9
Después de un fin de semana algo estresante, Quackity pudo volver a ver a aquel chico qué lo había salvado. No pudo evitar lanzarse contra él para abrazarlo cuando el lunes Luzu regresó a su casa, fue grande el alivio del español mayor al no encontrar heridas nuevas en el rostro del estadounidense, temía que su esposo le hubiese hecho algo los días que no pudo verlo.
Entonces devolvió el abrazo con una sonrisa aliviada y feliz cerrando los ojos para disfrutar de la calidez de Quackity mientras caminaba junto con él hasta el sofá.
Continuó cuidando de él por el resto de la mañana, estuvo a su lado para hacerlo sentir mejor por si sus dolores estomacales volvían e hizo lo mismo al día siguiente hasta que sus dolores acabaron. Quackity lucía más feliz que de costumbre, Luzu lo había ayudado con eso y todo había sido más fácil para él recibiendo la ayuda del aquel español.
Todo estaba yendo tan bien para Quackity, demasiado bien, que sabía lo mucho que dolería cuando Wilbur volviera a atacarlo. Así qué quiso disfrutar por lo menos un rato. Porque las cosas buenas no siempre son eternas, pero él continuaba rogando que durarán un poquito más largo.
Una alarma más volvió a recordarle al mayor que debía regresar a casa, ambos habían comenzado a odiar tanto esa alarma, sin embargo, sabían que era más que necesaria porqué el tiempo que tenían juntos pasaba volando y sin esa alarma, no podían saber cuando su límite de tiempo había llegado. Entonces Luzu tomó sus cosas y se levantó del sofá.
Él miró una última vez a Quackity, no quería dejarlo solo, no hoy cuando ya le había quitado todo rastro de heridas. Temía dejarlo nuevamente en manos de su esposo con el riesgo de que este tirará a la basura todo su trabajo hiriendo nuevamente a aquel hermoso chico que tanto quería y deseaba con amor.
Y sin poder evitarlo, lo abrazó con todas sus fuerzas antes de salir, Luzu quería llorar, ese ángel no merecía estar atrapado ahí, no con ese demonio de marido que tenía.
Quackity sin contenerse, igual le correspondió el abrazo, ocultando su rostro en el pecho del mayor, mientras éste estaba dándole caricias en su nuca y teniendo su barbilla recostada en su hombro.
—Te veo mañana, príncipe. — Luzu susurró contra su mejilla antes de dejar un beso en él y sonreírle seguro que todo saldrá bien.
Y se tragó sus ganas de llorar para salir por la puerta viendo por última vez como Quackity agitaba su mano en forma de despedida.
Luzu fue fuerte, él no lloró, porqué todo iba a estar bien, él lo iba a ver al siguiente día, sano y salvo. Debía pensar así, pero no podía evitar sentir un gran temor porque las cosas fueran diferentes.
Quackity por su parte, estaba algo nervioso, esperaba que Wilbur le hubiera olvidado y que al menos por hoy no le hiciera nada, pero aún así tenía miedo, a él nunca se le olvidaba algo como eso.
El tiempo continuó pasando y parecía que Wil se había atrasado un poco en el trabajo, sin embargo llegó.
Dando un portazo entró a la casa sin molestarse en quitar sus zapatos, tenía la marca de una cachetada en su rostro y apestaba a alcohol, pero no lucía tan ebrio y eso asustó un poco a Quackity ,solamente seguía rogando porque él lo olvidara todo.
No iba a preguntarle en donde estuvo o que era esa marca, claro que no, él no iba a arriesgarse a enojarlo , pero por desgracia, él ya parecía más molesto de lo que estaba.
—Me fue mal en el trabajo— Wilbur mencionó enojado mirándolo —. Ya sé que no preguntaste, pero me vale un carajo, aún así te lo digo.
Quackity no respondió nada. Solamente esperó lo que Wilbur tuviese por decir.
—Sin embargo tú pareces muy feliz, ¿Alguna novedad?— Quackity solamente lo miraba, innegablemente él estaba ebrio, pero no tanto como para no ser conciente de las cosas —. Ya lo sé, Quackity. Tus dolores estomacales han terminado, ¿No es verdad? Eso significa que tu ventana fertil empezó, ¿O me equivoco? Por supuesto que no lo hago, estás en tu ventana fértil, si es que tienes una ventana fértil. — Escupió lo último con desprecio comenzando a acercarse peligrosamente a Quackity.
Y como acto de reflejo él retrocedió un poco.
—¿Qué te pasa?, ¿Por qué te pones tímido cuando esto ya es una rutina?, ven aquí ahora mismo— Él extendió su mano con impaciencia —. No hagas de esto algo más difícil, ¡Ven ahora mismo!
El infierno se ha desatado.
—¡Te dije que vengas, carajo!— Wilbur lo sujetó fuertemente del brazo antes de que él pudiese retroceder un poco más.
—¡Wilbur no,no por favor!— Quackity empezó a llorar incontrolablemente.
—¡Cierra la puta boca maldita, perra!
Lo golpeó, lo hirió nuevamente tirando a la basura todo el trabajo hecho con amor de Luzu.
—Wilbur, por favor, hoy no, hoy no quiero— Él suplicó llorando con pocas fuerzas , el oxígeno en sus pulmones no entraba, no podía respirar correctamente por el susto y las lágrimas—. Te lo ruego, por favor.
—Cierra la boca, sí no quieres que esto sea más difícil— El contrario pidió arrastrándolo hacía la habitación para finalmente tirarlo a la cama y subirse sobre él sin cuidado alguno.
—¡Déjame, por favor!— Pedía llorando sin dejar de moverse.
—¡Te dije que te calles!— Una vez más lo golpeó está vez impactando el golpe en su pecho, ahogando un poco al menor—. ¡Quédate quieto, maldición!
Otro golpe impactó , está vez en su rostro. Y otro. Y otro más. Pero él no dejaba de moverse, no quería que él lo tocará.
Sin embargo su esposo era mas alto y fuerte que él, tanto que logró tomar sus manos para dejarlas sobre su cabeza y quitándose el cinturón se las ató en la cama.
—¡Wilbur no!— Él seguía gritando con todas sus fuerzas —. ¡Ayuda! ¡Por favor ,Ayuda!— Gritaba esperando a que un vecino lo escuchará y fuese a ayudarlo.
Pero la corbata que su esposo puso sobre su boca ahogó cualquier grito o sollozo que él pudiera soltar.
—Nadie te escucha, nadie te va a ayudar así que deja de moverte por una puta buena vez.— Él la seguía golpeando.
Quackity solamente podía morder la corbata con todas sus fuerzas mientras sus lágrimas no dejaban de caer al sentir como su ropa era rota por aquel hombre al que tanto odiaba.
Él cerró los ojos por un momento, le daba tanto asco mirar el cuerpo semidesnudo de su esposo, él era un monstruo. Lo estaba tomándo por la fuerza y él no podía hacer nada para evitarlo, dolía demasiado lo que ese hombre le hacía, tanto que ni siquiera era conciente de que seguía siendo golpeado violentamente, solo lo notó hasta que un golpe lo hizo escuchar una especie de silbido al mismo tiempo que su vista se nublaba y todo se volvía borroso. Pero por desgracia aún podía sentir el dolor que su esposo le estaba causando al abusar de él de esa manera.
De un momento a otro sintió atragantarse con su propia saliva a causa del llanto y por más que quería toser la corbata en su boca se lo impedía, creyó que iba a morir, incluso deseó tanto hacerlo, pero simplemente la vida lo odiaba demasiado que su agonía pasó.
Wilbur acabó con él, y como si de cualquier cosa se tratase, él se levantó de la cama para seguidamente desatar las manos y la boca de Quackity y recoger su ropa para ir con dirección a la ducha mientras el menor yacía con la mirada perdida en el techo y las lágrimas secas pegadas a sus mejillas pensando en lo que su esposo acababa de hacerle.
—Lo seguiré haciendo por los próximos días así que más te vale cooperar y dejar de lloriquear. Eso no te servirá de nada, comprende. — El mayor advirtió para finalmente cerrar la puerta del baño de un portazo.
Maratón: 1/4
HEYYY, sé q esté capítulo está tristezito y dramático, pero nah s preocupen, que faltan más y estarán más dramáticos o felices que éste.
Me faltan 2/3 capítulos para acabar el maratón, y empezando por ahora las 4:37 de la mañana (casi 5), nadamás tendré 2 horas –no dormí por... temas personales–
CHAUUUU, DISFRUTEN DEL MARATÓN!<3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro