Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

16. Un bache en el camino

Hablar con Natalia fue un viaje sin regreso cargado de lágrimas. Rememorar ese intempestivo asunto de su boda, no solo fue hurgar en la herida, sino recordarle el motivo por el que me echó de aquel recinto y la razón por la que cortamos comunicación; a raíz de ello, una muralla se levantó en medio de nosotras y nos obligó a alejarnos; sin embargo, viajar a Medellín fue un respiro a esta montaña rusa que es mi vida y fue el momento preciso para que Sofia interactuara con sus futuros abuelos; ya con el secreto develado, no había otro camino que aceptar esa realidad y llevar la situación de la mejor manera.

Al final, he perdonado a Natalia por no darle importancia a mi corazón roto cuando lo estaba, lo único que necesitaba era un hombro para llorar y deshacerme de esas terribles emociones y, sí, Sara fue un gran apoyo para ese momento, al igual que mis padres; pero ella, como mi hermana, debía estar ahí y no lo hizo. Por su parte, me ha perdonado por haber arruinado «el día más feliz de su vida», el momento quedó captado en fotos y en video hasta que mi padre intervino y les pidió a los que estaban grabando que no lo hicieran, eso lo recuerdo muy bien; todo ello lo supe por ella, porque después de haberme desahogado con el fotógrafo, fui a casa a tomarme un caldo caliente para pasar la borrachera y para ahogarme en mis pensamiento y buscar la mejor forma de sanar esa herida —que había perdurado abierta por varios días—.

Ambas hemos llorado, hemos descargado ese tanque de sentimientos que había por parte de una u otra y nos hemos perdonado. Mamá tuvo que intervenir en el último minuto —porque ella se mantuvo irascible y defendía sus ideas a capa y espada—, y era lo que debía hacerse, de lo contrario nos hubiésemos quedado el mismo lugar; si yo soy terca, ella es el doble. Somos hermanas, pero más que eso somos amigas y, como tal, debemos apoyarnos mutuamente.

・・・★・・・

Le he hablado a Federico sobre Raúl y lo hice mientras estaba en Medellín porque no tuve el suficiente coraje para decírselo de frente, la verdad es que estaba aterrada imaginando los distintos escenarios cuando le confesara sobre aquel acosador, ya suficiente había tenido con haberle ocultado el origen de Sofia, como para sumarle el secreto de ese hombre; también, le conté que, conforme pasaban los días, no dejaba de pensar en él y en todo el tiempo que perdimos por haber dado con la persona equivocada, le conté que me sentía totalmente arrepentida por haber caído en las garras de Esteban y haber ignorado que había una química entre los dos, antes de que decidiera perderme de su vida.

—Todos hacemos malas elecciones, constantemente —había dicho.

Y tenía mucha razón. Él también se había equivocado escogiendo a una chica interesada, y lo hizo luego de haberme alejado de él; eso le costó cierto sufrimiento, pero le permitió escalar en el ámbito laboral; por ese motivo es el hombre exitoso que es ahora, y, de cierta forma, me recuerda a mí, quien también se refugió en su trabajo para evitar seguir sufriendo por amor, cuando claramente es un sentimiento que solo debe generar alegría y tranquilidad.

Federico: Pasaré por ti a la hora del almuerzo.

Es un mensaje de texto. Sonrío al mirarlo y le respondo:

Paulina: te estaré esperando ;)

El emoji tal vez fue algo atrevido, pero me gusta esta nueva yo, esa que va en busca de nuevas emociones y que se atreve a salir de su zona segura; aunque, de cierto modo, me siento como una adolescente que está descubriendo las mieles del amor.

Salgo de mi casa sin contratiempo, Danilo como siempre, haciendo de conductor elegido, me espera frente al edificio, en unos días tendrá que acudir a los estrados para saber si cumplirá su pena en prisión o en casa; aunque usé todas mis herramientas, el mismo fiscal fue quien mencionó que la decisión final no dependía de él, sino del juez al que llegara el caso. Las últimas dos semanas sale del apartamento más temprano de lo usual; sin embargo, algo en su mirada me dice que está pasando por una situación tensa, no he querido escarbar en ese suceso porque no tenemos demasiada confianza, pero estoy segura de que a la final decidirá por desahogarse y tal vez me pida un consejo; probablemente se trate de su ex esposa.

—¿Qué tal la vida en Medallo? —pregunta Danilo, mientras va conduciendo.

—Maravilloso, no veía a mis padres desde navidad —respondo—, además les gustó mucho estar con Sofia, eso fue una gran experiencia para ella, y para ellos. ¡Ah, y me he reconciliado con Natalia!

Un asunto muy personal que le he contado a Danilo, es el asunto de mi hermana, fue parte de una conversación que tuvimos el año pasado en una de las tantas sesiones de té que hemos tenido; unos meses después, también le conté el asunto de MariaTe y su creciente odio por ser yo quien continúe en la firma y no ella, algo que puede ser interpretado como pura envidia, si me lo preguntan; mi rencor hacia ella salió a relucir porque nos insultó a todos por igual, incluso a la pobre Laura que no tenía nada que ver, y resultó ser algo demasiado injusto; tuvo un contratiempo con Eleazar y todo el personal resultó pagando, todos salieron malheridos de esa contienda, y fue suficiente prueba para llegar a la conclusión de que es una mujer bastante problemática, o, al menos lo era, porque al dejar la firma, perdimos comunicación.

—Increíble —contesta—, pensé que no lo harías.

—Bueno, al final tomé la iniciativa y fue un gran paso —digo—. De no haberlo hecho, hubiésemos seguido por el mismo camino de mantener las distancias.

—¿Y la niña? —cuestiona, intercambiando miradas por un leve segundo.

—Está con la nueva niñera —respondo, con una sonrisa—. La pequeña ha pasado por tantas manos; estoy segura de que, cuando crezca, no recordará nada de esto, además, es algo temporal, quiero ser yo quien se encargue de todo. También es que estoy saliendo de unos chicharrones horribles y ya después vendrán unas semanas más suaves en las que podré ocuparme de ella y criarla como es debido.

—¿Y piensas viajar el otro fin de semana? —Hace una nueva pregunta.

—Tal vez, si llego a hacerlo, tendré que despedir a Marina —digo—, y me da pena con la pobre porque hasta ahora empieza.

A veces se me olvida que tenemos un montón de festivos en el país y agradezco que existan, ese es un gran respiro, al menos hasta diciembre que vienen las verdaderas vacaciones.

Luego nos vemos sumergidos en una conversación acerca de su vida, finalmente el divorcio con su ex esposa será una realidad, había realizado intentos de conciliación, pero ella se rehusaba a acudir; hasta que, finalmente, ella le dijo: vayámonos directamente ante un juzgado y acabemos con este circo. Él estuvo más que de acuerdo, ya con un papel en mano, puede hacer su vida amorosa con Samantha y todos felices, además, tal parece que su ex esposa también tiene un amante; aunque él me ha dicho que le duele que su hijo pase por todo eso y será bastante rígido ante los juzgados para que no pongan restricciones a las visitas o le quiten la patria potestad. Yo le he alentado a que se muestre como el hombre fuerte que es, y, finalmente, llegamos al Edificio Plaza 67: mi destino. Nos despedimos con un beso en la mejilla y él toma su respectivo rumbo. Me alegra saber que tiene claro que puede confiar en mí y contarme todo aquello que aflige sus días, me hace sentir como una buena amiga y vecina. 

・・・★・・・

Algo abrumador de ser abogada es lidiar con problemas ajenos y tener tu vida como un completo caos. No es mi caso, estoy donde quiero estar; aunque, podría ser mejor. Sea como sea, pese a todos los contratiempos, la vida va por un rumbo maravilloso que nunca se me pasó por la mente, es decir, con una bebé y reencontrándome con un amor del pasado.  

Temprano en la mañana le he dado la noticia de que no tiene que cuidar más a Sofia porque ya tiene niñera y él me agradeció por ese pago adicional, además, mencionó que lo hizo con gusto. La jornada pasa sin contratiempos, Leo se alegra de tener un dinero extra por hacer momentáneamente de niñero y se alegra de no tener que hacerlo más.

A la hora del almuerzo, llega Federico en un carro negro que seguramente es de él. Con cada encuentro descubro una nueva capa en su ser, como si se tratara de una cebolla y eso es un soplo de alegría para mí, me encanta descubrir nuevos detalles de su vida; es como si nunca lo hubiera conocido, y estuviésemos en esa etapa de nos estamos conociendo.

Para mi sorpresa, también llega Raúl.

—Esto debe ser una puta broma —digo para mí misma, y agradezco que Federico no me escuche, aunque, se da cuenta del cambio en mi semblante.

—¿Estás enojada? —pregunta.

—Raúl está aquí —contesto y miro hacia el lugar desde donde se aproxima.

Federico voltea a mirar al hombre y se cruza de brazos.

—Te dije que no me rendiré —dice Raúl—, hasta que me des tu aprobación, ¿trajiste un guardaespaldas?

—Él es... —Estoy a punto de decir que es mi novio, qué daría por decirlo, pero me contengo—. Su nombre es Federico, es un cliente y vino por cuestión de negocios, además si fuera mi novio eso no debería ser de su incumbencia.

—Pues espero no lo consideres, es demasiado estirado, mereces un hombre humilde y trabajador como yo —dice, regodeándose de sus palabras, hincha el pecho de orgullo para hacerse más interesante.

—Usted es un payaso —interviene Federico—, y si Paulina le dejó claro que no quiere nada, debería respetar su decisión, sea hombre y afróntelo.

—Yo soy un hombre, un verdadero hombre —contraataca y le asesta un puño a Federico en toda la cara.

Como no podría ser de otra forma, Federico se defiende y es cuando hay un intercambio de puños entre ambos, temo recibir un golpe de ellos, pero debo evitar que se terminen matando.

—¡Suficiente! —chillo y trato de intervenir, sin necesidad de ganarme un puño por parte de alguno de ellos—. ¡YA! ¡Por favor, no más!

Y, finalmente, logro hacerme un hueco en medio de ellos dos. Federico acaricia sus mejillas y atisba una sombra de sangre que sale de sus labios. Raúl tiene un ojo negro y tiene una herida abierta en la mejilla.

—Es la última vez que nos vamos a ver —le digo a Raúl—. Aléjese de mí..., y de Federico. —Lo volteo a mirar y sigue acariciando su mejilla—, la próxima vez que nos veamos será en una sala de visitas en la cárcel porque ya sabrá cuál será su destino, esto fue el colmo.

Aunque la amenaza sonaba diferente en mi cabeza, ya no puedo retractarme de lo dicho, al menos espero que le quede claro el mensaje, lo miro frunciendo el ceño, demostrándole que estoy enfada por lo que ha hecho.

—Maldita pe...

—Váyase —lo interrumpo—. Adiós, Raúl.

Finalmente asiente con su cabeza y regresa sobre sus pasos. Volteo a mirar una vez más a Federico y él me devuelve una mirada intimidante, cómo me gustaría meterme en su cabeza y descubrir que significa esa mirada.

—¿Estás bien? —pregunto, poniendo mi mano en uno de sus hombros, y ese leve contacto me dice que la tensión se respira en el aire.

—Sí —respondo—, pero tendré que cancelar los planes para hoy, lo siento, Paulina.

Regresa a su auto con pasos apretados; quisiera decirle algo para que se detenga, gritarle a viva voz que me gustaría que sigamos adelante como lo habíamos planeado, pero la mente se me nubla y de mis labios no sale ninguna palabra.

Paulina está en problemas, justo cuando pensaba que tenía el terreno ganado, ¿Cómo saldrá de este aprieto? Lo sabremos en el siguiente capítulo.

La palabra "chicharrones", es una forma de referirse a algún problema que se presente.

Espacio para hacer sus teorías, sobre qué pasará con Paulina y Federico 👉🏼

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro