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Capitulo 4; El sombrerero seleccionador


Resbalando y a tientas, siguieron a Hagrid por lo que parecía un estrecho sendero. La oscuridad ponía ansiosa a Laila, volviendo cada vez su agarre más fuerte, pero Lara no se quejó, trato de pensar en alguna canción para animar a su gemela, y solo una se le ocurrió, no podía pensar con claridad, ninguna letra llegaba a su mente, más que la que estaba a punto de cantar.

—Hoy los vientos han llamado, y el cielo claro está, las montañas con su canto a la luz me guían ya~

Laila miro la canción que susurraba suavemente, podía escuchar algunos murmullos por la canción, pero ella los ignoro, se concentró en la voz de su gemela.

— Cabalgar, a volar, viento y cielo alcanzar a volar, viento y cielo alcanzar ~

Podía escuchar a Neville lloriquear parece que ningún prefecto le quiso ayudar con el sapo, aun así, no le importo abrió su boca para cantar a la par de su hermana.

—Secretos en el bosque, los montes salvajes son, los lagos reflejando el tiempo que pasó~

Puede escuchar los pasos y como las ramas crujen al ser pisadas, pero nada de eso importa, la ansiedad está desapareciendo y se da cuenta que había apretado fuertemente la mano de su gemela.

—Y yo escucho lo que cuentan, mis sueños sostendré, fuerte como las tormentas, como águila viva ser, cabalgar y volar, viento y cielo alcanzar a volar, viento y cielo alcanzar... Cielo alcazar... Viento y Cielo alcanzar.

Pronto escuchan los murmullos y sienten que están dirigidos a ellas, pero no importa, porque solo están unidas, Laila sonríe se siente un poco más tranquila.

—En un segundo, tendréis la primera visión de Hogwarts —exclamó Hagrid —, justo al doblar esta curva.

Se produjo un fuerte ¡ooooooh!

El sendero estrecho se abría súbitamente al borde de un gran lago negro. En la punta de una alta montaña, al otro lado, con sus ventanas brillando bajo el cielo estrellado, había un impresionante castillo con muchas torres y torrecillas.

—¡No más de cuatro por bote! —gritó Hagrid, señalando a una flota de botecitos alineados en el agua, al lado de la orilla. Ambas gemelas tragaron saliva ellas no sabían nadar, nunca lo habían hecho, aun así, se miraron cuando Harry y Ron subieron a uno, eso era una ocasión donde Hermione subiría, pero Harry las miraba esperando que subieran.

—¿Nos podrían ayudar? —Laila cuestionó.

—Tengo miedo caerme al agua y no se nadar —Lara comentó.

Ron se rio ante aquello, aunque ambos chicos las ayudaron a subir al bote.

—¿Todos habéis subido? —continuó Hagrid, que tenía un bote para él solo— ¡Venga! ¡ADELANTE!

Y la pequeña flota de botes se movió al mismo tiempo, deslizándose por el lago, que era tan liso como el cristal. Seguramente esto tenía magia, no había duda, esa era una buena ocasión para cantar; bésala de la sirenita, veo luz en ti, oh y lograremos ser humanos, no recordaba otra que se cantará en el bote.

El gran castillo se elevaba sobre sus cabezas era tan espectacular y cada vez se acercaban más al risco donde se erigía.

—¡Bajad las cabezas! —exclamó Hagrid, mientras los primeros botes alcanzaban el peñasco.

Todos agacharon la cabeza y los botecitos los llevaron a través de una cortina de hiedra, que escondía una ancha abertura en la parte delantera del peñasco. Fueron por un túnel oscuro que parecía conducirlos justo por debajo del castillo, hasta que llegaron a una especie de muelle subterráneo, donde treparon por entre las rocas y los guijarros.

—¡Eh, tú, el de allí! ¿Es éste tu sapo? —dijo Hagrid, mientras vigilaba los botes y la gente que bajaba de ellos.

—¡Trevor! —gritó Neville, muy contento, extendiendo las manos

Fue divertido ver aquella escena, no se soltaron las manos, subieron un pasadizo de roca, detrás de la lámpara de Hagrid, saliendo finalmente a un césped suave y húmedo, a la sombra del castillo.

Subieron por unos escalones de piedra y se reunieron ante la gran puerta de roble.

—¿Estáis todos aquí? Tú, ¿todavía tienes tu sapo?

Hagrid levantó un gigantesco puño y llamó tres veces a la puerta del castillo.

La puerta se abrió de inmediato. Una bruja alta, de cabello negro y túnica verde esmeralda, esperaba allí. Ellas reconocieron a la maestra Minerva McGonagall

—Los de primer año, profesora McGonagall —dijo Hagrid.

—Muchas gracias, Hagrid. Yo los llevaré desde aquí.

Abrió bien la puerta. Las paredes de piedra estaban iluminadas con resplandecientes antorchas, el techo era tan alto que no se veía y una magnífica escalera de mármol, frente a ellos, conducía a los pisos superiores, Xolotl sabía que esto le estaba provocando vértigo, pero tenía que contenerse, palpó su túnica en el bolsillo derecho donde traía su medicamento.

Siguieron a la profesora McGonagall a través de un camino señalado en el suelo de piedra. La profesora McGonagall llevó a los de primer año a una pequeña habitación vacía, fuera del vestíbulo. Se reunieron allí, más cerca unos de otros así que prefirieron no soltar sus manos, debían mantener la calma y no tener un ataque de ansiedad.

—Bienvenidos a Hogwarts —dijo la profesora McGonagall—. El banquete de comienzo de año se celebrará dentro de poco, pero antes de que ocupéis vuestros lugares en el Gran Comedor deberéis ser seleccionados para vuestras casas. La Selección es una ceremonia muy importante porque, mientras estéis aquí, vuestras casas serán como vuestra familia en Hogwarts. Tendréis clases con el resto de la casa que os toque, dormiréis en los dormitorios de vuestras casas y pasaréis el tiempo libre en la sala común de la casa.

» Las cuatro casas se llaman Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin. Cada casa tiene su propia noble historia y cada una ha producido notables rujas y magos. Mientras estéis en Hogwarts, vuestros triunfos conseguirán que las casas ganen puntos, mientras que cualquier infracción de las reglas hará que los pierdan. Al finalizar el año, la casa que obtenga más puntos será premiada con la copa de la casa, un gran honor. Espero que todos vosotros seréis un orgullo para la casa que os toque.

» La Ceremonia de Selección tendrá lugar dentro de pocos minutos, frente al resto del colegio. Os sugiero que, mientras esperáis, os arregléis lo mejor
posible.

Los ojos de la profesora se detuvieron un momento en la capa de Neville, que estaba atada bajo su oreja izquierda, y en la nariz manchada de Ron. Con nerviosismo, Harry trató de aplastar su cabello.

—Volveré cuando lo tengamos todo listo para la ceremonia —dijo la profesora McGonagall—. Por favor, esperad tranquilos.

Salió de la habitación. Harry tragó con dificultad.

—¿Cómo se las arreglan exactamente para seleccionarnos? —preguntó a
Ron.

—Creo que es una especie de prueba. Fred dice que duele mucho, pero creo que era una broma.

Ambas sabían que era mentira.

—Mira este hogar, aguarda esperanza, cimientos nuevos podremos vislumbrar ~ —Esta vez Laila empezó a cantar en medio del murmullo y pánico que había, necesitaba calmarse y en este momento no contaba con un celular o una cocina para cocinar

Escuchaban a Hermione murmurar todos los hechizos que podía usar.

—Y esta familia, constelación que estalla, esperará su momento de brillar, más ardiendo han de alumbrar, y cambiar de dirección, debemos despertar~ —Lara prosiguió junto con su hermana cantando a una sola voz.

Pronto escucharon jadeos y miraron a los fantasmas, ellas ya sabían de esta escena, los fantasmas estaban discutiendo sobre perdonar.

—Son más que solo un don, y yo me aferraba, fue un error, mi gran temor los alejó, aprendo la lección, la magia no es un don~ La magia eres tú, solamente tú, la magia eres tú, solo tú, solo tú ~

El fraile Gordo estaba hablándole a todos, ellas miraron al fantasma escuchándolo hablar

—¡Espero veros en Hufflepuff—continuó el Fraile—! Mi antigua casa, ya sabéis.

—En marcha —dijo una voz aguda—. La Ceremonia de Selección va a comenzar.

La profesora McGonagall había vuelto. Uno a uno, los fantasmas flotaron a través de la pared opuesta.

—Ahora formad una hilera —dijo la profesora a los de primer año— y seguidme.

Ambas gemelas se miraron y asintieron, Lara iba por delante de su hermana, solo Ares sabía que se sentía como si fuera a la guerra, necesitaba convencer al sombrero porque debía ir a Gryffindor y no a Ravenclaw.

Salieron de la habitación, volvieron a cruzar el vestíbulo, pasaron por unas puertas dobles y entraron en el Gran Comedor.

El lugar parecía mágico a diferencia de las películas, y la descripción del libro era exacta, el lugar estaba iluminado por velas que flotaban sobre las cuatro mesas grandes, donde estaban los estudiantes sentados, y el techo parecía el cielo estrellado, ellas apostarían que el techo era de cristal, pero sabían que era magia, debían aprender el hechizo para hacerlo en su casa.

En las mesas estaban los platos, cubiertos y copas de oro, ¡Oro!, Recuerda que lo único de oro que tuvo en su vida previa fueron unos aretes, y una pulsera, lo demás collares y anillo solo eran de plata o baño de oro, pero no oro en sí.

En una tarima, en la cabecera del comedor, había otra gran mesa, donde se sentaban los profesores. Ellas buscaron con su vista al profesor Snape para ver si se parecía al actor, su cabello se veía grasiento, ¡Brillaba con la luz!, Seguramente necesitaba un buen jabón y acondicionador, ¿Su cabello tenía cebo?, No querían averiguar, no pudieron distinguir el rostro, sabían que probablemente necesitaran lentes, pero mientras no les dificultará ver la pizarra no debería ser un gran problema.

La profesora McGonagall condujo allí a los alumnos de primer año y los hizo formar una fila delante de los otros alumnos, con los profesores a sus espaldas. Los rostros que los miraban parecían pálidas linternas bajo la luz de las velas. Situados entre los estudiantes, los fantasmas tenían un neblinoso brillo plateado. Laila tuvo que morderse la lengua para no cantar Danny Phantom.

Escucharon a Hermione susurrar como toda una Ravenclaw; «Es un hechizo para que parezca como el cielo de fuera, lo leí en la historia de Hogwarts».

La profesora McGonagall ponía en silencio un taburete de cuatro patas frente a los de primer año. Encima del taburete puso un sombrero puntiagudo de mago, ellas lo reconocieron. El sombrero seleccionador, estaba remendado, raído y sucio, Lara no quería imaginar las ganas que tenía de no ponérselo en la cabeza, eso era asqueroso.

Hubo silencio unos momentos antes que el sombrero se moviera y la rasgadura cerca del borde de abrió ancha como una boca, no se veía como una animación, era tan real, y el sombrero comenzó a cantar:

Oh, podrás pensar que no soy bonito,
pero no juzgues por lo que ves.
Me comeré a mí mismo si puedes encontrar
un sombrero más inteligente que yo.
Puedes tener bombines negros,
sombreros altos y elegantes.
Pero yo soy el Sombrero Seleccionador de Hogwarts
y puedo superar a todos.
No hay nada escondido en tu cabeza
que el Sombrero Seleccionador no pueda ver.
Así que pruébame y te diré
dónde debes estar.
Puedes pertenecer a Gryffindor,
donde habitan los valientes.
Su osadía, temple y caballerosidad
ponen aparte a los de Gryffindor.

Puedes pertenecer a Hufflepuff
donde son justos y leales.
Esos perseverantes Hufflepuff
de verdad no temen el trabajo pesado.
O tal vez a la antigua sabiduría de Ravenclaw,
Si tienes una mente dispuesta,
porque los de inteligencia y erudición
siempre encontrarán allí a sus semejantes.

O tal vez en Slytherin
harás tus verdaderos amigos.
Esa gente astuta utiliza cualquier medio
para lograr sus fines.

¡Así que pruébame! ¡No tengas miedo!
¡Y no recibirás una bofetada!
Estás en buenas manos (aunque yo no las tenga).
Porque soy el Sombrero Pensante.

La voz no era tan mala, era buena para cantar, quizá un poco masculina. Todo el comedor estalló en aplausos cuando el sombrero terminó su canción. Éste se inclinó hacia las cuatro mesas y luego se quedó rígido otra vez.

—¡Entonces sólo hay que probarse el sombrero! —susurró Ron a Harry—. Voy a matar a Fred.

Harry sonrió débilmente. Sí.

La profesora McGonagall se adelantaba con un gran rollo de pergamino.

—Cuando yo os llame, deberéis poneros el sombrero y sentaros en el taburete para que os seleccionen —dijo—. ¡Abbott, Hannah!

Ellas miraron buscando a Hannah, sabían que ella sería una Hufflepuff, al igual que Susan, y vieron a la chica sonrojada y sus trenzas rubias, se puso el sombrero que tapo sus ojos y se sentó un momento después el sombrero gritó;

—¡HUFFLEPUFF!

La mesa de la derecha aplaudió mientras Hannah iba a sentarse con los Hufflepuff.

—¡Bones, Susan!

—¡HUFFLEPUFF! —gritó otra vez el sombrero, y Susan se apresuró a sentarse a un lado de Hannah.

—¡Boot, Terry!

—¡RAVENCLAW!

La segunda mesa a la izquierda aplaudió esta vez. Varios Ravenclaws se levantaron para estrechar la mano de Terry, mientras se reunía con ellos.

Brocklehurst, Mandy también fue a Ravenclaw.

—¡Bristol, Laila!

Laila miro a su hermana, Lara le sonrió y la incitó a caminar, apretando su túnica camino hasta estar frente al sombrero, se sentó y lo coloco en su cabeza cubriendo sus ojos y oídos.

—Mmmm... —dijo una vocecita en su oído—. Veo lealtad, sed de conocimiento, mucho talento, y vida pasada, sabes que pasará en el futuro, interesante...

«Gryffindor, en Gryffindor». Laila pensó.

—Gryffindor, eres más Hufflepuff, extremadamente trabajadora y leal, pero, sin embargo, Hufflepuff detendrá tu talento, ¿Gryffindor?, Sin duda, un lugar donde tus talentos podrás explotarlos..., Si, eso es... —El sombrerero hizo una pausa —¡GRYFFINDOR! —El Sombrerero gritó.

Laila soltó un suspiro, ¿Ella Hufflepuff?, Era una persona leal hacia su hermana, si, le gustaba trabajar duro, esforzarse por todo lo que hacía, no soportaba que algo fuera a destiempo, no se consideraba valiente, no se lanzaría al peligro a menos que fuera por su gemela, sin embargo, ¿Talento?, ¿Explotarlo?, No podía entenderlo.

Se quitó el sombrero y camino hacia la mesa de los Gryffindor, pudo escuchar a los gemelos silbar y aplaudir, también decir; Hay una gemela, solo rogaba a Xolotl que su hermana quedará en la misma casa, Percy la saludo y ella estrecho su mano sentándose inmediatamente y mirando cuando nombraron a su gemela;

—¡Bristol, Lara!

Lara al escuchar su nombre camino hacia el sombrero, con su mano derecha apretando la izquierda, debía dejar esa manía de causarse dolor cuando estaba nerviosa para mantener la calma, respiro hondo, tomo el sombrero y se sentó colocándolo en su cabeza cubriendo sus ojos y orejas.

—Oh... interesante —dijo la vocecita en su oreja—, gran determinación, astuta y manipuladora, leal solo a tu hermana, ¿Cierto?, Sed por el conocimiento, extremadamente trabajadora... Mmm...

«Gryffindor, por el bien común en Gryffindor». Lara pensó.

—¿Gryffindor?, Gryffindor detendrá tu crecimiento... Grandes cosas lograrás en Slytherin...

«Gryffindor, Gryffindor». Lara pensó, comenzaba a sentir un nudo en su estómago.

—Cumplirás tus objetivos en Slytherin, una persona ambiciosa no debería conformarse... No, no, Gryffindor, será la caída de tus objetivos... Fracasará... si, sin duda... —el sombrero hizo una pausa.

«¿Objetivos?, ¿Caída?, ¿Qué diablos...?».

—¡SLYTHERIN!

El grito resonó en su cabeza, no hubo respuestas a su pregunta.

Lara retiró el sombrero, todo así alrededor se veía tan irreal y extraño, sentía que estaba en un sueño, se puso de pie algo mareada, mordió su labio inferior por dentro, no sabía a dónde ir, nunca prestaba atención necesaria, su cabeza palpitaba, necesitaba concentrarse, ¿Cómo?, La música la ayudaba a ponerse en tierra o tomar la mano de su hermana, algo que ahora no tenía acceso, clavo sus uñas en su brazo izquierdo.

—¿...Tol... Bristol?.

Miro a la profesora Minerva.

—La mesa Slytherin está allá.

La profesora le señaló, ella asintió torpemente, miro la mesa con los colores verdes, respiro hondo reteniendo el aire, nota el brillo de preocupación de la profesora, y se dirigió a la mesa no sin antes mirar hacia su hermana.

Laila la miro sus ojos brillaban llenos de preocupación.

Su plan había cambiado y Laila lo supo en el momento en que vio los ojos de Lara con una expresión que raramente había visto; angustia, preocupación, ira y tristeza.

Lara se sentó en la orilla manteniéndose alejada de los demás, no saludo al prefecto, coloco sus codos en la mesa y las llevo a su cabeza, necesitaba respirar, necesitaba...

Inhaló y exhaló, ¿Qué objetivos?, ¿Fracasar?, Ella nunca fracasaba en sus objetivos, era obstinada y su único objetivo era que su familia sobreviviera a la guerra y cuidar mentalmente de Harry, entonces eso podría fallar, ¿No?, En slytherin podría hacer mejor contacto.

—¿Bristol, te sientes bien? —una voz dulce la hizo desconectarse de sus pensamientos.

—Mmm... no, solo... Ummm... Yo... Estrés... ¿Sabes lo que pasa cuando tú cerebro te quiere proteger del estrés...? Eso me está pasando —Lara explico, estaba segura que aún slytherin no le importaba, la chica sonrió, por lo que noto es que su cabello era castaño y su piel blanca, sus ojos color azul eléctrico, pero tenía una sonrisa suave.

—¿Quieres ir a la enfermería?, Estoy segura que podemos hablar con el profesor Snape —La chica le dijo —, él es nuestro jefe de casa, podemos arreglar algo para que estés con tu gemela, estoy segura que la profesora McGonagall lo hará, los gemelos tienen lazos mágicos, y al ser nacidas de muggles no lo habrán debilitado.

Hubo una mueca al decir nacidas de muggle, era como si tratara de evitar ofenderla, eso fue extraño para ella, no podía entenderla.

—Creo que sería maravilloso arreglar algo, ¿Ummm?

—Gemma Fraley.


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Laila miro a su hermana, tenía miedo y ansiedad, podía sentirlo, normalmente su gemela cerraba sus emociones, y siempre emitía cosas para tranquilizarla, ella también lo deseaba, pero no tenía control sobre sus emociones, y un nudo se formó en su estómago, se concentró en su respiración, necesitaba enviarle buenas emociones a su hermana, no tenía que lidia con sus sentimientos de ansiedad.

—Slytherin —escucho la voz de un gemelo, Laila lo miro de inmediato.

—No tienes que preocuparte, aunque hay rivalidad de casas... —uno de los gemelos miro al otro.

—Eso no tiene porqué separarlas.

Y ellos tenían razón, nada las separaría, ni siquiera la muerte lo haría, porque eran gemelas, habían muerto y reencarnado juntas, si eso no las separó, entonces que su hermana sea un slytherin no lo hará, porque eran gemelas, y siempre estarán juntas.

—Tienen razón, eso no es algo que nos separe —Laila respondió con una leve sonrisa, los gemelos parecía que querían animarla, y ella no iba a rechazar que tratarán de darle ánimos.

Miro como un Gryffindor se sentó, ella trato de ignorarlo, quería ir con su gemelo, la vio hablar con una mujer slytherin, así que esperaba que estuviera bien.

—¿Ustedes humillaron a Malfoy? —uno de los gemelos cuestionó.

Laila lo miro, agradecía que quisieran hablar con ella, para calmarla de la separación de su gemela, aun sentía el nudo en su estómago, sabía que era de su hermana.

—No fue una humillación, nos insultó y nosotras se lo devolvimos sutilmente —Laila comentó, habían tenido todo preparado para ello, porque podían apostar la reacción de Draco y había sido divertido.

Finnigan, Seamus, se sentó en Gryffindor, siendo recibido por los miembros de la casa, Laila miro cuando mencionaron a Hermione, la chica del trío dorado, parecía más una Ravenclaw, Lara siempre se había quejado de eso, trato de enviar un poco de alegría a su hermana ante el recuerdo, y miro de reojo para saber si lo había sentido.

Hermione casi corrió hasta el taburete y se puso el sombrero, se veía muy nerviosa.

—¡GRYFFINDOR! —gritó el sombrero.

Hermione bajo del taburete y se sentó a un lado de Laila.

—¿Y cómo lo hicieron? —Fred cuestionó refiriéndose a la broma que hicieron.

—Un truco muggle y uno mágico, pero seguramente él cree que fue mágico —Laila de encogió de hombros.

Había sido muy sencillo, un truco que había aprendido de los ilusionistas, sin embargo, usaron magia real, aunque no hubiera funcionado si fuera una sola, por algo venían en par.

Neville Longbottom estaba en el taburete, el sombrero tardó un largo rato en decidirse. Cuando finalmente gritó: ¡GRYFFINDOR!

Neville salió corriendo, todavía con el sombrero puesto y tuvo que devolverlo, entre las risas de todos, el chico se veía muy nervioso cuando se sentó, otro chico ansioso, igual que ellas.

Pronto siguió Parvati Patil, su gemela quedó en Ravenclaw, igual que ellas, habían quedado separadas, para disgusto de ambas.

Miro hacia donde estaba el taburete cuando Minerva llamo el nombre de Harry Potter, el sombrero tardo unos minutos, y gritó;

— ¡GRYFFINDOR!

Harry se quitó el sombrero y camino hacia la mesa de Gryffindor.

Percy el prefecto se puso de pie y le estrechó la mano vigorosamente, mientras los gemelos Weasley gritaban: «¡Tenemos a Potter! ¡Tenemos a Potter!». Harry se sentó en el lado opuesto al fantasma que había visto antes.

Podía ver bien la Mesa Alta. Laila siguió la mirada de Harry viendo que miraba hacia Hagrid, que lo miró y levantó los pulgares. Harry le sonrió. Y allí, en el centro de la Mesa Alta, en una gran silla de oro, estaba sentado Albus Dumbledore. El cabello plateado de Dumbledore era lo único que brillaba tanto como los fantasmas. Harry también vio al profesor Quirrell muy nervioso. Estaba muy extravagante, con un gran turbante púrpura. Y ya quedaban solamente tres alumnos para seleccionar. A Turpin, Lisa le tocó Ravenclaw, y después le llegó el turno a Ron. Tenía una palidez verdosa, un segundo más tarde, el sombrero gritó: ¡GRYFFINDOR!

Harry aplaudió con fuerza, junto con los demás, mientras que Ron se desplomaba en la silla más próxima.

—Bien hecho, Ron, excelente —dijo pomposamente Percy Weasley, por encima de Harry.

La profesora McGonagall enrolló el pergamino y se llevó el Sombrero seleccionador. Laila miro de reojo a su gemela, podía sentir que estaba más tranquila, había una tenue sonrisa, parecía está platicando con esa chica castaña, sabía que aquí seguía las tonterías que diría Albus Dumbledore, ellas veían a Albus como un manipulador, prácticamente solo estaba entrando a Harry todos esos años para que se enfrentará a la guerra, preparándolo para morir.

Albus Dumbledore se puso de pie. Miraba con expresión radiante a los alumnos, con los brazos muy abiertos, como si nada pudiera gustarle más que verlos allí, y realmente los maestros lo que les debía molestar era lidiar con niños.

—¡Bienvenidos!, ¡Bienvenidos a un año nuevo en Hogwarts! Antes de comenzar nuestro banquete, quiero deciros unas pocas palabras. Y aquí están, ¡Papanatas! ¡Llorones! ¡Baratijas! ¡Pellizco!... ¡Muchas gracias!

Se volvió a sentar. Todos aplaudieron y vitorearon, noto que Lara resoplo ante eso, su mirada vaga hacia ella, y ambas se sonrieron.

«¿Cómo estás?». Le pregunto con lenguaje de señas.

Lara llevo su mano hacia la barbilla con la "B", diciéndole que bien, el lenguaje de señas mexicano era el que usaban para comunicarse entre ellas a veces —aparte del código morse —, habían aprendido un poco del lenguaje de señas inglés, pero casi no lo usaban porque no dudaba que su padre pudiera entenderlo y querían que solo fuera entre ellas.

«Mientes». Laila deletreo.

Lara negó con la cabeza, y vio que le decía; «un poco».

Antes que Laila pudiera hacer algo Lara se volteo.

—Está... un poquito loco, ¿no? —escucho que Harry pregunto inseguro a Percy.

—¿Loco? —dijo Percy con frivolidad—. ¡Es un genio! ¡El mejor mago del mundo! Pero está un poco loco, sí. ¿Patatas, Harry?

Harry se quedó con la boca abierta. Los platos que había frente a él de pronto estuvieron llenos de comida.

—Bueno, las mejores personas lo están, ya sabes, locas —Laila opino, pensando en que su hermana diría, pero al no ser a completar prosiguió; —como Tesla.

Miro que su hermana no hizo intento en agarrar comida, noto que aquella slytherin, miro a la mesa alta, y estaba hablándole a su gemela.

Había carne asada, pollo asado, chuletas de cerdo y de ternera, salchichas, tocino y filetes, patatas cocidas, asadas y fritas, pudín, guisantes, zanahorias, salsa de carne, salsa de tomate y, por alguna extraña razón, bombones de menta.

Laila coloco en su plato una pieza de pollo asado, patatas fritas, filete y pudín.

Se pregunto si su gemela se serviría comida, era muy exagerada, no le gustaba consumir algo que los demás tocaran, algo que casi siempre perdonaba con la comida rápida, pero siempre prefería preparar las cosas por sí mismo, y escoger en una mesa seguramente le dificultaba las cosas, así que agarro salchicha, patatas fritas, tocino, filete y Pudín con los cubiertos.

Se puso de pie y sintió las miradas sobre ella, normalmente sentiría timidez, pero hizo aún lado aquella emoción, más importante era su hermana, si podía ser de ayuda, pasar vergüenza no importaba. Trago saliva salió de su asiento, podía escuchar murmullos, se dirigió a la mesa Slytherin y coloco su bandeja encima la de su hermana, aquella bandeja estaba vacía.

—¿Vas a cenar?, No eres de la que se queda con el estómago vacío —comento cuando su gemela la miro, Lara sonrió suavemente, si no fuera su gemela, no se daría cuenta que estaba fingiendo.

—Sabes que...

—Elegí lo que te gusta —Señalo lo que había escogido para su gemela.

Lara soltó un suspiro y le hizo un espacio. Laila sonrió sentándose aún lado de su hermana, empezando a comer, notando que Lara no estaba comiendo, había angustia, sin embargo, noto que su hermana estaba pensando en algo, y eso era extraño, porque si había algo en que pensaba, seguramente era sobre porque quedó en slytherin.

Agarro el tenedor de su propia gemela, cortó la salchicha y se la ofreció.

—Tienes que cenar, Bristol —la mujer que estaba mirando a su gemela le causó curiosidad.

Lara hizo una mueca.

—Pero... —protesto.

—Me asegure que nadie haya tocado o rozado, así que come.

Lara frunció los labios y acepto la comida, después le quitó el tenedor para comenzar a cenar, Laila quería reír ante las mejillas sonrosadas de su gemelo, podía escuchar murmullos y sentir miradas de los compañeros de mesa, pero no le prestó atención, se alegraba hacer que su hermana comiera.

Termino de comer y se puso de pie para irse a su mesa, Lara la tomo de la mano, ella miro a su gemela sin entender si quería que se quedara.

—Gracias, bebé —Lara le sonrió, Laila asintió y se alejó de la mesa.


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Las comidas desaparecieron de los platos, Lara se sentía un poco mejor después de ver a su gemela y sentirla, no le gustaba que la trataran de manera débil, y aunque Farley era una buena persona que se preocupaba por ella, no quería que la vieran como una niña que no soportaba la separación, en su primera vida soportaba estar lejos de su gemela, aunque ahora se sentía doloroso estar lejos de su gemela, trato de centrarse en su vínculo, sabía que tenía un núcleo mágico, no podía hacer un corazón de mana pero sabía de la existencia de un núcleo mágico, podía sentirlo, el vínculo se sentía como un hilo estirado en su piel y dolía, decidió que lo mejor era ignorarlo por ahora, Fraley le había hablado un poco de los vínculos mágicos y por qué deberían debilitarlo, eran algunas prácticas que hacían los sangre pura al tener gemelas, le parecía tonto, pero no dijo nada ante eso.

Dumbledore se había puesto de pie, todo el salón permaneció en silencio ante eso, sabía que era porque era importante, aun así, ella no confiaba en él anciano.

"¿Por qué no en Gryffindor?". La decisión del sombrerero no le había tomado por sorpresa, sabía que había posibilidades que el bastardo del sombrerero no la escuchará

—Ejem... sólo unas pocas palabras más, ahora que todos hemos comido y bebido. Tengo unos pocos anuncios que haceros para el comienzo del año.

» Los de primer año debéis tener en cuenta que los bosques del área del castillo están prohibidos para todos los alumnos. Y unos pocos de nuestros antiguos alumnos también deberán recordarlo. —Los ojos relucientes de Dumbledore apuntaron en dirección a los gemelos
Weasley. —El señor Filch, el celador, me ha pedido que os recuerde que no debéis hacer magia en los recreos ni en los pasillos.

» Las pruebas de quidditch tendrán lugar en la segunda semana del curso. Los que estén interesados en jugar para los equipos de sus casas, deben ponerse en contacto con la señora Hooch.

» Y, por último, quiero deciros que este año el pasillo del tercer piso, del lado derecho, está fuera de los límites permitidos para todos los que no deseen una muerte muy dolorosa.

Las cejas de Gemma se estrecharon ante eso.

—No nos avisó antes —había molestia en su voz.

Lara sabía que Albus no le había dicho a ninguno de los perfectos, algo que podían hacer a los demás sospechar de él, ella lo haría, podía escuchar a muchos murmurar y era molesto, apretó los dientes, tenía que respirar cómodamente

—Hogwarts es el lugar más seguro para morir —murmuro para sí misma, pero Gemma la escucho por qué la miro.

—Es seguro mientras no vayas a esos lugares —le explicó, sus ojos eran preocupación pura.

—Y si no, seguro sería una muerte larga y dolorosa, eso es lo único seguro —Lara bromeo, pero eso no hizo reír a Gemma, normalmente eso haría reír a su hermana, pero quizá era porque siempre bromeaba con la muerte, bueno, siempre pensaba en como algo seguro convertir en letal, su gemela probable ya se había acostumbrado a ello, antes que Fraley pudiera hablar el director continúo.

—¡Y ahora, antes de que vayamos a acostarnos, cantemos la canción del colegio! —exclamó Dumbledore.

Dumbledore agitó su varita, como si tratara de atrapar una mosca, y una larga tira dorada apareció, se elevó sobre las mesas, se agitó como una serpiente y se transformó en palabras.

—¡Que cada uno elija su melodía favorita! —dijo Dumbledore—. ¡Y allá vamos!

Y todo el colegio vociferó:

Hogwarts, Hogwarts, Hogwarts,
enséñanos algo, por favor.
Aunque seamos viejos y calvos
o jóvenes con rodillas sucias,
nuestras mentes pueden ser llenadas
con algunas materias interesantes.
Porque ahora están vacías y llenas de aire,
pulgas muertas y un poco de pelusa.
Así que enséñanos cosas que valga la pena saber,
haz que recordemos lo que olvidamos,
hazlo lo mejor que puedas, nosotros haremos el resto,
y aprenderemos hasta que nuestros cerebros se consuman.

Lara se le hizo absurda y seguro su gemela compartía dicha opinión, después de todo siempre hicieron ese comentario, era tonto que se supiera el himno de Hogwarts y no el himno escolar de su vida previa que debía cantar en la asamblea por catorce años.

Cada uno terminó la canción en tiempos diferentes. Al final, sólo los gemelos Weasley seguían cantando, con la melodía de una lenta marcha fúnebre, y eso le pareció gracioso, miro a su gemela que también estaba sintiendo, podía sentir la alegría burbujear en su pecho.

Dumbledore los dirigió hasta las últimas palabras, con su varita y, cuando terminaron, fue uno de los que aplaudió con más entusiasmo.

—¡Ah, la música! —dijo, enjugándose los ojos—. ¡Una magia más allá de todo lo que hacemos aquí! Y ahora, es hora de ir a la cama. ¡Salid al trote!

Gemma Fraley se puso de pie, y Lara la siguió, la joven le sonrió manteniéndose cerca de ella. Los de primer año fueron guiados a través de grupos bulliciosos, salieron del gran comedor para dirigirse a las mazmorras, bajando por las escaleras de mármol, sentía la ansiedad en su pecho, estaba segura que se quedaría atrás, pero Gemma se mantuvo siguiendo su ritmo.

—No te caerás —Gemma comento al ver cómo caminaba tentativamente por las escaleras, retrasando así a los demás.

—¿La sangre sucia les tiene miedo a las escaleras? —Draco se burló, Lara apretó los dientes.

¡Tiene acrofobia!, Le tiene miedo a las alturas, no a las escaleras, no iba a gritarle al niño, no debía desquitarse con nadie, solo debía ponerse una maldita máscara, sintió la curiosidad emanar de su vínculo, y no pudo evitar resoplar, ¿Peeves?, Eso era lo único que podía provocar la curiosidad de su gemela.

—Malfoy —Fraley hablo, había molestia en su voz —, acaba de separarse de su gemela, el vínculo nunca lo han debilitado y sabes lo que puede pasar, ¿No?, Así que déjala en paz.

Draco trago mirando a Lara una vez antes de chasquear la lengua.

—Aquí, ¿Te sientes mejor su te agarro la mano? —la voz suave de Gemma se dirigió a ella, pero no era débil.

Nunca fue débil, incluso si lo fue solo debía ocultarlo, no, ella nunca sintió estas absurdas emociones, nunca tuvo que sentirlas, era difícil distinguir las emociones, leerlas siempre fue más fácil, aunque no comprendía o simpatizo con ellas, siempre se sintió curioso ante eso, pero ahora, ahora las emociones explotaban y se enroscan en su cuello, la tratan de asfixiar.

Necesita una puesta en tierra.

Lo necesita ahora.

—No soy débil —respondió.

Solo debía encerrar sus emociones, agarrarlas y meterlas bajo llave donde nunca debieron salir.

Gemma pareció sorprendida, pero asintió y continúo, Lara siguió el camino, apretando el inhalador en su bolsillo, todo estaría bien, cuando todos se vayan a dormir buscará a su gemela, todo estaría bien.

Todo lo estaría, solo debía aguantar.

Luego maldecirá al dios que le dio emociones o un cerebro funcional


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¡Hola!

Este es el cuarto capitulo de la historia, normalmente los capítulos tendrán alrededor de 3,000 a 5,000 palabras.

¿Qué les parece?, en la edición de los borradores (porque si, la primera parte esta terminada en borrador) originalmente ambas Bristol irían a Gryffindor, pero decidí separarlas, tendremos narraciones de diferentes perspectivas de los personajes.

¡Comenten sus teorías o expectativas!

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