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Capítulo 35: Si puede salir mal, saldrá mal

24 horas habían pasado. 24 horas desde que había dejado a mis amigos y a mi madre. Me habían ido a despedir al aeropuerto, y desde ese momento cada minuto parecía transcurrir muy lentamente.

Les había hecho prometer que ninguno de ellos iba a llorar, me había prometido a mi misma que yo no lloraría. Ninguno de nosotros lo cumplió.

Kian no apareció, algo que me hacía pedazos por dentro y trataba de no pensar. Luego de que terminé de leer la carta no pude controlarme y lo llamé. No me contestó. Luego de unas horas lo llamé un par de veces más, todas mis llamadas fueran al buzón de voz. James me dijo que le diera tiempo, que le costaba procesar todo pero ya iba a aceptarlo, "Sé que lo conozco desde hace años, pero no puedo imaginarlo viviendo normalmente sin ti" fue lo que me dijo. Yo quería creerle, pero parecía todo tan imposible estando a miles de kilómetros de distancia. Tal vez él tenía razón, tal vez yo estaba siendo egoísta, no podía pretender que me esperara si había una gran posibilidad de que no volviera. De todas maneras, si seguía pensando en Kian, mi corazón iba a romperse más de lo que ya estaba roto y estaba segura que no iba a poder soportarlo.

Había hablado con mi madre de lo que me había dicho Kian y ella me aseguró que iba a hacer todo lo posible para poder encontrar un trabajo pronto y que tampoco iba a tomar ninguna decisión apresurada que después pudiera arrepentirse. Había quedado conforme con su respuesta, por ahora.

Sorprendentemente, mi padre no intentaba que hablara con él más de lo que fuera necesario. Se había dado cuenta que estaba firme con mi postura de no perdonarlo y él me estaba dando espacio para que me acostumbrara a esta vida nueva. Era lo menos que podía hacer y no pensaba agradecérselo.

Por otro lado, me inquietaba la idea de que iba a ir a un nuevo instituto. Toda mi vida fui al mismo instituto y no sabía como era ser la chica nueva. Afortunadamente, en una semana comenzaban las vacaciones de primavera así que no iba a tener que lidiar con el instituto nuevo ahora mismo.

La casa de mi padre no era nada del otro mundo, aunque se notaba que había estado viviendo con una mujer, todavía estaban habían pertenencias de ella en la casa. Tenía que reconocer que ver todo eso hizo que me ponga furiosa, pero tampoco tenía ningún derecho de reclamarle a mi padre lo que tenía o no que hacer con su vida.

De todos modos, la tranquilidad que estábamos llevando no duró demasiado.

- Alisson ¿Quieres ir a cenar? –preguntó mi padre entrando a mi nueva habitación-

- No, estoy bien.

- Tienes que comer algo, hija.

- No tengo hambre.

- Tienes que ir a comer--

- Que haya venido a vivir contigo no significa que ahora haré todo lo que me digas, déjame en paz.

- ¿En serio te comportarás así?

Lo miré. Mi padre era alto, de pelo castaño y ojos oscuros, usaba gafas y tenía arrugas a los costados de los ojos. Tiempo atrás las personas me decían que él y yo nos parecíamos mucho, físicamente y personalmente. Tiempo atrás pensaba lo mismo, ahora no podía nombrar ni siquiera un sola cosa de él que me hiciera recordar a mi.

- ¿De qué manera esperas que me comporte? Me has arruinado la vida, y no solo estos últimos días. Desde que te has ido me has dejado un vacío inmenso y eso no se arregla de la noche a la mañana.

- Lo sé, no he tomado buenas decisiones en mi vida y tampoco puedo esperar que tu me perdones por ellas, solo que las entiendas. No es fácil criar una hija y menos sabiendo que se merece un padre mucho mejor que tú.

- Tienes razón, no has tomado buenas decisiones, pero si hay algo que aprendí es que las equivocaciones nos hacen lo que somos.

- Déjame demostrarte que he cambiado entonces.

- ¿Tú piensas que has cambiado? ¿En serio? ¿Te ha costado cinco años darte cuenta que habías cometido un gran error? ¡Ni siquiera te despediste! ¡¿Por qué diablos no ibas a despedirte?!

- Ahora que has pasado por algo parecido tienes que entenderme, Alisson. ¿No te ha costado más de lo que pensabas dejar a tus amigos y a tu madre? ¿No ha sido lo más difícil que has tenido que hacer en tu vida?

- ¡Si! ¡Pero lo hice de todos modos!

- ¡Porque eres valiente! ¡No todos somos así! No todos podemos enfrentar las despedidas, no todos podemos aceptar que te separaras de la persona más importante de tu vida. ¿Acaso a tu novio no le ha pasado lo mismo?

- ¡No te atrevas a comparar a Kian contigo! Él no es un cobarde como tú. Puede que no me haya ido a despedir al aeropuerto pero la noche anterior si lo hizo.

- Y apuesto a que eso no ha terminado bien. Prefería que mi último recuerdo de ti fuera feliz antes que una despedida, tal vez algún día lo entenderás –dijo y se marchó-

Me puse la almohada en la cara para silenciar mi grito de odio.

No dejes que te ponga de mal humor Alisson, no dejes que te ponga de mal humor. No pienses en Kian, no pienses en Kian.

Y repitiendo eso, terminé quedándome dormida.

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Mi primer día en el nuevo instituto estaba siendo un asco. Por supuesto había llegado tarde. Luego de ducharme me había dado cuenta que no tenía más mi auto para ir al instituto y tenía que caminar. Mi padre me había dicho el día anterior donde quedaba el instituto pero no le había presado atención y terminé perdiéndome. Cuando finalmente llegué, todas las clases habían empezado y, como si fuera poco, entré a una clase que no era la mía haciendo totalmente el ridículo. También era difícil soportar todas las miradas que se posaban en mi al pasar, y la constante pregunta de "¿Y qué hago ahora?". Además los profesores me miraban con compasión, seguro se preguntaban por qué diablos comenzaba un instituto nuevo a esta altura del año.

Ah, y me estaba muriendo de hambre y no tenía dinero para comprar nada. Ahora me arrepentía de haberle dicho a mi padre de no ir a cenar ayer a la noche.

Estaba sola sentada en la cafetería, fingiendo estar haciendo algo super interesante en mi celular cuando en realidad estaba escribiendo muchas letras y números en la pantalla. Patético.

- ¿Día duro? –escuché una voz sacándome de mis pensamientos-

Bloqueé el celular rápidamente y miré a quien me hablaba. Era un chico de pelo rubio y ojos claros que me sonreía, esperando una respuesta. Recordaba que estaba en una de mis clases. Matemática, si no me equivoco.

- Demasiado –le contesté, devolviéndole la sonrisa-

- ¿Puedo sentarme? –preguntó señalando la silla que tenía en frente-

- Adelante, no creo que nadie más lo haga –bromeé-

- Preferirías estar en tu casa en este momento ¿no?

- Oh, no, todo menos mi casa.

Él me miró con curiosidad y yo lo miré avergonzada.

- Es solo que mi vida es un poco rara ahora mismo, y si estoy en mi casa lo único que hago es pensar en ello.

- Supongo que tiene algo que ver contigo cambiándote de instituto.

- Si, algo así.

En realidad no quería hablar de por qué me había cambiado de instituto, no solo por el hecho de que ese chico era completamente un extraño para mi, si no porque todavía me dolía profundamente decirlo en voz alta.

- ¿Cómo te llamas? –preguntó, cambiando de tema-

- Alisson ¿Y tú?

- Liam –respondió y miró a la mesa vacía- Te vi en la clase en la que entraste por equivocación y...

- Oh no –exclamé tapándome la cara- que vergüenza.

- No, es solo que...

- Te doy pena –finalicé-

- El primer día suele ser difícil.

- Bueno, gracias por hablarme.

- No pasa nada. Hey en dos semanas hay una fiesta en la casa de una de mis amigas, estas invitada si quieres venir, podrías conocer gente allí.

- Vaya, gracias... últimamente no estoy de humor para fiestas pero lo pensaré.

Realmente no lo iba a pensar, lo último que quería hacer era ir a una fiesta con miles de desconocidos pero Liam había sido agradable conmigo y no quería que tuviera una mala impresión de mi.

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Al llegar a mi casa luego del instituto agarré mi celular y le mandé un mensaje a mis amigos.

<Alisson a las 2:32 pm>

"¿Cómo es su vida sin mi?"

<Sebastian a las 2:36 pm>

"Y tú eres...?"

<Alisson a las 2:36 pm>

"La chica que te ha ayudado a ponerte de novio. Estúpido"

<Sebastian a las 2:37 pm>

"Oh, ahora lo recuerdo. Eres la mejor amiga que alguien podría tener. Te extraño idiota. Han pasado dos días y ya siento que no te he visto hace una semana. Vuelve"

<Anne a las 2:39 pm >

"¡¡¡Te extraño tanto!!! He estado llorando desde el minuto en el que te has ido (Pregúntale a todas las personas que trataron de hablar conmigo y no pudieron porque lo único que podía hacer era balbucear) Necesito tanto a mi mejor amiga. Mi vida es un asco ahora"

<Alisson a las 2:40 pm>

"No me digan eso que se me caen lágrimas de tan solo al leerlo"

<Sebastian a las 2:40 pm>

"¿Cómo te ha ido en tu primer día?"

<Alisson a las 2:41 pm>

"Un asco al principio pero mejoro a final"

<Anne a las 2:41 pm>

"Hoy el director ha preguntado por ti, creo que te extraña pero no quiere admitirlo"

<Alisson a las 2:41 pm>

"Debe extrañar tener a alguien para gritarle. ¿Alguna otra novedad?"

<Anne a las 2:43 pm>

"Esa es una pregunta discreta que en realidad quiere decir "¿Qué esta pasando con Kian?" ¿no?"

<Alisson a las 2:44 pm>

"No, pero ahora que lo mencionas.."

<Sebastian las 2:44 pm>

"Lamento decepcionarte pero no tenemos noticias de él, no ha aparecido desde que te has ido"

<Alisson a las 2:45 pm>

"¿Qué? ¿No ha ido al instituto?"

<Sebastian a las 2:45 pm>

"Nop"

<Anne a las 2:46 pm>

"James me ha dicho que necesita tiempo a solas"

<Alisson a las 2:49 pm>

"No se que haré con él"

En realidad no sabía que iba a hacer sin él.

<Sebastian a las 2:49 pm>

"No hagas nada Ally, espera a que se le pase el enojo"

<Alisson a las 2:50 pm>

"Es que no esta enojado, esta herido"

<Sebastian a las 2:50 pm>

"Con más razón, lo has llamado mil veces y no ha contestado, deja que se recupere"

Sabía que Sebastian tenía razón pero por otro lado no podía imaginarme otra manera de que Kian se 'recuperara' que no fuera conmigo a su lado. Iba a tener que resistir con todas mis fuerzas a no hablarle. Pero, otra vez, me insistí a mi misma que no pensara en Kian, así que me puse los auriculares, el volumen al máximo y comencé a sacar mis cosas fueras de las cajas.

Fruncí el ceño cuando encontré una caja que no me recordaba haber traído. Cuando la abrí me di cuenta que era la caja que mis amigos me habían regalado para mi cumpleaños. Me había olvidado por completo.

Sonreí al abrirla, la primera cosa que había era una tanga con un cartelito. La letra era de Logan y decía: "Para que la utilices con Kian" y luego una aclaración debajo con la letra de Sebastian "En realidad no es para que la compartan, no la ultilices CON Kian, utilízala PARA Kian ;)"

Me reí al imaginarme Kian usando una tanga. El segundo regalo era un perfume, también tenía un cartelito pegado pero esta vez tenía la letra de James y decía: "Para los días que no tienes ganas de hacer nada... ni tampoco de bañarte (Todos sabemos que tenemos esos días)" Negué con la cabeza y al abrir el envoltorio me sorprendió ver mi perfume favorito. Sentí un cosquilleo en el estomago al pensar que seguramente fue Kian el que le dijo cual era mi perfume favorito.

El siguiente regalo era de Anne y era un anillo con la mano de Jamsa o más conocido como la mano de Fatima. Su cartelito decía: "El Jamsa te protege, aleja el mal y trae buena suerte. Te deseo todo eso y mucho más en tus diecisiete años. Te amo mas que nada"

Me encantaba y me sentía tan querida al seguir viendo los demás regalos, lo único que quería es que estuvieran a mi lado para agradecérselos personalmente.

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Al día siguiente estaba almorzando cuando me llamó James al celular.

- ¡Hola! –respondí emocionada-

Fruncí el ceño al no obtener respuesta.

- ¿James...?

Nada.

- ¿Estas ahí?

- ¡Hola! –me respondió finalmente la voz de James-

- ¿Por qué me no me respondías? Ya estaba pensando que me habías llamado sin querer y me iba a enojar.

- ¿Estas bromeando? Te he estado respondiendo pero no me escuchabas, en serio múdate. Esa cuidad es un asco.

Bufé.

- Ni me lo digas, tú sabes cuanto odio estar aquí.

- Te extraño, todos lo hacemos.

¿Incluso Kian?

- Yo también los extraño. Fue muy triste ayer cuando abrí sus regalos y no pude abrazarlos para agradecerles.

- Oh ¿Los has abierto? Dime que mis regalos fueron los mejores.. ¿te ha gustado el libro? ¿Y el perfume? Dime que lo estas usando ahora.. oh no, no me digas si lo estas usando ahora porque eso quiere decir que no te has bañado y realmente no quiero saberlo.

- James ¿Tú piensas que sólo uso perfume cuando no me baño?

- No...

Rodeé los ojos.

- Bueno ¿Y como estas tú?

- Bien.. desde que te has ido mi vida es ir al instituto y consolar a Anne, y a veces a Sebastian...

Me reí.

- Sebastian tiene a su propio novio para que lo consuele.

- Dos hombros para llorar son mejores que uno.

- Tienes razón.

James suspiró.

- Vamos, pregúntamelo.

- ¿Qué?

- Pregúntame sobre Kian, se que te mueres de ganas por hacerlo.

- ¿Qué? ¿Por qué diablos...? –cerré los ojos- ¿Tanto se nota?

- Solo porque te conozco. No había visto a Kian desde que te has ido, hoy lo he vuelto a ver por unos minutos y no ha querido hablar conmigo, no ha querido hablar con nadie..

- Lo se, ni siquiera conmigo, no ha respondido mis llamados.

- ¿Lo has llamado? Yo no te aconsejaría que hagas eso.

- ¿Por qué?

- No se como decirte esto pero de alguna forma él esta tratando de olvidarte de que estas lejos y tú llamándolo no creo que le haga bien. Lo que quiero decir es que... en el pasado, cuando Kian quería olvidarse de algo no lo hacía de una manera saludable, no quiero que pase de nuevo por ello.

- Lo entiendo, y no volveré a llamarlo pero tienes que prometerme que lo cuidaras James, prométeme que estarás para él.

- Lo prometo, tú no te preocupes.

Mi nivel de preocupación era demasiada alta pero aguante tres días sin llamarlo, aunque me hubiese gustado haber aguantado toda la vida luego de esa llamada.

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Era viernes por la noche y ya no sabía que hacer, había visto películas, leído libros, incluso había terminado de hacer mi tarea. Miré la hora, eran las dos de la mañana. Decidí tratar de dormirme pero todo lo que pensaba cuando cerraba los ojos era Kian y ya estaba harta. Agarré mi celular y me levanté porque no podía estar quieta, me apoyé contra la pared y antes de que me arrepintiera, lo llamé.

