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21

Cuando Momo llegó del trabajo los nervios de Dahyun estaban a flor de piel, ella realmente quería decirle la verdad a la japonesa, amaba la idea de formar una familia con ella, sin embargo temía que la mayor se lo tomara a mal y todo pudiera acabar cuando apenas comenzaba.

Tal como lo prometió, Momo trajo la cena para ambas, un poco de pollo sería bueno para Dahyun, rico y sin demasiada grasa que pudiera perjudicar el embarazo de la menor, ella se preocupaba.

—Hola— Momo saludó a la contraria llevando la bolsa de comida a la mesa.

—Hola— Dahyun respondió de vuelta algo tímida llegando al comedor.

—¿Tardé mucho?

—No— Dahyun soltó en un suspiro.

—¿Está todo bien?— Ese suspiro preocupó a Momo.

—Yo... Quería decirte algo.

—No me asustes, Dahyun.

La japonesa tenía demasiadas ganas de abrazar a Dahyun, la menor lucía algo nerviosa y ella solo quería calmar cualquier preocupación que la contraria pudiese tener, pero al no ser nada más que amigas, Momo temía incomodarla invadiendo su espacio personal, porque después de todo, Dahyun se lo había dejado bastante claro, lo de ellas no había significado nada.

—Yo...— La corean por su parte estaba en un verdadero dilema, quería decirlo, pero ver a Momo tan bella y tan perfecta parada frente a ella la hacía nunca querer alejarse y tampoco quería arruinarlo todo diciendo que ese bebé también era suyo —Me gasté el chocolate— Por supuesto, ella descartó la idea de decirle la verdad a Momo.

—Oh— Momo soltó un suspiro —Me habías asustado, creí que algo malo te había pasado.

Entonces solamente continuó sirviendo la cena para ambas, no quería que la menor pasara hambre.

Y sin más ambas comenzaron a comer, sin embargo el ambiente parecía algo pesado, definitivamente había demasiada tensión y Momo quería saber a que se debía realmente. Temía que algo le estuviera pasando a Dahyun, ella quería lo mejor para la contraria, sin embargo no podía ayudarla si esta no le decía y Momo sabía que probablemente algo la mantenía intranquila.

—Sabes que puedes confiar en mí, ¿Verdad?— Momo preguntó y Dahyun asintió en silencio —Aquí estaré a pesar de todo, así que si algo te preocupa dímelo para que pueda ayudarte.

Y aquello hizo sentir a Dahyun como una tonta, por supuesto, Momo ahí estaría, porque a pesar de lo mal que la había tratado desde el principio, Momo siempre se ofreció a ayudarla.

Entonces un par de lágrimas escaparon de sus ojos, Momo no merecía todo eso, ella no merecía lidiar con sus problemas porque seguramente tendría sus propios.

Así que ella estaba dispuesta a sacrificar su felicidad por la persona que tanto la había ayudado, porque Dahyun no era egoista y si esto significaba el fin de todo lo aceptaría.

Al final sabía que Momo merecía a alguien mejor que ella.

—Este bebé también es tuyo— Dahyun confesó llorando.

Se esperaba lo peor, su esposo la había acostumbrado a eso, a bajar la cabeza después de confesar algo que no había sido culpa suya, a sentir que ella era la causante de todos los problemas y a simpre sacrificarse por complacer a otra persona, y eso estaba haciendo, creía haber sacrificado su amistad con Momo, creía que todo había terminado.

Pero Momo simplemente dejó su comida a un lado y se levantó para abrazar a Dahyun intentando detener sus lágrimas.

—Perdóname— Dahyun siguió sollozando.

—Shhh, no es tu culpa, todo está bien— Momo acarició su espalda.

En su mente ella estaba bailando de alegría, estaba tan feliz por compartir un bebé con Dahyun que quería saltar y gritar de la felicidad, pero debía mantener la calma, ella no podía hacer eso mientras Dahyun lloraba.

—Perdóname, Momo— Dahyun aún no entendía la alegría de Momo.

—Está bien, yo estoy muy bien con eso— Momo le sonrió y tomó sus mejillas entre sus manos para secar las lágrimas de la contraria con sus pulgares —Eso es algo bueno Dahyun, ya no hay nada que te ate a ese hombre, eres libre aquí.

—¿Entonces no estás molesta?— La menor no podía entenderlo.

—Claro que no, pequeña, eso me alegra.

Momo realmente quería besarla, pero tenía miedo de como Dahyun pudiera reaccionar, porque después de que Dahyun le dijera que lo suyo no significaba nada y ahora supiera que la había embarazado la tenía algo confundida, pero como siempre ella debía actuar segura para dar credibilidad a sus palabras.

Entonces se armó de valor y comenzó a acercarse lentamente a Dahyun sin esperar a que esta terminara por abalanzarse sobre sus labios en busca de ese beso que ambas habían esperado tanto.

Por fín, después de mucho tiempo, Dahyun volvía a degustar esos exquisitos y suaves labios que tanto había amado desde que los probó, eran simplemente perfectos que no quería acabar nunca de besarlos.

Sin embargo el beso tuvo que terminar y fué entonces que Momo la miró a los ojos con un brillo muy especial y habló.

—Estoy segura de que será tan linda como sus madres— Momo aseguró acariciando la pancita de Dahyun, sin embargo reflexionó en sus palabras, ella aún no sabía el sexo del bebé —O lindo— Se apresuró en corregir.

Y Dahyun soltó una risita, no entendía cómo se atrevió a dudar de Momo, ella era la persona más linda del mundo.

—Yo, quisiera divorciarme de Jin— Dahyun confesó.

—Voy a ayudarte con eso, Sana tiene amigas abogadas, le diré que nos ayuden en hacer una carta de divorcio...

—Pero él no cederá tan fácil— Dahyun la interrumpió, eso era lo que realmente le preocupaba.

—Tú no te preocupes, eso déjamelo a mí— Momo aseguró con una sonrisa confiada acariciando la mano y el vientre de Dahyun.

Y poco después continuaron cenando, Dahyun debía estar saludable para mantener a su bebé saludable y Momo se encargaría de eso, debía cuidar a su familia.

Estaba tan feliz, eso podía significar un avance en su relación con Dahyun, sin embargo aún temía que ella no quisiera más que una amistad, pero aunque así fuese Momo jamás dejaría de ayudarla, porque esa mujer tenía algo suyo y para Momo sería un placer poder cuidar de ese bebé.

Así que esa noche durmió feliz, Dahyun estaba a su lado y su bebé también. La vida le estaba sonriendo y esperaba que así continuara.

Sin embargo con el paso de los días se dió cuenta de que cuidar de Dahyun embarazada no era tan fácil como lo creyó en un principio.

Definitivamente no lo era cuando las hormonas de la coreana parecían haber enloquecido, Dahyun no paraba de provocarla y no se avergonzaba de pedirle francamente que volviera a acostarse con ella, sin embargo Momo era responsable y temía lastimar el embarazo de la menor en prácticas tan fuertes como esas, así que prefería mantenerla entretenida con algo más a pesar de ella también estarse muriendo de las ganas.

Se encontraban viendo una película, al parecer aquello era una buena distracción, Dahyun estaba recostada sobre su hombro y ella la mantenía abrazada.

La mano de Dahyun estaba sobre su abdomen en un abrazo algo flojo cuando sintió a esta dejar un par de caricias, todo iba bien hasta que sintió como la mano de Dahyun comenzaba a descender.

Oh no, eso no.

La mayor tomó su mano antes de que Dahyun pudiese llegar más abajo.

—Ay vamos— Dahyun se quejó.

—Que no, ya te dije que debemos cuidar nuestro embarazo— Momo le recordó.

—Momo...— Dahyun canturreó con un puchero.

—No, contrólate— Ella dejó un beso sobre la cabeza de la menor.

Y con un puchero la coreana regresó su vista a la película.

Pero no iba a descansar hasta no haber conseguido lo que quería, aún si tuviera que insistir por muchas veces más.

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