Amaris

Después de estar casi tres horas en la gala, Azael, Mael, Dante, Johan, Samantha, Damon y yo decidimos ir a seguir nosotros en la casa de Damon.

Al llegar Damon le dice a la señora del servicio que nos traiga unas bebidas.
Seguimos hablando durante mucho tiempo, Samantha nos dice que Stephan pronto estará de nuevo en casa lo cual me alegra mucho, últimamente no estaba muy animada.

Estabamos hablando cuando derrepente Damon me jala llevándome un poco lejos de nuestros amigos.

- Dije que te iba a contar algo - me dijo sobandose la nuca.

- Damon, solo respira si? - le dije tratando de que aflojara un poco los nervios.

- Hace tiempo en mi antigua casa, sucedieron cosas que me marcaron, y siempre he dicho que esa marca la llevaré toda la vida - su rostro se estaba tornando rojo.

- Si.... - lo alenté a que continuará.

- Estabamos en una tarde de amigos, éramos casi 15 personas y mi ex novia, esa chica era muy dulce, mis ojos brillaban cada vez que la veía, ella me saco del mundo de las drogas y mis malas compañías, ese día ocurrió una tragedia - dijo.

» Estábamos divirtiéndonos cuando tres hombres entraron y comenzaron a disparar a diestra y siniestra, a mí me ataron, no tenían intención de asesinarme, me hicieron presenciar la muerte de cada uno de mis amigos y mi ex novia, luego del asesinato se largaron, dejándome amarrado viendo cada cuerpo delante mío, cuando llegaron las autoridades me interrogaron tratando de sacar la mayor información posible, luego de eso volví al mundo del que tanto me había costado salir.

Su rostro estaba serio, su mandíbula apretada, se notaba como le hacía fuerza a esta.

- Como se llamaba la chica? - las palabras salieron de mi boca antes de poder detenerlas.

- Leila - mi corazón se paró, me sentía horrible, la había llamado puta.

Bien hecho amaris, bien hecho.

Dios mío, había insultado a una de las personas que Damon más quería.

- Dante y Mael ya te conocían? - le pregunté.

- Si, ese día no habían podido asistir, son los únicos amigos que me quedan después de eso - suspiro - No quería volver a enamorarme, no quería que algo le pasara a otra persona que yo amo por estar conmigo, siempre tenía en mi mente la frase de amar es destruir y ser amado es ser destruido, pero luego llegaste tu, y todo volvió a cobrar vida en mi - se acercó tomándome del menton - Porque estoy enamorado de ti ojitos, estoy perdidamente enamorado de ti - me beso.

El beso estaba mezclado con la saladas de mis lágrimas que habían empezado a descender cuando comenzó a decir lo último.
Era un sabor totalmente diferente y la verdad era exquisito.

Me separé apoyando su frente con la mía.

— Me alegra que me lo hayas dicho — dije.

— Me alegra habértelo dicho — sus labios entreabiertos mientras su mirada estaba fija en la mía.

Volvió a besarme, posando sus manos en mi cintura, yo enrolle mis brazos al rededor de su cuello mientras le tomaba la parte baja de su cabello dándole pequeños tirones.

— Existen las habitaciones — la voz de Mael nos interrumpió.

Nos reímos por lo bajo, dándonos un último beso para volver a sentarnos con ellos.

— Que metiche eres Mael — le digo tomando la mano de Damon para volver por donde llegamos.

Cuando nos sentamos en uno de los sofás todos nos miraron.

— Deberíamos salir es viernes, y el lunes volvemos al instituto — dijo Samantha.

Había tenido que ir a casa, por suerte no estaba Paul, solo se encontraba Hanna haciendo sus queaseres.
Me detuve un segundo recordando que tenía que hablar con ella.

— Hanna — la llamé.

— Dígame señorita? — respondió con una sonrisa.

— Nos hemos percatado de que últimamente a quedado una de las puertas abiertas — le dije.

— Oh, que pena señorita, revisaré y cerraré todo muy bien — dijo.

— Muchas gracias, cuidese — le dije mientras salía en dirección a mi habitación.

Yo había obtado por colocarme ropa de la que había comprado en la mañana.
Tenía puesto un pantalón negros con agujeros, una camisa blanca con dibujos de calaberas negras, unas botas sin tacón que eran más arriba de mis rodillas y una chaqueta de cuerina.

Cinco minutos después todos ya estábamos listos, unos se pudieron cambiar como a otros que les tocaba ir todavía con su traje.