Mi corazón comenzó a latir con fuerza cuando me atendió pero a su vez se detuvo cuando me contestó una voz femenina.

- Hola –contestó Katelyn- ¿Quién llama?

Me mordí el labio para aguantarme las lágrimas. ¿Por qué diablos estaba contestando Katelyn? ¿Qué hacía con él a esta hora? ¿Y por qué preguntaba quién era? ¿Acaso Kian había borrado mi número?

- ¿Qué demonios haces con Kian? –conseguí preguntar-

- Oh, Alisson ¿no? Supongo que quieres hablar con Kian ¿no? Él en este momento se esta bañando pero si quieres...

- ¿Qué hace contigo? –pregunté con un hilo de voz-

- No se si tendría que decírtelo.... Parece que no lo has superado todavía. Bueno... nos hemos estado acostando juntos y--

Finalicé la llamada y me tapé la boca con la mano. No podía creer lo que estaba pasando. Mi cerebro no podía procesar lo que acababa de suceder, y mi corazón todavía no podía procesar todo el dolor que iba a sentir luego de esto. Me dejé caer al piso y cerré los ojos con fuerza para detener las lágrimas que no cesaban. Tenía grabada en la cabeza la voz de Katelyn diciendo "nos hemos estado acostando", y quería arrancarme esa voz y hacerla pedazos. En ese momento deseé no haberlo llamado, no haberlo llamado nunca. Tendría que haber aceptado lo que me había dicho antes de irme y seguir adelante. Me sentía tan... débil, tan sola. Y me entristecía más pensar que la única persona que me podía dar un abrazo en este momento era la persona que me había abandonado años atrás y no le importaba en lo más mínimo.

Tenía tantas ganas de golpear algo, de romper algo, de gritar.

Traté de respirar y tranquilizarme y llamé a Anne. Era la única persona que necesitaba en este momento.

- ¿Ally? ¿Qué haces llamándome a esta hora? Me extrañas ¿No?

Balbuceé unas palabras que ni yo misma entendí.

- ¿Qué? ¿Estas llorando? –su voz denotaba preocupación- ¿Qué te ha pasado? Respira y cuéntame.

- Él... él me ha engañado.

- ¿Kian? ¿Por qué dices eso?

- Lo he llamado, se que no tuve que haberlo hecho pero lo he llamado –mi voz era casi inaudible- Me ha contestado Katelyn.

- ¡¿Qué?! ¡¿Me lo dices en serio? –su voz sonaba furiosa- Juro que iré allí mismo en este momento y la mataré, al imbécil de Kian y a ella, ya mismo estoy--

- No, Anne, no, por favor... No quiero que sepa que lo he llamado, estoy tan avergonzada...

- ¿Avergonzada por qué? ¡Tú no has hecho nada! El imbécil, poco hombre es Kian, que no te ha respondido ni una sola llamada porque tiene miedo.

- ¿Miedo a qué? ¡Si ya se olvido de mi!

- ¡De perderte! De perderte para siempre, si se ha estado con Katelyn quiere decir que esta buscando una manera de olvidarte, estoy segura.

- Pues ya me perdió. Estoy harta, estoy harta de llorar y de sufrir mientras él se esta con cualquiera. No voy a ser esas típicas chicas que se les termina el mundo porque han cortado con su novio.

- Kian era mucho más que tu novio, Alisson.

- Parece que él no piensa lo mismo. Me cansé, Anne. Nadie me había hecho sufrir tanto como Kian, no quiero sentir más este dolor.

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Dos semanas pasaron luego de ello y fueron las dos semanas más lentas que pude haber tenido. Sabía que no me podía olvidar de Kian de un día para el otro y que las heridas no iban a sanar de un día para el otro, pero me negaba a seguir tocando esas heridas para que me dolieran más. Así que traté de enfocarme en el instituto, de ser sociable y de cubrir con una sonrisa mis estados de ánimo.

Por otro lado, cada vez que miraba mi celular tenía llamadas perdidas y mensajes de Kian. Era bueno saber que hacía falta que me enterara que se estaba acostando con una chica para que me devolviera mis llamados.

Hablaba con mis amigos todos los días y les había prohibido que mencionaran a Kian. Luego de haber hablado con Anne por teléfono decidí que esa era la última vez que iba a hablar del tema y mis amigos respetaron mi decisión.

También había hablado con mi madre y me había dicho que todavía no había tenido suerte en cuanto a los trabajos pero que no perdiera la esperanza, algo que había perdido el día que me mudé.

Exactamente catorce días después de la llamada a Kian, estaba leyendo un libro en la entrada del instituto cuando una amiga de Liam se me acercó para invitarme a su fiesta el día siguiente. Todos estos días estuve hablando y juntándome con Liam pero él no había vuelto a mencionar aquella fiesta y yo me había olvidado completamente de ella.

- Por favor, ¡Ven! –me insistió entregándome una tarjeta- necesito que venga la mayor gente posible y sé que a Liam le gustaría que vayas.

- No lo se... ¿Eso te ha dicho él?

- No hace falta que me lo diga, soy su amiga desde pequeña, le gustas.

- Vaya, te lo agradezco pero...

- ¿Tienes novio?

Su pregunta me desconcertó, estuve a punto de decirle que si cuando me di cuenta que eso era mentira. Cuando Kian se despidió de mi no lo tomé como una ruptura, aunque ahora me daba cuenta que exactamente eso había sido y no iba a poder seguir adelante si me mentía a mi misma.

- No.

- ¿Entonces qué te detiene?

Me lo pregunté todo el camino hacia mi casa y al día siguiente. ¿Quién me detenía? Se lo pregunté a Sebastian cuando me llamó.

- Tú misma, nadie te retiene, solo tú.

- No tengo ganas de ir a una fiesta, Sebastian. No estoy preparada para seguir adelante ni para cambiar de página, trato de convencerme que si pero estoy tan lejos de superarlo.

- Ally han pasado dos semanas, no seas tan dura contigo misma.

- Pero se supone que cada día tendría que ser más fácil, y cada maldito día es más difícil. ¿Cómo voy a olvidarlo?

- No podrás olvidarlo, nunca podrás olvidarlo. Es duro pero tienes que aceptarlo. Las cosas no se olvidan, se superan y aunque puede que lleven tiempo, eventualmente se superan.

- Te odio porque tienes razón.

- Gracias, y que vayas a esa fiesta no quiere decir que te estés por casar, ve a esa fiesta, ponte linda y pásala bien. Ah, y por lo que más quieras ¡Aléjate del alcohol!

- Quédate tranquilo, no tomaré nada y la pasaré bien.

Pero me olvidaba que la Ley de Murphy dice: "Si algo puede salir mal, saldrá mal"

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Cuando llegué a la fiesta me moría de frío. Había ido caminando y no me había puesto ninguna campera, tan solo porque no quería tener que llevarla en la mano si me agarraba calor. Lo que más me molestaba era que mi padre me había ofrecido llevarme pero mi orgullo no iba a aceptar. Miré la hora e hice una mueca cuando vi dos llamadas perdidas de Kian, el idiota no me estaba ayudando a olvidarme de él.

Eran las doce de la noche y ya había gente por todos lados, apenas se podía caminar. Traté de buscar a Liam por toda la fiesta pero no lo encontraba. El lado bueno era que había entrado en calor, pero ahora necesitaba tomar algo. Me acerqué a la barra que habían armado y pedí un agua.

- ¿Estas bromeando? –preguntó un chico de pelo pelirrojo con una sonrisa-

Lo miré seria.

- Claro que no ¿Acaso no puedo tomar algo que no tenga alcohol en una fiesta?

- No es eso, pero ¿No has leído el cartel de la puerta? La temática de esta fiesta es el alcohol, por eso hay tanta gente. Alcohol y solo alcohol, todos los tragos puros y gratis.

Lo mire boquiabierta. Tenía que estar bromeando, la suerte definitivamente no estaba de mi lado. Encima ¿Tragos puros? Suspire irritada.

- Lo que sea, dame el trago que menos alcohol tenga.

El chico se rió y me entregó un trago. Pensé que iba a ser asqueroso pero sorprendentemente me había gustado. Una vez que terminé el trago, deje el vaso y seguí buscando a Liam quien me lo terminé chocando en el patio.

- ¡Te he estado buscando! –exclamó Liam con una sonrisa-

- Yo te he buscado a ti desde que he llegado. ¿Dónde estabas?

- Hace un minuto atrás mi amiga me dijo que te había visto, así que fui a la barra a buscar otro vaso por si te encontraba. ¿Quieres bailar?

- Claro –contesté devolviéndole la sonrisa y dejando que me llevara hacia donde todos estaban bailando-

Trago tras trago y canción tras canción comenzaba a sentirme realmente mareada y de muy muy buen humor. Estaba bailando prácticamente pegada a Liam cuando él se rió en mi oído.

- Creo que te esta vibrando tu celular.

- ¿Cómo dices?

- Tu celular... ¿Lo tienes en los pechos? –preguntó con una sonrisa divertida-

- ¿Qué si me falta un pecho? –pregunté alarmada tocándome las tetas- No, están las dos aquí –le aseguré aliviada, y fue entonces cuando sentí mi celular vibrar- Ohhhh –lo miré avergonzada y agarré mi celular que estaba en mi sostén- es que no tengo en donde ponerlo –le expliqué-

- No pasa nada ¿Quieres que vayamos afuera para que puedas hablar?

Asentí con la cabeza y le agarré la mano para no perderme.

Al llegar al patio miré mi celular y era Kian el que me estaba llamando.

- Es el estúpido de mi ex novio –le expliqué a Liam-

- ¿Quieres que hable con él? –me preguntó frunciendo el ceño-

- No, yo me encargo.. ¿Quién habla? –dije cuando atendí-

Fruncí el ceño al no escuchar nada.

- Tienes el celular al revés –señaló Liam-

Me reí y lo agarré de la forma correcta.

- ¿Alisson? – preguntó Kian con voz preocupada, la cual hizo que sintiera cosquilleos en el estomago, no había escuchado su voz desde que me había ido y volverla a escuchar me hacía darme cuenta de lo mucho que lo extrañaba- ¿Estás bien?

- ¿Por qué me llamas? –pregunté enojada- la estaba pasando tan bien sin pensar en ti –de repente me acordé que se estaba acostando con Katelyn- ¿Quién te ha dado el jodido permiso de llamarme cuando estoy olvidándome de ti?

Kian tardó unos segundos en responder.

- Necesitamos hablar, por favor.

-¿Está todo bien? ―preguntó Liam a mi lado.

-¿Quién... quién te ha hablado? ―la voz de Kian sonaba sorprendida.

-Un chico que he conocido.

Kian se quedó callado.

-¿Por qué te importa? ―inquirí―. Tú has estado con Katy, yo puedo acostarme con Liam si eso es lo que quiero.

Liam me miró atónito, y yo le susurré que me disculpara, que era mentira.

- Puedo explicártelo, no sabía que ella te había atendido el celular.

- ¿Has estado con Katelyn o no?

- Yo... no es lo que piensas -comenzó pero luego se calló-

- Eso es todo lo que necesitaba saber –dije y Liam me sacó el celular y lo puso en altavoz-

- Quiero que dejes de molestar a Alisson ¿Has entendido? –le dijo Liam.

- ¿Quién mierda te crees que eres tú? ―escuché exclamar a Kian―. No tienes derecho a meterte en nuestra conversación, no sabes nada de nosotros.

- Si pero la diferencia es que soy yo el que está aquí y no tú.

Y luego de eso cortó.

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