Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 7: Golpe bajo

— ¿Matthew? —pregunto confundida cuando lo veo a punto de doblar la esquina en la dirección contraria a la casa. Él se encoje y gira lentamente. ¿Qué hace aquí? Se supone que debería estar en la escuela... Juzgo desconcertada. A pasos lentos se acerca hasta mí y me sonríe nervioso— ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en la escuela? 

—Hola hermanita... —saluda él antes de reír sospechosamente— En realidad, sí. Pero es que... —suspira mirando hacia otro lado— me suspendieron.

— ¿Qué? Matthew, ¿Qué has hecho ahora? —pregunto molesta. 

—Le pegué a Tom...

— ¿Por qué lo hiciste? ¿No era ese tu amigo?

—Sí, lo era... —repone él frunciendo el ceño. Luego levanta la mirada y observa detrás de mí— ¿Quién es él? 

—Ah pues, él es... —digo moviendo las manos tratando de buscar las palabras.

— ¡Espera! Reconozco esa marca... —susurra sorprendido observando su antebrazo. Lyan sonríe de costado y se acerca a él.

— ¿Hablas de esta? —pregunta mostrándole su cicatriz. En su antebrazo, justo debajo de la muñeca, hay una marca: una «L» al revés que continúa en espiral hacia el centro de la letra— Se llama Choku Rei, es la marca sanadora del hechicero real. El hechicero Habacuc es uno de los Wiccanos más conocidos de los siete reinos.

Por instinto miro mi brazo. La misma marca pero con algunos detalles diferentes se encuentra en mi antebrazo y me comienza a picar la curiosidad de solo mirarla. Fueron muchas veces las que le estuve dando vueltas en mi cabeza al significado de esta extraña cicatriz, nunca logré entender su propósito o la razón por la que la tenía. Y más confusión me causaba al ver que la de mi hermano es tan distinta a la mía. La incertidumbre e inquietud sobre mi realidad me causa escalofríos. Los recuerdos... entonces todo lo que veía, todos los sueños, sí eran reales después de todo. Aunque en el fondo yo ya sabía eso. Me acerqué a Lyan con la duda plasmada en mi rostro y extendí mi brazo frente al suyo.

— ¿Y qué significa la mía? —dejo salir por fin la pregunta que tanto le ansiaba hacer. Él agranda los ojos cuando la ve. Levanta su mano en el aire y con la yema de sus dedos recorre la cicatriz cuidadosamente. Comienza por la primera línea y continúa por el espiral. Luego frena y recorre el rombo con forma de diamante que se encuentra por encima de la marca común.

—La sagrada marca sanadora de Thesis, la diosa de la creación... —murmura. Luego eleva la vista y me mira a los ojos— Sabía que la había visto cuando toqué tu mano el día que nos conocimos —afirma con una pequeña sonrisa—. Esta es la marca de la primera hechicera de la luz. La marca de Naomi, una diosa mitad Wiccana —vuelve a bajar la vista a mi cicatriz—. Una de las marcas más sagradas y poderosas de Nixard. Eres afortunada, supongo. Aunque fuiste creada por ellos, es obvio que tendrías esta marca —repone con facilidad. Frunzo el ceño aún más. ¿De quiénes habla?

— ¿Creada? ¿Por quiénes? —pregunto desconcertada. Él suspira.

—Idara, ¿Cuánto es lo que recuerdas de allá? —responde él con otra pregunta.

—Básicamente nada. Tengo recuerdos confusos que vienen a mí en momentos inoportunos.

— ¿Cómo es que perdiste la memoria? Esto no tiene sentido... —dice él agotado. El recuerdo de aquella escena vuelve de nuevo a mí y cierro los ojos por la punzada de dolor que provocó en mi cabeza.

«No, por favor... no lo hagan, haré lo que quieran... no quiero esto, no quiero olvidar... suplico a las personas que se encuentran frente a mi. Mi mentón comienza a temblar y las lágrimas caen como cascadas por mis mejillas. A ellos no les importa lo que les diga, ya es tarde para eso...

Mi padre me sonríe con pesar y atraviesa mi piel con la aguja que tenía en la mano. Dentro tenía una sustancia conocida como la Flos Ruber. Una flor capaz de hacerte olvidar que solo puede ser creada por un Wiccano, como mi madre.

Pero ellos no pudieron terminar de inyectarme aquella vil sustancia porque algo malo sucedió.

—Lo siento hija, pero es lo mejor para todos... aclaró mi padre cuando estábamos a punto de atravesar la puerta de la habitación para llegar al ascensor que nos llevaría lejos de Nixard... de mi hogar. Pero no lo logramos, porque él nos detuvo.

—Miren a quién tenemos aquí... —susurró a la vez que una macabra sonrisa se extendía por su rostro. La aguja resbaló de las manos de mi madre y comenzó a temblar levemente. Soltó una maldición cuando aquella sustancia de color rojizo brotó fuera del conducto por el fuerte impacto— Pero si es la pequeña Idara, con su adorable familia —dijo con emoción ¿A qué se debe el honor? —preguntó ahora mirando a mi padre. Él sujeto aún mas fuerte mi mano con temor, logrando que me hiciera daño. Pero de todas formas no me quejé, la cara de aquel hombre extraño y rojo frente a nosotros me causaba escalofríos y volvía difícil el poder hablar. Mi padre miró a mi madre. Luego pasó su mirada por mi hermano, que se encontraba en los brazos de mi madre con a penas un año de edad. Y por último su mirada cayó en mí, su preciada hija de seis años que temblaba y lloraba por todo lo que estaba pasando. Mi padre, a pesar de estar abatido y con sus ojos cristalizados, me dedicó una última sonrisa antes de soltar mi mano y empujarnos a mi madre y a mí por la puerta que daba al ascensor, encerrándose con aquel ser despiadado. Yo no quería irme, no quería abandonarlo. Y menos que menos, quería que soltase mi mano luego de jurarme que estaría siempre conmigo. Faltó a su promesa, y tuve que observar a través de la puerta como despiadadamente aquel monstruo lo devoraba...»

—Fueron ellos... —murmuro sin creerlo. Aquel recuerdo nunca tuve la oportunidad de verlo completo, mi mente se nublaba y no me dejaba ver más. Ahora lo entiendo... ellos me hicieron esto. Ellos son los culpables de que no recuerde de donde vengo, de que lo único que supiera era que tenía que huir de él aunque no supiera de dónde era ni porqué huía— Fueron mis padres —pronuncio esta vez más fuerte hacia Lyan. Él me observa sorprendido.

— ¿Cómo...?

—Me dieron la Flor Roja, trataron de hacerme olvidar.

—Oh... es cierto. Ahora todo tiene sentido. Ellos querían que olvidaras a Nixard y tu propósito.

— ¿Qué propósito? —pregunto curiosa con el ceño fruncido.

—Acabar con Astaroth, el demonio, y salvarnos a todos...

— ¿Y por qué tiene que ser ella la que lo derrote? —pregunta mi hermano y Lyan lo mira.

—Porque para eso fue creada —responde él con simpleza. Luego se gira a mirarme de nuevo— Idara, a ti te crearon los siete dioses que formaron Nixard: Érebo, el dios de la oscuridad, Eros, el dios de la procreación, Gea, la diosa de la tierra, Hydros, el dios del agua, Tártaro, el dios del inframundo, Thesis, la diosa de la creación e Hipnos, el dios del sueño. Cada uno de ellos dió un poco de sí para traerte a la vida con el único propósito de destruir a los siete demonios.

— ¿Qué? ¿Hay otros seis? —pregunto alarmada. Él ríe levemente para luego negar con su cabeza.

—No, porque tú ya los destruiste —replica con calma—. Escucha, en tus vidas pasadas has destruido a cada uno de los demonios que acechan nuestro hogar, los dioses te crearon para que cada vez que mueras, vuelvas a reencarnar en otra vida. Desde el principio de los tiempos, el dios Érebo y el dios Tártaro, se guiaron por el camino de la oscuridad, negados a compartir el mundo con los demás dioses y Nixardianos. Luego, ellos crearon siete demonios para igualar a los demás dioses en poder. La leyenda dice, que tu deber es matar a todos esos demonios ya que eres la única que puede derrotarlos. El único que queda es Astaroth, el demonio mitad Fénix, el más fuerte de todos. Y te necesitamos, no sabes cuanto tiempo llevamos buscándote. Los siete reinos se encuentran en peligro, todas las noches, las famosas Ilusiones o Pesadillas del demonio salen para buscarnos y herirnos, todas las noches hay una muerte nueva, él quiere que dejemos de resistirnos y nos unamos a él. Por eso te necesitamos, queremos que nos ayudes a terminar con él de una vez por todas, es tu destino vencerlo, nosotros ya lo hemos intentado y no podemos. Tu eres la legendaria Nix, la diosa de la noche.

Proceso lentamente toda la información que acaba de darme. Esto es un golpe muy bajo, ¿Quién creería que llevaba tanta responsabilidad conmigo? Además, siento que esto es mucho para mi. Toda mi vida me he sentido diferente, mis poderes solo lograban crearme más y más confusión... ¿Y ahora me dicen que vengo de otra realidad y soy la mata-demonios? No puedo creerlo, esta es una conversación de locos. Dios, mi cabeza está comenzando a dolerme de los tantos pensamientos que se cruzan por mi mente en este momento. Tengo miedo. No, no es miedo por mí. Temo por Matt, mi hermano menor. ¿Se imaginan que le suceda algo? Yo jamás podría perdonármelo. Él nota que lo miro y toma mi mano entre las suyas.

—Idara, tranquila, voy a estar bien. Además, vos sabes que no encajas acá al igual que yo. No somos de aquí, tenemos que ayudarlos. Por favor... —me suplica él tomándome más fuerte de la mano. Suspiro luego de unos minutos y asiento.

—Muy bien. Los ayudaré pero con una condición: —digo yo esta vez mirando a Lyan— Pase lo que pase, Matt es la prioridad y no quiero que nada malo le pase —Lyan suspira aliviado y asiente emocionado.

—Okey, entonces saldremos hoy en la noche. Traeré a Aldana conmigo y los esperaremos aquí a las 21:00 p.m., ¿Está bien? —pregunta y yo asiento levemente. 

Observo detenidamente el lugar por donde se fue. La preocupación no se va en ningún momento de mi rostro.

—Hey, tranquila, todo saldrá bien —dice Matt seguro a mi lado. Yo asiento en respuesta sin siquiera mirarlo.

Bueno... creo que se viene la aventura más grande de nuestras vidas.

(...)

Me encuentro empacando mis cosas en mi habitación. Lo único que guardo en la mochila son cosas esenciales, ya sea ropa, medicina, higiene, etc. Me siento sobre mi cama cuando termino. Suspiro agotada y miro el techo de mi habitación. Tantos años huyendo de él... tengo que enfrentarlo de una vez por todas, no puedo permitir que me atormente así.

De pronto, como si tan solo de pensar en aquel demonio fuera una invocación, él aparece frente a mí. 

— ¿Qué crees que estás haciendo? —pregunta él con dureza. Yo sonrío de costado y me levanto de mi cama, parándome a escasos centímetros de él.

— ¿Qué estoy haciendo? Mmm... no sé, déjame pensar —digo burlona fingiendo pensar en una respuesta—. Ah, sí, ya sé. Pienso volver al lugar de donde vengo y enfrentarte de una jodida vez.

—No te hagas la graciosa conmigo Nix, si tu llegas a volver yo...

—Si, si, lo sé, "Te destruiré a ti y a todos los que amas", ¿No te cansas siempre de decir la misma línea? —cuando termino de decir aquello su paciencia parece agotarse ya que me toma del cuello clavando sus largas uñas en él.

—Escúchame bien maldita arpía, yo te partiré en dos si llegas a cruzar esa estúpida puerta, y tu hermano no se salvará tampoco, así como tus padres tampoco lo hicieron —repone él cínicamente. Yo vuelvo a sonreír y emito una suave risa que se torna un poco dolorosa con sus manos en mi garganta.

— ¿Qué sucede, Astaroth? ¿Me tienes miedo? —pregunto de nuevo de forma burlona. Sus ojos destellan ira y su mano se cierra un poco más sobre mi garganta. Sonrío con suficiencia ya sabiendo su respuesta a pesar del dolor que su mano causa. Luego endurezco mi mirada y lo miro con toda la seguridad del mundo— Yo no te tengo miedo, demonio, y juro que te mataré aún si eso fuera lo último que haga —escupo en su cara con verdadera convicción. Él gruñe con sus ojos en llamas y luego desaparece. Caigo al piso de rodillas y pongo mis manos sobre mi cuello, toso un poco y me sorprendo cuando escupo sangre. Levanto la mirada y vuelvo a sonreír.

Es hora de ver de qué soy capaz... 


Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro