Capítulo 28: Una historia diferente [Resubido]
Volvi a subir este capítulo ya que me llegaron mensajes de que no les había llegado la actualizacion y no les aparecía el capítulo!
Igualmente he leido los 372 comentarios que tenía en el anterior y aprecio muchisimo los 2.050 votos!!
Muchas gracias, espero que les guste el capítulo <3
Era domingo al mediodía y yo estaba saliendo a encontrarme con Mason con mi mejor cara de dormida, esperaba que mi encuentro valiera la pena porque hacía mucho frío como para salir de mi casa por nada.
Justo cuando estaba cerrando la puerta mi casa con llave me sonó el celular. Miré la pantalla de mi celular y sonreí al leer "Anne".
- ¡Anne no sabes lo feliz que estoy! –le contesté emocionada-
- Ajá, me imagino –me contestó la voz enojada de James-
Fruncí el ceño.
- Buen día James..
- Uh, ya te acuestas con Kian y quieres que todos tengamos un buen día, no todos quieren tener un buen día ¿Lo sabías? No te hagas la simpática conmigo Alisson Aspen, estoy muy decepcionado de ti.
Abrí los ojos como platos mientras me dirigía al café donde me tenía que encontrar con Mason.
¿Qué demonios le pasaba a James?
- ¡Yo estoy muy feliz por ti! –escuché la voz de Anne en el fondo- No me mires así, James ¡Es mi mejor amiga! Después quiero todos los detalles Ally.
- Bue, si es por eso yo también quiero los detalles, aunque se los voy a pedir a Kian... para que no sea tan incomodo, ya sabes.. ¡Ese no es el punto! El punto es que tú no te tenías que acostar con él hasta dentro de un mes o dos. ¿Pero sabes qué? Es mi culpa por aliarme con Anne.
- ¡James! –protestó Anne- ¡Tu has dicho que Sebastian se iba a aliar con Logan y Rachel y que era mejor que nos aliáramos!
Casí se me cae el celular del horror. Me di una palmada en la frente.
- No, no, no ¿Mi madre hizo una apuesta de nuevo? ¿Con ustedes? Péguenme un tiro ya mismo.
Ahora entendía porque mi mamá estaba tan sonriente ayer. Ya nada me podría sorprender de ella.
"Podría comenzar a salir con tu director" pensé y traté de sacar esa imagen asquerosa de mi cabeza.
- Si, si, si –contesto él- ahora entiendo de donde viene tu obsesión por los retos y las apuestas, a tu mamá le encantan esas cosas.
- ¡Yo no tengo ninguna obsesión con eso! –suspiré- James tengo que irme, estoy por encontrarme con Mason.
- ¿¡Con Mason!? –exclamaron los dos al unísono y luego James se entusiasmó- ¿Podemos hacer una apuesta sobre ustedes dos? ¿Tal vez cuanto tardan en sucumbir a su atracción sexual y cuánto tarda Kian en destriparlos?
Me reí para no ponerme a llorar, ese chico tenía que dejar de comer tanta azúcar.
- Nada de eso va a pasar, deja de hacerte la película. –visualicé a Mason sentado en la cafetería y me detuve- debo irme. Deséenme suerte.
- Suerte Ally, cuídate –me saludó Anne- no dejes que te meta mano.
- O si –murmuró James- todo depende de lo que apostemos...
Corté antes que me pusiera a meditar por qué diablos elegí a amigos tan raros.
Respiré hondo y entré a la cafetería. Mason estaba sentado en una mesa en el fondo, sosteniendo su bebida con las dos manos. Nunca lo había visto tan serio, aunque trató de sonreír cuando tomé asiento en frente de él.
- Pequeña Alisson, ya estaba pensando que no ibas a venir –me dijo mirándome fijamente-
- Te dije que lo haría.
- ¿Sabe Kian que estas aquí?
- ¿Por qué no iba a saberlo?
- Tú misma has dicho que tenía miedo de lo que pudiera pensar.
- Pero te dije que no iba a mentirle, ni a ocultarle la verdad. Si, sabe que estoy contigo.
Mason se quedó en silencio por unos segundos.
- ¿Quieres pedir algo?
Iba a contestarle que no, pero pensé que lo mejor sería que me relajara así que pedí un chocolate caliente y esperamos a que me lo traigan. Cuando la mesera dejo la bebida en la mesa, la agarré y mire a Mason con atención.
- ¿Y bien? –le pregunté-
Mason se pasó las manos por la cara para luego dejarlas en la mesa antes de que comenzara a hablar. Se lo notaba inquieto.
- Mira, no se como empezar y quiero que sepas que no soy muy bueno para.. este tipo de cosas... decir lo que siento y eso pero si hay algo que tienes que saber es que el día que murió Abril no solo la perdí a ella sino que también perdí a mi mejor amigo. Eran las dos personas más importantes en mi vida y las perdí.
Me aclaré la garganta.
- Yo tenía entendido que te habías peleado con Kian antes de.. del accidente.
- Nos habíamos peleado una semana antes del accidente, pero no era tan serio –él negó con la cabeza y luego se corrigió- si, era serio pero no hasta el punto de que me odiara y me quisiera matar. Por lo menos no de verdad. Sabía que estábamos pasando por un momento jodido y sabía que iba a costarme muchísimo arreglarme con él pero no lo veía imposible. Era mi mejor amigo, no iba a aceptar que nuestra amistad se había acabado.
Me recosté en la silla y me imaginé que pasaría si me peleaba con Anne o con Sebastian como se habían peleado Kian y Mason. Me dolía hasta imaginármelo, ellos eran una de las personas que más quería en el mundo y eran incondicionales en mi vida. Imaginármelos odiándome, odiándome de verdad era una de las peores cosas que me podría pasar.
- Pero no podías esperar otra reacción de él –le contesté – lastimaste a su hermana, estuviste con ella y luego la dejaste..
- Las cosas no fueron tan simples como dices. Me equivoqué e hice sufrir a Abril, sí, pero nunca lo hice intencionalmente como cree Kian. No jugué con ella, no fue una chica más en mi vida.
Me quedé callada. Notaba el dolor en los ojos de Mason y no era quién para juzgar lo que había pasado realmente, no cuando era una persona ajena a la historia. De todas formas, era difícil escuchar a Mason decir que no había jugado con Abril cuando Kian creía exactamente lo contrario.
- No me crees, ¿no? ―continuó él―. Sabía que dudarías de mí, pero te estoy diciendo la verdad. Las cosas no son como tú crees, ni como seguramente Kian cree. Solo April y yo sabemos lo que realmente pasó.
- ¿Y por qué nunca intentaste explicárselo a Kian?
- ¿Crees que no lo intenté? Pero era imposible que me escuchara y muchísimo más después del accidente. Estaba dolido, me odiaba, extrañaba a su hermana y no me quería ver ni siquiera a diez metros de él. No lo culpo, incluso aunque me hubiese concedido una charla, estoy seguro que seguiría odiándome. Porque sí, lastimé a su hermana, pero a veces las personas lastiman a otra sin intención, cuando las emociones y los sentimientos están en el medio es difícil que alguien no salga lastimado. Ella no fue la única que salió lastimada.
- ¿Ella también te lastimó a tí? ―pregunté con cuidado.
Mason desvió la mirada y noté cómo se tensaba. Cualquiera podría darse cuenta de que era algo que no le gustaba recordar o que todavía le dolía recordarlo. Cerró los ojos unos segundos y luego asintió con la cabeza.
- Mira, Alisson, estoy dispuesto a contarte todo lo que pasó, pero tienes que entender que hay cosas que ni siquiera Kian sabe y que no servirá de nada que se entere ahora. Lo único que te pido es que no relaciones a Kian con esta historia, solo olvídate de él por un segundo y piensa que esta es... era la vida de dos personas que se querían.
En eso lo entendía, más allá de todo lo que pudiera estar pasando ahora entre Kian y Mason, y de lo que yo sentía por mi novio, la historia de Mason y Abril era de ellos dos.
- Lo entiendo ―le contesté―. ¿Estás seguro de que me lo quieres contar? Estás en todo tu derecho de...
- No ―murmuró―. Estoy seguro, nunca he hablado de esto con nadie, así que ya es hora de hacerlo. ―Tomó un sorbo de su bebida antes de comenzar a hablar―. Conocía a Abril tan bien que a veces creía que la conocía mejor de lo que se conocía a ella misma. Mis primeros recuerdos son con ella y Kian. Mi madre solía decirme que había nacido en casa de los Denovan porque pasaba la mayor parte de mi tiempo allí y como Abril tenía nuestra misma edad, siempre se juntaba con nosotros. Fuimos creciendo y mi relación con ella se fue intensificando. Kian nunca había demostrado celos o disgusto hacia nuestro acercamiento. Si bien seguíamos pasando tiempo los tres juntos, Abril también empezó a pasar más tiempo conmigo sin Kian. No había segundas intenciones, solo que nos habíamos vuelto muy cercanos.
» Kian nunca me lo dijo, pero creo que en el fondo sabía que yo nunca iba a poder querer a Abril como una hermana. Siempre tuve una debilidad especial por ella. Abril lograba que hiciera lo que quisiera incluso aunque ella no sabía que tenía ese poder en mí... Cuando crecimos, Kian y yo comenzamos a ir a fiestas y ella empezó a salir con nosotros. Siempre fue una chica sociable, así que siempre la perdíamos de vista en las fiestas porque se iba con sus amigos y después de un tiempo dejó de ir con nosotros. Tú sabes que Kian y yo no somos precisamente conocidos por estar en una relación seria. Abril era exactamente como nosotros y eso fue lo que terminó de condenarla.
- ¿A qué te refieres? ―pregunté.
- Kian y yo podíamos estar con una chica distinta cada semana, y los demás nos lo festejarían, en cambio ¿con Abril? Solo había insultos para ella por hacer lo mismo que hacíamos nosotros, por disfrutar y estar con quien ella quisiera. ¿La diferencia entre lo que hacía ella y nosotros? Ninguna. ¿La diferencia entre lo que decían de nosotros? Era un abismo. No puedo ni contar en todas las peleas en las que Kian se metió por escuchar cosas sobre su hermana. Siempre la estaba defendiendo y asegurándose de que nadie hablara mal de ella. Abril siempre trataba de ser cuidadosa y no llamar la atención de Kian, no porque le debiera explicaciones, sino porque sabía que él se preocupaba por ella y no quería que saliera lastimada. Abril acudía a mí para que la cubriera o para contarme con quien había estado, y a mí en el fondo me dolía escucharlo. Ese fue el primer indicio de que no la quería solo como una amiga.
Se quedó callado un momento y luego continuó.
- Una noche, Kian y yo habíamos ido a una fiesta después de haber jugado un partido de lacrosse. Yo no tenía ganas de nada, lo único que quería era irme a la cama, Kian me pidió que antes de que me fuera le dijera a Abril, quien estaba en esa misma fiesta, que él no volvería a casa esa noche. La busqué por toda la fiesta hasta que una de sus amigas me dijo que se había ido a un parque que quedaba cerca de la fiesta con un chico, mi humor empeoró y la fui a buscar. La encontré contra un árbol y con un chico prácticamente encima de ella. Me acerqué y el simple ruido de mis zapatillas contra el pasto los exaltó y se separaron, cuando el chico me miró, le exigí que se fuera. No era mi intención arruinarle la noche, pero sería una mentira decir que no me alegré de hacerlo. Recuerdo a Abril enojada, preguntándome qué me pasaba y si me había vuelto loco. En ese momento me di cuenta que estaba enojado por ser un cobarde y no confesarle mis sentimientos.
» Comenzamos a discutir, ambos hablábamos a la vez, pero ella estaba tan enfrascada en la discusión que no se dio cuenta cuando yo me quedé en silencio y básicamente siguió hablando sola. Cuando finalmente se dio cuenta y me preguntó por qué me quedé callado, la besé. Pude volver a respirar con normalidad cuando ella me devolvió el beso. Estuvimos la gran parte de la noche hablando y besándonos. Pero las cosas no fueron fáciles. Me di cuenta que la vida no es como te la pintan, que un día te enamoras de alguien y esa persona te confiesa que también está enamorada de ti y se convierten en novios para siempre. No, la verdad es que hay muchísimos más obstáculos que posibilidades de que todo salga bien.
- ¿Las cosas no funcionaron entre ustedes?
- Algo así. Al principio, teníamos muchas dudas ¿Y qué pasaba si nuestra relación arruinaba nuestra amistad? ¿Y qué dirían los demás? ¿Cómo reaccionaría Kian? ¿Y si todo era un terrible error? Abril me pidió que no le dijera nada a Kian. Yo tenía miedo de su reacción, si te soy sincero, pero tampoco quería tener que mirarlo y pensar «tengo la saliva de tu hermana en mi organismo y no tienes la más puta idea», pero era mucha presión para Abril tener que decirle a su hermano que estaba saliendo con su mejor amigo entre todos los rumores que existían. Además, los dos sabemos cómo es Kian, si pasaba algo entre Abril y yo, y ella llegaba a salir lastimada las cosas se iban a poner feas, por eso me dijo que lo mantuviéramos en secreto. Era feo tener que escondernos de Kian, pero a la vez era excitante que solo nosotros dos supiéramos lo que estaba pasando y lo que estábamos sintiendo.
» Mirando hacia atrás, puedo jurar que Kian lo sabía todo, él nos conocía mejor que nadie y se notaba que la complicidad que teníamos Abril y yo era...diferente. Pasé los mejores días de mi vida estando con Abril, pero nada dura para siempre y pronto empezamos a pelearnos. Los celos comenzaron a aparecer, ya que nadie sabía que estábamos juntos y los chicos seguían coqueteando con Abril, al igual que las chicas conmigo. Yo le insistí a Abril para que dejáramos de escondernos y eventualmente dejamos de hacerlo. Había pensado que Kian se lo había tomado mal, pero la realidad era que no conocía lo que era Kian enfadado y hoy en día puedo decirte que se lo había tomado bastante bien. No te voy a decir que no hubo advertencias de por medio, pero él me dijo que no tenía derecho a interponerse en la vida de su hermana, que ella podía hacer lo que quisiera, pero me dejó en claro que tuviera cuidado con ella. Abril y yo teníamos un carácter fuerte, así que a menudo nos peleábamos...
- ¿Pero por qué se peleaban tanto? ―pregunté, estaba tan concentrada en su historia que me había olvidado de que estábamos en una cafetería llena de gente.
- Ella tenía miedo de salir lastimada. Una noche yo le dije que si ella no aceptaba que estaba enamorada y que no iba a dañarla, lo nuestro no iba a funcionar. Sentía que ella no confiaba en mí. Pero ese no era el problema, el problema era que todo lo que estaban diciendo de ella en el instituto le estaba afectando y yo no lo entendía. La discusión nos puso a ambos muy tristes. Esa noche estábamos en su casa y tuvimos una pelea muy fuerte. Estaba enojado y dije cosas que no sentía, pensé que ella ponía los rumores como excusa, que en realidad no quería estar conmigo. Abril comenzó a llorar y me pidió que siguiéramos hablando, pero no quise. Kian también nos escuchó y cuando me fui me dijo que tenía que reconciliarme con ella, que ella estaba sufriendo por mí; pero no lo hice ese día.
» Pasaron unos días en los que ella intentó hablar conmigo, pero yo seguía enojado. Hasta que le conté a un amigo del instituto lo que había pasado y me dijo que le parecía extraño que Abril no esté ya con otro chico si nosotros nos habíamos peleado, que "ella era una perra que estaba con todos y no podía ser fiel". Me enfureció, por lo que dijo y porque en ese momento entendí que así hablaban de Abril y si yo me ponía furioso, no podía ni imaginar cómo se sentiría ella. Y esa era la cuestión: nunca iba a entenderlo porque esos rumores no solían decirse sobre los hombres. Yo me di cuenta...
Su voz se quebró, y se quedó en silencio hasta que pudo continuar con voz temblorosa.
- Me di cuenta que los miedos de Abril se estaban convirtiendo en realidad: yo la estaba dañado. La llamé y le pedí perdón y ella me contó cuánto le estaba afectando todo lo que decían de ella. Mi corazón se partió a la mitad por no haberle dado la importancia que se merecía a lo que ella le dolía desde un principio. Le aseguré que lo resolveríamos y prometimos volver a vernos para hacer que las cosas funcionaran. Tenía que pedirle perdón en persona. Tenía que asegurarle que ella era fuerte y esos rumores no iban a vencerla; pero lo más importante: tenía que decirle cuánto la amaba, que estaba enamorado de ella desde que éramos pequeños y que quería que nos diéramos la oportunidad que nos merecíamos.
- ¿Y lo hicieron?
Mason negó con la cabeza, por la expresión de su rostro sabía lo que venía después y estaba muy segura que no quería escucharlo.
- Ella murió antes de que pudiéramos hacerlo. Eso es lo que pasa con la muerte, nunca sabes cuando te va a tocar, ni como te va a tocar, ni por qué y lo peor de todo es que nunca te da tiempo de despedirte de las personas que amas.
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