Dime la verdad Justin.
Playlist: White Horse - Taylor Swift.
Odiaba la mentira, odiaba todo lo relacionado con el engaño porque desde pequeña había tenido que lidiar con la mitomanía del hombre que había llamado papá.
Habían pasado dos días y las fotografías seguían reproduciéndose en mi mente como si de una maldita diapositiva se tratara. Quería confiar en él, me decía a mí misma que todo era un mal entendido, que mi mente estaba imaginando algo que no era, trataba de convencerme que todas esa veces que Justin prometió no herirme, el cumplió su palabra, pero ¿cómo decirme eso a mí misma, cuando las imágenes demostraban todo lo contrario?
Y lo peor de todo es que yo sabía que ella se encargaría de hacer algo para separarnos. No, eso no es lo peor. Lo peor es que Justin le importó una mierda irse con ella a Bora Bora sabiendo lo insegura que me pone su cercanía. Por qué él era consciente de que Jayde quería algo más con él. Una cosa es estar cerca de ella porque eres amigable y no quieres rechazarla cuando estás en el mismo país, pero otra cosa es llevártela de vacaciones y para finalizar, ser captado desnudo y ella salga en la imagen, quizás no al lado de él ¿pero qué hipótesis podría sacar cuando él está desnudo y está dejando todo a la vista de ella?
"— Sólo escucha lo que él tenga que decir para ti, no te vuelvas loca antes de tiempo Amber, sabes como a los medios les gusta exagerar todo." Fue el consejo de Dylan, pero ya habían pasado cuarenta y ocho horas, suficiente para que mi mente jugara conmigo.
Justin no había enviado ningún mensaje, lo cual no me parecía extraño. A mi también se me caería la cara de vergüenza. Tampoco le había enviado uno yo, supongo que el que tenía que hablar primero era él. Mamá por su parte trataba de que no me encontrara con ningún programa en la televisión hablando de lo ocurrido, si eso sucedía, cambiaba de canal o apagaba la televisión. Ocurrió eso mínimo unas cincuenta veces. Agradecía que el fin de semana hubiera llegado justo el día después para no encontrarme con las clones de Regina George, no soportaría oír sus discursos o rostros de lástima. Lo único que necesitaba era una manta, un helado gigante y encerrarme en mi habitación a ver películas románticas con un final feliz, que se burlaran en mi propia cara de como mi vida no podía ser como la ficción.
Todo sería más fácil si mi vida fuera una película o un libro donde la directora o autora sea extremadamente fiel a las historias de romanticismo y creara todo de color rosa. Lamentablemente no era así, de todos modos, ¿quién me mando a involucrarme con un famoso? Mi vida estaba mucho menos compleja, con mi único amigo gay-no gay, mi madre siendo fan de música juvenil, Pretty Little Liars y los animalitos de la tienda.
Ahora me encontraba en mi habitación, con audífonos oyendo la voz de Sam Smith con "I'm not the only one" ¿Masoquismo? Lo más probable. Miré el fondo de pantalla y admiré una de las fotos que nos habíamos tomado en París después de nuestra cena en la Torre Eiffel, momento en que quise que Dylan estuviera cerca para que pudiera lanzar mi celular por la ventana nuevamente. Y lo peor, es que Justin salía lo más adorable que puede haber en el mundo en la fotografía, y lo odiaba por eso.
Cuando la canción terminó, logré escuchar la puerta dar tres toques por lo que fui hasta ella sacando el seguro, pensando en que mamá venía a ofrecerme algo para comer, pero no era ella la que estaba esperando en el umbral de la puerta. Era Justin esperando por mí, con un ramo de flores y un rostro que demostraba angustia. Quise sonreírle, pero no podía cuando mi corazón comenzó a palpitar fuertemente. Recordé el día en que comenzó todo, cuando él fue a verme hasta la casa de Kristell y dijo que quería intentarlo conmigo.
— Hola. — Hizo un intento de sonrisa, pero lo único que logro fue unir sus labios en una línea recta. — Tu mamá me ha dejado entrar. — Explicó cuando no obtuvo respuesta por parte mía. Me observó fijamente y no quite la mirada, había bolsas bajo sus ojos y unas pelusas en su barbilla. — ¿Puedo pasar? — Musitó con inseguridad y asentí levemente para dejarlo entrar a mi habitación, sintiendo su perfume invadir mis fosas nasales cuando pasó por mi lado.
Cerré la puerta y respiré hondo antes de voltear para enfrentarme a él.
— Te he traído esto. — Alzó el ramo de girasoles. — Sé que te gustan mucho porque cuando viste a un señor vendiéndolas, casi lloraste por obtener una. — Rió tratando de aligerar al ambiente.
— Gracias. — Hablé por primera vez y las tomé para dejarlas sobre el mueble, donde se encontraban algunos libros dispersos. Se hizo un aire pesado, no sabía cómo actuar ni que decirle, había pensado en tantos discursos, pero nada pasaba por mi mente ahora mismo. Vi a Justin rascar su cuello y pude adivinar que se encontraba igual que yo, porque siempre lo hacía cuando no sabía qué hacer.
— No me enviaste ningún mensaje estos días. — Su voz sonó temblorosa. — Te he extrañado.
— Se te notó. — Está vez fui yo quien soltó una carcajada sin gracia. — ¿Yo debía mensajearte? No fui yo la que la fotografiaron con otro.
— Al menos para poder haber aclarado las cosas, en vez de tener que venir aquí para tener que darte explicaciones. — Su tono de voz fue más frío que el anterior.
— ¡Tu viniste hasta aquí! ¡No te pedí ninguna explicación!
— Me las pidieras o no tendría que haberlas dado igual, porque eres tan insegura que tengo que aclararte todo lo que pasa en mi vida. — Si no fuera porque mi mandíbula está pegada a mi rostro, se me hubiera caído de lo sorprendida que me encontraba por su elección de palabras.
— ¿Te estás escuchando en este minuto? — Balbucee sintiendo una presión en mi pecho. — Actúas como si todo lo que está pasando entre nosotros fuera mi culpa. — Mira sus ojos que se encontraban observándome atentamente. — No puedo seguir pretendiendo que no pasa nada y que los últimos días hayamos actuado como una pareja normal, cuando nada está bien Justin. Está sensación me está matando por dentro y yo no quiero seguir así, estoy cansada. — No pude aguantar más el nudo de mi garganta y sollocé llamando la atención de él, quien se levantó del borde de la cama.
— No, no llores. — Se acercó a mí y acaricio mis mejillas con sus dedos pulgares. — No llores por favor, lo siento.
— ¿Qué sientes? — Dije tomando sus manos y alejándolas de mi rostro.
— Todo. — Oculto su labio inferior entre sus dientes. — Siento estar haciéndote tanto daño.
— Dime la verdad Justin, necesito que me digas la verdad antes de que pierda los estribos de todo. — Hable tratando de calmar mi respiración, pero mientras más lo intentaba, un sollozo venia tras otros y mis mejillas estaban empapadas de lágrimas.
— ¿Qué quieres saber Amber? — Colocó sus manos en los bolsillos de sus jeans desgastados.
— ¿Paso algo con Jayde? — Cuestione sin remordimientos. — ¿Tú me enga-engañasta con ella? — Volví a preguntar siendo más directa, preparándome para la respuesta que salga de sus labios.
— Amber... — Musitó
— ¿Paso algo con ella sí o no Justin? — Exploté. — ¡No es tan malditamente difícil de responder!
— ¡Si Amber, si! — Elevó su voz y eso termino por derrumbarme por completo. — Te engañe con ella, ¿eso es lo que querías saber?
En el fondo de mi corazón esperaba un no, que todo hubiera sido un mal entendido, hubiese esperado que dijera que jamás me hubiera hecho algo como eso, hasta que se molestara por pensar que alguna vez se le ocurriría la posibilidad de engañarme, pero no fue asì.
Di un paso hacia atrás negando con mi cabeza, con las palabras de Justin retumbando en mi mente. No podía siquiera respirar. Me apoye en la mesita del computador, sintiendo como mis fuerzas eran cada vez más escasas y comenzaba a marearme.
— No estábamos bien como pareja y ella se presentó en un momento de debilidad y pasó. — Explicó de una forma tan sutil, como si estuviera hablando de algún tema científico. — Lo siento ¿sí? — Se acercó a mí para tratar de calmarme pero rápidamente lo aleje, no podía soportar que me tocará, no lo aguantaría.
— ¿Estás arrepentido? — Sollocé más fuerte. Me miró de una forma que indicaba que quería que dejara de hacer preguntas, porque las respuestas solo terminarían por dañarme más, pero yo necesitaba saberlo. Necesitaba saber que una parte de él seguía siendo mía y no lo había perdido del todo.
— Arrepentido de haberme involucrado con ella mientras estaba contigo, sí. — Dijo luego de unos largos segundos. — Pero no me arrepiento de lo que paso. — Volvió a hacer una pausa. — Quizás en el fondo si quería que ella intentara algo conmigo. — Asentí sin poder creer lo que decía. Con cada palabra que soltaba, la decepción iba creciendo al igual que mi el temblor de mis manos.
— Lo mejor será que te vayas. — Le pedí cuando pude recuperar mi voz.
— Amber, no estés así,tú lo dijiste, los dos sabíamos que esto no duraría mucho tiempo, tomemoslo como un amor que duró en el verano y ya, las relaciones así nunca funcionan.
— Entonces lo hubieses pensado antes entrar en mi vida. — Alcé la voz mientras abría la puerta de mi habitación. Arrebaté el brazalete que me había obsequiado de mi muñeca y se lo entregué en la palma de su mano. — Te deseo lo mejor. — Lo dije sinceramente y terminé por cerrar la puerta. Cuando escuché sus pasos lejos, me lancé a mi cama y dejé que las lágrimas escaparan sin vergüenza por mi rostro.
Era tan estúpida, debí haber sabido que esto sucedería desde un principio.
La puerta se abrió e inmediatamente supe que era mi madre, porque lo primero que hizo fue recostarse conmigo en la cama y abrazarme. No hay nada como un abrazo de mamá.
— Shh, va a estar todo bien mi niña. — Despejo algunos cabellos de mi rostro, y acaricio mi espalda.
— Lo odio tanto mamá.
— No digas eso, no lo odias. — Acaricio mi cabello.
— Me duele mucho el corazón mamá. — Lloré en su hombro.— No quiero que duela más. — Y me abracé a ella como cuando era pequeña y tenía pesadillas con el monstruo del armario. Solo que está vez, estaba viviendo mi propia pesadilla, la de un corazón roto.
— Son cosas del primer amor Amber. — Me susurro sin dejar de dar caricias en mi espalda y en mi cabello. — Al principio costará, sufrirás, pero verás como todo va a mejorar, confía en mi. — Beso mi frente y se quedó conmigo hasta que sentí mis ojos pesar y dormí tratando de convencerme a mi misma que despertaría en unas horas y todo estaría mejor.
No lo estuvo.
***
Casi se cumple un mes desde la última actualización pero aparecí, me costó mucho escribir este capítulo en particular, tuve que reescribirlo varias veces, eliminar y poner muchas partes y finalmente lo logre. Creo que me costó por que no quería escribir esto, cuando escribo una historia, soy de las que se encariñan tanto con sus personajes que odio que sufran o se separen, así que imagínense como soy cuando leo un libro o veo mi serie favorita😢.
Se que tienen muchas opiniones respecto al capítulo, se que a muchas no les gustara como desarrolle este capitulo, pero créanme, todo es por algo, no saquen conclusiones precipitadamente☺️.
SI TIENEN INSULTOS PARA JUSTIN, NO DUDEN EN COMENTARLOS AQUÍ, AH😂.
Gracias por toda su paciencia, por la comprensión y todo todo💖💖.
Debo decirles que Esther está en su recta final, de hecho no quedarán más de cinco capítulos, así que estos están siendo los últimos capítulos 💔😭.
LAS AMO UN MONTÓN Y ¡MUCHISIMAS GRACIAS POR LOS CASI 140K LEÍDOS! ES DEMASIADO PARA MI CORAZÓN DE ANCIANA 😭😭😭😭.
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