21
Cuando el español llegó del trabajo, los nervios del estadounidense estaban a flor de piel; él realmente quería decirle la verdad al castaño de ojos rubí, amaba la idea de formar una familia con él.
Sin embargo, temía que el mayor se lo tomará a mal y todo pudiera acabar cuando apenas comenzaba.
Tal como lo prometió, Luzu trajo la cena para ambos; un poco de pollo sería bueno para Quackity, rico y sin demasiada grasa que pudiera perjudicar el embarazo del menor, él se preocupaba.
—Hey— Luzu saludó al contrario llevando la bolsa de comida a la mesa.
—Hola— Quackity respondió de vuelta algo tímido llegando al comedor.
—¿Tardé mucho?
—No— el menor soltó en un suspiro.
—¿Está todo bien?— Ese suspiro preocupó al mayor.
—Yo... Quería comentarte algo.
—No me asustes, Quacks.
El español tenía demasiadas ganas de abrazar a Quackity; el menor lucía algo nervioso y él solamente quería calmar cualquier preocupación que el contrario pudiese tener. Pero al no ser nada más que amigos, Luzu temía incomodarlo invadiendo su espacio personal, porque después de todo, Quackity se lo había dejado bastante claro: lo de ellos no había significado nada.
—Yo...— el estadounidense por su parte estaba en un verdadero dilema, quería decirlo, pero ver a Luzu tan bello y tan perfecto parado frente a él, lo hacía jamás querer alejarse y tampoco quería arruinarlo todo diciendo que ese bebé también era suyo.
>>...Me acabé el chocolate— Por supuesto, él descartó la idea de decirle la verdad a Luzu.
—Oh— el mayor soltó un suspiro —Me habías asustado, creí que algo malo te había pasado.
Entonces solamente continuó sirviendo la cena para ambos, no quería que el menor pasará muerto de hambre.
Y sin más ambos comenzaron a comer, sin embargo el ambiente parecía algo pesado; definitivamente había demasiada tensión y Luzu quería saber a que se debía realmente.
Temía que algo le estuviera pasando a Quackity, él quería lo mejor para el contrario, pero no podía ayudarlo si este no le decía y Luzu sabía que probablemente algo lo mantenía intranquilo.
—Sabes que puedes confiar en mí, ¿Verdad?— el español habló y Quackity solo asintió en silencio —Aquí estaré a pesar de todo, así que si algo te preocupa dímelo para que pueda ayudarte.
Y aquello hizo sentir al menor como un tonto.
Por supuesto, Luzu ahí estaría, porque a pesar de lo mal que la había tratado desde el principio, Luzu siempre se ofreció a ayudarlo.
Entonces un par de lágrimas escaparon de sus ojos, el castaño no merecía todo eso, él no merecía lidiar con sus problemas porque seguramente tendría sus propios. Así que él estaba dispuesto a sacrificar su felicidad por la persona que tanto la había ayudado, porque Quackity no era egoísta y si esto significaba el fin de todo lo aceptaría.
Al final sabía que Luzu merecía a alguien mejor que él.
—Éste bebé también es tuyo— Quackity confesó llorando.
Se esperaba lo peor; su esposo lo había acostumbrado a eso, a bajar la cabeza después de confesar algo que no había sido culpa suya, a sentir que él era el causante de todos los problemas y a siempre sacrificarse por complacer a otra persona, e eso estaba haciendo: creía haber sacrificado su amistad con Luzu, creía que todo había terminado.
Pero Luzu simplemente dejó su comida a un lado y se levantó para abrazar al menor intentando detener sus lágrimas.
—Perdóname— Quackity siguió sollozando.
—Shhh, no es tu culpa, todo está bien— el mayor acarició su espalda suavemente.
Claro que en su mente él estaba bailando de alegría, estaba tan feliz por compartir un bebé con Quackity que quería saltar y gritar de la felicidad, pero debía mantener la calma, él no podía hacer eso mientras Quackity lloraba.
—Perdóname, Lusu— el pelinegro aún no entendía la alegría del mayor.
—Está bien, yo estoy muy bien con eso— Luzu le sonrió y tomó sus mejillas entre sus manos para secar las lágrimas del contraria con sus pulgares —Eso es algo bueno, Quacks, ya no hay nada que te ate a ese hombre, eres libre aquí.
—¿E-ntonces no estás molesto?— el menor no podía entenderlo.
—Claro que no, pequeño, eso me alegra.
Luzu realmente quería besarlo, pero tenía miedo de como Quackity pudiera reaccionar, porque después de que el menor le dijera que lo suyo no significaba nada y ahora supiera que lo había embarazado, lo tenía algo confundido, pero como siempre él debía actuar seguro para dar credibilidad a sus palabras.
Entonces se armó de valor y comenzó a acercarse lentamente a Quackity sin esperar a que éste terminará por abalanzarse sobre sus labios en busca de ese beso que ambos habían esperado tanto desesperadamente.
Por fín, después de mucho tiempo, Quackity volvía a degustar esos exquisitos y algo secos pero suaves labios que tanto había amado desde que los probó, eran simplemente perfectos que no quería acabar nunca de besarlos.
Sin embargo el beso tuvo que terminar y fué entonces que Luzu lo miró a los ojos con un brillo muy especial y habló:
—Estoy seguro de que será tan lindo como sus padres— Luzu aseguró acariciando la pancita de Quackity, sin embargo reflexionó en sus palabras, él aún no sabía el sexo del bebé —O linda— Se apresuró en corregir.
Y Quackity soltó una risita, no entendía cómo se atrevió a dudar de Luzu, él era la persona más linda del mundo.
—Yo, quisiera divorciarme de Wilbur— el menor confesó.
—Voy a ayudarte con eso; Rubius tiene amigos abogados, le diré que nos ayuden en hacer una carta de divorcio...
—Pero él no cederá tan fácil— Quackity lo interrumpió, eso era lo que realmente le preocupaba.
—Tú no te preocupes, príncipe. Eso déjamelo a mí— Luzu aseguró con una sonrisa confiada acariciando la mano y el vientre de Quackity a la vez.
Poco después continuaron cenando, Quackity debía estar saludable para mantener a su bebé saludable y Luzu se encargaría de eso, debía cuidar a su familia.
Estaba tan feliz, eso podía significar un avance en su relación con el menor. Pero aún temía que él no quisiera más que una amistad, aunque así fuese, Luzu jamás dejaría de ayudarlo, porque ese hombre tenía algo suyo y para el español sería un placer poder cuidar de ese bebé.
Así que esa noche durmió feliz, Quackity estaba a su lado y su bebé también.
La vida le estaba sonriendo y esperaba que así continuara.
Tal vez debería haber considerado sus palabras antes de pensarlas.
Con el paso de los días se dió cuenta de que cuidar de un Quackity embarazado, no era tan fácil como lo creyó en un principio.
Definitivamente no lo era cuando las hormonas del estadounidense parecían haber enloquecido; Quackity no paraba de provocarlo y no se avergonzaba de pedirle francamente que volviera a acostarse con él.
Pero Luzu era responsable y temía lastimar el embarazo del menor en prácticas tan fuertes como esas, así que prefería mantenerlo entretenido con algo más a pesar de él también estarse muriendo de las ganas.
En éste momento se encontraban viendo una película. Al parecer aquello era una buena distracción; Quackity estaba recostado sobre su hombro y él lo mantenía abrazado.
La mano del menor estaba sobre su abdomen en un abrazo algo flojo cuando sintió a esta dejar un par de caricias. Todo iba bien hasta que sintió como la mano de Quackity comenzaba a descender.
Oh no.
Eso no.
El mayor tomó su mano antes de que Quackity pudiese llegar más abajo.
—Ay vamos!— el menor se quejó.
—Que no, ya te dije que debemos cuidar nuestro embarazo— Luzu le recordó.
—Lusuu...— el menor canturreó con un puchero.
—No, contrólate— Él dejó un beso sobre la cabeza del menor.
Y con un puchero el estadounidense regresó su vista a la película.
Pero no iba a descansar hasta no haber conseguido lo que quería, aún si tuviera que insistir por muchas veces más.
Cómo ando de un buen humor está madrugada, éste capítulo está dedicado a todos ustedes que lo están leyendo🦝🍸
Ahreee, esas hormonas del Quackity me recordaron a alguien, pero no diré quién soy🦃☝🏽
SORPRESA! ¿A q extrañaron la historia, vdd? (a mí no, no s hagan)🦆💢
El viernes, una sorpresa más, y espero q les guste🐏✨
CHAU CHAUSITA LA NENITA🕷️🏳️🌈‼️
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