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—¿Te gusta?— Luzu susurró a su oido.
—Mhg si, se siente genial— Quackity respondió cerrando los ojos.
—¿Quieres que vaya más lento?
—No, lo estás haciendo bien.
—Sí te lastimo ,dímelo y me detendré.
—Solo continúa— el menor pidió tirando la cabeza para atrás dejándose consentir.
Pues el mayor se encontraba haciéndole un pequeño masaje en los hombros con el único propósito de consentirlo y hacerlo sentir mejor puesto que esa misma mañana Quackity había amanecido con fuertes dolores estomacales, solía ponerse delicado en aquellas ocasiones y el dolor que sentía lo empeoraba todo.
Obviamente a Luzu no le gustaba verlo así, solo quería devolverle su sonrisa, por lo cual esa mañana él mismo se había encargado del desayuno y de hacerle un té calientito que pudiera calmar un poco los dolores, le trajo una mantita y estuvo a su lado en todo momento por si al menor se le ofrecía algo más, para así poder cumplírselo al momento.
Cuando Luzu terminó este volvió a acurrucarse al lado del menor para mantenerlo abrazado mientras acariciaba su cabeza, era su pequeña gatita y debía cuidarlo bien.
—Gracias por todo— el menor agradeció acurrucándose contra él para abrazarse de su brazo derecho.
—No es nada Quacks, solo quiero que estés bien— Luzu respondió acercando un poquito más a Quackity.
—Eres tan bueno conmigo, aún no entiendo como alguien como tú decidió quedarse para lidiar con todo mi desastre.
—Hey Quacks, he dicho que te quiero, eso es suficiente para quedarme a tu lado, ¿No es así?
—Pero... No quiero que pierdas tu tiempo en mí, además por las tardes debes ir a dar clases, estás desperdiciando tus mañanas.
—Oye, oye— Luzu lo llamó tomando su rostro entre sus manos para hacerlo mirar, y notó como algunas lágrimas amenazaban con salir de los ojos del menor —. No debo ir todas las tardes, y aunque así lo fuese, estar contigo es agradable, ¿Sabes lo aburridas qué eran mis mañanas antes de conocerte?
Quackity formó un puchero fingiendo enojo.
—No quiero dar pena— el estadounidense murmuró casi inaudible. Sin embargo el mayor sí logró escucharlo.
—No me das pena— "Me gustas", que difícil era decir aquellas palabras —. Escucha, es normal que algunas veces tengamos inseguridades, pero no deberías dejar que eso sea tu prioridad. Tú vales demasiado, Soot Quackity. — al decir su apellido, sintió un sabor amargo en su garganta, pero trató de ignorarlo, junto con las ganas de otra vez matar al idiota de su esposo.
—Es fácil decirlo cuando no tienes una inseguridad así de grande— el menor insistió.
—Por supuesto que la tengo— el español afirmó.
—Pero pareces un hombre perfecta— Los ojitos de Quackity seguían llorosos.
—Pues ,no lo soy.
—Entonces... ¿Cuál es tu mayor inseguridad?— Quackity se separó un poco para mirarlp de frente.
Luzu fue tomado por sorpresa, ¿Debería decirlo? Porque él temía ser juzgado, después de todo había conocido a Quackity hace apenas tres semanas, aunque inexplicablemente sentía como si lo conociera desde toda la vida pues la confianza que tenía con él era demasiada.
—Yo...— Luzu tomó un respiro —Soy Gay.
Lo había soltado, él había dejado ir aquella carga.
—¿Y por qué te avergonzarías de eso?— el estadounidense preguntó mirando a Luzu, el cual yacía con los ojos cerrados esperando a ser juzgado.
Pero eso nunca llegó, Quackity no lo juzgó.
—Para empezar, ¿Sabes lo que se significa específicamente?— Luzu preguntó sin creerlo todavía.
—He escuchado un poco pero no tan exagerado como lo explican los católicos., ¿Qué hay de malo con eso? Todos los gustos y hombres son perfectos e atractivos. — "Y tú eres mucho más" . El estadounidense pensó, que ganas tenía de lucir como él.
—No era una inseguridad hasta que mi ex novia se enteró de mi homosexualidad al ser homofobica, y me dejó por eso, ella era igual de España, se fue de intercambio a Estados Unidos, al principio creí que me amaba, y yo también , pero al enamorarme de un amigo de la universidad, de una manera diferente a la que me enamoré de Lana, supe que era Gay. Y cuando le confesé, decidió dejarme primero diciéndome que soy un pecador y asquerosamente homosexual. Poco tiempo después regresó a España luego de su graduación, a decir verdad ella era demasiado inmadura a pesar de ser mucho mayor a mí— Luzu empezó a contar con algo de nostalgia.
—¡Oh! Yo... Lo siento mucho— Quackity acarició su brazo en señal de apoyo.
—Está bien, en su momento me afectó un poco, pero he tratado de ir superando esa inseguridad poco a poco. Después de todo, debo amarme a mí mismo para poder amar a alguien más.
Luzu sonrió con ternura mirándolo indirectamente, y automáticamente Quackity le correspondió la sonrisa sin percatarse de la indirecta.
—Tienes un poder para hacerme sentir mejor siempre— el estadounidense soltó con total sinceridad volviendo a acurrucarse contra Luzu al mismo tiempo que sentía como este acariciaba su cabello.
Era agradable pasar tiempo con él, Luzu siempre sabía como hacerlo sentir mejor.
Y sin darse cuenta Quackity cayó dormido, no supo cuando ni como el español se había ido, al parecer la alarma le había avisado que era hora de volver a casa.
Entonces cuando Quackity despertó ,se dió cuenta de que ahora estaba en la cama de su habitación, Luzu lo había llevado hasta ahí para que pudiera terminar de descansar;
Él estaba algo triste ya que no había podido despedirse de su amigo y tendría que pasar por un largo fin de semana para poder volver a verlo.
Fue grande el susto que se llevó al mirar la hora y notar que su esposo estaba por regresar cuando él aún no había hecho el almuerzo, iba a ir apresurado a la cocina para hacerle algo de comer cuando escuchó la puerta ser abierta.
No había más por hacer, él iba a notar que no había preparado nada y la violencia comenzaría nuevamente.
Así que solamente cerró los ojos y esperó a ser llamado.
—¡Quackity!— Su esposo gritó.
Y él fue hasta la cocina con la cabeza gacha esperando los golpes.
Pero estos nunca llegaron.
—Por fin aprendes a cortar los fideos antes de servirmelos. — Wilbur felicitó exageradamente y Quackity no pudo estar más confundido.
Entonces levantó la cabeza y lo entendió todo.
Casi dejó salir una lágrima de alivio al notar que Luzu había comprado fideos y los había servido para Luzu antes de irse, instintivamente volteó la mirada hacia la sala y notó como todo estaba organizado tal como en la mañana se encontraba antes de su llegada, parecía un sueño que el español hubiese estado ahí hace apenas un par de horas.
Luzu parecía un sueño, un sueño tan perfecto del que no quería despertar jamás.
No sabía lo que había hecho para merecer que alguien como él en su vida, pero estaba agradecido, Luzu lo había salvado, no solamente del maltrato que estaba por recibir, también le había dado esperanza para seguir adelante a pesar de lo mala que era la vida al lado de su esposo.
Luzu es su héroe.
¿Hago maratón?🐖
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