65
Amaris
Damon había desaparecido todo el día, solo me había dejado un estúpido mensaje diciendo.
»Nos vemos más tarde ojitos, cuídate«
Eran las cinco de la maldita tarde y nada que aparecía.
Estaba sentada en mi balcón, tenía uno de mis libros favoritos en mis manos.
Después de que Paul me metiera en el mundo de la lectura no había nada que pudiera sacarme de esto.
Mis oídos captan el sonido de una camioneta, miro al frente y mi boca de abre en una amplia sonrisa.
Damon baja de esta con cara de pocos amigos, pero a mí eso me importa una mierda.
Salgo corriendo de mi habitación y bajo las escaleras con la misma tónica.
Voy tan feliz que no me doy cuenta de la persona que tengo parada en frente.
Choco con esta sin tener la oportunidad de frenar a tiempo.
- Uy lo siento, no te vi - dije sobándome un poco la cabeza.
- Tranquila mi chiquita - Chiquita.... Solo existía una persona en el mundo que me decía así.
Levanté la mirada y me encontré con la mirada color miel que había heredado.
- Abuelo! - grite emocionada.
Podía sentir como mis ojos se llenaban de lágrimas mientras la figura masculina que tenía al frente me habria los brazos para poder abrazarlo.
Lo abrace con tanta fuerza que tuve miedo de romperlo, siempre había sido una parte de mi padre presente, el y mi padre eran una copia exacta.
- Te extrañe chiquita - dijo dandome un beso en la cabeza.
Me aleje contemplandolo, no podía creer que estuviera aquí, siempre había sido alejado por los Problemas constantes con mamá y papá.
- ¿Porque nadie me avisó que estabas aquí? - pregunté mirando mal a todo el mundo.
- En realidad acabo de llegar, tu hermano me dijo que estaba leyendo así que no quise interrumpirte - Dijo mirándome con dulzura.
- Me alegra tanto que estés aquí - dije.
- Lo se - Tomó aire - Parlez-vous déjà couramment le français?
»Parlez-vous déjà couramment le français?: Ya hablas francés con fluidez?«
- Bien sûr que oui, grand-père - Le Respondí.
»Bien sûr que oui, grand-père: Claro que sí abuelo.«
Su sonrisa se expandió al escucharme en nuestro idioma.
Después de mucho tiempo de estudio, había dado fruto el haber empezado clases de francés.
El timbre me saco de mis pensamientos.
- Quien podrá ser a esta hora? - pregunto el abuelo.
- Quizás Damon, abuelo - dije encojiendome de hombros.
Hanna salió del pasillo corriendo a abrir la puerta, y yo estaba en lo correcto, la figura masculina de hombros anchos, cabello negro y de un metro noventa hizo presencia.
- Joven siga por favor - Dice Hanna dándole paso.
- Buenas noches - dice el mirando a todo el mundo - creo que llegue en un momento no oportuno
- Claro que no!, Llegaste en el mejor momento - digo con una sonrisa de oreja a oreja.
- Ah si? - pregunta el enarcando una ceja
- Claro que sí, abuelo es el Damon, mi novio - digo señalandolo - el es mi abuelo, Damon.
- Mucho gusto señor Wells - dijo dándole la mano.
No podía creer que en verdad esto fuera real, estaba presentadole por fin a una pareja mía a mi abuelo, eso me ponía mucho más que alegre.
- Así que tú eres el que tiene el corazón de mi nieta en sus manos - dijo mi abuelo mirándolo de arriba abajo.
- Más bien es mitad y mitad, ella tiene el mío y yo tengo el suyo - Dijo Damon.
- Espero y no le dañes el de mi nieta - Advirtió - Porque yo mismo me encargaré de arruinarte el tuyo.
Genial, el maldito genio que nos cargamos los Wells.
- Abuelo - dije avergonzada.
- Tranquila ojitos, es normal de un familiar sobreprotector - Respondió con normalidad.
La tensión se sintió un poco pero está se esfumó al decir:
- Abuelo, Damon está aprendiendo vuestro idioma natal - Cambie el tema por algo que sabía que a él le encantaría.
Sus ojos brillaron y mostró su perfecta dentadura en una sonrisa amplia.
- No se mucho, pero hago lo que puedo - admite Damon.
- Debiste empezar por ese lado - Le dió unas palmadas en el hombro a Damon y me sonrió a mi.
A mí abuelo siempre le a gustado hablar en su idioma natal, el español no es su fuerte pero como dijo Damon, el hace lo que puede.
Hanna nos dice que podíamos pasar a cenar y todos, incluído damon, nos sentamos esperando la cena.
Empezamos a hablar de lo que pasa en Francia, mientras que mi abuelo me pide a súplicas que le cuente mis avances en la gimnasia.
- Todo va muy bien abuelo - dije hechando un pedazo de carne cortada en mi boca.
- Hasta que supimos lo de Blake - La voz de Paul se hizo notar.
- ¿Blake quien? - dijo el abuelo mirando con el ceño fruncido a mi hermano mayor.
- Un tipejo que quiso sobrepasarse con Amaris - Termino Damon.
- ¿Que quiso que? - Dijo el abuelo soltando el tenedor con rabia.
- Genial.... Adiós cena tranquila y hola cena de cavernícolas - dije mirando mi plato.
- Pero abuelo cálmate - Sonrió Paul - Damon ya se hizo cargo de eso.
Damon sonrió como si hubiera ganado un maldito trofeo.
- Que tanto? - dijo el abuelo.
- Tanto como para que no vuelva acercarse a su nieta.
Dios mío, que Damon sepa algo es como si lo supiera la vieja chismosa de la esquina.
- No he preguntado, pero porque tantos guardas? - pregunto el abuelo mientras seguía comiendo de su plato.
Lo que pregunto el abuelo me revolvió el estómago, tanto que se me quitaron todas las ganas de comer.
- Después de los sucesos de mamá, nos vimos obligados a contratar, no podemos correr riesgos - La mirada de Paul se encontró con la mía.
- Me parece bien - Suspiró el abuelo.
Pensé que Paul diría algo sobre mi amenaza pero no lo hizo, y era mejor no quería que el abuelo se preocupara.
- Bueno, sin más, me retiro - dijo el abuelo mientras salía de la habitación.
- Porque no le dijiste sobre la amenaza - Pregunto Damon
- Cállate Damon - dije
- Quieres que le de un infarto? - Inquirió Paul
- Paul! - lo regañe
El levanto las manos en señal de rendición y yo lo único que hice fue levantarme de la mesa e ir directamente a mi habitación.
Esos dos me habían sacado de casillas.
Cerré la puerta con fuerza, y le aseguro con pestillo, no quería que nadie nisiquiera Damon viniera.
Ellos no tenían derecho de contarle ninguna de esas dos cosas al abuelo, me hacían sentir como si fuera indefensa.
- Amaris abreme - la voz de Damon se escuchaba afuera de mi habitación.
- No - respondí.
- Vamos ojitos, había que decirlo - dijo como si no significara nada.
- Vete - fue la única palabra que fui capaz de articular antes de acostarme en mi cama y poner las bocinas con mis canciones favoritas.
***********
Holaaaaa
Cómo están?
Espero que bien, como les está pareciendo mi historia?
Ojalá y les este gustando, no tengo muchos por decirles así que nos vemos en la siguiente actualización.
No olvidéis votar y comentar.
Os quiero, cuidaos!! ♥️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro