25
Los meses pasaron y se había vuelto una tediosa rutina recibir siempre la misma respuesta por parte de Wilbur. Él no quería firmar esa carta de divorcio, habían cedido a todas sus peticiones, había demasiado a su favor, pero ese hombre simplemente no quería hacerlo.
Hasta hoy.
Una cita más entre los abogados y Wilbur estaba llevándose a cabo en casa del estadounidense , llevaban varios minutos ya de haber empezado nuevamente con la negociación.
Había mucho a favor de él, Wilbur lo pensó, puesto que según los abogados, él se quedaría con el 100% de los bienes que alguna vez compartió con Quackity , no tendría que pagar ninguna manutención a su ex esposo y sobre todo, sería libre de cargos por alguna vez haber tocado al menor. Él sería libre y tendría dinero, de lo contrario, si él no firmaba terminaría en la cárcel por acusaciones de violencia doméstica.
Esos abogados le habían presentado pruebas del abuso que tiempo atrás había cometido contra su esposa y Wilbur claramente no iba a arriesgarse, después de todo, solo debía firmar y sería totalmente libre para formalizar su relación con Tommy, o al menos eso creía.
Así que después de pensarlo bien él firmó, ahora estaba libre de compromisos y sobre todo había confiado en lo que aquéllos hombres le dijeron, a pesar de no haber un documento de por medio en el que prometían no demandarlo por abuso, él decidió confiar en su palabra, puesto que no había forma de firmar o de tan siquiera hacer un contrato para encubrir un delito, así que solo le quedaba confiar.
Su error más grande y la mejor noticia que Luzu pudo recibir esa tarde.
—Soot firmó la carta, ahora Quackity es libre— Fargan informó a través de la linea telefónica una vez salieron de la casa del estadounidense.
—Muy bien, que empiece la demanda— Luzu respondió con una sonrisa al saber que pronto ese hombre estaría en donde merecía pasar el resto de su vida.
En la cárcel.
Y dicho esto la llamada concluyó, Fargan y Willy tenían mucho trabajo por hacer y Luzu por su parte debía acompañar a su Quackity a una de sus últimas citas del seguimiento de su embarazo. Pues el menor, había entrado a su tercer trimestre de embarazo y muy pronto tendrían una fecha para la cesárea que traería al mundo a su pequeño hijo.
Pasaron un par de minutos, Quackity estaba listo para salir de casa y el mayor se encontraba esperándolo en la sala de estar mientras jugaba con sus dedos. Estaba emocionado por darle la noticia de que su esposo finalmente había firmado el divorcio.
—Estoy listo— el menor llegó hasta Luzu sosteniendo su vientre rellenito.
—Primero, hay una gran noticia que quiero darte— el español se levantó del sofá acariciando los hombros del pelinegro y este la miró con curiosidad invitándolo a seguir —. Wilbur firmó el divorcio— soltó con emoción.
—¡¿Qué?!— el menor no podía creerlo.
—Eres libre, pequeño— Luzu lo abrazó e ambos sonrieron en grande al sentir las pataditas de la bebé, al parecer él también estaba emocionado.
Así que alegres salieron del departamento del mayor con dirección al estacionamiento en busca del auto de éste y posteriormente se dirigieron a la clínica de Rubius. Era algo tarde así que debían darse prisa para poder llegar a la última hora del turno del peliblanco .
Una vez llegaron saludaron al secretario, quien minutos después los pasó al consultorio, y nuevamente después de un tiempo volvían con el chequeo de su rutina de seguimiento. Todo iba bien con aquel embarazo, un niño fuerte y sano estaba creciendo en el vientre de Quackity .
—Todo está excelente, Quackity. Lo más probable es que la próxima cita se te asigne una fecha para tu cesárea, así que si no han pensado en un nombre para su hijo deberían comenzar a hacerlo— Rubius animó con una sonrisa.
Ambos chicos sonrieron ante eso, estaban ansiosos por poder finalmente conocer a su bebé.
Un par de consejos más fueron dados por parte del peliblanco español antes de finalmente terminar con aquella cita, y sin más, tanto Luzu como Quackity regresaron a casa dejando al doctor a solas en su consultorio.
Era hora de irse a casa para él también, así que salió de su consultorio encontrándose con su secretario organizando el escritorio antes de finalmente terminar con su jornada laboral.
Normalmente éste se iba antes que Rubius debido a que al peliblanco quedaba para apagar las luces y cerrar su clínica.
—Que tenga una linda noche— Veggeta se despidió con la intención de salir.
Pero antes de que esta se fuera por el pasillo, Rubius tomó varias bocanadas de aire juntando la valentía suficiente para detener a su secretario.
—Vegg— el Peliblanco lo llamó de forma tímida saliendo a prisas de su consultorio, no sin antes haber cerrado todo.
—¿SÍ ?— el de ojos violeta volteó.
—¿Tienes algo que hacer ahora?— el peliblanco preguntó jugando nerviosamente con sus dedos discretamente.
—No, solo iré a casa— Veggeta respondió con sinceridad y simpleza.
—¿Por qué no me acompañas a cenar? Puedes elegir el restaurante— Rubius realmente esperaba a que el de ojos violeta por fin aceptara su propuesta.
—Rubius, ya te he dicho muchas veces que no soy gay— Este le repitió de manera tranquila.
—¿Y eso que tiene qué ver con la cena? Será solo una cena casual, entre amigos— el peliblanco insistió.
—Conozco tus intenciones, Rubius, y no voy a caer ante eso— Veggeta respondió algo obvio.
—AY,¡vamos! , puedes tomarlo solo como una reunión entre jefe y empleado.
—No hay nada que involucre el trabajo en eso— el ojos violeta comenzaba a sonreir ante la tierna insistencia del peliblanco.
—Podemos solamente hablar sobre trabajo. Alguna sugerencia que tengas para la clínica o el contrato en general.
—¿Un aumento de suelto?— el secretario tentó.
—Ey, tampoco te aproveches.
—¿Eso es un sí ?— Continuó molestando.
—Ya basta— el peliblanco se quejó.
—¡Vamos!, debemos hablar sobre mi aumento de salario— Veggeta tomó la mano de Rubius para guiarlo hasta el estacionamiento.
—Basta, he dicho que eso no— el peliblanco negó dejándose llevar hasta su auto por Veggeta .
Y el de ojos violeta solamente rió ante las reacciones de Rubius .
Mientras tanto en la casa de Luzu, Quackity y él pensaban en un posible nombre para su hijo, inumerables ideas y a la vez ninguna pasaban por la mente de ambos.
—Hmm, Mer... Mer... ¿Merlon?— el pelinegro propuso...
—No.. .— el mayor descartó y siguió pensando. —Ti... ¿Tiii? ¿Titi? Como un Titan...— Luzu también propuso ideas.
—¿Roer?— Quackity pensó en otra posibilidad. Y Luzu casi sintió una bombilla encender en su cabeza.
—¡Roier!— El español propuso.
—¡Sí!— Quackity concordó —Es muy lindo.
—Si que lo és.
Quackity sonrió y tocó su vientre al sentir el movimiento de su bebé.
El castaño rió al tocar el vientre de su Quackity , amaba esa sensación de calidez que sentía al lado de su familia.
¡TARAN!, aunq creo q es muy obvio q todos sabían cuál sería el nombre del bebé por la culpa de éste (para la otra t callas la boca con cactus)🤬,
Pero, quizás le cambie el nombre en unos días pq el hombre al q mencioné, arruinó la sorpresa
Enfin (me dio algo de penita ajena el capítulo), pero hay algo de la rubia y el violeta (agradescanme)
Chau, tengo sueño y yo escribiendo su capítulo como su criado😾
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