Habían pasado cuatro días desde el reto de Kian y de, probablemente, el día más vergonzoso de mi vida. Había vuelto a ver a Chad un par de veces más pero me evitaba y nunca hacía contacto visual conmigo, además siempre que trataba de ir a explicarle lo que realmente había pasado llegaba Kian de la nada a decirme que iba a quedar como una acosadora, así que tuve que aceptar el hecho de que Chad pensara que era una pervertida que estaba enamorada de él.

- Tal vez le tendría que mandar un mensaje –le dije a James mientras caminábamos hacia la librería- aunque no tengo su número de teléfono.

Una de las cosas que siempre me gustó de James era que nunca me incomodaba estar al lado de él sin Anne a pesar de que lo conocía hace poco tiempo, además compartía mi mismo gusto por los libros así que solíamos ir a la librería juntos para comprar nuevos libros cuando podíamos.

- Creo que si él nunca te dio su número de teléfono y de repente le llega un mensaje tuyo, llamaría a la policía para poner una orden de restricción para que te mantengas alejada de él.

Me reí.

- Probablemente tengas razón, voy a tener que dejarlo ir.

- ¿Ya sabes cuál va a ser la venganza de Kian?

Cerré los ojos al acordarme de la venganza que Kian tenía planeada. Quería que entrenara por un día en el equipo de lacrosse.  ¿Qué se le había pasado por su maldita cabeza? No sirvió de nada contarle que soy probablemente la peor persona que existe con los deportes, soy muy torpe y siempre termino ayudando a mis contrincantes más que a mi equipo. Iba a ser un asco y todos se iban a reír de mi, pero obviamente no le importó.

- Quiere que juegue en su estúpido equipo de lacrosse –protesté-

James se rió y lo miré mal.

- Perdón pero no te imaginó con un casco y un palo tratando de arrojar una pelota a un arco.

- ¡Yo tampoco! Con suerte se que usan un palo, no quiero morir así.

- Te compadezco. La verdad nunca supe que le vio Kian a ese juego.

Lo miré frunciendo el ceño, era raro pensar que Kian jugaba lacrosse desde chico.

- ¿Por qué había dejado de jugar? –le pregunté y me arrepentí de inmediato-

James evitó mi mirada y se aclaró la garganta. Era obvio que no quería hablar de ese tema, no entendía por qué pero preferí no preguntar más.

- Lo siento, la verdad es que no se mucho de la vida de Kian y no es de mi incumbencia..

- No, no te disculpes, solo que no me parece bien contarte cosas de Kian que seguramente va a querer hacerlo él en su debido momento.. se que no entiendes mucho ahora, pero espero que me comprendas.

Asentí con la cabeza aunque tenía miles de preguntas por dentro. ¿Por qué Kian había dejado de jugar lacrosse si tanto le gustaba? ¿Y por qué era algo que ponía tan incómodo a James?

- Esta bien –le sonreí- pero ya que conoces a Kian desde hace tanto tiempo tendrás que contarme algunos de sus puntos débiles para patearle su maldito trasero en la cancha.

James me devolvió la sonrisa.

- Hecho.

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- ¡Juro que voy a matarlo! –le advertí a Sebastian cuando me puse el estúpido casco que usaban en lacrosse. Me quedaba grande y siempre que hacía un movimiento brusco toda la cabeza se me iba hacia delante y ya estaba comenzando a irritarme-

- No te ves tan mal...

Inspiré una bocanada de aire para calmarme, iba a tener que entrenar en un juego violento con muchos chicos sudados y molestos. Ni siquiera sabía cual era el objetivo de ese estúpido juego, solo sabía que mi objetivo iba a ser hacerle daño a Kian. Si, eso sonaba bien.

- Voy a pasar vergüenza de nuevo –le dije- y lo peor de todo es que ya estoy acostumbrada, todos me van a conocer como la chica que hace el ridículo siempre que puede, y todo esto es culpa de Denovan.

- Nadie te obliga a hacerlo Ally..

Negué con la cabeza.

- Si no lo hago voy a quedar como una cobarde en frente de Kian.

- ¿Y prefieres pasar vergüenza en frente de miles de chicos a quedar como una cobarde en frente de un solo chico?

- No es solo un chico ¡Es Kian! No me lo perdonaría nunca a mi misma.

- Eres rara. ¿Vamos a los vestidores?

Suspiré. Iba a necesitar mucha suerte para salir viva de esta.

-Vamos.

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Logan POV

Estaba dejando mi mochila en el cambiador cuando Kian se acercó a mi con una sonrisa de oreja a oreja. Aunque no había hablado mucho con él ya que se había incorporado al equipo hacía poco tiempo, era uno de los que mejor me caía.

- ¡Hey logan! Tengo algo que contarte.

Lo miré expectante.

- ¿Qué es?

Todos se estaban dirigiendo ya a la cancha así que los seguimos.

- Hay una persona que se va a incorporar por un día al entrenamiento.

Fruncí el ceño, casi nunca se incorporaba alguien por un solo día.

- ¿Ah si? ¿Lo conozco?

Kian asintió con la cabeza y me puso una mano en el hombro.

- Has hablado un par de veces con esta persona –me miró y luego señaló a alguien a lo lejos- y me parece que esta persona esta muy enamorada de ti.

Sonreí y seguí con la mirada al punto donde apuntaba Kian y.. se me borró la sonrisa. Alisson estaba parada con un casco que le quedaba más grande de lo que debería. Cuando nos vio mirándola agitó la mano en nuestra dirección.

Miré a Kian con los ojos muy abiertos.

- ¿Por qué va a entrenar con nosotros?

- Ya te lo dije amigo, esta chica esta loca por ti. Me ha pedido que convenza al entrenador para que juegue un día en nuestro equipo y así poder verte mejor. Creo que es un poco acosadora..

- No puede ser –murmuré-

El día que me había querido besar había supuesto que le había querido dar celos a Kian, aunque me había sorprendido que supiera que era gay, pero eso también tenía sentido, así no corría riesgos de que me gustara. Le había dicho a Kian que Alisson quería una cita conmigo para ayudarla, pero ahora no sabía qué pensar. ¿Y si de verdad sentía algo por mí y había hecho todo esto para estar más cerca de mí? Negué con la cabeza, no podía ser.

- Solo ten cuidado –me aconsejó Kian-

El entrenador tocó el silbato y todos nos agrupamos alrededor de él, luego nos dividió en dos grupos. Alisson se encontraba en el mío. La miré de reojo, pero ella estaba mirando a Kian con el ceño fruncido. Empezaba a pensar que me había equivocado y que a Alisson no le gustaba realmente Kian. Pero, ¿si no era por eso, entonces por qué había tratado de besarme?

Empezamos a jugar y a hacernos pases entre nosotros, Alisson le pegó a un chico con la pelota más de una vez y se le caía el palo repetidamente, se notaba que estaba de mal humor. Me acerqué a ella para hacer los pases.

- ¿Estas bien? –le pregunté-

Ella me miro con una mueca.

- Oh si, estoy genial ¡Lacrosse! Guau, que deporte eh.

Me reí.

- No parece que se te de muy bien.

Asintió con la cabeza y tuvo que sostener el casco para que no se le cayera.

- No se me da muy bien, pero bueno –miró a lo lejos- hay otras cosas que si se me dan bien.

La miré con una ceja de levantada.

- ¡Oh no! No quise decir.. o sea, no en un modo sexual, yo estaba pensando en... bueno, no importa.

- ¿Siempre eres así de rara? –le pregunté sonriendo-

- ¿Estas enamorado de mi? –me pregunto muy seria-

Bajé el palo de inmediato cuando me lo dijo y lo siguiente que sentí fue una bola chocar contra mi garganta. Definitivamente mala idea.

Alisson POV

- ¡Oh por dios! –exclamé y me acerqué a Logan, quien estaba agachado por el golpe en la garganta- ¿estas bien? Dios, no fue mi intención.

- Lo..lo entiendo –murmuró tosiendo-

- ¡Tienes que ir a la enfermería!

Me sentía demasiado culpable. Era la segunda vez que me comportaba como una estúpida delante de él. No sabía que se me había pasado por la cabeza, pero desde que lo había visto en la cancha no me paraba de mirar y cada vez me ponía más nerviosa, había llegado a la conclusión de que me había mentido, y necesitaba preguntarle que pasaba, pero como de costumbre, lo hice de la peor manera posible.

Lo agarré del brazo y lo lleve hasta donde estaba el entrenador para explicarle lo que había pasado. El entrenador nos dijo que solo iba a poder ir él a la enfermería y yo le aseguré a Logan que después del entrenamiento iba a ir a ver como estaba pero algo me decía que no le había gustado mucho la idea.

Me di la vuelta y vi a Kian a unos metros míos sonriendo. Lo miré irritada, esto era todo su culpa y ahora no solo Chad iba a pensar que era una loca acosadora si no que también lo iba a pensar Logan.

Volví a mi grupo cuando el entrenador dijo que ibamos a empezar a jugar un partido. Yo no veía la hora de que terminara, había pasado media hora y ya tenía moretones en las piernas, el estúpido palo se me había caído miles de veces y había accidentado a un chico.

Cuando empezamos a jugar, lo único que hacia era correr detrás de los jugadores y rogar que nadie me pasara la bola. Afortunadamente, nadie me la quería pasar así que no tuve que esforzarme mucho.

Todo cambió cuando el estúpido de Kian se dirigió a mi. Estaba sola "defendiendo" el arco y no había ningún otro jugador que pudiera bloquear a Kian, al principio lo iba a dejar anotar porque no me interesaba mucho si perdía o ganaba pero todos los jugadores de mi equipo me empezaron a gritar y a presionar para que le saque la pelota. Suspiré pesadamente tratando de pensar en algo, no entendía nada de lacrosse ¿Qué iba a hacer?

Muevete Alisson me dije y comencé a perseguir a Kian para que no pasara por delante de mí. Obviamente Kian era más rápido que yo y tenía mejores reflejos así que me esquivo en un abrir y cerrar de ojos. Solté un bufido enojada y comencé a correrlo, no quería que metiera un gol y menos si podía detenerlo así que corrí detrás de él y le salté encima.

Kian se cayó conmigo encima y todos me comenzaron a gritar.

Me saqué el casco y lo miré.

- ¿Qué sucede? –le pregunté-

La risa de Kian me provocó cosquillas en el estomago.

- ¿Alguna vez has visto lacrosse? No se puede hacer lo que has hecho, esto no es rugby.

Mis mejillas se tiñeron de rosa. Genial, había hecho el ridículo. Otra vez.

Trate de pararme pero Kian me agarró del brazo y me tiró de nuevo contra él. El casco le tapaba parte de su cara y me molestaba no poder verlo así que le jale el casco para atrás y se lo saqué.

- ¿Extrañabas mi rostro? –me preguntó con una media sonrisa-

Negué con la cabeza, mordiéndome el labio.

- Solo quería confirmar si tu cara seguía siendo igual de fea que antes.

Kian puso una mano en mi cuello.

- No te creo nada ¿sabes?

- No me importa –le contesté y traté de zafarme de él pero su agarré era fuerte-

- Creo que te tendré que enseñar un poco de lacrosse. Tal vez me tendré que poner atrás tuyo para enseñarte algunos movimientos.

Me aclaré la garganta.

- No quiero que me enseñes este estúpido juego, y ya para con esos comentarios.

- ¿Qué comentarios, Aspen? –me preguntó mirándome los labios-

- ¡Estos! –le dije indignada- estos que haces para que me ponga nerviosa.

- ¿Y te ponen nerviosa?

Lancé una carcajada pero sonó forzada.

- ¡Claro que no! ¡Ni tú, ni tus comentarios me ponen nerviosa!

- Creo que eres una pésima mentirosa –se acercó a mi oído y me susurró- inténtalo mejor la próxima vez.

El sonido del silbato me sobresaltó y me paré de un salto. Todos nos estaban mirando asombrados, y yo me los quede mirando boquiabierta. No podía creer que por un minuto me había olvidado en donde estaba.

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