Capítulo 30: 13 preguntas
Kian y yo nos sacamos las zapatillas antes de entrar y tratamos de no tocar nada para no ensuciar más de lo que ya estábamos haciendo.
- A mi me gustaría saber que diablos hacen para terminar así –dijo James con las cejas levantadas-
- ¿Por qué lo dices con esa connotación sexual? –le pregunté con el ceño fruncido-
- Están mojados, sucios, cubriéndose con una manta... mi imaginación se dispara para todos lados.
- Eres un asco. Logan gracias por dejarnos pasar así –le dije mientras subíamos las escaleras-
- No pasa nada –me contestó- además ya estaba tan cansado de ganarle a James en el FIFA que necesitaba algo divertido.
- ¿Cuántos partidos has perdido? –le preguntó Kian a James con una sonrisa-
- No llevamos la cuenta...
- Le gané 17 partidos de 20 –dijo orgullosamente Logan-
Kian iba a responderme cuando nos cruzamos con el padre de Logan quien nos miró de arriba abajo boquiabierto. Parecía como si recién se hubiese despertado. Pestañeó varias veces antes de fruncir el ceño.
- Tengo miedo de preguntar quienes son ustedes y que esta pasando aquí –comentó mirándonos con los ojos entrecerrados- ¿Quién los dejó entrar?
Miré nerviosamente hacia atrás esperando que Logan hablara pero había desaparecido, solo estaba James quien dio un paso hacia delante posicionándose al lado del padre de Logan y mirándonos mal. Oh no.
- Son ladrones –siseó él poniendo un brazo alrededor de los hombros del padre de Logan como si lo estuviera protegiendo- yo no los dejé entrar, lo juro.
Me di una palmada en la frente. ¿En serio Anne estaba enamorada de este chico?
- Si somos ladrones ¿Por qué estabas al lado nuestro hablando como si nada?- preguntó Kian levantando una ceja-
Y Kian le seguía el juego, que raro.
- Porque ustedes me estaban amenazando –replicó James como si fuera lo más obvio del mundo-
- James nos dejó entrar –expliqué cruzándome de brazos-
- A ti nadie te pidió opinión –me dijo James-
- A ti tampoco –le respondió Kian-
- Yo por lo menos me baño –contestó James mirándonos de arriba abajo-
- Bueno ya basta –exclamó el padre Logan quien se veía visiblemente molesto y parecía estar acostumbrado a este tipo de tonterías por parte de los amigos de Logan- fingiré no haber visto nada pero díganle a mi hijo que si su madre se entera yo juraré que no sabía nada aunque él afirme lo contrario, y luego va a estar seriamente castigado. Hagan silencio que su madre esta durmiendo.
Los tres asentimos con la cabeza y esperamos a que se vaya antes de hablar.
- ¿Dónde diablos se metió Logan? –susurré-
- ¿Por qué susurras? –preguntó James-
- El padre de Logan dijo que la madre estaba durmiendo, si nos descubre va a matarnos ¿sabes donde esta el baño?
Él asintió con la cabeza y nos guió hacia una puerta blanca. Kian tocó la puerta antes de entrar, Logan tenía una hermana y lo último que nos faltaba era abrirle la puerta del baño mientras ella estaba adentro, y menos con lo sucios que estábamos, sus padres terminarían pidiendo una orden de restricción contra nosotros.
Kian y yo entramos al baño y cuando estaba por cerrar la puerta James se metió también.
- ¿Qué haces? –le preguntó Kian mirando como cerraba la puerta-
- ¿Qué? Mira si los estoy esperando afuera y aparece su madre.
- Por eso tú te quedas vigilando a ver si viene –le contesté-
- Si, claro ¿Qué pasa si aparece su madre? ¿Van a salir por la ventana? ¡No quiero hacer de perrito guardián!
Los tres nos sobresaltamos cuando la puerta se abrió.
- ¿Qué demonios hacen los tres en mi baño? –inquirió Logan entrando- Por favor, tríos en mi baño no.
- ¿En donde te habías metido? –le pregunté antes de que los otros dos dijeran algo- tu padre nos ha visto.
- Lo sé, me crucé con él. Estaba buscando ropa limpia para ustedes dos –dijo entregándonos ropa doblada- Ally se que mi hermana es más baja que tú pero encontré un buzo y unos pantalones que seguramente te quedaran bien.
- Muchas gracias Logan, y gracias a tu hermana también.
Él asintió con la cabeza y agarró a James del brazo.
- No tarden mucho, estaré abajo ganándole a James.
Escuchamos como discutían hasta que bajaron las escaleras. Miré a Kian, no sabía ni por donde empezar. Él abrió la canilla de la ducha y se metió, echando la cabeza hacia atrás para que el agua limpiara su cara manchada de barro.
- ¿No vienes?
Suspiré y me metí en la ducha con él. Empecé a sacarme el barro del cuerpo y de la ropa con jabón mientras Kian hacía lo mismo. Cuando estaba a punto de lavarme el pelo, él me detuvo.
- Yo lo hago.
Tomó un shampoo, se puso un poco en las manos y comenzó a pasármelo por el pelo. Me sorprendió la ternura con la que lo hacía, me masajeaba la cabeza suavemente como si fuera lo más delicado del mundo y me desenredaba el cabello procurando no tirarme demasiado. Siempre me encantó que me tocaran el pelo, pero que fueran las manos de Kian las que lo hicieran me hacía estremecer de una manera indescriptible. Cerré los ojos, disfrutando ese momento. Inconscientemente terminé apoyando mi cabeza en su pecho y la vibración de su pecho debido a su risa hizo que abriera los ojos.
- ¿Estabas cómoda?
- Nunca estuve tan cómoda en mi vida.
Me dio la vuelta para que lo mirara a la cara. Estaba tan hermoso con su cabello mojado, sus labios rosados y sus pestañas llenas de pequeñas gotitas de agua. Me miró como si supiera lo que estaba pensando por lo que me sonrojé.
- Aspen...
Y era en momentos como ese que no sabía por qué mi simple nombre en sus labios hacía que mi corazón se acelerara estúpidamente.
- Eres mi debilidad –murmuró acariciándome la mejilla-
- ¿Incluso toda cubierta de barro y hecha un asco?
Se rió.
- Especialmente cubierta de barro y "hecha un asco" –dijo haciendo las comillas con los dedos-
Sonreí y lo acerqué a mi para besarlo. Sus labios se movieron encima de los míos dulcemente y sus manos viajaron por mi cuerpo hasta posicionarse en mi cintura. En medio del beso escuche una voz femenina gritando detrás del a puerta.
- ¿Logan? ¿Qué haces bañándote a esta hora?
Ambos abrimos los ojos pero Kian siguió besándome como si nada. Lo saqué poniendo mis manos en sus hombros, él me miró con resentimiento.
- Me besas y luego me sacas, eso no se hace.
- ¡Kian! Esta la madre de Logan detrás de la puerta ¿Y quieres que te siga besando? –susurré-
- ¡Logan! –insistió su madre-
- ¿Qué hacemos? –le pregunté alarmada-
- ¡Logan! -exclamó su madre- ¿Has dejado el agua corriendo otra vez?
Escuchamos el ruido de la manija y justo cuando pensé que iba a abrir la puerta, escuché la voz de James más alta de lo normal. Le estaba diciendo que Logan había dejado el agua corriendo pero que ya iba a entrar al baño para bañarse.
Suspiré aliviada cuando la madre de Logan dijo que iba a volver a dormir y que no se quedaran hasta tarde despiertos.
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Al otro día llamé a Sebastian ya que no había ido al instituto pero no contesto ninguna de mis llamadas. Anne me dijo que había hablado con él y le había dicho que no se sentía con ganas de hablar en ese momento. Logan me dijo que necesitaba estar solo un tiempo. Solo esperaba que estuviera bien.
A la tarde Kian me pidió que vaya a su casa. Nuestro lugar favorito para pasar el tiempo era el banco que tenía en su balcón. Fue en donde Kian me había contado su pasado y era una lugar muy importante para mi.
- ¿Jugamos a las 10 preguntas? –le pregunté de repente-
Él hizo una mueca.
- ¿Qué tienes miedo de lo que pueda preguntar?
- No, tengo miedo de lo que puedas responder.
- ¿Por qué?
- No me gustaría escuchar de tus antiguos novios o chicos –murmuró amargado-
- Pero tú haces las preguntas, no tienes que preguntar eso si no quieres. Mira, comienzo yo –le dije y me tomé unos segundos para pensar- ¿Qué fue lo primero que pensaste cuando viste que te rayé la moto?
- Me enojé, me enojé demasiado. Recuerdo que estaba enojado con James por quedarse dormido, además tenía mal humor porque empezaba un instituto nuevo luego de un año horrible y estaba cansado. Luego pasó lo de la moto, escuché un crujido y supe que la habían rayado. En ese momento pensé que la vida se estaba riendo de mí, que era imposible que me pase algo bueno –luego me miró y me sonrió- que equivocado que estaba. Bajé de la moto y te vi. Solo llegué a verte de atrás pero supe que eras tú, te había visto antes y cuando entré a la clase te volví a ver, recuerdo sentarme e inconscientemente mirar hacia donde tú estabas sentada, no podía creer que estábamos en la misma clase y no podía dejar de mirarte.
- Lo recuerdo –le contesté sonriendo-
- Bueno me toca a mi –dijo y se acomodó- ¿Por qué odiabas tanto a los hombres antes de conocerme?
- Vaya que modesto, piensas que por ti se fue mi odio hacia los chicos...
- Contesta.
Puse los ojos en blanco.
- No te va gustas la respuesta..
- Lo superaré.
- No lo se, conocí muchos chicos estúpidos en mi vida. El último chico con el que estuve antes de ti solo quería acostarse conmigo, obviamente al principio era todo sonrisas y cosas dulces, luego comenzó a actuar extraño, siempre quería que fuera a su casa a la noche y no paraba de decirme cosas indecentes y trataba de aprovecharse de mi. Antes de que avanzara más de lo que quería lo dejé, solo quería acostarse conmigo.
Kian tenía los puños apretados y su sonrisa había abandonado completamente su rostro. Me apresuré a seguir hablando.
- Aunque también hay otra cosa. Supongo que siempre lo supe, pero es uno de esos pensamientos en los que nunca te paras a pensarlos. Solo sabes que lo sabes y con eso es suficiente. Creo que mi odio hacia los hombres comenzó cuando mi padre dejo a mi madre y no volvió a hablarme. Fue una decepción tan grande para mi que no solo comencé a odiarlo a él si no a todos los hombres en general.
Kian entrelazó su mano con la mía y me dio un apretón. Me encogí de hombros, ya no me importaba la verdad, lo tenía a él y era todo lo que necesitaba.
- Bueno, me toca. ¿Cuántos hijos te gustaría tener? –le pregunté-
- Mínimo cuatro.
- ¿Cuatro? –pregunté boquiabierta-
- ¿Preocupada? –preguntó sonriendo-
- No, solo que.. esos son muchos hijos para ser un mínimo...
Kian se rió.
- Pensé en cinco originalmente, pero sabía que mi futura esposa enloquecería así que lo cambié a cuatro. Supongo que estaba en lo cierto de algún modo.
Traté de que su comentario no me afectara pero mi corazón comenzó a latir con fuerza. Agradecí que él esperara un poco antes de hacer su próxima pregunta porque no estaba segura de que mi voz funcionara en ese momento.
- Voy yo. ¿Quién fue tu primera vez?
Kian comenzó a toser.
- ¿De verdad quieres saber? –me preguntó-
- ¿La conozco? Vamos, solo dime.
- Fue con mi vecina, hace dos años, cuando tenía quince.
Bueno, no quería saber la edad. Traté de recordar quienes eran los vecinos de Kian pero solo recordaba a una anciana y rezaba porque no fuera ella.
- ¿Sigue siendo tu vecina?
- No, ya no.
Suspiré aliviada, él me miro con diversión pero no dijo nada.
- ¿A quién prefieres a Anne o a Sebastian?
Lancé una carcajada.
- ¡Kian! No te responderé eso, es una pregunta de un nene de diez años.
Se cruzó de brazos.
- Tienes que responder.
- ¡Pero no prefiero a ninguno! Quiero a los dos por igual.
- Si claro. Bueno, cambiare la pregunta solo porque eres mi novia y te quiero. ¿Hombres lobo o vampiros?
- Hombres lobo, eso ni se pregunta. ¿Cómo conociste a James?
- Lo conozco desde que era pequeño. Íbamos juntos al colegio aunque solo lo conocía de vista, no estaba en ninguna de mis clases ni jugaba al lacrosse. Él siempre llevaba algún libro en sus manos y muchos chicos lo burlaban por ello, una vez uno de mis compañeros de lacrosse le sacó un libro de las manos y lo tiró lejos, él se enojó tanto que le agarró el palo de lacrosse y lo partió el medio. Es el día de hoy que no tengo ni la más mínima idea de cómo lo hizo, tú has visto a James, no es muy fuerte que digamos e imagínatelo con.. no se, seis o siete años.. fue increíble ver como reaccionaba ante el maltrato hacia algo que le encantaba. Desde ese día supe que iba a ser mi mejor amigo.
Sonreí ante la idea de un mini James enojado porque le tiraron su libro y rompiendo un palo de lacrosse.
- ¿Qué es lo que más te gusta de mi? –preguntó-
- ¿Físicamente o de personalidad?
- Las dos.
- Físicamente como se te achinan los ojos cuando sonríes. También amo tu voz aunque no creo que cuente como algo físico y el sonido de tu risa –me callé al notar que había dicho más de una cosa, pero la verdad era que no podía elegir solo una- y de personalidad lo fuerte que eres.
Él me mostró sus músculos y yo me reí.
- Sabes que eso no, Denovan. Pero me encanta que, a pesar de todo lo que has pasado, a pesar de todo lo que tienes que lidiar día a día siempre estas con una sonrisa contagiando felicidad a todos –me sentía orgullosa de él y esperaba que lo supiera- eres lo que más me inspira.
Kian me abrazó y nos quedamos así por un momento.
- Esta bien, me toca a mi –le dije- ¿Cuál es tu segundo nombre?
- Te mueres de curiosidad desde que te dije que tenía segundo nombre ¿no?
- No...
La verdad era que sí. Le había preguntado a James cual era pero el estúpido me dijo que no sabía que Kian tenía segundo nombre y su excusa era "Él no escribe su segundo nombre en los exámenes, es el único momento en el que miro su hoja en clases y no lo escribe ¿Cómo quieres que lo sepa?"
- Te lo diré porque creo que te va a gustar.
- ¿Por qué piensas que me va a gustar?
- ¿Eso cuenta como una pregunta?
Le pegué en el hombro.
- No.
- Por su significado. Mi segundo nombre es Connor.
Sonreí. Kian Connor Denovan. Me gustaba.
- ¿Y qué significa? –pregunté-
- Googlealo.
Lo fulminé con la mirada.
- ¿Sueles extrañarme cuando no estoy contigo? –me preguntó-
Me mordí el labio para no sonreír.
- No.
- Tienes que decir la verdad.
- No estoy mintiendo –traté de decirlo con convicción-
Kian me miró como si hiciera falta que me recordara que era una terrible mentirosa y sabía perfectamente cuando estaba mintiendo.
- Si, te extraño y mucho más cuando me voy a dormir. Mis almohadas huelen a tu perfume y es doloroso irme a dormir sin ti –le confesé-
Él puso un mechón de mi pelo detrás de mi oreja.
- Mi turno. ¿Qué te gustaría estudiar?
- Medicina.
No se que fue lo que noté en su rostro que hizo que me diera un vuelco el corazón. Estaba segura que tenía que tener alguna conexión con lo que pasó con su hermana pero no dije nada.
- ¿Te molesta que tu madre trabaje tanto? -preguntó-
Lo pensé por un momento antes de contestar.
- Al principio si, me molestaba muchísimo. Sabía que tenía que ver con la separación con mi padre pero odiaba que no estuviera en casa conmigo y aunque seguíamos hablando como siempre el tiempo era menor y siempre volvía tan cansada de trabajar que a veces no teníamos ni oportunidad de hacerlo. Con el tiempo me acostumbre, en realidad entendí que esa era su manera de no pensar en mi padre y tenía que respetarla. Ahora trata de estar conmigo todo lo que puede y hasta trata de hablar con Sebastian y Anne, y es así como ellos la arrastran a sus estúpidas apuestas.
Kian se rió.
- Si no conté mal nos pasamos de las diez preguntas, hemos hecho doce.
- ¿Pueden ser trece? –le pregunté con una sonrisa inocente-
Él me miró desconfiado y luego asintió con la cabeza.
- Usa bien tu última pregunta.
- ¿Cómo fue la primera vez que nos conocimos? Ya sabes, la que no recuerdo...
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Para los que no se acuerdan de cuando Kian le contó a Alisson que ya la conocía desde antes vayan al Capítuo 11: La cena :)
Espero que les hay agustado el capítulo <33 Diganme lo que les pareció!
Muchísimas gracias a todas las personas que comentan y votan!
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