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8.La Tormenta.

Ya han pasado 2 días desde que vi a Thomas... Y tampoco he hablado con mi padre, la verdad es que no tendría que Desconfiar de mi propio padre, cuando llega un extraño llega de la nada y me dice cosas que no son ciertas.
¿O son verdad?...

También he tratado de llamar a mis amigas, pero creo que ya me odian por no haberles contado nada... O simplemente ya me olvidaron.

- Estella, ¿quieres salir por un café?- preguntó mi padre asomando la cabeza por la puerta. Levante la cabeza de la almohada y lo miré. No estaba de humor para hacer nada. Y volví a apoyar la cabeza en la almohada.

-Se que te pasa algo. Ya casi no me hablas.- No conteste, así que el continuó- no entiendo que pasó- dijo entrando al cueto miró a su alrededor y luego suspiró.

Yo estaba confundida* no sabía que hacer... (Creo que debes preguntar). ¡Nooo!..Le grite a mi subconsciente, sería una locura.

Mi padre seguía parado en en medio de la habitación y luego dijo:

-Esto- dijo dando vueltas con el dedo índice, refiriéndose a la habitación en generan. - Me trae muchos recuerdos de cuando eras niña.

Espera...¿Que?

Me senté en mi cama y mi padre hizo lo mismo.

-Se que Thomas te contó todo.

-¿De que hablas?, papá - no puedo creer lo que me ha dicho, creo que he escuchado mal.

- Traté de contártelo muchas veces, pero no pude, también quise contártelo en el avión pero no me dejaste... Yo. Estella... Yo... Yo solo quería cuidarte.

Sentí que mis ojos picaban, Sentía que las lágrimas estaban a punto de caer por mis mejillas... ¿Que está pasando?, estoy confundida.

Suspire y lo mire.

- Necesito saber la verdad- dije al fin algo temblorosa.

-Necesito que te calmes primero, juro que no lo hice con mala intención.- Se pasó las manos por el cabello y me miró.

-conocí a tu madre cuando tenía 12 años, yo vivía en un pequeño pueblo en colorado. Y ella, se mudó un verano al lado de la casa. Nunca había hablado con ella- embozo una sonrisa apegada - yo la verdad era muy tímido, y no con hablaba con nadie... Cuando empezaron las clases ella estaba en el mismo salón que el mío. Era nuestro primer año de instituto

>> Y como ya dije... Era un chico marginado, no tenía amigos, no hablaba con nadie y nadie me hablaba a mi, no jugaba con nadie y nadie quería jugar con migo. Habían unos chicos que siempre molestaban y casi todos los días me golpeaban y gritaban... Tu mamá era todo lo contrario, ella era la chica nueva y todos querían estar con ella, era carismática, adorada por todos, y no tardó mucho en hacerse unas de las chicas mas populares.. Pero tenía un corazón puro, tan puro como ella lo era.
Un día como de costumbres llegué al liceo y estaban esos chicos esperándome en mi casillero, apenas los vi, me di la vuelta pero me rodearon y golpearon. Yo ya estaba bastante cansado de que me golpearan, así que los enfrenté. Y me fue peor. Me golpearon hasta que sangre, me quitaron el dinero que tení, y luego se marcharon, me fui a los lavados con la cabeza gacha y sin mirar a nadie, no quería que me vieran de esa manera, me sentía humillado. Cuando iba a llagar a uno de los baños, tropecé con alguien... Era una chica, y había caído al suelo, yo la miré pero no me di cuenta, ella agarró un libro del suelo y se levantó furiosa.
Me dijo: - ¿Es que no ves? idiota.- y luego sentí un picor en la mejilla que inmediatamente se convirtió en dolor. Y fue cuando la miré. Ella estaba molesta por algo, y yo la tumbe. Su mirada era feroz, pero de inmediato se suavizó.
-Lo siento,- fue lo único que pude decir, para seguir caminando al baño. Ella me llamó, pero yo no contesté.<<

>> Cuando llegue a casa, no había nadie, mi papá estaba trabajando y mi mamá... No recuerdo donde estaba. Luego de un rato tocaron la puerta y habría. Tu madre estaba allí tan hermosa como siempre, pero mirándome con lástima, me pidió disculpas por haberme dado una bofetada, yo le dije que ya no importaba y me preguntó quien me había golpeado, yo no le dije nada pero al poco tiempo ella descubrió quien había sido... Un día, por la tarde ella me buscó y me arrastró en su bicicleta por la ciudad, llegamos a casa de uno de los cinco chicos y ha escondida estero a que nadie estuviera afuera y pinchó una rueda de la bicicleta de aquel chico y luego los chicos y luego fuimos por los otros. Y cada ves que les cambiaban las ruedas ella iba con migo y pinchaba las ruedas... A la final ellos se rindieron y tenían que ir al liceo a pié o el el bus... Ellos no me molestaron más, y tengo la firme sospecha de que ella los amenazó, pero no estoy del todo seguro.<<

>>al cabo del los años a los dos nos dieron una beca para la universidad, aquí el Los ángeles, así que venimos yo estudié atministarcion de industrias, y ella era una abogado asombrosa...

-Me has mentido-dije de pronto, y mire a mi padre que paso de tener la mirada perdida a mirarme sorprendido.

Yo estada confundida, mi papá nunca me contó que había estudiado aquí... En los Ángeles. Y apenas me había contado nada de la historia de como ellos se había conocido. Yo estada sorprendía y me sentía mareada, necesitaba salir de allí cuanto antes. Me levante y me coloque en el espejo, me recogí el cabello en una cola alta y miré mi pijama, busqué algo en mi armario, y tomé lo primero que vi, y me coloque una cazadora. Y salí de la habitación y corrí escaleras abajo.

-Estella, ¿a donde vas? -escuche gritar a mi padre, pero lo ignoré.

Salí de la casa lo más rápido que pude y eché a correr pero no pude en menos de 7 pasos choque con alguien.

-Disculpas- dije y rodee a las personas.

-Luna pero que...- me detuve en seco, sabía de quien se trataba. -¿Que ha pasado?, ¿a donde vas?... Yo-

-No quiero estar aqui- dije interrumpiéndolo.

- ¿que?, pero...-

-Me voy- no quiero verlo. Mis ojos picaban con las lágrimas -ya lo se todo- dije al fin bajando la vista.

-¡Diablos!- dijo y miró a un lado pasándose una mano por el cabello.

-Ven con migo- dijo y paso por un lado de mi, y no puse objeciones y puse mi mochila en el hombro, llego a la moto, tan negra y reluciente. El subió.

-Sube- subí detrás de el, y puso la moto en marcha.

Lo agarré fuerte, no me gustaban esas cosas, cuyo estaba tenía 17 un compañero de clases calló de la moto de su padre y quedó muy herido, y desde ese momento no volví a subir a una. No se cuanto tiempo pasó...

-Si no quieres resfriarte, tienes que soltarme para que podamos entrar- escuche que dijo.

Subí la mirada y noté que estábamos parados en frente de una casa y... Estaba lloviendo a cantaros.

Lo solté de y bajé de la moto, no me había dado cuenta de que estaba lloviendo tan fuerte. El también bajó empapado de la moto.

-Entra a la casa, Estella- dijo dándole unas llaves y señalando la casa que teníamos en frente, corrí hasta la entrada principal y habría la puerta y entre a oscuras, el ambiente estaba cálido a comparación de frío que hacía afuera, no podía ver nada y mire hacia afuera esperé poco tiempo y alcancé a ver a Thomas que de acercaba lo más rápido posible entre la lluvia que lo azotaba, el entró y serró la puerta seguido de eso las luces se encendieron.

-Tienes que tomar una ducha caliente, antes de que te resfríes.

-Si... Emm, ¿ Donde estamos?- dije echando un vistazo a la casa, sus paredes eran blancas con sofás de cuero negros, estantes de madera, un arco que dejaba ver parte de la Cocina y comedor, y ventanas por todas partes y la escalera que daba a la siguiente planta.

-En California,San Francisco y esta....-

-¿¡Que!?, ¿estamos en san Francisco?, ¿Cuanto tiempo llevabas conduciendo?- pregunté, y el se rió

-Una hora.

-¿Por que me has traído tan lejos ?

-has dicho que no querías estar en casa, y no se me ocurrió otro sitio.- dijo el

Lo miré, estaba a un par de metros de mi, me miraba fijamente como si esperara algo de mi.

-¿De quien es esta casa?- pregunté apartando la mirada.

-Es mia.

Suspire y me mire a mi misma empapada en un reflejo de una ventana. - ¿Donde me puedo cambiar?- dije aun con la cabeza gacha.

-Arriba a la derecha hay una habitación.

Pasé por su lado y subí las escaleras hasta la habitación.

*****

Después de haberme dado una ducha relajante en la tina, me vestí, y pedí gracias de que mi ropa no estuviera húmeda. Tenía puesto un mono pijamas gris con un suertes de lana violeta, y salí del cuarto a ver si Thomas tenía una secadora para mi ropa mojada, bajé las escaleras con los pies descalzos, ya que no tenía que ponerme.

Thomas no estaba en la sala de estar, miré hacia la cocina, pero tampoco estaba, me quedé plantada unos minutos por si aparecía, pero no lo hiso. Planteé llamarlo pero pero no sabía si estaba ocupado o no.

- ¡Estella!- escuché gritar a Thomas desde el piso superior.

-¡Aquí!- Alcé la voz para que me escuchara.

-¿¡Aquí donde!?-

-¡Abajo!, en la escalera- apenas tardó nada en llegar.

-Pensé que estabas en tu habitación.-

-Solo quería una secadora para la ropa,- dije mirando la poca ropa que tenia en la cesta con el bolso incluido, y sin mirarlo.- No se si tendrás alguna.

-Esta al final del pasillo, después de la cocina - dijo buscando mi mirada.- Puedo hacerlo yo, si quieres.

Le entregue la cesta, no tenía ánimos de nada, me senté en uno de los muebles y cerré los ojos, a un par de minutos el mueble se hundió a mi lado. Sabia que era Thomas.

-¿Quieres comer algo?-preguntó un momento después.

-¿Quieres decirme todo?- levanté la mirada y me encontré con sus ojos color esmeralda.

-Luna... Yo solo quería que...-

-Quiero que me digas toda la verdad- aparté la mirada cuando sentí mis ojos llanos de lágrimas.

-Prometo decirte todo lo que sé.- aceptó el- Pero tienes que prometerme que vas calmarte - suspire, lo miré y afirme con la cabeza.

El me miró dubitativo y confuso; luego acercó la mano a mi mejilla y con mucho cuidado secó una lágrima que no me había dado cuenta que resbalaba por mi mejilla. Dejó su mano un poco mas de la cuenta en mi mejilla y la apartó con mucho cuidado.

-Espera un momento- dijo y se levantó. Luego volvió.- Traje galletas, leche para los 2 y helado- dijo poniendo todo las cosas a medida que lo mencionaba en una mesita que estaba frente a el mueble en el que estábamos sentados, lo miré -Se que hace frío pero y que está lloviendo a cántaros afuera para comer helado, pero es de oreo, y creo que te aria bien comer un poco.

-Esta bien- dije,- la calefacción está a medida.

Tomé una de las galletas y la comí, estaba deliciosa, no me había dado cuenta de que tenia tanta hambre. Miré a Thomas que me miraba, y luego agarre otra galleta y un baso de leche y lo bebí casi todo.

-Dime todo lo que cepas- lo miré una ves que tuve el valor.

-Creo que deberías de comer un poco más- agarró un par de galletas y las comió de un solo bocado, y agarró el pote con helado y lo abrió. Tomó un par de cucharillas de plástico y las enterró en el helado y lo sostuvo en medio de los dos con una mano y con la otra comía el helado. -Ten confianza, Luna- Dijo y agarró otra cucharada y la comió.

-¿ Por que me sigues diciendo, luna?- se encogió de hombros.

-No lo sé, creo que es algún tipo de costumbre- hiso una pausa. - Es que te miro y me recuerdas a la luna.- dijo y yo miré hacia otro lado y bajé la mirada dejando que mi cabello cayera sobre mi rostro cuando sentí mis rejillas arder.

El apartó mi cabello de mi rostro de un lado de un momento a otro e iso que levantara la mirada.

-Eres hermosa, Luna. No me cansare de decírtelo nunca.- creo que a estas alturas mis mejillas estaban compitiendo contra los tomates.

-No hagas eso- dije apartando la mirada.

-¿Hacer que cosa?- preguntó el.

-Eso que haces.- no me gustada esto, yo no soy así, no me sonrojo de la nada, o no me atraía ningún chico en particular, pero Thomas tiene algo raro... [Eso que haces]... ¡Idiota! El no esta haciendo nada. Me gritó mi subconsciente.

-¿que cosa?- preguntó y frunció el ceño.

- Nada, No cambies el tema y dime lo que no sé, o no recuerdo... ¿Como paso?- pregunté.

-Una noche, estabas en mi casa y mas tarde te fuiste a la tuya con tus padres, un señor ebrio perdió el control del auto y tuvieron el accidente.

-¿Y eso fue aquí en California?

-Si- suspire y me animé a tomar un poco de helado.

-¿Y por que mi papá me llevó a Denver?.

-Eso te lo debería de contar el, pero tengo la sospecha de que no podía seguir en el lugar donde tuvo muchos recuerdos de tu madre- hiso una pausa- al principio creí que lo había hecho por mi, para separarnos. Lo odié por eso muchas veces, ¿sabes?, pensé que lo hiso a propósito para separarnos, pero un día mi mamá me contó que no era así, me contó que estaba muy dolido, y por eso se fue.

Me quedé callada por unos minutos, no había imaginado eso nunca, lo que no entiendo es la razón por la que nunca me contó que habíamos vivido en Los Ángeles, o el hecho de que no me contara que había perdido parte de mi memoria en ese accidente.

-¿Y por que nunca me dijo que vivíamos en Los Ángeles?

-No lo se, quizás nunca pensaba volver.

Me quedé un rato en silencio, tenía que perdonarlo, el seguiría siendo mi padre y siempre ha estado con migo, me cuidó, me ayudó cuando no podía realizar una actividad, me enseñó a leer, a contar los números, y me apoyó en cuanto a lo que se refiere tomar las decisiones... Sonreí cuando recordé el incómodo momento cuando me llegó el primer período, o la vergüenza notoria en su rostro cuando muchas veces compró las toallitas. Y fue cuando eché a llorar.

-Soy una egoísta.- digo entre sollozos

-No lo eres Estella, solo que no estás acostumbrada a este tipo de cosas, estás confundida y no sabes como reaccionar.

-Mi papá debe estar preocupado, tengo que llamarlo y decirle que estoy contigo.

-Calma Luna, ya yo lo he llamado y le he dicho que estábamos juntos.- dice y agarra una gran cucharada de helado y la coloca frente a mi rostro.- di: ¡Aaaaaaa! - me reí cuando vi que limitaba lo que tenía que hacer, y le hice caso y metió a cuchara a mi boca para luego comerla, luego hizo el procedimiento varias veces y ya le había calmado un poco.
El dejó el pote de helado en la mesa y secó algunas de mis últimas lágrimas, me quedé en silencio y agarré una ultima galleta.

-¿En que piensas?- me pregunta y yo vacilo un poco en contestar.

-Es que te engorde mucha confianza para el poco tiempo que nos conocemos.

-Creo que eso es parte de ti, mientras no estaba contigo me sentía solo todo el tiempo, no sabía que hacer por que estaba acostumbrado a que siempre estabas a mi lado, y quizá tu no te sentías así por que no lo recordadas, pero ahora que estamos juntos de alguna manera me siento como si nada hubiera pasado, como si nunca te hubieras marchado, y creo que te pasa lo mismo.

-Hace un rato habías dicho algo sobre que creías que mi papá te odiaba y por eso me alejó de ti, ¿Por que pensaste eso?

Cuando dije eso su rostro se torno algo distinto, y se pasó la mano por el cabello y luego rascó su nuca. Se notaba la incomodidad en su mirada.

-Es que, lo que pasó fue, no sé como explicarte, Aaaaaamm, es que tú y yo.

-Deja de buscar explicaciones y dime.

-No se como explicar sin que suene extraño, o como una puta locura.

-Creo que ya has dicho lo que necesitaba saber, no veo por que te tengas que poner así o...

-Papá quería que nos casáramos - dice de golpe, y yo me quedo de piedra.

-Y tu padre se opuso rotundamente, y fue obvio que se molestó, por eso pensé que me odiaba, y que te alejó de mí- continuó el, aclarando, pero yo seguía allí sin saber que hacer ni decir.- Éramos unos críos cuando pasó, y si no recuerdo mal- dijo sonriendo - Esa misma noche prometí que cuando nos casáramos te llevaría a las estrellas.

Y en ese momento no pude hacer más que ponerme peor que un tomate. Me levanté torpemente y me dirigí a las escaleras.

-Tengo que llamar a  mi papá, debe estar preocupado y ...- No dije más. Salí disparada escaleras arriba.

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