—Quackity, yo no puedo hacer nada más que darles los resultados a ambos y llamar a alguien que realmente pueda ayudarte.

—¡No! Deme los resultados a mí. Mí esposo me matará sí se entera— el menor pidió asustado.

—Quackity, no puedo hacer eso, puedo pedir ayuda por tí si lo deseas— el español ofreció amablemente.

—Rubius, por favor, no lo hagas, no tengo a donde ir si mi esposo me abandona.

—Hay muchísimos centros de protección, o llama a la policía  ,lo correcto es llamar al 911, ahí van a ayudarte.

—No es tan fácil como lo dices, Rubius— el estadounidense estaba a punto de llorar.

—No es porque no creas que es fácil, entiéndelo, lo necesitas y yo no puedo encubrir una infidelidad, maltrato doméstico y darles resultados falsos, porque corro el riesgo de perder mi trabajo o acabar en la cárcel.

—Eso no va a pasar. Solo continúa haciendo tu trabajo y no te metas en mi matrimonio.

—Quackity, no.

—Solo lo tengo a él, Rubius— Finalmente las lágrimas del menor comenzaron a bajar por sus mejillas.

—Me tienes a mí, yo puedo ayudarte, solo déjame hacerlo— el español insistía bastante preocupado, tanto por Quackity como por su carrera.

—¡Qué no!, ya te dije que no tengo a dónde ir sin él— Quackity lloraba.

—Puedes quedarte en mi casa si no quieres estar ahí, pero hay que tomar medidas legales.

—¡No! Rubius, solo dame los malditos resultados a mí.

—Ya te dije que no puedo, no puedo cometer un delito, me esforcé tanto por graduarme, no puedo perder mi trabajo por encubrir a un abusador.

—No lo estás haciendo, me estás encubriendo a mí. Por favor ayúdame.

—Quackity, no te estoy ayudando.

—Por supuesto que no lo estás haciendo hasta que me des los papeles.

Rubius se quedó en silencio y tomó nuevamente los papeles del escritorio antes de que Quackity pudiera quitárselos.

—Rubius..— Quackity gruñó comenzando a enojarse al ver que el doctor había tomado de nuevo los resultados —. Ya he lidiado con este maltrato por más de 5 años, ahora dame los papeles.

El doctor estaba asustado, él jamás había cometido un delito, vino desde España para terminar su carrera en Los Angeles y tener mejores oportunidades de trabajo, se había esforzado demasiado para estar en donde estaba y no podía simplemente perderlo todo por un hombre que se negaba a ser ayudado.

Inevitablemente sus ojos se pusieron llorosos.

—Dame eso, Rubius, no te pedí tu ayuda, solo ocúpate de tus propios asuntos— el estadounidense sujetó el otro extremo de la carpeta que contenía los resultados.

El mayor bajó la cabeza y fijó su mirada en la carpeta que aún sujetaba con fuerza.

—Rubius, dámelo, ya te dije que no necesito ayuda.

Pero el mayor sabía que él sí necesitaba ayuda.

—Rubén...— Quackity lo llamó amenazadoramente tirando de la carpeta —. ¡Rubius, suéltalo!

El español mantenía su agarre firmemente, a pesar de todo, él continuaba aferrándose a su carrera.

—¡Rubius!— Quackity gruñó fuerte.

Entonces Rubén soltó la carpeta bajando totalmente la cabeza.

—Gracias— el menor se levantó con dirección a la puerta del consultorio doblando la carpeta para meterla en su bolso.

—No deberías doblar esos papeles— el mayor habló seriamente.

—De todas formas nadie los verá— Él terminó de meterlos y caminó hacia la puerta con la intención de salir, pero en ese entonces Rubius se levantó llegando hasta donde él se encontraba. —¿Y ahora qué?— Soltó con fastidio al verla detrás de él.

—Sí te vas sin decir nada tu esposo puede sospechar, solo le diré que todo está bien— el español respondió abriendo la puerta de su consultorio.

En seguida Wilbur se levantó preocupado al ver a Quackity con lágrimas en los ojos.

—¿Qué pasa, amor? ¿Por qué estás llorando?— Este preguntó mostrando preocupación mientras limpiaba con sus pulgares las mejillas de Quackity—. Doctor, ¿Está todo bien?— El preguntó fijando su preocupada mirada en Rubius.

Entonces él dudó un poco sobre lo que Quackity le había dicho.

Él parecía un muy buen hombre y era algo sospechoso que Quackity hiciera todo lo posible porque su esposo no supiera sobre su infidelidad, le parecía ilógico que si él lo maltrataba el menor insistiera tanto en esconderlo, porqué si era verdad entonces, ¿Por qué no simplemente pedía ayuda?

—Todo está bien señor Wilbur— Rubius forzó una sonrisa y volvió a hablar —. Quackity lloró de felicidad al saber que su primer bebé estaba en excelentes condiciones.

De todos modos, Rubius había prometido guardar el secreto y no iba a romper su promesa así como así.

Solamente esperaba que Quackity fuese cuidadoso.

—Entonces, ¿Sería todo por hoy?— Wilbur preguntó sacando a Rubén de su pequeño trance.

—Sí, es todo. Agendaré su primera cita para la próxima semana y después nos veremos cada mes para hacer ultrasonidos, les mandaré los detalles por correo. Que tengan buen día— Él español estaba a punto de irse.

—¿Y los resultados?— Pero Wil lo detuvo con aquella pregunta, estaba algo algo confundido ya que se suponía que venían a recoger eso.

—Esos se me quedan a mí, todo está bien, no hay de que preocuparse— Rubius se despidió con una reverencia y volvió a su consultorio de forma apresurada. Entonces la pareja comenzó a irse.

—¿Seguro qué está todo bien, cariño?— Wilbur preguntó acariciando el hombro de su esposo.

Y él asintió caminando a su lado sin poder mirarlo a los ojos.

Quackity tenía miedo, sabía que guardarle ese secreto era peligroso, pero no podía decírselo sí no quería acabar muerto o peor, acabar con un aborto espontaneo y maltratos nuevamente.

No, no, él debía continuar fuerte y seguir como si nada hubiera pasado, ese hijo era de Wilbur y nadie más que él o  Rubius podían saber lo contrario, él continuaría casado y tendría la familia feliz que siempre quiso.

Ahora las cosas estaban yendo mejor.

Wilbur estaba siendo bueno con él, él había cumplido su parte dándole un hijo y él también hacía la suya cuidándolo y queriéndolo como todos estos 5 años no lo hizo.

Sin embargo , Quackity no se esperaba que una llamada de Luzu le llegará de la nada al regresar a casa. Por suerte Wilbur estaba en la cocina y él en la habitación, por lo cual este no escuchó el sonido de la llamada.

Entonces Quackity corrió hacia el baño para responder la llamada escuchando aquella voz que tanto había extrañado, pero no podía admitir.

"—¿Quackity? —" La voz de Luzu sonaba algo quebrada.

«Es normal esa voz en él, ¿No? Después de todo debe estar dando clases de baile a estas horas» pensó el menor

. —¿Por qué me llamaste?— Aquellas palabras habían salido más duras de lo que Quackity quiso sonar.

"—Yo... Te extraño"— Admitió el mayor ante aquel regaño.

—Es peligroso que me llames, mi esposo está en casa.

"—Lo siento, solo quería escucharte."

—Luzu, ya no podemos seguir siendo amigos.

"—¿Qué? No te entiendo—" Aquello había golpeado de manera brusca a Luzu.

—Ya no puedo tener nada contigo, Luzu.

"—Pero, pero, ¿Por qué, Quackity ?¿Te hice algo malo? Yo... No era mi intención, discúlpame si yo... "

—Luzu, basta. Estoy esperando un hijo de Wilbur, no sería apropiado que siguieramos viéndonos— el estadounidense lo interrumpió.

Y dicho esto, el menor colgó.

Lo había destrozado todo, había acabado completamente con aquella dulce amistad que tanto apreciaba.

1/?

Voten y comenten tanto como está historia y las demás otras de está misma pareja o demás shipps de diferentes fandoms.

¡¡¡SORPRESA!!! DRAMÁTICA TENSIÓN JAMÁS PUEDE FALTAR EN MIS HISTORIAS😻

¿Qué hago desvelandome de nuevo? ¡Cumpliendo el maratón! –Además de que faltan 20 seguidores más para llegar a los 200, ¡UHRAA!–, pero un poco tardío, es sorpresa cuánto durará el maratón, y espero que no se enojen por descubrir cuántos. Pero esq es por encajar la drama/trama de la historia, y porque no tengo mucho tiempo.

¡Vayan a leer la historia Chaipunk pero combinada como el Spideypool! ("El Chico Araña y El Hombre Inmortal")

Hobie como Deadpool, wouw, para los que querían eso, aquí lo tienen.

En wattpad todo es posible amikos.

CHAUUU, LOS QUIERO, ME ANDO MURIENDO DEL SUEÑO 🦝