos. Se debatió si decir algo o no, muchas veces a las personas no les gustabas que los vieran llorar y él era uno de ellos. Pero tal vez la joven era distinta.
—¿Ahora que mierdas te pasa? —preguntó desviando su vista al frente.
Estaba intentando no llorar en todo el día luego del examen, pero siempre que alguien te preguntaba por tu estado, se rompía en llanto y ese momento no era la excepción.
Las lágrimas comenzaron a salir con más fluidez por sus ojos lo que tomó por sorpresa al contrario.
—No es nada, solo soy así —respondió entre pequeños sollozos—. Una de las cosas que cambian mucho mi estado de ánimo son mis notas... Si no consigo tener un buen puntaje suelo frustrarme mucho.
Él hizo una mueca sin poder evitarlo porque no lo entendía del todo, en el aspecto académico siempre fue bueno sin tener que esforzarse mucho pero también por una parte, eso se parecía a sus esfuerzos de ser el mejor. No lograr llegar a la cima por las múltiples caídas era una mierda y si lo veía de esa manera tal vez podría corresponder a sus emociones.
—No puedes ser perfecta siempre —habló sin despegar su vista—. Si no te equivocas ¿cómo mierdas podrás ser mejor la próxima vez? Está bien si no lo logras ahora, después lo lograrás.
Intentó ayudarla de alguna manera, pero era asquerosamente horrible con las palabras, miró de reojo para ver su reacción y la vio cabizbaja sin decir más que un: “Lo sé”
Aunque luego una pequeña sonrisa se asomó por sus labios.
—Gracias.
A pesar de que no importara lo que uno le dijera, muchas veces no ayudaba en nada con su ánimo. Pero podría decir que agradecía el intento del rubio. Después de todo no siempre Bakugou Katsuki intentaba animarte y eso lo apreciaba mucho.
He' uma ule: es como decir, si no me equívoco, perdiste o valiste verga.
HAHAHAHHA el jueves ya inician las clases para mí ;;
Bueno, espero que les haya gustado el capítulo y me gusta leer los comentarios que dejan djdbsnsn /huir
Hasta la próxima.
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