Damon se había colocado unos vaqueros negros, camisa negra y una chaqueta de cuero.

Un poquito más y se visten iguales par de pendejos.

— A dónde iremos — dijo Samantha.

— Vamos a la discoteca que queda a unas cuadras, dicen que es muy buena — Respondió Dante.

— Está bien — dijo Damon.

¿Porque no habíamos venido en camioneta? Me dolían las piernas por culpa de los tacones que use en la estúpida gala.
Pero como si el destino quisiera joderme, habíamos decidido que iríamos a pie.

Cuando llegamos el lugar estaba llenisímo, había gente hasta por fuera de la discoteca, nosotros no queríamos ver cómo se manoseaban y se comían las bocas, así que decidimos entrar.

Entramos «me tocó pagar casi una fortuna para que pudiéramos entrar Samantha y yo» pero valió la pena, el ambiente era genial.

Comenzamos a Beber y bailar como si no hubiera un mañana.
Derrepente en todas las bocinas comenzó a sonar.

This is wath you came for.

Baby, this is what you came for
Lightning strikes every time she moves
And everybody's watching her
But she's looking at you, ooh, ooh
You, ooh, ooh, you, ooh, ooh
You, ooh, ooh, you, ooh, ooh
You, ooh, ooh
Ooh.

Cante, mientras señalaba a Damon y bailaba a la vez.

Lightning strikes every time she moves
And everybody's watching her
But she's looking at you, ooh, ooh
You, ooh, ooh, you, ooh, ooh
You, ooh, ooh, you, ooh, ooh
You, ooh, ooh
Ooh

You, ooh, ooh, you, ooh, ooh
You, ooh, ooh, you, ooh, ooh
You, ooh, ooh, you, ooh, ooh
Ooh

We go fast with the game we play....
Who knows why it's gotta be this way?.....
We say nothing more than we need.....
I say "your place" when we leave.....

Seguía moviendo mis caderas al ritmo de la canción.

No sabía con exactitud cuánto llevábamos dentro de la discoteca, pero ya estábamos saliendo.

Íbamos ebrios, la mayoría se balanceaban para un lado, pero algo de lo que no teníamos que preocuparnos, porque ninguno se había caído.

Por ahora.

Derrepente Mael y Dante pasaron por nuestro lado corriendo y riéndose como locos.

— Corran!! — gritaron al tiempo.

Todos los miramos confundidos, cuando derrepente escuchamos.

— Oigan, mi timbre no es para jugar!! — seguido de estos le siguieron ladridos.

Mierda, mierda, mierda.

— Dígame qué no han tocado ese timbre — dijo Damon sobándose el puente de la nariz.

— Si, y ahora soltaran esos perros, así que CORRAN — y así fue.

Los perros venían detrás de nosotros mientras nosotros corríamos como locos por la calle.

Otro momento para recordarte tu dolor de piernas.

Una punzada en mis piernas hizo que me detuviera un momento pero eso no le impidió a Damon devolverse, tomarme por detrás de las rodillas subirme al hombro y seguir corriendo.

Mientras mael y Dante iban adelante muertos de la risa, nosotros íbamos atrás con el resto.

Recontramierda

Los perros cada vez estaban más cerca.
Johan, azael y Samantha iban como locos riéndose y a la vez cagados del miedo.

— Te voy a matar Mael — grite.

— No fue solo idea mía — respondió el.

— Pero si se que tú fuiste lo suficientemente estúpido para tocar el timbre — Silencio, con eso me confirmó que si había Sido el.

Le cortaremos la cabeza.

— Dime qué ya puedes correr, pesas demasiado — dijo Damon.

Ahhhh pero para otras cosas si no te pasamos ¿Verdad?

— Si — dicho esto me bajo y seguimos corriendo agarrados de la mano.

Después de diez minutos corriendo habíamos perdido a los malditos perros.
Así que obtamos por irnos de una vez a la casa de Damon.

*******
Nota autora:

Chicas, me alegran que sigan conmigo, Realmente es emocionante escribir para ustedes.

No tengo mucho que decirles.

Pero....

*Tose*
Los asesinos ya aparecieron.
*Tose*

Pero no os alarmeis, falta mucho por recorrer.

Espero y les este gustando mi historia.
No olvidéis votar y comentar, sus comentarios me hacen reír y muy feliz.

Os quiero, cuidaos ♥️