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Capítulo 2: El acuerdo

- ¿Estas segura que no quieres venir a almorzar con nosotros? –me preguntó James con una sonrisa mientras salíamos de la última clase que teníamos juntos-

- ¡Si! –dijo Anne dando saltitos- Ven con nosotros.

Negué con la cabeza.

- Gracias por la invitación chicos pero estoy muy cansada, además no quiero dejar tirado a Sebastian.

- Oh, Sebastian me dijo que se iba con los chicos de lacrosse a entrenar –me contestó Annie.

- ¿Recién es el primer día y ya comienza a entrenar? –pregunté.

- Luego de lo que sucedió el año pasado no me sorprende.

Lacrosse era el deporte que se destacaba en nuestro instituto, y todos los años los jugadores, entre ellos Sebastian, competían contra distintos equipos de otros colegios. El año anterior nos habían derrotado en el último partido, era de esperar que quisieran entrenar desde el primer día para comenzar bien la primera temporada.

Al despedirme de los chicos, me dirigí hacia la salida del instituto con mi mochila colgada al hombro.

Me paré en seco al ver a Kian apoyado en el capot de mi auto con los hombros relajados y la mirada perdida.

Estuve a punto de dar la vuelta e irme caminando pero no se nos permitía dejar el auto en el estacionamiento del instituto así que suspiré y me acerqué a él con las manos en las dos correas de mi mochila.

Me paré delante de él, Kian se limitó a mirarme. No podía creer que se hubiera sentado en mi auto como si nos conociéramos de toda la vida. Lo miré mal pero él ni siquiera se inmutó.

- Perdona pero estas sentado encima de mi auto –le dije fulminándolo con la mirada.

- Ya lo sé –dijo sin más-

- ¿No piensas correrte?

- No hasta que no me pidas perdón por lo de la moto. ¿Pensabas que no te iba a reconocer? –preguntó alzando una ceja.

- No...

Sus labios se curvaron en una sonrisa. 

- Qué ingenua.

- ¿Perdón? -inquirí.

- Sigo esperando –dijo acercándose un poco hacia mi-

Di un paso hacia atrás.

- No voy a pedirte perdón, dime cuanto cuesta la pintura y te la pagaré.

Estaba decidida a no perder mi orgullo, y menos con Kian Denovan. Sus ojos se tornaron fríos.

- No quiero tu dinero.

- ¿Qué quieres entonces? No voy a pedirte perdón –le contesté cruzándome de brazos-

Se quedó mirándome sin decir nada y luego ladeó la cabeza.

- Esta bien, hay otra cosa que quiero.

- ¿Qué es?

- Dile a Anne que me cambie de lugar en Literatura.

- ¿Quieres sentarte conmigo? –pregunté sorprendida-

Él lanzo una carcajada.

- Quiero su lugar. Estoy sentado en el primer banco y ustedes están sentadas al fondo.

Ouch.

Lo pensé por un momento y suspiré.

- Esta bien, pero las dos nos vamos a cambiar a tu banco, no solo Anne.

Negó con la cabeza.

- Ya intenté convencer a la chica con la que estoy sentado para que nos cambiemos de lugar, casi me pega con uno de sus libros.

Hice memoria de quien era la chica con la que estaba sentado y mis ilusiones cayeron. Era Sarah Bennet, la chica más inteligente de la clase, jamás nos iba a permitir cambiarnos de lugar a Anne y a mi.

- Entonces yo me cambio al lugar de Sarah, tu siéntate con Anne.

Me negaba a pasar todo un año sentada al lado de Kian.

- Creo que entenderás que tu amiga esta de novia con mi mejor amigo. Sería muy incomodo si yo me sentara con ella de la nada.

- ¿Y no te importa incomodarme a mi?

- ¿Te incomodo? –murmuró con un atisbo de sonrisa-

- No, pero estoy segura que sentarme contigo sería un error. –le contesté tratando de que mi voz no fallara-

Kian se me quedó mirando a los ojos por unos segundos que parecieron eternos.

- Estoy dispuesto a equivocarme.

Rodeé los ojos.

- ¿No puedo pedirte perdón y ya?

- Tarde –dijo subiéndose a la moto- ¿Tu nombre?

- No pienso decírtelo –dije frunciendo el ceño-

Sabía que iba a averiguarlo de todos modos pero me negaba a establecer cualquier tipo de relación con Kian. No solo por la reputación que tenía si no porque me había prometido a mi misma alejarme de cualquier tipo de problema este año y enfocarme en mis estudios, y con solo ver el rostro de Kian sabías que te esperan problemas, y no estaba dispuesta a formar parte de ellos.

Él se encogió de hombros y arrancó la moto.

- Nos vemos en clase–me dijo al rodearme con la moto, pensé que no iba a decir nada más hasta que murmuró muy cerca mío- Alisson.

Entré en mi auto y cerré la puerta de un portazo.

———————

Llegué a mi casa y caminé por la sala vacía hasta llegar a la cocina, en la heladera había una nota de mi madre diciendo que me había dejado comida en el horno para que la calentara.

Negué con la cabeza, estaba acostumbrada a la ausencia de mi madre en mi casa ya que luego de que mis padres se separaron, mi mamá encontró refugió en su trabajo. No la culpaba por eso, a pesar de que la extrañaba.

Agarré una manzana ya que no tenía mucha hambre y me dirigí hacia mi cuarto para dormir un poco.

El sonido de mi celular me despertó, sobresaltándome.

- ¿Hola? –murmuré mientras me refregaba los ojos-

- ¡Hola, hija! –me contestó mi mamá- ¿Cómo ha estado tu primer día?

- Un asco.

Sonreí un poco al escuchar la risa de mi madre del otro lado.

- Ya va a mejorar. ¿Estas con Sebastian o Anne?

Negué con la cabeza hasta que me di cuenta que ella no estaba a mi lado por lo que no podía verme.

- No. Ellos tenían cosas que hacer, yo estaba tomando una siesta.

- Oh, entonces debes estar cansada, luego hablamos ¿si?

- Esta bien, mamá. Nos vemos luego.

- Te quiero.

Quise decirle que yo a ella también, pero ya había cortado.

Miré la hora, eran las cuatro de la tarde y no tenía nada para hacer. Marqué el número de Anne.

- ¿Ali? –me contestó mi amiga del otro lado, se la escuchaba rara-

- Hola, Anne. ¿Qué haces?

- Sigo con James – Nerviosa, eso era, sonaba nerviosa- ¿Tú como estas?

Que mencionara a James me hizo acordar del idiota de su amigo, lo que me hizo darme cuenta que todavía no le había contado a Anne lo que había pasado con Kian.

- Mal –gruñí- tengo que contarte algo sobre el estúpido de Kian.

Escuché una risa de fondo y fruncí el ceño.

- Soy todo oídos –me contestó una voz masculina. Era Kian-

Me quedé en silencio por unos segundos, sin saber que decir.

- ¿Y bien? ¿Qué pasa con ese estúpido de Kian?

- ¿Qué haces con Anne? –pregunté desconfiada-

- Oh no, no te preocupes no es ella la que me interesa de ese modo.

Me quedé callada.

- ¿Sabes? –siguió- me gusta saber que puedo cambiarte el estado de animo con tanta facilidad.

Apreté los dientes.

- Eso es porque eres insoportable. ¿Puedes decirme que haces con Anne?

- Tenía que pasar a darle algo a James que estaba con Anne. Por cierto, le comenté sobre nuestro acuerdo y aceptó encantada, creo que me querías engañar.

- ¿Qué? –chillé- No puede ser.

- Así es –me contestó con alegría en su voz, el muy maldito se divertía de mi confusión-

- Pásame con Anne.

- Ali, perdóname, Kian me sacó el celular de las manos –me contestó de nuevo Anne-

- ¿Cómo le has podido decir que si a sentarme con él? –le pregunté sin más-

Anne bufó.

- Alisson no seas infantil, es solo un lugar –casi podía verla rodeando los ojos- además Kian nos lo recompensará con algo que te encantará –dijo entusiasmada-

- Lo dudo –murmuré-

- Estamos en Roxy's, ven así hablamos.

- Encima estas en nuestra cafetería con el enemigo –susurré dramatizando- traidora.

Agarré las llaves de mi casa y me dirigí hacia Roxy's. Iba a matar a Kian, y a Anne. Lo pensé por un momento y asentí con la cabeza: también a James porque seguro tenía algo que ver.

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