El peligro
Con Milo.
12 de la madrugada.
No podía dormir, todo lo que le estaba ocurriendo era surrealista, ni en la peor de sus pesadillas hubiera imaginado algo así.
Milo: Que día - susurró mientras giro su cabeza hacia la derecha, Camus se encontraba durmiendo aún lado suyo - hoy fue un dia estresante para ti ¿no? - preguntó mientras suavemente acomodó el cabello de Camus, el cuál únicamente suspiró al mismo tiempo que la abrazó y la atrajo hacia sí - vaya, ni dormido dejas de ser posesivo ¿no? ¿Quien lo diría? Él gran Camus de acuario un completó descontrol en emociones - susurró mientras lo veía, para después sonreír - tranquilo, haré todo lo que pueda para hacerte feliz - prometió.
Suavemente se acomodó mejor y se quedó pensando, que realmente se sentiría triste si dejaba que algo malo le pasará y su Camus y él otro se quedaban triste por su culpa, hablando del otro Camus, supuso dónde podría estar en esos momentos, por lo cual muy a su pesar, suavemente se soltó del agarre de su novio, para después ponerse de pie y salir silenciosamente de la habitación. Al salir de ahí, se encontró con Surt durmiendo en el sillón, así que cuidando no despertarlo salió de igual forma que con Camus, hasta salir del lugar, para seguidamente dirigirse a la azotea del lugar. Al llegar ahi y como suponía, sentado en una caja observando al cielo, estaba el pelirrojo.
Milo: me pregunto ¿Cómo es que te gusta estar afuera? - hablo en voz alta, haciendo que el mayor la volteara a ver, pero rápidamente agacho la mirada y se volvió a voltear, Milo suspiró pesadamente y molesta se acerco, únicamente para darle un tirón de cabello.
Camus: auch... ¿por que hiciste eso? - preguntó mientras veía a Milo verlo con las manos sobre su cintura.
Milo: ya me tiene harta ustedes y sus secretos ¿ahora a ti que te ocurrió? - preguntó al verlo todo golpeado.
Camus: perdón, trate de detenerlo pero escapó - se disculpó - pero que importa, el daño ya esta hecho, lograron herirte - aseguró, Milo por su parte suspiró y tomó asiento a un lado de Camus.
Milo: pero no me mataron, esa debe ser buena señal - comentó mientras él otro río por lo bajo.
Camus: ¿Como es que haces para ponerme contento cuando me siento mal? - preguntó sonriendo mientras Milo también lo hizo para después negar con la cabeza - toma, hace mucho frío para que estés así - le dijo haciendo referencia a que venia únicamente de mangas cortar y un pantalón de algodón, mientras le ponía la capa de su armadura.
Milo: muchas gracias por ser tan cuidadoso y atento conmigo - agradeció.
Camus: no hay de que - respondió.
Milo: ¿en tú casa era un dolor de cabeza para ti? - preguntó mientras el otro comenzó a reír.
Camus: algo, recuerdo que cuando querías saber algo en vez de jalarme el cabello me estampabas una abofetada, mientras me regañabas por no tenerte confianza. Llegué a tener la marca de tú mano sobre mi mejilla por una semana completa, esa era la marca de que recientemente habíamos peleado - confesó mientras Milo río al escuchar aquello - también recuerdo que me fascinaba acariciar tú largo cabello dorado, era mucho más voluminoso y salvaje en mi casa - dijo.
Milo: vaya que tenemos un gran reto peinandolo - dijo mientras agarraba un mechón de su cabello, para después suspirar.
Camus: hoy es el gran día, espero haber hecho lo correcto en este poco tiempo.
Milo: ¿gran día? - preguntó mientras el otro suspiró.
Camus: así es... se supone que hoy a las ocho de la mañana las horas malditas tendrían que capturar te para cultivar tú cuerpo en lo que Chronos hace notar su presencia en esta dimensión y te posee - indico - ya lo está haciendo, así que supongo que solo esta esperando el momento que caigas en su trampa.
Milo: ¿ya hizo notar su presencia? - preguntó.
Camus: todos los bebés que hay en este lugar y ancianos, son personas a las que su tiempo fue robado, para así poder traer la esencia del reloj humano mismo para fortalecer a Chronos - hablo - por favor Milo, tenemos que irnos de aquí y tienes que permanecer todo el tiempo al lado de Athena para que puedas estar a salvo - pidió mientras la tomaba de las manos y la veía a los ojos.
Milo por su parte al ver la preocupación en sus ojos solo asintió, para después hablar.
Milo: esta bien, veré que excusa invento para que nos vayamos hoy antes de que amanezca, tranquilo ¿si? - preguntó mientras el mayor asintió.
Escucharon que la puerta de la azotea se abrió, así que preocupados al sentir la mirada del recién llegado sobre ellos, lentamente se giraron a verlo.
Mientras tanto.
En el santuario.
Athena preocupada intentaba comunicarse con Milo, pero su cosmos había desaparecido por completo, Camus no reaccionaba y Surt, parecía estar dormido.
Xx: te dije que ni siquiera te esforzaras, nuestro querido padre ya esta tomando cartas sobre el asunto - hablo sonriendo mientras la veía desde la esquina de un pilar.
Athena: guarda silencio por favor Hermes - pidió la chica mientras molesta se volteó.
Hermes: no te enojes hermanita, que lo linda se te quita cuando me pones esa cara - hablo burlonamente mientras la otra suspiró - mis intenciones eran buenas, por eso quite a la madre de ese chico del camino para que pudieras cuidarlo, pero veo que la ineptitud de los humanos que protegían tu santuario es más grande y esto pasó - se burlo mientras la otra iba a hablar.
Pero un temblor la detuvo, rápidamente se dirigió afuera del templo del patriarca, solo para momentos después ver como una gran esfera de luz se acercaba peligrosamente al reloj de fuego.
Athena: ¡No, No, No! - grito mientras alzaba su báculo, colocando una barrera en el reloj para que no fuera destruido.
Hermes: realmente esto es malo - aseguró mientras veía que los ataques al reloj no se detenían - Si Athena logra bajar la guardia por un momento y ese reloj sufre algún daño, estaremos en grandes problemas - fue lo que pensó el dios mientras veía a la chica hacer todo lo posible por defender aquel reloj.
Continuará...
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