Dos días después.

La gran batalla que habíamos librado en el centro de Zootopia dejo estragos y destrucción a su paso pero finalmente pudimos recuperarla. Ahora todos los capturados estaba siendo curados y enviados a diferentes cárceles de máxima seguridad alrededor del mundo. Es el mejor método para evitar una fuga masiva. En cuanto a nosotros, en tres días habrá un acto de condecoración por nuestros actos heroicos. El alcalde desistió de utilizar las maquinas viendo la efectividad de respuesta de nosotros ante tal problema. Ahora yo me encontraba en mi departamento cercano a la Pequeña Rodencia. El trabajo continuaba pero nos dieron tiempo libre que decidí aprovechar para por fin hacer cambios en casa.

Escucho la puerta sonar. ¿Quién será? No puedo decir que sean mis vecinos ya que son muy silenciosos, sobre todo porque son topos y duermen de día. Dejo la mesa de centro en medio camino para poder ir a abrir la puerta.

-¿Judy? –esto si es una sorpresa.

–Hola Nick. –responde animada. -¿Puedo pasar?

–Eh... –no quería que viera el desastre que tenía en casa pero tampoco podía dejarla fuera. –Está bien, pasa. –me abro y pasa el portal. –Siento el desorden. Me atrapaste justo cuando estoy haciendo el arreglo de mi casa, je je.

–No te preocupes. –me dice. –Es bueno arreglar de vez en cuando.

-¿Un vaso de agua? –ofrezco yendo a la cocina.

–No gracias.

–Bueno, ¿Y a qué se debe esta visita inesperada?

–Pues... –sus orejas se agacharon y desvió la mirada. –Quería saber si... Tu... Si tú querías...

-¿Si?

-¿Quieres salir conmigo? –helado. Esa pregunta me dejo helado.

-¿Yo?... Ejem... Digo, ¿Por qué? –ahora yo era el nervioso.

–Bueno, no comenzamos de la mejor manera. Y quisiera disculparme por cómo me comporte en el restaurante. Este sería como un nuevo y mejor comienzo. ¿Qué dices? –realmente me había tomado por sorpresa esa pregunta pero ahora entiendo mejor lo que quiso decir pero... ¿Por qué pensé que sería una cita?

–Seguro. –respondo más tranquilo. –Aunque ¿Ahora?

–Sí, bueno, si quieres. El oficial Savage estaba algo ocupado cuando fui a preguntarle pero me acorde de ti y sería bueno aprovechar esta oportunidad para comenzar de nuevo. –así que Jack me la hecho siendo él enamorado... Pero ya no creo que sea él quien está enamorado.

–Está bien, solo espérame afuera. –respondo. –No saldré vestido en camisa corta y pantaloncillos. –ríe ante mi comentario y asiente saliendo de mi apartamento.

No es una cita, en sí pero por alguna extraña razón me siento emocionado o algo por el estilo. ¡Cálmate Nick! Es solo una salida con tu compañera de trabajo para aclarar las cosas. No es nada más simple que eso... Espero. Voy a mi cuarto y tomo lo primero que veo de mi armario. Una camisa verde con hojas estampadas, un pantalón marrón claro y mi corbata favorita. Una morada con rayas rosa claro. Es lo mejor que convino con mi camisa y mis ojos. Una vez vestido, salgo y la veo a ella recostada contra la pared viendo su teléfono.

-¿Nos vamos? –pregunto relajado.

–Claro.

Bajando por el ascensor y saliendo del edificio, nos ponemos rumbo a donde sea que nos lleve el viento. Bueno, no literalmente. Decidimos ir al mismo restaurante en el que se dio nuestro primer encuentro para tenerle un mejor recuerdo que el tropiezo de patas. Es increíble pensar que hace dos semanas no me agradaba para nada y ahora, yendo a almorzar con ella en un conocido restaurante de ThundraTown.

Nos sentamos en una mesa cercana a la cocina pero con una vista clara hacia la calle recubierta de la blanca nieve artificial/natural que caía en cierto momento del día. Los animales alrededor conversaban animadamente o solamente tomaban su comida a un ritmo tranquilo. Ella pide un plato vegetariano mientras que yo pido un plato de cigarras ahumadas con un jugo de coco. Algo ligero digo yo.

–Y bueno. –comento después de que la camarera se haya ido. -¿Por dónde comenzamos?

–Judy Hopps. –dice extendiendo su pata.

–Nick Wilde. –respondo estrechándola. –Dime, ¿Por qué pensaste en ser policía?

–Bueno, desde pequeña siempre me ha gustado ayudar a los demás. Incluso recuerdo haber ayudado a un grupo de niños de un bravucón de la villa donde vivía. Creo que desde ahí es esa chispa de ayudar a los demás.

–Vaya, y yo que pensaba que los conejos no eran busca pleitos. –digo cerrando mis patas.

–No lo somos pero me molesta que otros se crean algo mayor que todos. Todos tenemos las mismas oportunidades y todos podemos lograr lo que sea. –una inocente sonrisa se forma en sus labios. –Cuando escuché que un zorro pudo ser policía, refiriéndome a ti, entonces me di cuenta de que también podía ser policía. Aunque no me imagine que con quien choqué fue con el mismo primer zorro policía. –sus ojos y su voz bajaron apenados al mencionar el momento.

–No te preocupes. Suelo ser testarudo. Pero alcanzaste tu sueño ¿No es así? Tus dos primeras semanas y ya salvaste a Zootopia de estar bajo las patas de un ser malvado. –otra vez, una sonrisa vuelve a posarse pero esta vez de optimismo por mi comentario.

–Gracias. –dice finalmente. –Ahora dime tú. ¿Cómo conociste a Jack?

–Pues, desde que tengo memoria. No desde pequeño pero si después de que haya tratado de escapar de la policía una vez. Desde ese momento trato de arrestarme hasta que se cansó o le dijeron que ya no lo haga. Así que se puso a charlar conmigo un día y pasaron muchas cosas hasta lo que soy el día de hoy.

–Me sorprende la amistad que tiene ustedes dos. –dice animada. –Es lo que siempre he pensado. No necesitas ver a la especie para saber en quien confiar.

–Lo tomare como un halago Zanahorias.... Digo, Judy. –ahora me sentía tonto.

–No, no. Me gusta ese apodo, además de que ya me he acostumbrado. –en ese momento sentí una pequeña punzada en el corazón, no de dolor, sino, de felicidad o algo parecido.

Justo llegó otro camarero con nuestros pedidos. Realmente eran platos de exquisita vista pero el sabor era lo que juzgaríamos finalmente. Estuve a punto de darle el primer bocado a una cigarra pero la vibración en mi pantalón me detuvo en la acción. Extrañado, saco mi teléfono y veo que Jack es quien me está llamando.

-¿Qué sucede amigo? –respondo abriendo la llamada.

–Sal ahora mismo del restaurante. –su voz se oía entre preocupada pero también ruda.

Busco una ventana para poder observar fuera y veo a Jack con el teléfono en su oreja y mirándome fijamente. Este comportamiento es extraño en él. Pero siempre ha sido extraño... eso creo.

–Zanahorias, discúlpame un momento. –digo levantándome de mi silla.

Me doy media vuelta y salgo del restaurante para encontrarme con la mirada interrogante de mi hermano mientras su pata izquierda tamborileaba en el piso con impaciencia. Eso solamente lo hace cuando hay algo mal o que algo le molesta.

–Em... ¿Hola? –digo confundido.

-¿Qué haces aquí con ella? –okey. Extraño.

–Pues ella me fue a buscar a casa y me pregunto si podía salir para comenzar de nuevo. –no entendía que era lo que le sucedía pero tenía que ver con la coneja.

–Nick, no sé qué estas tratando de hacer pero sea lo que sea, no te metas con ella.

-¿Qué? –exclamo incrédulo. –Yo no estoy tratando nada. Solo es una salida de amigos. –suspira cerrando los ojos y dejando caer sus brazos.

–Lo siento, yo... Me deje llevar, perdón. –dice apenado. –Pero de todas maneras, no trates nada con ella. –advierte y se da media vuelta. Ahora mis sospechas están confirmadas, él está enamorado pero... ¿Yo lo estoy?

Regreso al restaurante donde Judy ya había terminado su platillo y el mío se había enfriado. Espero no tener problemas después de esto.

-¿Qué sucedió? –pregunta al estar cerca de ella.

–Luego te lo explico. –respondo sin darle más importancia.

Este comportamiento de Jack ya me está cansando, si sigue así no creo poder contenerme. Aunque primero tengo que despejar las dudas de mí mismo. ¿Estoy... enamorado de... Judy Hopps?