Capítulo 21.
Escuchaba voces hablar. Sonidos irreconocibles. Olores familiares. ¿Dónde me encuentro?
Con dificultad, abro los ojos en la oscuridad que me invade. Ahora, realmente, no podía ver nada. Ni si quiera estando oscuro. No podía saber si estaba atrapado o estaba ciego. No... ciego no. Si estuviera ciego no podría notar aquella bola gris que... Espera. ¿Bola gris?
―¿Zanahorias? ―me acerco lentamente hacia lo que parece ser Judy y efectivamente es ella.
No reacciona. ¿Por qué rayos no reacciona? Pulso... No... No siento su pulso.
―No me hagas esto, Judy, por favor. ―digo casi llorando.
Antes de pensar en lo peor, pongo mis patas en su pecho para hacer una reanimación hocico a hocico. Un, dos, tres, aire... Nada. Otra vez. Un, dos, tres, aire... Vamos Judy, no me hagas esto por favor. Una vez más... Un, dos, tres, aire...
―... ¿Zanahorias?
No, no, no puede estar pasando. ¡Esto no!
―¡Aaah! ―aspira con fuerza mi coneja tomando aire.
―¡Judy! ―la abrazo con fuerza. Demonios, que susto me dio. ―Ay, Judy. No me hagas eso. Casi me da un infarto. ―sigo diciendo cosas hasta que escucho que ella habla.
―No... puedo... respirar... ―me dice casi sin aire.
―Lo siento. ―me separo rápido.
Su naricilla se mueve rápido, igual que su corazón. ¿Qué demonios fue lo que hizo Thomas? Ese ataque fue horrible. ¿Qué clase de arma era esa? Solo fue un control remoto con un botón en medio. Bueno, eso no es lo importante ahora. Judy está viva y está conmigo aquí. Mi corazón se detuvo al verla como muerta. Si eso pasara de verdad, no sé qué haría... Y si fuera por mi culpa, y fue por mi culpa, no me lo perdonaría jamás.
―Nick. ―me llama. ―¿Dónde estamos? No puedo ver nada.
―No lo sé Zanahorias. Yo tampoco puedo ver nada. ―pueden haber dos posibilidades a esto. O que mis ojos todavía no se acostumbran a la luz o... he perdido mi visión nocturna. ―Sigue el sonido de mi voz.
No la escucho más, trato de encontrarla nuevamente con su color gris pero volvió a desaparecer así sin más. ¿Qué está sucediéndome? ¿Qué está sucediendo? La llamo varias veces, no la encuentro. Hasta que escucho nuevamente su voz pero con un quejido de dolor al chocarse conmigo.
―Lo siento. ―siento que se acerca nuevamente a mí y me abraza.
Esto se siente tan bien. Jamás había estado tan cerca de ella antes ni me había sentido tan cálido. Esto es realmente increíble.
―¿Cómo saldremos de esta? ―me dice asustada.
―No... no lo sé. Pero sé que lo haremos. Juntos. ―hablando de juntos. ¿Dónde está Jack? ―¿Jack? ―no lo escucho.
Judy también lo llama pero no responde tampoco. Sin separarnos de nuestro abrazo de guía, caminamos alrededor de la "Nada" tratando de buscar a mi hermano donde quiera que se encuentre. Realmente no saber dónde estás en la oscuridad es tenebroso. Te sientes perdido, no solo en físico sino, también en forma espiritual. Como si tú mismo no fueras tú. Es algo difícil de explicar.
―¡Jack! ―llamo.
―¡Jack! ―llama Judy.
No responde a ninguno de los dos. Y de pronto, siento unas gotas caer en mi pata. ¿Esta cosa tiene goteras o que on...?
―¿Judy? ―unos sollozos de su parte me hacen quitar esa idea absurda de mi cabeza. ―Oye, estaremos bien.
―No... no es eso, Nick. ―me dice con la voz quebrada. ―Y si él está muerto. Sabemos... sabemos de lo que es capaz Thomas. ¿Lo recuerdas... no? ―el recuerdo de cuando nos atraparon esa vez y empezó a torturar a Jack me atacó el cerebro.
―Lo recuerdo. ―digo. ―Lo recuerdo perfectamente. Pero ¿Sabes porque no tengo miedo? ―me susurra un no bajo. ―Porque sé que por más peleas que hayamos tenido, Jack es un tipo fuerte. Sea donde sea que este, él estará bien. ¿De acuerdo? Y si él está bien, entonces nosotros debemos estarlo. Vamos a salir de aquí, lo encontraremos y haremos pagar a Thomas por todo esto. ¿Está bien? ―me responde un débil pero optimista "si" como respuesta.
Como si fuera mi instinto, me acerco a ella para darle un beso en al frente para tratar de tranquilizarla más. Aunque... no sabía que su frente fuera tan suave... y deliciosa.
Esperen...
Pazo mis patas por su rostro y siento que no estoy besando su frente, sino... sus exquisitos labios. No sé porque no me puedo detener. Quiero pero esto se siente increíble, no quiero parar pero necesito respirar.
Me separo de ella tomando aire. No es mi culpa, no puedo ver nada con la oscuridad... que "oportunamente" se está haciendo más claro. Ahora puedo notar un gran rubor en Judy mientras mantiene su mirada baja y una carita tan tierna que... ay, me dan ganas de besarla de nuevo. Pero no puedo.
―Em... Judy, yo... eh... enserio no quise, yo... ―en menos de lo que canta un gallo, nuestros labios se unieron de nuevo.
Esta vez, no por mí. Sino, por ella. Ella fue quien me besó. Ahora estoy confundido hasta en tope de mis orejas.
―Judy... ―es lo único que logro decir después de que ella se separará de mí.
―Nick, esto quise decírtelo desde hace mucho pero no sabía cómo. ―¿Enserio escuche lo que creo que escuche? ―Estoy enamorada de ti. ―bien, no hay mejor (y peor) día que este.
Quise decir algo pero un flash sorpresivo atacó mis ojos cegándome. Ahora no puedo ver nada, otra vez, pero por la claridad tan intensa que me cubre. No noto nada, no sé dónde está Judy. No puedo ver ni donde estamos, la blancura que atacó mis ojos me mantiene ciego.
―Vaya, vaya, vaya... Así que mi querido "gemelo" ama a la torpe coneja. Que tierno. ―no puede ser. ―Vamos muchachos, tengo algo que enseñarles. ―siento dos grandes patas atrapar mis hombros y alzarme con fuerza imposibilitándome poner resistencia.
Mi ceguera se iba acabando, ahora iba notando más y más cosas. No íbamos a poder encontrar a Jack nunca ya que estábamos dentro de un almacén. Específicamente, el de la comisaria. Estos desgraciados me las pagaran.
Thomas se pone detrás del animal que me carga para poder verme a la cara. Tiene una sonrisa sarcástica y a la vez cínica, me repugna. No puedo creer que él sea un zorro.
―Al parecer quedaste de cabeza, Nick. ¿Entiendes? Porque todo está a mi cabeza y estas... Ay olvídalo. ―se interrumpió. ―Lo entenderás cuando veas lo que he logrado en menos de diez horas. Bueno, ocho, contando el tiempo del almuerzo. ¿Uh? ―mira hacia mi izquierda.
Judy lo veía sorprendida y a la vez que enojada. Si, él aún tenía mi color y mi apariencia. Me sonríe nuevamente y se posiciona detrás del animal que lleva a Judy.
―Así que, ¿Te sorprende ver al "hermano gemelo" de Nick, coneja? ―hizo comillas en hermanos gemelos. ―Realmente, este es un cambio que me hice pero me sirvió de mucho. Engañe a tu novio, engañe al conejo, y ahora los tres y toda Zootopia pagaran por lo que me hicieron. Aunque, lo de hermano fue verdad, creo que aún sigo un poquitín molesto por haberme cambiado por ese conejo de rayas.
―¡¿Qué le hiciste a Jack?! ―grita Judy enojada.
―Wow, tranquila pequeña. Todo a su tiempo. Ahora él se encuentra resguardado y encerrado en una de sus antiguas celdas por una de mis mejores soldados, en el lugar donde antes era la comisaria. ―espera, no me digas que... ―Sí, Nick, destruí el edificio. ―¿Cómo? ―Pero no soy tan despiadado para matarlos a todos dentro. No, solo soy cruel, lo sádico no es lo mío. Pero de que destruí casi todo el lugar, si, si lo hice.
―Eres un...
―Shh, ahora cállate y admira mi obra maestra. ―adelantó los animales que nos cargaban.
Nos bajaron pero aun atrapados. Oh, demonios...
―¿Qué te parece la vista Nick? ¿No es maravillosa?
Nos encontrábamos encima de los escombros donde antes estaba la comisaria y de ahí, veíamos una panorámica vista de cómo estaba Zootopia ahora.
Casas destruidas, calles bombardeadas, estelas de humo saliendo por algunos altos edificios y otros que se quemaban cerca. Todos traban de escapar pero eran capturados por los soldados y simplemente les disparaban. Esto es una pesadilla.
―Esta es la Zootopia que quería ver. ―dijo el zorro impostor. ―Y ahí es donde te quería encontrar Nick. Arrodillado ante mis patas. ―el animal me golpeó las piernas haciendo que me arrodille. Apunta un arma hacia mí y la carga con sutileza. ―¡Esto es lo que sucede cuando te metes con Thomas Rustic!
―¡Ahora!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro