Esto es guerra.
En el reloj de fuego.
Los caballeros dorados habían sido puesto al tanto por el patriarca, quien se encontraba con Artemisa, Hestia y Apolo, concentrando su cosmos para reparar y fortalecer el reloj de fuego.
Vía Cosmos.
Shion: Para fortalecer el sello, los hermanos y tía de la señorita Athena nos concederan un poco de su sangre para evitar que algo así pueda volver a ocurrir, también nosotros reforzaremos esos sellos con nuestra propia sangre por seguridad, por eso les suplicó a todos venir al reloj de fuego ahora, la señorita Athena estará bien, no se preocupen - pidió por vía Cosmos.
Shaka: perdón por mi pregunta señor, pero ¿y las visitas? - preguntó haciendo referencia a las visitantes de asgard.
Shion: no se preocupen por ellas, el dios Hermes las saco de aquí antes de que todo esto empeorará por seguridad - informó.
Fin del comunicado.
Los caballeros no muy seguros y un poco asustados, decidieron confiar en su diosa, así que rápidamente fueron a asistir al patriarca en la otra misión.
Mientras tanto.
Con Athena.
Tanto ella como Kiki hacían lo posible por evitar que él cuerpo de Milo sufriera heridas graves gracias a la pelea que este mantenía con Aiacos.
Athena: ¿aún no? - preguntó preocupada.
Kiki: todavía se está reconstruyendo - respondió. Para después ver como Aiacos le dio un puñetazo en la mejilla a Milo al mismo tiempo que lo hizo caer al suelo, el otro sin dar tregua se le lanzó encima.
Aiacos: ¡Deja de perder el tiempo y despierta de una maldita vez! ¡¿No vez que si continuas así no podre salvarte?! - le gritó al mismo tiempo que tomó con sus manos el cuello del menor, estragulandolo.
Athena: No... basta lo vas a lastimar - pidió mientras intento acercarse, pero un cosmos la detuvo - ¿Milo?
Chronos: jajaja - únicamente comenzó a reír mientras sentía las lágrimas del otro caer sobre su rostro, al mismo tiempo que ejercía más presión sobre su cuello, lo que le causaba más gracia - acéptalo, eres tan débil que ni siquiera puedes matarlo - le aseguro mientras el otro lo veía, totalmente confundido sin saber que hacer.
Tristemente se rindió, dejando de ejercer presión en el cuello de Milo, mientras Chronos se reía a carcajadas de él, el otro por su parte cerró sus puños con fuerza, mientras impotente dijo.
Aiacos: le prometí que jamás lo dejaría solo, pasará lo que pasará, pero al igual que nuestros padres le falle y lo aceptó, soy un asco de hermano mayor, pero... confie en las palabras de Hermes, que en ese entonces se presento como Eitan, el amigo amigo supuestamente imaginario de Milo, él me visito en el infierno y prometió que lo llevaría a un lugar mejor, sin imaginar que se refería a este - respondió mientras el otro lo veía con una ceja alzada, lo vio tomarlo bruscamente por la camisa, para después levantarlo hasta quedar frente a frente con él.
Fueron escasos los minutos que se vieron a los ojos, e inmediatamente lo abrazó, Chronos vio confundida esta acción, para después ver al otro encender su cosmos.
Chronos: ¿Que intentas hacer? - preguntó.
Aiacos: se que mi hermanito continúa ahí, esta aun dormido esperando a que lo despierte como cuando eramos niños y teníamos que salir - respondió.
Aunque el dios quiso tomar esto con gracia, pudo notar como aquel cosmos aumento, para después ver como Athena le estaba ayudando al chico a transmitir aquel cálido cosmos para intentar despertar al caballero durmiendo dentro de él. Preocupado por esto comenzó a intentar soltarse, mientras sentía cómo poco a poco está quedándose sin fuerzas.
Chronos: no lo harán malditos - grito mientras intento matar a Aiacos, sin éxito alguno al sentir un tercer cosmos más, para después ver al patriarca.
Aiacos: ¿vez lo mucho que importas? Tú problema hizo enloquecer a todo el santuario - dijo mientras comenzó acariciar el cabello del más pequeño - es hora de que regreses a tú casa Milo, ya dormiste demasiado tiempo pequeño olgazan - susurró al oído del menor.
Para después escuchar un gran gritó de dolor por parte del dios, al mismo tiempo que una luz azul se separó de su cuerpo y Milo cayó inconsciente en sus brazos.
Kiki: ¡Lo lograron! - grito feliz mientras saltaba al lado de la diosa que sin esperar más regó los sellos por toda su cámara, impidiéndole al dios escapar. Para después ver como el dios del sol hizo acto de presencia en el lugar.
Apolo: como dios primordial sería un sacrilegio asesinarte, por lo cuál únicamente hemos decidido volver a encerrarte en el lugar donde estabas, esperamos que este tiempo te sirva para reflexionar - le dijo mientras alzó su mano al cielo, haciendo que el reloj de fuego comenzará a encender sus llamas una por una, Athena encendió su cosmos logrando así activar sus sellos que rápidamente se dirigieron al dios, comenzando a arrastrarlo al reloj de fuego, mismo que por cada luz que encendía, se restauraron los templos del zodiaco.
Chronos: Prometo que esta no será la última vez malditos, nos veremos dentro de algunos años - hablaba riendo cual psicópata al mismo tiempo que era tragado por el reloj, Hestia y Artemisa al ver esto rápidamente pusieron una gota de sangre por cada presente en el lugar en forma de rueda por todo el reloj, sellando una vez más al dios.
Artemisa: bien, nadie vio el orden en cómo van las sangres, así que no se volverá a romper - indico la rubia mientras los presentes comenzaron a celebrar.
Él sol por fin comenzaba a salir, indicando de que ya era de mañana, cansadas las diosas se dejaron caer al suelo, aunque la voz de un preocupado Shaka se escuchó.
Shaka: ¿se puede saber que va a ocurrir con los bebés? - preguntó.
Para momentos después ver como todos comenzaron a crecer nuevamente, cuando los vieron en forma de niños rápidamente los dejaron en el suelo. Para momentos después ver como todos volvieron volvieron tomar sus formar normales.
Démeter y Hades reaparecieron en el templo de Athena, a los pies de la misma, mientras Apolo solo se fue del lugar. La diosa rápidamente se acerco a Aiacos quien continuaba en su intento de despertar a Milo.
Athena: ¿Que ocurre? - preguntó preocupada mientras veía al otro temblando.
Aiacos: ¡No respira! - gritó preocupado.
Athena: ¡¿Qué?! - gritó mientras se lo quito de los brazos - no, no, no, no, no. Vamos Milo no puedes hacer esto - pidió mientras lo recostó sobre el suelo, al mismo tiempo que quito su armadura y corrió en dirección de su tío.
Hades: ¡Hey! - gritó, al ver que le quito su espada, la diosa corrió de nuevo a dónde estaba Milo y apunto con el arma.
Aiacos: ¿que piensa hacer? - pregunté.
Athena: escuché de Hermes que la espada del dios del inframundo tenía la capacidad de quitar y devolver la vida, ya que esto evitaba que las moiras quitarán vidas por error - dijo mientras miraba a Milo - espero que funcione, Milo - pidió al mismo tiempo que alzó la espada. La cuál pasó de forma rápida sobre Milo.
Aiacos se quedo viendo por breves momentos, hasta que vio como el menor, cerró con fuerza sus ojos, para segundos después abrirlos suavemente, inconsciente y sin prestarle atención al mayor dirigió su vista a Athena.
Milo: ¿Que ocurrió señorita? - preguntó mientras la chica río por lo bajo al mismo tiempo que negó, en un intento de contener sus lágrimas.
Athena: bienvenido de vuelta a casa Milo - dijo mientras le ofreció su mano para ayudarlo a levantarse, el chico por su parte solo sonrió al mismo tiempo que tomó la mano ofrecida y se levantó.
Milo: auch... - se quejo mientras dirigía su mano a su espalda - ¿por qué duele tanto? ¿Que ocurrió aquí? - preguntó.
Aiacos: Ja, una larga historia - susurró mientras Milo al escucharlo se volteó. Para después darle tres agujas escarlata sin pensarlo - ¡auch! ¡¿Por qué demonios hiciste eso?! - preguntó molestó.
Milo: ¿Que demonios hace aquí metido un espectro? No me digas que vienes por la cabeza de Athena porque te juro que aquí te mueres - advirtió mientras la diosa rápidamente se metió.
Athena: tranquilo, tranquilo Milo todo esta bien. Dime una cosa ¿quieres recordar toda tú niñez? - preguntó mientras Milo la vio confundido.
Camus: ¡Milo! - gritó desde la lejanía, mientras el muchacho se volteó, únicamente para ver como los dos Camus se tiraron a abrazarlo con toda su fuerza.
Milo: ¡Ay! ¡sueltenme salvajes me lastiman y no puedo respirar! - gritó mientras los otros se aferraron más a él, solo para momentos después ser rodeados por la orden dorada completa que también felices lo abrazaron.
Aiacos: ¿y ese Camus fresón de donde salio? - preguntó mientras Saori comenzó a reír, recordando que tenía mucho que explicarles a sus caballeros y también contenta porque todo hubiera terminado bien.
Continuará...
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