Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

10. Una lección de vida

—Debiste haber usado la alerta rosa —me regaña Sara—. Eso no debió pasar, ¿Qué hay de Federico?

Ella siempre es precisa con las palabras, sabe qué decir y cómo hacerlo en el proceso; sin duda, es una psicóloga increíble y es ahí cuando me doy cuenta de que usa sus conocimientos profesionales para salir a la defensiva, y darme un llamado de atención de vez en cuando.

—No necesito que la doctora Sara Márquez me sermonee sobre mis acciones —digo en mi defensa y me cruzo de brazos.

—Estoy de acuerdo —se une Mateo—. Es decir, es adulta y ella sabe qué hacer y qué no, lo de la alerta rosa es para situaciones raras, ¿recuerdan?, como cuando ese tipo intentó tocarme... ya saben dónde, debajo de la mesa. —Se estremece ante el recuerdo—. Lo que le pasó a Pau, no fue una situación incómoda, además, si es guapo, mejor todavía.

—No la alientes, eso cuenta como sexo con desconocidos —habla Sara para defender su argumento—. No lo conoces del todo, y..., ¿no dijiste que te da malas vibras?

—Lo sé, lo sé. —Lo mejor en estos casos es darle la razón, sobre todo cuando tiene argumentos sólidos para refutar y, aunque la contradijera, ella haría sus jugarretas para salirse con la suya—. Eso no cambia lo que pienso de él, pero..., las cosas se dieron por sí solas, como cuando...

—Cómo cuando te acostaste con Federico en el festival de San Pedro —interrumpe Mateo—. No se nos olvida que nos abandonaste esa noche, aunque él me cae mejor y ya lo conozco, tendré que conocer a ese tal Raúl para tener una mejor imagen de él, ya sabes, conocer las dos versiones de la historia.

—No lo conocerán —insto con los puños apretados, seguir profundizando en el tema me pondrá de mal humor—. La próxima vez que nos veamos, le diré que es mejor hacer como que no nos hemos visto nunca, que esto no funcionará ni como amistad y-y..., y lo de Federico no tiene nada que ver, es una situación diferente, él regresó y estoy dispuesta a aceptar su amistad, o..., lo que quiera tener conmigo; además, lo sucedido en ese festival es cosa del pasado y debe permanecer enterrado, por muy buen día que haya sido.

—Ja, seguro la próxima oportunidad que tengas te acostarás con él, y..., espera, ¿Cómo fue que te dijo? ¿retomar la química que tuvieron en San Pedro? —Cuando se trata de ser una arpía venenosa, ahí está Mateo, sacando su lado más vil y, para rematar, trae situaciones del pasado para hacerte sentir mal, justo como en este momento; pero no se saldrán con la suya, no señor.

Recuerdo haberles contado con sumo detalle sobre el encuentro que tuve con Federico en la oficina y la eventual cita que tuvimos unos días después. Se aprovechan de eso, son crueles, pero son mis mejores amigos y en más de una oportunidad han tenido la razón, por mucho que les objete y contradiga, por lo que resulta importante saber lo que piensan de Raúl.

—Sí, eso dijo —afirmo—. Y me parece un bonito gesto teniendo en cuenta que lo ignoré por estar con Esteban;  él ya lo sabe, se desahogó y me contó lo que piensa de ello y aun así me perdonó, me dio la oportunidad de seguir hablando, y con él no ocurrirá lo mismo que con Raúl. Esta vez me aseguraré de que las cosas con Federico vayan lentas y sin afanes, de esa forma nadie sufrirá ni nos haremos ilusiones. —Ambos abren la boca para interrumpir y decido seguir hablando para que no lo hagan—. Sí, debí haber usado la alerta rosa, lo siento, chicos; pero prometo que tomaré las cosas con más calma la próxima vez, no queremos errores de los que nos arrepentiremos después, tienen razón, es solo que... Federico y la bebé tienen mi cabeza hecha un caos.

También les había contado sobre la bebé con todos los detalles, y ambos coincidieron en que, es mejor conocer la razón por la que Danilo abandonó a la niña y, de acuerdo a eso, tomar una decisión definitiva. Una parte de mí se niega a renunciar a ella, a esa pequeña personita que he decidido llamar como mi abuela: Sofía; por otro lado, la policía está avanzando con la investigación y pronto darán con el responsable, aunque yo lo he descubierto antes de que ellos lo hicieran, pero debo conocer la versión de mi vecino para poder tomar cartas en el asunto.

Suspiro. Solo unos cuantos minutos y sabré la verdad.

Los he invitado a comprar una cuna y diferentes accesorios para bebés porque quiero tenerla conmigo, porque independientemente de la razón que él tenga y el resultado de la investigación, esa niña merece mejores condiciones de vida, sea porque continúa viviendo conmigo o porque alguien más decida acogerla. Necesito escucharlo, necesito hablar con él para que tantas decisiones que tambalean en mi cabeza se inclinen hacia algún lado de la balanza.

Por eso los he convocado, no solo para hablar de Raúl, sino para elegir todo lo que quiero comprarle a Sofía. Los acontecimientos de los últimos minutos me tienen sumamente nerviosa y es por eso que ellos hacen las elecciones, yo solo asiento con mi cabeza o la muevo de un lado al otro, si estoy en desacuerdo con algo o todo lo contrario. Tengo mucho en qué pensar.

—Gracias por la compañía y por los consejos, chicos —les digo a ambos unos minutos más tarde—. Son increíbles.

Estamos repletos de bolsas y tenemos al lado de nosotros una cuna; afortunadamente, Sara ha rentado un auto para hacer varias diligencias que tiene pendientes para el día y le sale más barato que movilizarse en taxis; ha sido una gran oportunidad que he aprovechado para llegar a casa con todas las compras, sobre todo con ese armatoste donde la pequeña dormirá.

Luego de dejarme en el edificio, ellos toman su rumbo, tienen planes a los que he desistido porque debo atender la situación de Danilo y no alargar más las cosas. Debo saber la verdad.

・・・★・・・

Danilo me recibe con mucha calma, con más calma que aquella noche en la que llegué a su casa preguntando por la chica de la foto.

—Sigue y ponte cómoda —expresa en un tono calmado—. Prepararé té.

Asiento lentamente y atiendo a su invitación. He ingresado al apartamento repleta de paquetes; la cuna le he dejado frente a mi apartamento. Danilo se ha puesto un tanto nervioso por los paquetes, pero se esfuerza por mantener la compostura; parece otra persona.

—Así que piensas quedarte con ella —habla él desde la cocina—, ¿ya le has puesto un nombre?

—Sí —contesto—. Se llama como mi abuela Sofía.

—Es un lindo nombre —sigue hablando en la distancia—. Será una hermosa niña, aunque no quiero ser presumido, pero sabes a qué me refiero.

—Entonces es tuya —pronuncio, parte de mis sospechas son ciertas, pero antes de decir algo más, espero a que él por su propia cuenta decida revelar esa información.

—Conocí a Samantha en la oficina —dice, mientras se acerca a la sala de estar con un par de tazas de té, donde lo estoy esperando—. La chica de la foto. Para ese entonces, aún no había decidido con mi esposa realizar el divorcio, pero notaba un poco extraña su actitud, además se molestaba cuando le decía que iba a visitar al niño, o sea el hijo que tuve con ella, el caso es que..., hablar con Samantha es grandioso, tenemos cosas en común, es muy divertida y ha sido un gran apoyo.

—Tu amante —lo interrumpo—. La chica de la foto es tu amante.

—Sí —contesta y le da un sorbo a su taza para calmar los nervios—. Al principio era un trato de amigos, pero después nos besamos y... ¡Ya te imaginarás qué más pasó!

—Eso quiere decir que el bebé es de Samantha y...

—Yo —me interrumpe—. Sí, siempre nos hemos cuidado, pero una noche quisimos hacerlo sin protección y no sabía que estaba ovulando, perdí el control de su periodo, ella lo había hablado y lo teníamos presente, pero..., todo se salió de control esa noche, queríamos "experimentar algo diferente". —Realiza unas comillas con sus dedos y continúa hablando—: incluso hablamos de experimentar con juguetes sexuales, pero esas cosas me dan pánico. La cosa es que, ambos llegamos a la conclusión de que no podemos tener ese bebé; ella no está lista, es más joven que yo, le queda una vida por delante y, hasta que no firme los papeles de divorcio, no puedo pensar en un futuro con ella.

—Y decidiste dejarla en la puerta de mi casa, aun cuando hay otros treinta y cuatro apartamentos —digo, me siento herida, como si hubiese sido a mí a la que hubiera embarazado y ahora quisiera deshacerse de esa bebé como si fuera un trapo sucio.

—Sabes, tú tienes la vida fácil —refuta en su defensa—. Solo te quejas del trabajo, de no tener tiempo para nada porque el trabajo te consume, no tienes novio ni siquiera te he visto llegar con algún chico, llevamos un año como vecinos y eso es lo que he visto. Esa bebé te hará reflexionar sobre tu vida, la vida no es solo trabajo, es dedicarles tiempo a las personas que más quieres.

—¡Yo le dedico tiempo a las personas que quiero! —me defiendo, subiendo el tono de voz, los ojos me escuecen—. Mis padres están en Medellín, pero aun así saco tiempo para estar con mis amigos que son lo más cercano a una familia, vivo con Rosita que es como una madre sustituta, no hables de mi vida de esa forma, estás diciendo cosas ridículas.

—Te hace falta vivir la vida, Paulina, es todo lo que estoy diciendo —riñe Danilo y lo hace con un tono de voz que me enfada, como si se estuviese burlando de la situación, incluso luce más tranquilo que hace unos minutos—. No tienes marido ni hijos, ni siquiera un perro o un gato, tómalo como una lección de vida.

—¿Estás hablando en serio? —pregunto, ni siquiera he tocado el té, aunque sigue humeando. Me levanto de la silla, bastante ofuscada—. Llamaré a la policía, ellos ya están investigando y no tardarán en saber que fuiste tú, si los llamo, cerrarán el caso en un parpadear y, tanto tú como  ella, irán a prisión; por si no lo sabías, el abandono de niños es un delito.

—No lo hagas, Paulina. —Detiene mi mano para que no saque el celular de mi pantalón—. Si no lo he hecho yo, es porque no confío en la justicia de este país, porque prefiero que ese bebé sea recibido por alguien conocido y no dejarla a sus anchas en esos lugares que no sabemos cómo tratarán a los niños, odio esos lugares y tampoco pensaba dejarla en un apartamento donde no sé cómo la tratarán.

—Pero acabas de decir...

—Sé lo que dije —me interrumpe—, y lo digo en serio. Quédate con esa bebé, Paulina. Me ocuparé del divorcio y pondré mi vida en orden, pero no llames a la policía ni hables del tema con nadie; por ahora, es nuestro secreto, no quiero perder a Samantha, no te alcanzas a imaginar lo que siento por ella. Dame unos días y me ocuparé del asunto.

Mi cuerpo se estremece. Mis amigos y Rosita son los únicos que saben la historia real y completa. No hay palabras para rebatir y una parte de mí se siente mal por él, la otra, lo está odiando por las cosas que ha dicho. Vuelvo a tomar asiento y le doy un sorbo al té.

—De acuerdo —digo finalmente, tras unos minutos de silencio—. Me quedaré con ella, yo tampoco confío en esos lugares, y..., poco a poco, me estoy encariñando con ella, es una niña adorable.

Danilo sonríe y suspira, como si se hubiese quitado un peso de encima.

—Gracias —expresa, con la taza entre sus manos—. Esa niña está en buenas manos.

El drama no termina aquí, aún hay mucho para repartir a diestra y siniestra jajajaja

¿Acertaron con sus teorías o sospechas sobre Danilo? Me gustaría saberlo. La verdad esta parte me tuvo pensando mucho, así que espero les haya gustado.

Nos vemos en el próximo capítulo, ya vamos a la mitad de la historia 😀

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro