Mufasa veía como su imperio creía y todos lo respetaban como el rey de la sabana pero siempre habían esas despreciables criaturas, las hienas, que no le obedecían y hacían su voluntad atacando a cualquier habitante de su reino.

Mientras Mufasa recibía otra noticia de esas despreciables criaturas y iba de nuevo a darles una lección a esas cabeza de chorlito.

Un pequeño príncipe al no ver a su padre corriendo travieso iba a la cueva de su león importante encontrándose de camino a Emer que era más joven que él.

-Buen día alteza-dijo el pequeño Eme, que era su mejor amigo.

-Buen día Emer-dijo con tono de realeza y ambos se rieron.

-¿Vamos a volver a jugar con tu tío?-dijo Emer caminando a la par de Simba aunque eso era falta de respeto a Simba le daba igual.

-Así es-dijo divertido Simba yendo al lugar indicado.

-Aún no puedo creer que los demás leones adultos crean que el tío Scar sea malo-dijo indignado, Emer tomo la costumbre de llamarlo tío, ya que él lo cuida más que sus propios padres, desde que Simba le tomo confianza.

-Tío Scar-dijeron los cachorros al mismo tiempo, corriendo felices al gran león que aunque no fuera el rey le tenían un gran respeto.

(Scar)

(Simba cachorro)

(Emer cachorro)

-Mis queridos sobrinos-dijo Scar acicalandolos c omo buen tío consentido- Llegan temprano-dijo extrañado.

-Si es que el rey se fue a pelear con las hienas-dijo Emer como si nada.

-Ya veo-dijo mirándolos profundamente y luego sonrió con secretismo al igual que los cachorros-¿Seguimos con su entrenamiento?-dijo como si fuera a pasar algo muy secreto.

-Si...si-decían los cachorros entusiasmados saltando como esperando un obsequio.

-Bueno entonces vayamos-dijo caminando aún paso que resultaba hipnótico para Simba pero antes de que Scar se diera cuenta Emer lo sacó de su hipnotismo.

-Cierra el hocico o se dará cuenta-dijo en tono burlón empezando a caminar detrás de su tío.

Simba le contó a Emer que se había enamorado de su tío lo cual este lo tomo muy bien ya que lo veía muy obvio desde el principio y prometió ayudarlo con eso, al igual esperando encontrar pronto a su alma gemela.

Los leones y Scar estaban en un lugar despejado y Scar les enseñaba a cazar pero con presas pequeñas para acostumbrarlos (ratones, chinchillas, pajaritos, etc) de los dos, Simba se esforzaba más por que dentro de poco empezaría la ceremonia de cacería y tendría que llevar su presa y dejarlo frente a la leona que iba a cortejar y ser su reina pero Simba tenía unos planes muy diferentes.

Emer también se esforzaba para algún día poder proveer a su pareja de alimento estaba en su instinto.

El tiempo pasó y ambos cachorros les llegó el momento de la cacería a los nuevos adolescente todos estaban excitados por tal momento ya que los cachorros iban a ya decidir su destino y con quien lo compartirían.

Simba estaba decidido a traer una buena presa y por ello práctico tan duro con su amor platónico pero hoy sería el día que al fin se lo diría.

 Scar solo veía desde la distancia.

Mufasa estuvo asombrado,  de que su hermano haya ido, no como en el nacimiento de su sobrino y estaba gustoso de aceptarlo pero el solo se mantuvo en las sombras.

La cacería empezó...

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